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miércoles, 29 de febrero de 2012

Anécdotas Históricas -124-



François Rabelais, de camino a París, se encontró con que no tenía con qué pagar su pernocta en una fonda. Para remediar ese problema, no se le ocurrió otra cosa que dejar en la mesa de su alcoba una bolsita llena de azúcar, a la que ató una pequeña etiqueta donde había escrito "Veneno para el Rey". La guardia fue alertada por el dueño de la fonda y Rabelais fue detenido y conducido hasta la capital. Aclarada la broma, el rey Francisco I, que apreciaba su ingenio, le perdonó riéndose.

Anécdota de: François Rabelais, escritor, médico y humanista (1494-1553)

martes, 28 de febrero de 2012

CURIOSIDADES -15-

UNA FALSA CREENCIA:
la Fiesta del 14 de Julio



Contrariamente a lo que generalmente se cree, la fiesta nacional francesa del "14 de Julio" no conmemora la toma de La Bastilla del 14 de julio de 1789, sino la Fiesta de la Federación de 1790 que se organizó en París para celebrar la reconciliación y la unidad de todos los franceses, asi como del rey con su pueblo. No fue hasta el 6 de julio de 1880, durante la IIIª República, cuando se decidió instituír el 14 de Julio como día de la Fiesta Nacional Francesa.

CURIOSIDADES -14-


EL HIMNO REAL BRITÁNICO


El famoso y archiconocido himno inglés de "God save the Queen" (Dios salve a la Reina), fue en realidad una creación francesa plagiada por Georg Friedrich Haendel y adoptada como himno real por los monarcas británicos años después.

Perfil en busto del rey Luis XIV de Francia a sus 65 años, según Antoine Benoist (1705).


En septiembre de 1686, Luis XIV debía en breve inaugurar la Casa Real de San-Luis, más conocida como Colegio de las Damiselas de Saint-Cyr, una institución benéfica creada por la Marquesa de Maintenon para acoger, educar y situar a las jóvenes hijas de la aristocracia sin pecunio. Puesto que había que organizar una ceremonia que se adecuase al evento, Madame de Maintenon pidió a su segunda, la Duquesa de Brinon, superiora de Saint-Cyr, que compusiera la letra de un himno y que el compositor Jean-Baptiste Lully pusiera la música para que las damiselas de Saint-Cyr lo cantasen ante el rey. En ese momento, el soberano sufría de una molesta fístula anal, por lo que el himno debía ser dedicado al pronto restablecimiento de éste y se tituló "Grand Dieu sauve le Roy" (Gran Dios salva al Rey). Madame de Brinon se inspiró del versículo del salmo XIX de David "Domine, salvum fac regem et exaudi nos in die qua invocaverimus te", para escribir la letra. En noviembre del mismo año, el himno se interpretó por vez primera ante Luis XIV, al inaugurar la institución que se acogía a su real protección y patrocinio.
En 1687, Lully retoma ese himno para incluírlo en su Te Deum dedicado a celebrar por todo lo alto el restablecimiento del rey tras la dolorosa intervención quirúrgica. Durante aquellas solemnes festividades, que se celebraron en todo el reino galo, el himno se popularizó y se convirtió en el himno monárquico por excelencia hasta 1792, y titulado como "Domine, salvum fac regem".

Ese mismo himno fue, aparentemente, adoptado por los Jacobitas tras ser interpretado ante el exiliado rey Jacobo II de Inglaterra, que se había convertido en el huésped de honor de Luis XIV, y usado como himno reivindicativo de los Estuardo al trono usurpado por Guillermo III de Orange y sus sucesores (Ana I, Jorge I, Jorge II).

Retrato del rey Jorge II de Gran-Bretaña e Irlanda; según T. Hudson, 1744.


En cualquier caso, la versión definitiva del "God save the King" no apareció en Inglaterra hasta 1744, cuando fue publicada en Thesaurus Musicus. Al año siguiente, se popularizó para celebrar la derrota del Joven Pretendiente Estuardo y de sus partidarios (Charles Edward Stuart, Conde de Albany, también conocido como Bonnie Prince Charlie) en Culloden Moor. Los Hannover, victoriosos, adoptan entonces ese himno como propio y queda asociado a la figura del rey de Gran-Bretaña e Irlanda (Jorge II).

Retrato de Georg Friedrich Händel o Haendel (1685-1759).


Se barajan las tesis de que el autor de la versión definitiva implantada en Inglaterra fue Georg Friedrich Haendel, Kapelmeister del Elector de Hannover (maestro de capilla), y que su adaptación musical se basó en obras anteriores de los compositores ingleses John Bull (1619) y Henry Purcell, en cuyas obras se han encontrado notas similares a las actuales. Por otro lado, se pretendió erróneamente que el verdadero autor del himno fue el poeta y músico inglés Henry Carey (1687-1743), hijo natural de George Savile, 1er Marqués de Halifax.



domingo, 26 de febrero de 2012

PARIS 1887: Venta de los diamantes de la Corona





UNA CATASTROFE NACIONAL
La Venta de los Diamantes de la Corona Francesa





París, 1887

En este período en el cual la inalienabilidad de las obras conservadas en las colecciones públicas están amenazadas, puede ser útil recordar, con la ayuda de los trabajos de Bernard Morel, la lamentable venta de los Diamantes de la Corona Francesa organizada por el Estado en 1887, durante la IIIª República. Ésta amputó vertiginosamente el patrimonio nacional galo.

