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domingo, 1 de mayo de 2011

LABORDE, Banquero de la Corte de Francia

JEAN-JOSEPH DE LABORDE, 1724-1794

BANQUERO DE LA CORTE DE FRANCIA



Tras la muerte de Louis de Rouvroy, 2º duque de Saint-Simon, la finca de La Ferté-Vidame y su castillo son heredados por la nieta de éste, Marie-Chrétienne de Rouvroy de Saint-Simon de Ruffec, esposa del príncipe Charles-Maurice de Grimaldi de Mónaco, conde de Valentinois. El 21 de junio de 1764, la condesa de Valentinois vende las tierras a Jean-Joseph de Laborde quien emprende la destrucción de la antigua fortaleza medieval para reconstruir en su mismo emplazamiento el actual castillo en ruinas.


Fachada Este del Castillo de La Ferté-Vidame hacia 1750.


Retrato de Marie-Chrétienne de Rouvroy de Saint-Simon, Condesa de Valentinois; obra del dibujante Carmontelle.

Jean-Joseph de Laborde, hijo de Jean-Pierre Laborde, negociante de carnes, y de Marguerite Aleman de Sainte-Croix, nació el 27 de enero de 1724 en Jaca, España, importante centro de negocios y primera villa del reino de Aragón. La familia Laborde era oriunda de Bielle, en el valle de Ossau, en el condado de Béarn (Francia).

Ya a los 10 años de edad, sus padres le envían a casa de su primo Joseph de Laborde en Bayona, estando este último a la cabeza de una importante casa cuyas relaciones comerciales con España eran un hecho. Es allí donde nuestro joven empieza su carrera comercial. En 1748, a la edad de 24 años, Jean-Joseph de Laborde sucede a su fallecido primo. Rápidamente, consigue hacer prosperar la empresa familiar y, en 1750, se lanza en el negocio de las piastras y se convierte en corresponsal de la Compañía de las Indias*. Unos años más tarde, amplía sus negocios lanzándose en la construcción naviera y constituyéndose, entre otras cosas, una flota de 20 barcos de pesca que navegarán hasta las costas de América, las Indias Orientales, las Indias Occidentales, Guinea Ecuatorial,... a los que añadiría luego dos balleneros.

El 25 de noviembre de 1756, el Sr. de Laborde da un paso más en el círculo muy cerrado del poder comprando el cargo de consejero, secretario del Rey, Casa, Corona de Francia y de sus Finanzas, permitiéndole convertirse de este modo en uno de los principales consejeros de la cancillería ante el Parlamento de París. Sus negocios siendo cada vez más prósperos y manejándose eficaz y espléndidamente en los dosieres de gran complejidad, Laborde puede desde ese momento conceder fondos financieros para la Corona de Francia. A la edad de 31 años, apenas veinte años después de sus comienzos en la empresa de su primo, el pequeño comerciante, entra en el hermético mundo de la nobleza. De ahora en adelante llevará con orgullo en su escudo de armas "de azur un chevrón de oro acompañado en jefe de dos rosas y en punta de una gavilla del mismo" la divisa "Ex Parvo, Multum", que significa "Mucho viene de poco".

Retrato del rey Luis XV de Francia y de Navarra, según L.M. Van Loo.


En septiembre de 1758, Jean-Joseph de Laborde, tras haber dudado largamente y sobre la insistente petición del Cardenal de Bernis, de los Sres. de Tavernier de Boullongne y de La Ville, abandona los Pirineos para instalarse en París, ciudad que prefiere a Versailles. Poco tiempo después de su llegada a la capital francesa, el joven sustituirá en la función de Banquero de la Corte de Francia al Sr. Pâris de Montmartel, que ostentaba desde hacía décadas ese oficio. Tras la caída en desgracia del Cardenal de Bernis, su sucesor el Duque de Choiseul, que es nombrado por Luis XV Ministro de Asuntos Exteriores y luego en Ministro de la Marina y de la Guerra, se convierte en uno de los íntimos de Jean-Joseph de Laborde. Esa preciosa amistad permitirá a nuestro personaje acceder, además de la función de Banquero de la Corte, al rango de miembro del Comité de las Cajas y convertirse en Recaudador General de Impuestos. A partir de ese paso tan importante y con las numerosas funciones que acumula, el Conde de Laborde verá abrirse ante sus narices las puertas al círculo del rey Luis XV, dando paso al nacimiento de una confianza y una estima recíproca entre los dos hombres.

Retrato de Étienne-François de Choiseul, Conde de Stainville (1719-1785), 1er Duque de Choiseul-Amboise, principal ministro del rey Luis XV, según L.M. Van Loo, c.1763.


El 9 de septiembre de 1760, Jean-Joseph de Laborde casa en Bruselas con Rosalie Claire de Nettine, hija de Mathias de Nettine y de Barbe Stoupy, una alianza patrocinada y alentada por el Duque de Choiseul, permitiendo asi al banquero de la corte y, en la misma ocasión, al rey Luis XV reafirmar la amistad entre las coronas de Francia y de Austria.