Retrato del rey Francisco I de Francia (1494-1547); composición de Andelot.


La colección de los Diamantes de la Corona fue constituída de manera deliberada en 1530, por el rey Francisco I, quien aisló un pequeño grupo formado por 8 piedras que estaban en su posesión y a las que declaró inalienables. En el inventario de entonces, se precisó que las piedras estaban engarzadas en diversos anillos del rey Francisco y que las donaba a sus sucesores en el trono de Francia, exigiendo que a cada accesión de los reyes, éstas fueran inventariadas y descritas según su peso, talla y color en presencia del monarca.

El rubí Côte-de-Bretagne (Costa de Bretaña), de la colección de los Diamantes de la Corona, es en realidad una espinela de 107,88 quilates que formaba parte de la dote de la Duquesa Ana de Bretaña, esposa del rey Luis XII de Francia y suegra de Francisco I. Integrada en la colección de los Diamantes de la Corona en 1530, la piedra sería tallada en forma de dragón en 1750 por el joyero de Luis XV, para formar parte de uno de los dos joyeles concebidos para decorar la venera de la Orden del Toisón de Oro, junto con los diamantes "Bazu" y "Grand Bleu de France" -el actual diamante Blue Hope- y otras piedras preciosas (reproducción a pie de texto). Actualmente, forma parte de las Joyas de la Corona expuestas en la Galería de Apolo, del Museo del Louvre (París).

Insignia de la Orden del Toisón de Oro del rey Luis XV, creada en 1750; el joyel reúne dos importantes diamantes de la Corona: el "Bazu" y el "Grand Bleu de France", a un extremo y otro del rubí "Côte-de-Bretagne" tallado en forma de dragón.

Luis XIV, rey de Francia (1638-1715).



Este primitivo fondo de piedras preciosas, del que tan solo subsiste el rubí Côte-de-Bretagne (Costa de Bretaña) hoy día, fue considerablemente aumentado por los sucesivos reyes que vinieron después de Francisco I y, particularmente, por Luis XIV, quien compró por valor de 3 millones de libras de entonces (una gran fortuna) gran cantidad de diamantes y piedras preciosas entre las que podemos citar el Gran Zafiro o Zafiro Rúspoli y el Diamante Azul o Bleu de France, de siniestra fama, belleza y color.

El Gran Zafiro Luis XIV o Zafiro Rúspoli, es una gema peculiar de 6 facetas que forma parte de los Diamantes de la Corona desde el reinado de Luis XIV, después de pertenecer a la eminente familia italiana de los Príncipes Ruspoli. / Abajo, el que fuera antes de 1792 el Gran Diamante Azul alias Azul de Francia o Bleu Tavernier, el más preciado y peculiar diamante de la Colección Real Francesa que Luis XV llevaba engastado en el joyel de la Orden del Toisón de Oro, por su color azul profundo. Robado en 1792, tallado de nuevo para evitar que fuera reconocido y reclamado por Francia, el diamante menguó hasta pesar 44, 50 quilates y pasó entre distintas manos, siendo rebautizado como Blue Hope y cosechando, entre sus sucesivos dueños, ruinas y tragedias hasta que el norteamericano Harry Winston lo adquirió y lo cedió a la Smithsonian Institution, Washington D.C. (EE.UU.)



Las piedras fueron, en ciertas ocasiones, empeñadas pero siempre recuperadas. El fabuloso tesoro de la Corona se vio seriamente mermado tras el célebre robo del Guarda-Mueble, ocurrido durante la semana del 11 al 17 de septiembre de 1792 en París, dónde se conservaba habitualmente. Pero fue nuevamente aumentado bajo Napoleón I, de tal modo que constaban en 1814, 65.072 piedras y perlas de todos los tamaños, la mayoría montadas en alhajas y joyeles; se contaron entonces 57.771 diamantes, 5.630 perlas y 1.671 piedras preciosas (424 rubís, 66 zafiros, 272 esmeraldas, 235 amatistas, 547 turquesas, 24 camafeos, 14 ópalos y 89 topacios).

La corona del rey Luis XV trona en una de las vitrinas de la Galería de Apolo del Palacio del Louvre, rodeada por diversas joyas de la Corona que han sido recuperadas después de la Revolución Francesa y de otras de posterior creación.

"La Galería de Apolo" en el Palacio del Louvre alberga, desde finales del siglo XIX, las Joyas de la Corona Francesa y sus tesoros; pintura de finales del siglo XIX.



Puestos a buen recaudo durante la guerra franco-prusiana de 1870, los Diamantes de la Corona fueron expuestos, con gran éxito, durante la Exposición Universal celebrada en París en 1878, y nuevamente en la Sala de los Estados del Museo del Louvre en 1884. Sin embargo, sobre las Joyas de la Corona ya planeaba una amenaza, no por una cuestión de necesidad pecuniaria del Estado sino por el odio que los republicanos le tenían a la monarquía. La IIIª República, aún frágil y temerosa de una más que probable restauración borbónica, quiso privar para siempre a los pretendientes de la posibilidad de utilizar, en un futuro hipotético, los Diamantes de la Corona. El más tenaz de los adversarios de la monarquía, fue el diputado Benjamin Raspail. En 1878, éste presentó ante la Cámara una moción pidiendo la venta de las alhajas reales e imperiales; moción que fue aprobada finalmente en 1882, por 342 votos a favor y 85 en contra. El mismo año, fue nombrada una comisión de expertos encargados de preparar la venta. No obstante, la comisión propuso y obtuvo el permiso para conservar algunas piedras y perlas emblemáticas que fueron cedidas al Museo del Louvre, como el gran diamante El Regente y el rubí Côte-de-Bretagne, al Museo de Historia Natural y a la Escuela de Minas.

El gran diamante conocido como El Regente, de 140,50 quilates y tallado en cojín redondeado, fue adquirido a inicios del siglo XVIII por el Duque Felipe II de Orléans, a la sazón Regente de Francia durante la minoría de edad del rey Luis XV, de ahí su nombre. En 1722, el diamante fue engarzado en la parte frontal de la corona real para la coronación de Luis XV en Reims. Napoleón I lo mandó engarzar en la empuñadura de su espada para su consagración en Notre-Dame en 1804.


Tras las discusiones que se desarrollaron en el seno del Senado, la ley de alienación fue aprobada en diciembre de 1886 y publicada en el Boletín Oficial el 11 de enero de 1887, con las firmas de Jules Grévy, Presidente de la República, y de Sadi Carnot, ministro de Hacienda: "Los diamantes, las piedras y joyas formando parte de la colección llamada Diamantes de la Corona (...), serán vendidas en subasta pública. El producto de esta venta será convertido en rentas sobre el Estado." Rezaba la resolución.

Retrato del rey Luis XVIII de Francia (1755-1824), en un lienzo fechado en 1822.

Retrato de la Princesa Maria-Teresa Carlota de Francia, Duquesa de Angulema y Delfina de Francia (1778-1851), según el Barón Antoine Jean Gros, 1815.



En ese momento, la colección, que se hallaba conformada por 77.486 piedras y perlas, comprendía dos grupos de joyas: el primero y más antiguo, que databa de la Restauración, y el segundo compuesto bajo el IIº Imperio. La Monarquía de Julio nunca los utilizó ya que poseía sus propias alhajas particulares y eran bienes privados.

En los inicios de la Restauración, el rey Luis XVIII hizo reconvertir para sus sobrinas, la duquesa de Angulema y la duquesa de Berry, las alhajas confeccionadas para la emperatriz Maria-Luisa, segunda esposa de Napoleón I. De este modo, la venta de 1887 comprendía el conjunto de diamantes y rubís, el conjunto de zafiros y diamantes, el conjunto de turquesas y diamantes y la diadema de esmeraldas y diamantes ejecutadas para esas princesas y que habían sido utilizadas por la emperatriz Eugenia.

Retrato de Eugenia de Montijo, Emperatriz de los Franceses (1826-1920), según Etienne Billet, copia del original de F.X. Winterhalter fechado en 1853.


En cuanto a las alhajas constituídas bajo el IIº Imperio, éstas desbordaban la imaginación por su opulencia; aprovechando la Exposición Universal de París en 1855, Napoleón III encargó a los mejores y afamados joyeros de la capital, un sinfín de magníficas joyas: una corona imperial para el emperador (su montura de oro sería desguazada y fundida en 1887), otra corona para la emperatriz y varias diademas, collares, brazaletes, broches y cinturones cuajados de diamantes, perlas y piedras de color. A éstas se añadieron más en los años siguientes: la peineta de diamantes (1856), la diadema rusa (1864), la diadema griega (1867),...



La subasta tuvo lugar en el mismo Louvre, en la Sala de los Estados, y en el curso de nueve sesiones celebradas entre el 12 y el 23 de mayo de 1887. Fue un fracaso financiero en toda regla. La aparición de tal cantidad de piedras y alhajas en el mercado, no hizo sino devaluarlas. La procedencia histórica de las piezas subastadas, tan comercialmente importante en la actualidad, no fue tomada en cuenta. La colección vendida estaba entonces estimada en 8 millones de Francos Oro. Su precio de salida fue de 6 millones... El Estado habiendo pagado 293.851 Francos para organizar la subasta, la ganancia limpia se tradujo en no más de 6.927.509 Francos. Decepcionante desde el punto de vista financiero, la venta fue desastrosa en el plano histórico, mineralógico dada la alta calidad de algunas piedras que ya no se encuentran, y en el plano artístico al desaparecer tantas obras de arte de la joyería francesa. Todo pareció conjurarse para que las piedras perdieran su identidad: para facilitar su compra, los elementos de los conjuntos de la Restauración fueron vendidos por separado, las decoraciones de Napoleón III fueron desmontadas, los conjuntos diseminados...