De esa armoniosa unión sin nubarrones nacerían varios hijos: François de Laborde de Méréville, Édmond de Laborde de Marchainville, Pauline de Laborde (que casaría con Jean-François de Pérusse, Duque d'Escars o des Cars), Ange de Laborde de Boutervilliers, Alexandre de Laborde, marqués de Laborde (que casaría con Thérèse de Sabartier de Cabre) y, finalmente, Natalie de Laborde (que casaría con Charles de Noailles, Duque de Noailles y de Mouchy).


Fachada Norte del Castillo de La Ferté-Vidame hacia 1750.


El nuevo Castillo de La Ferté-Vidame a partir de 1770, obra del arquitecto Le Carpentier por encargo del financiero Laborde, en una recreación virtual.

El 21 de junio de 1764, en el zénit de su carrera, Jean-Joseph de Laborde adquiere pues la finca ducal de La Ferté-Vidame con su castillo medieval, casa ancestral del célebre memorialista y duque de Saint-Simon. Sobre aquellas tierras comenzarán unas obras de gran amplitud: manda arrasar el viejo castillo-fortaleza para construír en su lugar un vasto palacio de estilo clásico, diseñando nuevos jardines con estanques artificiales y agrandando el parque, erigiendo una faisanería y varias granjas modelo.

Con el fin de llevar a buen término todas esas obras, cuya obra magna es la construcción del nuevo castillo, recurre al arquitecto Antoine Mathieu Le Carpentier.

En los años siguientes, el Sr. de Laborde continúa ensanchando su finca comprando los señoríos vecinos de Maillebois, Mervilliers, Marchainville y numerosos feudos: Saint-Mesme, Saint-Sauveur, Chataincourt, Crucey, Digny, Louvigny, Mainterne, Prudemanche, Saint-Lubin, La Saucelle, Thimer...


Retrato del rey Luis XVI de Francia y de Navarra (1754-1793), según Callet.

En 1783, Luis XVI compra a su primo el Duque de Penthièvre, las tierras y castillo de Rambouillet. Viéndose este último privado de una residencia que apreciaba, el nieto de Luis XIV y de la Marquesa de Montespan desea adquirir la hermosa propiedad de La Ferté-Vidame. No pudiendo negar nada al Rey y a su familia, Laborde consiente vendersela y abandona sus tierras para instalarse en Méréville. En compensación, el rey le concede el título de marqués, título que por cierto desdeñará utilizar oficialmente. Partiendo nuevamente de cero, nuestro afortunado personaje convierte su propiedad de Méréville en un inmenso solar en obras -empleando a 700 obreros especializados- transformándolo en un auténtico oasis en medio de la Beauce.


Retrato en miniatura del Marqués Jean-Joseph de Laborde (1724-1794).

En 1786, le llega la trágica noticia de una doble pérdida: dos de sus hijos, Édmond y Ange de Laborde, que servían en la Marina y se encontraban acompañando al Conde de La Pérouse en su expedición geográfica alrededor del mundo, encontraron la muerte cuando su chalupa naufragó en la Bahía de Littuya (Alta California, EE.UU.), al intentar ir en ayuda de otros compañeros en apuros.

Diez años después de haber dejado La Ferté-Vidame, el 7 de noviembre de 1793, Jean-Joseph de Laborde es arrestado en su castillo de Méréville por los revolucionarios y encarcelado en el parisiense Palacio de Luxemburgo. Condenado por el tribunal revolucionario por presunta complicidad en un asunto de transferencias de fondos al extranjero, Laborde acaba en la guillotina el 18 de abril de 1794. Sus donaciones anuales de 24.000 Francos a los pobres y la construcción de cuatro grandes hospitales en París no parecieron pesar en su defensa.


Retrato de François de Laborde, Marqués de Méréville (1761-1802).

El primogénito de Jean-Joseph, François de Laborde, marqués de Méréville (1761-1802), que también abrazó la carrera marítima, fue guarda del tesoro real, combatió en la Guerra de Independencia Americana, elegido diputado del Tercer Estado por Étampes y miembro de la Asamblea Nacional al comienzo de la Revolución, participó en el famoso juramento del Juego de la Pelota (Versailles, 1789), que estuvo al origen de la 1ª constitución de la futura república francesa. Antes del arresto de su padre, debido en parte por culpa de sus actuaciones (transferencias de capitales franceses al extranjero y traslado de las obras de arte del Duque de Orléans a Inglaterra) y, a su vez perseguido por el Tribunal Revolucionario, decide emigrar e instalarse en Londres, donde fallecería soltero en 1802.



(*)_Jean-Joseph de Laborde se haría inmensamente rico gracias al comercio transatlántico, aprovisionando las colonias con materias primas e importanto productos exóticos a la par que lucrativos a la metrópoli (frutos, árboles de esencias, oro,...), sin desdeñar el gran negocio de la trata de esclavos y la explotación de una gran plantación azucarera de su propiedad en Saint-Domingue (Haití).

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