Fotografía de parte de los diamantes de la Corona subastados en 1887, en los que se encuentran la diadema griega, broches, pendientes, brazaletes y collares de la emperatriz Eugenia, y cuatro broches conformados con los famosos diamantes "Mazarino".



Los compradores fueron, esencialmente, joyeros de prestigio como Boucheron, los hermanos Bapst, Tiffany's, que acabaron por desmontar la mayor parte de las alhajas para reutilizar las piedras.

Objetivo: recuperar las Joyas de la Corona
No queda más que el esfuerzo de recordar lo que fue ese tesoro que acompañó la Historia de Francia. Es una misión que se ha fijado el Louvre: reintegrar en sus colecciones nacionales las joyas que pueden haber sobrevivido al desgüace y a la diseminación, siempre que sea posible. Algunas operaciones fueron felices, desde luego, y podemos citar algunas:



-El famoso par de brazaletes que formaban parte del conjunto de rubís y diamantes de la Duquesa de Angulema, comprada por Tiffany's por la suma de 42.000 Francos, fue legada al Museo del Louvre por un gran coleccionista, el Sr. Claude Menier, en 1973.




-La corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, que le fue devuelta a cambio del valor equivalente de diferentes piedras que Napoleón III había comprado de su bolsillo y entregadas al fondo de los Diamantes de la Corona, fue donada al Louvre en 1988 por el Sr. Roberto Polo.



-La hermosa diadema de perlas y diamantes confeccionada por Lemonnier para la emperatriz el año de su enlace (1853), vendida por 78.100 Frcs. en 1887, fue adquirida en 1890 por el Príncipe Albrecht von Thurn-und-Taxis, para su boda con la Archiduquesa Margarita de Austria, y conservada por sus descendientes hasta la venta en subasta de la fabulosa colección Thurn-und-Taxis en Ginebra en 1992, y adjudicada a la sociedad Los Amigos del Louvre.



-El elegante conjunto de oro y mosaicos romanos ejecutado por François-Regnault Nitot, joyero del emperador para Maria-Luisa de Austria en 1810, vendido por 6.200 Frcs. en 1887, fue adquirida por la sociedad anteriormente citada en una subasta pública del 2001.



-La diadema de esmeraldas y diamantes de la Duquesa de Angulema, que había sido vendida por 45.900 Frcs. y milagrosamente preservada de la destrucción, se encontraba en una colección inglesa cuando el Museo del Louvre la adquirió.

-La diadema de rubís y diamantes, también de la Duquesa de Angulema, sigue estando en manos privadas. Fue, sin embargo, prestada por Pierre Verlet al Museo del Louvre para la exposición Diez Siglos de Joyería Francesa, en 1962.



-El suntuoso broche en forma de nudo con dos borlas de diamantes, que perteneció a Eugenia de Montijo y que Napoleón III encargó al joyero Kramer en 1855, fue perseguido en una primera subasta de Sotheby's celebrada en Londres en 2002, aunque en vano pese a la ayuda de un importante mecenas. Poco después, la alhaja imperial volvió a salir al mercado en otra subasta celebrada en Christie's (Nueva York) y fue finalmente adjudicada al representante del Museo del Louvre, que pagó por la fabulosa joya nada menos que 6 millones de €uros.



-Un cofrecillo con la miniatura del rey Luis XIV con 78 diamantes engarzados en su montura, procedente de la colección privada del diseñador Yves Saint-Laurent y considerada una pieza rarísima (solo han llegado a nuestros días 3 cajas de las 300 que se estiman fueron fabricadas en el siglo XVII), fue subastada en la sala Christie's de París en 2009, adquiriéndola el Museo del Louvre por la friolera de 481.000 €.

Proverbio Hindú



"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio."

-Proverbio Hindú-

Proverbio Español



"Si tienes la lengua larga, conviene que tengas el lomo duro."

-Proverbio Español-

Cita de la Semana



"¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio."

Frase de: Albert Einstein, físico y matemático (1879-1955).

martes, 21 de febrero de 2012

Proverbio Húngaro



"Aquél cuya sonrisa le embellece el rostro es bueno; aquél cuya sonrisa le desfigura es malo."

-Proverbio Húngaro-

Proverbio Francés



"Quien no hace cuando puede, no hace cuando quiere."

-Proverbio Francés-

Proverbio Inglés



"Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti."

-Proverbio Inglés-

lunes, 20 de febrero de 2012

EL CONDE DE PROVENZA Y SU CASA



LA CASA DEL CONDE DE PROVENZA

Retrato del Príncipe Luis Estanislao de Francia, Conde de Provenza (1755-1824), con el hábito de caballero de la Orden del Espíritu-Santo; obra de A.F. Callet.

Es tradición que los reyes de cualquier país europeo, durante el Antiguo Régimen, tuviesen sus "Casas Civiles y Militares" que empleaban nobles de encumbrada cuna (en Francia era la "nobleza presentada" como se la denominaba entonces), militares, desde altos oficiales de nobleza titulada hasta simples guardias, pasando por gentileshombres de cámara y de honor, secretarios, tesoreros, damas de honor y de compañía, doncellas, primeros cocineros, halconeros, caballerizos, monteros, mayordomos, pajes, lacayos, recaderos, sirvientes, curas, confesores, heraldos, genealogistas, pintores, músicos, carpinteros, cerrajeros, vidrieros, cocheros, palafraneros, mozos,... hasta llegar al simple sirviente, lavaplatos o pinche de cocina.

El Personal de una Casa Principesca



En el reinado de Luis XVI de Francia, entre 1774 y 1792, encontramos un magnífico e ilustrativo ejemplo para que uno pueda descubrir, y hacerse una idea de con qué fastuosidad llegó a vivir uno de los hermanos del propio monarca galo: Luis Estanislao de Francia (1755-1824), Conde de Provenza, Duque de Anjou y de Alençon, Conde du Maine, du Perche y de Sennonches, más conocido en la corte bajo el título de "Monsieur" prerrogativa exclusiva del hermano segundo del rey.

Su casa estaba exactamente copiada sobre las del duque Felipe I de Orléans (hermano menor de Luis XIV) y de Carlos de Francia, duque de Berry (nieto de Luis XIV y hermano menor de Felipe V de España). Esta enorme institución contaba con 390 personas en 1773, pasando a ser de 524 personas en 1791, cifra que ya dejaba estupefactos a los contemporáneos por su importancia y esplendor. El rojo y azul de sus libreas rivalizaban con el azul, la plata y el rojo de la Casa del Rey, que solo se diferenciaba por sus aún más considerables efectivos. Ni la estructura ni el orígen social de sus oficiales eran distintos. De este modo, el Conde de Provenza tenía tan solo a su servicio a dos capitanes de guardia, los condes de Lévis y de Moreton-Châbrillant, y dos primeros gentileshombres de cámara, el marqués de Noailles (un segundón como su amo), y el duque de Montmorency-Laval, mientras que el rey tenía por norma 4 de cada.

Como la del soberano, la Casa del Infante Luis Estanislao de Francia contenía:

-una limosnería para sus necesidades espirituales y buenas obras: 21 personas

-una "cámara" para su vida doméstica y pública: 93 personas

-un guardarropa para joyas y trajes: 22 personas

-una cocina y dependencias para cocinar y servir la mesa: 125 personas

-cuadras y caballerizas con medios de transporte: 80 personas

-un servicio para la caza mayor y menor: 9 personas

-un consejo administrativo para regentar su casa y dependencias: 37 personas

-+ una secretaría gestionando las finanzas, los derechos legales y el protocolo

-+ una Compañía de Guardia-de-Corps

-+ una Compañía de Cien-Suizos

-+ una guardia de puertas y accesos: 174 personas

aunque fuera habitual que estas compañías fuesen reservadas para un soberano de otro país en visita oficial en Francia...

Pero todo estaba conforme siguiendo una de las muchas tradiciones de la Familia Real Francesa que rodeaba a sus segundones de un lujo y boato extraordinarios para subrayar así el poderío, el prestigio y la riqueza de la dinastía. En lo referente a la guardia, se admite que era más cuestión de prestigio que de protección.

Vida cotidiana




El Príncipe se levantaba puntualmente a las 9h30 de la mañana. A medio vestir, recibía a los principales oficiales de su corte y los miembros de la nobleza presentada de su Casa. Formaban ordinariamente un coro a su alrededor mientras le lavaban, afeitaban, vestían, empolvaban y peinaban los cabellos su peluquero, su maestre de guardarropa, su gentilhombre de servicio y su ayuda de cámara (cada uno con una función muy concreta) durante exactamente media hora. Era la hora de "La Toilette" (del aseo). Ésta se reproducía en sentido inverso cuando se iba a dormir sobre las 23h00 de la noche. Era la hora del "Coucher" (del acostar).

En aquellas horas fijas, los cortesanos admitidos podían hacer su cortejo y aprovechar para pedir favores; saludaban 3 veces consecutivas pasando ante los reales personajes y eso era más o menos todo si los reyes o príncipes no les dirigían la palabra o ni siquiera les miraban.

El Conde de Provenza recibía el título usual de "Monsieur", que se otorgaba tradicionalmente al hermano segundo del rey.

La residencia oficial del Conde de Provenza era, en la capital francesa, el hermoso Palacio de Luxemburgo (hoy sede del Senado y que fue levantado para María de Médicis, consorte de Enrique IV), además de espaciosos aposentos en el Ala de la Orangerie del Palacio Real de Versalles, en la planta baja.

Lista Civil y finanzas del Príncipe

Cada año "Monsieur" recibía dos considerables sumas de dinero del Tesoro Real: 2.272.982 Libras + 96.000 Libras para su uso exclusivamente personal.

Pero hay que tener en cuenta que los dos millones doscientas setenta y dos mil novecientas ochenta y dos Libras eran "intocables" al ser completamente absorbidas por los gastos fijos de su Casa, reduciéndose su renta a las noventa y seis mil Libras que percibía anualmente como "dinero de bolsillo".

Preocupado por hacer ahorro, suprimió el gasto que ocasionaba la pantagruélica cena de rigor con sus 15 distintos platos propuestos cada noche, optando por cenar "en casa" de su mujer. De este modo pudo comprarse su primera casa de campo al sur-este de París en octubre de 1774: el castillo de Brunoy.

El Castillo de Brunoy, hacia 1780; acuarela. / Abajo, vista del "Petit Château" de Brunoy, hacia 1785.



Como dependía siempre de la generosidad del Tesoro Real, optó también por independizarse para constituirse una fortuna personal y poder así vivir con holgura sin tener que mendigar a la Hacienda Real. Se puso a especular como un auténtico capitalista en negocios comerciales e inmobiliarios, sin que existieran incompatibilidades para él ni para el resto de los franceses con su posición de Príncipe de Francia (y presunto heredero del Trono hasta 1781), y su carrera de hombre de negocios. De hecho fue el más capitalista de todos los Borbones...

En el decenio de 1770-1780, aprovechó el "boom" inmobiliario que conoció París. Vendió parcelas por valor de millón y medio de Libras, compró diamantes por valor de 952.974 Libras, y aparte del castillo de Brunoy, adquirió los castillos de Grosbois por 3.280.000 Libras, de Gray (en el Franco-Condado), y de L´Isle-Jourdain (en el Languedoc) vendidos cada uno a 950.000 Libras por el Conde du Barry.

Construyó, decoró, reformó y amplió sus castillos campestres y, además, se puso a coleccionar obras maestras. En 1781 poseía 180 cuadros, casi todos holandeses o flamencos, más 11 italianos, 7 franceses y 4 españoles, sin olvidar los 3.557 dibujos de los cuales 612 eran de maestros italianos.

También coleccionó muebles: entre 1781 y 1786 compró 574 camas, 255 sillones, y 138 taburetes, repartiéndolos en sus distintas residencias.

También poseía una fábrica de porcelana de Sèvres, en Clignancourt (París-Norte), a la que abastecía con carbón y cobalto extraído de sus minas situadas en sus extensas tierras.

Era hombre de gusto y vanguardista. Este sibarita apostó por el estilo pompeyano antes que nadie en Europa, e incluso al hacerse construír un palacete en Versalles, hizo instalar la calefacción central, algo inaudito para la época, para calentar las preciosas estancias en invierno: una inmensa biblioteca, un cuarto de baño, una sala de billar, un salón octogonal, un comedor octogonal, un salón ovalado, recámaras, habitaciones, una galería con columnata (de 28 columnas) y una galería ancha bordeada de plantas enmacetadas (como un jardín de invierno) formaban ese lujoso, confortable y moderno retiro versallesco del Conde de Provenza, donde disfrutaba de la vida sin protocolos ni rigideces versallescas, y ¡a dos pasos del palacio real!

Vida Intima



El príncipe no obtuvo de su esposa, la princesa Luisa Maria Josefina de Saboya (1753-1810), otra cosa que abortos repetidos en un vano intento de tener descendencia y crear una familia. Muy pronto hicieron vidas separadas; él encontró el amor entre los brazos de la Condesa de Balbi (hija de su 1er Gentilhombre de Cámara, el marqués de Caumont-La Force), ingeniosa, bella, enérgica y dama de honor de su esposa, y perteneciente a una de las más antiguas y linajudas familias de Francia.

En cuanto a "Madame" la Condesa de Provenza, prefirió la compañía de la Condesa de Gourbillon, notoria lesbiana que debió enamorarla mucho ya que acabaron por ser inseparables hasta en la cama!

"Monsieur" brillaba por su inteligencia, elocuencia y sabiduría en historia clásica; era refinado, culto, capaz, liberal, secreto, ambiguo y no se llevaba nada bien con su hermano el rey Luis XVI ni con la reina Maria-Antonieta, su cuñada.

Retrato de la Princesa Luisa María-Josefina de Saboya, Condesa de Provenza (1753-1810); obra de Kucharsky, 1790.


"Madame" era famosa por su total olvido del aseo personal; apestaba horrores, causa del asqueo de su marido que siempre se distinguió por su pulcritud y aseo, y nadie podía acercarse a ella sin desmayarse del tufo. Las insistentes llamadas al orden de sus parientes y cuñados para que se lavara al menos 1 vez por semana, fueron vanas. Haciendo oídos sordos a las quejas sobre su horrendo olor corporal, tampoco se depilaba pese a tener vello negro en espalda y busto. Era peluda y apestosa como una mona. Su lesbianismo no era más que anecdótico, pues la gente reparaba mucho más en su notable incultura y su falta de afinidades con la reina Maria-Antonieta, a la cual odiaba y envidiaba por muchos motivos personales.

El príncipe, corpulento en su juventud, llegaría a ser tan obeso que acabaría al final de su vida en una silla de ruedas, eso sí, siendo rey de Francia como Luis XVIII, tras la caída del Imperio Napoleónico; en cuanto a la princesa, de pequeña estatura, velluda y de piel muy morena (lo que no cuadraba en los cánones femeninos de la época), acabó por sufrir una enfermedad vertebral que le dobló el tronco hacia adelante, los codos echados para atrás y el rostro marchito como papel arrugado, pareciéndose algo así como al famoso Quasimodo, en suma una cruel caricatura de sí misma.

Proverbio Francés



"No hay rana que no encuentre su sapo."

-Proverbio Francés-

Proverbio Africano



"La tierra no la heredamos de nuestros padres, la tomamos prestada de nuestros hijos."

-Proverbio Africano-

sábado, 18 de febrero de 2012

Cita de la Semana



"Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte."

Frase de: Jean Anouilh, dramaturgo (1910-1987).

martes, 14 de febrero de 2012

LOS 10 REYES DE EUROPA


DINASTÍAS EUROPEAS
Casas Reales reinantes o no en Europa


Esta es la lista completa de las dinastías que reinaron y reinan todavía en la actualidad, debidamente reseñadas, y con el actual jefe y soberano de cada familia real sea en el ejercicio de sus funciones o simplemente relegado al papel de actual pretendiente a la dignidad que le correspondería en el hipotético caso de ser jefe de Estado.


Los diez monarcas reinantes en Europa por orden de antigüedad en el trono


-Elizabeth II, Reina de Gran-Bretaña e Irlanda del Norte desde 1952: 60 años en el trono (Casa de Windsor)



-Margrethe II, Reina de Dinamarca desde 1972: 40 años en el trono (Casa de Oldenburgo)



-Carl XVI Gustaf, Rey de Suecia desde 1973: 39 años en el trono (Casa Bernadotte)



-Juan-Carlos I, Rey de España desde 1975: 37 años en el trono (Casa de Borbón)



-Beatrix I, Reina de Los Países-Bajos desde 1980: 32 años en el trono (Casa de Orange-Nassau)



-Harald V, Rey de Noruega desde 1991: 21 años en el trono (Casa de Oldenburgo)



-Albert II, Rey de Los Belgas desde 1993: 19 años en el trono (Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha)



-Henri I, Gran-Duque de Luxemburgo desde 2001: 11 años en el trono (Casa de Borbón-Parma-Nassau-Weilburg)



-Albert II, Príncipe de Mónaco desde 2005: 7 años en el trono (Casa Grimaldi)



-Alois III, Príncipe de Liechtenstein desde 2005: 7 años en el trono (Casa de Liechtenstein)



Los Reyes, Príncipes & Pretendientes sin trono

-Duarte, Duque de Braganza, Jefe de la Casa Real de Portugal desde 1976 (Casa de Braganza-Sajonia-Coburgo)

-Henri, Conde de París y de Clermont, Jefe de la Casa Real de Francia desde 1999 (Casa de Borbón-Orléans)

-Vittorio-Emanuele, Duque de Saboya, Príncipe de Nápoles, Jefe de la Casa Real de Italia desde 1983 (Casa de Saboya)

-Carl, Príncipe Imperial y Archiduque de Austria, Príncipe Real de Hungría y de Bohemia, Jefe de la Casa Real e Imperial de Austria y Hungría desde 1961 (Casa de Habsburgo-Lorena)

-Georg-Friedrich, Príncipe Real de Prusia, Príncipe Imperial de Alemania, Jefe de la Casa Real e Imperial de Prusia y de Alemania desde 1977 (Casa de Hohenzollern)

-Maximilian, Duque en Baviera, Príncipe Real de Baviera, Jefe de la Casa Real de Baviera desde 1995 (Casa de Wittelsbach)

-Ernst-August V, Duque de Brünswick-Lüneburg, Príncipe Real de Hannover, Jefe de la Casa Real de Hannover desde 1987 (Casa Güelfa de Hannover). Desde 1866, el Reino de Hannover dejó de tener soberanía propia al ser incorporado a Prusia.

-Emmanuel-Maria, Margrave de Meissen, Duque de Sajonia, Príncipe Real de Sajonia, Jefe de la Casa Real de Sajonia desde 1968 (Casa de Wettin)

-Carl, Duque de Württemberg, Príncipe Real de Württemberg, Jefe de la Casa Real de Württemberg desde 1975 (Casa de Württemberg)

-Maximilian II, Margrave de Baden, Duque de Zähringen y Príncipe Gran-Ducal de Baden, Jefe de la Casa Gran-Ducal de Baden desde 1963 (Casa de Zähringen)

-Moritz, Landgrave de Hessen-Cassel y de Hessen-Darmstadt, Jefe de la Casa Gran-Ducal de Hessen desde 1980 (Casa de Brabante-Hessen-Cassel-Darmstadt)

-Friedrich-Franz V, Gran-Duque de Mecklemburgo-Schwerin, Jefe de la Casa Gran-Ducal de Mecklemburgo desde 1945 (Casa Obodrita de Mecklemburgo-Schwerin)

-Georg-Alexander, Duque de Mecklemburgo-Strelitz, Príncipe Gran-Ducal de Mecklemburgo-Strelitz y Jefe de la Casa Gran-Ducal de Mecklemburgo-Strelitz desde 1963 (Casa Obodrita de Mecklemburgo-Strelitz)

-Christoph, Duque de Schleswig-Holstein-Sönderburg-Glücksburg, Jefe de la Casa Ducal de Schleswig-Holstein-Sönderburg-Glücksburg desde 1980 (Casa de Oldenburgo)

-Anton Gunther, Gran-Duque de Oldenburgo, Jefe de la Casa Gran-Ducal de Oldenburgo desde 1970 (Casa de Oldenburgo)

-Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Infante de España, Duque de Calabria, Jefe de la Casa Real de las Dos-Sicilias desde 1964 (Casa de Borbón-Dos Sicilias)

-Carlos Hugo de Borbón-Parma, Duque de Parma-Plasencia-Guastalla, Jefe de la Casa Ducal de Parma, Plasencia y Guastalla y "Pretendiente Carlista" desde 1977 (Casa de Borbón-Parma)

-Maria, Gran-Duquesa de Rusia, Jefa de la Casa Imperial de Rusia desde 1992 (Casa Romanov-Holstein-Gottorp)

-Konstantínos II, ex-Rey de Los Helenos desde 1974, Príncipe de Grecia y de Dinamarca, Jefe de la Casa Real de Grecia desde 1964 (Casa de Oldenburgo)

-Aleksandar, Príncipe Real de Yugoslavia, Jefe de la Casa Real de Yugoslavia desde 1970 (Casa Petrovich-Karageorgevich). Actualmente Yugoslavia ha dejado de existir como nación.

-Mirkov, Príncipe Real de Montenegro, Jefe de la Casa Real de Montenegro desde 1986 (Casa Petrovich-Niegosch)

-Mihai I, ex-Rey de Rumanía desde 1947, Jefe de la Casa Real de Rumanía desde 1940 (Casa de Hohenzollern)

-Simeon II, ex-Rey de Bulgaria desde 1946, Jefe de la Casa Real de Bulgaria desde 1943 (Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha). Fue Primer Ministro de la República Búlgara entre 2001 y 2005, sin jamás haber renunciado formalmente a la corona.


Nota: No tendremos aquí en cuenta a los representantes de otras Casas Principescas o Ducales de Alemania, cuya soberanía estaba de hecho sometida a la autoridad prusiana, y poseedores de una importancia política muy relativa que terminó en 1918, tras la caída del IIº Reich Alemán después de la Iª Guerra Mundial. De todos modos os facilito el listado de estas dinastías que ejercieron antiguamente su soberanía en territorio alemán:

-Casa Ducal de Anhalt

-Casa Principesca de Hohenzollern

-Casa Principesca de Lippe

-Casa Principesca de Reuss

-Casa Ducal de Sajonia-Weimar-Eisenach

-Casa Ducal de Sajonia-Meiningen

-Casa Ducal de Sajonia-Coburgo-Gotha

-Casa Principesca de Schaumburg-Lippe

-Casa Principesca de Schwarzburg

-Casa Principesca de Waldeck-Pyrmont


Casas Importantes del Sacro Santo Imperio Romano Germánico


Lista de las 58 familias a cuyos miembros el Imperio Germano reconoció su rango, tratamiento de "Altezas" y la consideración de igualdad con los miembros de las familias reales europeas.

-Arenberg

-Auersperg

-Bentheim

-Bentinck

-Castell

-Colloredo-Mannsfeld

-Croÿ

-Dietrichstein

-Erbach

-Esterhazy de Galantha

-Fugger

-Fürstenberg

-Giech

-Harrach

-Hohenlohe

-Isenburg

-Kaunitz-Rietberg

-Kevenhüller-Metsch

-Königsegg-Aulendorf

-Kuefstein

-Leiningen

-Leyen

-Loblowicz

-Löwenstein-Wertheim

-Looz-Corswarem

-Metternich-Winneburg

-Neipperg

-Oettingen

-Orsini-Rosenberg

-Ortenburg

-Pappenheim

-Platten-Hallermund

-Plattenberg

-Puckler-Limpurg

-Salm

-Sayn-Wittgenstein

-Schaesberg

-Schlitz Von Görtz

-Schönborn

-Schwarzenberg

-Schönburg

-Solms

-Stadion

-Starhemberg

-Sternberg

-Stolberg

-Thurn und Taxis

-Törring-Jettenbach

-Trauttmansdorff

-Waldbott-Bassenheim

-Waldburg

-Wallmoden-Gimborn

-Wied

-Windisch-Graetz

-Wurmbrand-Stuppach