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martes, 31 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -106-



En Francia, a finales del siglo XIX, se procedió a un estudio para verificar el grado de higiene de los franceses de entonces: el 2% de la gente pudiente tomaba regularmente baños, el 18% se lavaba de cuando en cuando los pies, el 52% se lavaba 8 veces al año, el 4% se lavaba las manos y la cara para ir a misa y el 24% restante no tocaba el agua a menos que cayese en un charco!
Huelga decir que, de haber hecho un estudio paralelo en España y en otros países europeos en esa misma época, el resultado habría sido muy similar al francés.

Anécdota del Siglo XIX.

Anécdotas Históricas -105-



El Duque Felipe II de Orléans, Regente de Francia entre 1715 y 1723 durante la minoría de edad del rey Luis XV, parece haber "inventado" la semana laboral de 35 horas antes de que fuera adoptada por los franceses del siglo XXI. A las 9 de la mañana comenzaba su jornada de trabajo en su despacho: recibía a los embajadores, respondía al correo y leía los informes de los ministros; a mediodía, hacía una pausa para tomar su almuerzo y, después del postre, volvía a su gabinete para presidir el Consejo de Ministros o cualquier otro asunto de Estado. A las 17 horas sonadas, el regente se levantaba puntualmente suspendiendo toda actividad, saludaba a sus ministros y consejeros, dando por acabada su jornada de trabajo, para marchar a divertirse.

Anécdota de: Felipe II de Borbón, Duque de Orléans (1674-1723), Regente de Francia de 1715 a 1723. 

Anécdotas Históricas -104-



El famoso vino de Champagne (el Champán castellanizado) fue polémico desde el principio. Hasta inicios del siglo XVIII, se creía que sus burbujas eran obra del diablo. Bajo la Regencia (1715-1723), y siendo el Duque Felipe II de Orléans un gran consumidor, la bebida entró en los palacios de la aristocracia por la puerta grande.
En 1694, el primer médico del rey Luis XIV de Francia prohibió terminantemente al soberano su consumo ya que, en su opinión, ese vino burbujeante no era nada bueno para su gota.



Anécdota de: Luis XIV, Rey de Francia y de Navarra (1638-1715).

CURIOSIDADES -6-

AGUA CORRIENTE PARA EL REY



El rey Carlos V de Francia, apodado "el Sabio" (1338-1380), ya disponía de agua corriente en sus aposentos del Castillo de Vincennes cuando ese sistema seguía siendo entonces desconocido en la Europa del siglo XIV. Gracias a un sencillo sistema de recolección de agua de lluvia, instalado en lo alto de la torre del homenaje del castillo real, el monarca disponía de ésta con solo tirar de una cadena para lavarse los dientes o cuando iba a su letrina, cuyas paredes estaban tapizadas para protegerle del frío. Aún hoy se puede descubrir esa rareza medieval visitando el Castillo de Vincennes.


Anécdotas Históricas -103-



El tuteo, bajo el Antiguo Régimen, era considerado una grosería y una impertinencia inaceptables. Pero, en Francia y con la revolución, las costumbres sociales cambiaron radicalmente; en noviembre de 1793, la Convención Nacional decretaba el tuteo obligatorio, tanto en lo civil como en las administraciones para remarcar el sentimiento de fraternidad universal. Esa "moda" que se había convertido en ley, tan solo duró un año. Al caer Robespierre y su gobierno del terror en 1794, los franceses volvieron a utilizar la antigua fórmula del voseo.

Anécdota del Siglo XVIII.

CURIOSIDADES -5-

LA BASTILLA YA ESTABA SENTENCIADA



La célebre fortaleza parisina conocida como La Bastilla, ubicada en el barrio de Saint-Antoine, a las puertas de la capital francesa, tuvo un conocido destino: el de ser tomada el 14 de julio de 1789 por los parisinos. Aquel acto popular supuso el primer pistoletazo de la Revolución Francesa que provocó, en primera instancia, la partida del Conde de Artois (hermano menor del rey Luis XVI) al extranjero, seguido por un gran número de aristócratas y notorios cortesanos, tras comprobar que la Corona ya no podía protegerles frente a la chusma envalentonada. Días después de la toma, los parisinos decidieron arrasar aquel vetusto símbolo de la autoridad real y propusieron poner en su lugar una plaza que celebrara la libertad recobrada por el pueblo.



Lo que pocos saben es que, ya en 1784, el rey Luis XVI, junto con su ministro de Finanzas Necker, planeaba la demolición de La Bastilla para ahorrar al Estado un gasto juzgado excesivo. De hecho, aquella fortaleza medieval convertida en prisión de Estado por el Cardenal de Richelieu en el siglo XVII, tenía un mantenimiento muy costoso para las arcas reales: solo el sueldo del gobernador* suponía un desembolso anual de 60.000 libras, a lo que se añadían los sueldos del personal, muy numeroso, más el presupuesto para las cocinas encargadas de proveer las mesas de los presos porque, todo hay que decirlo, dependiendo de la calidad del prisionero, el menú variaba notablemente. En esa misma vía, el rey había sentenciado el cierre de la torre del Castillo de Vincennes, otra cárcel del Estado demasiado costosa.
De acuerdo con Necker y el arquitecto de los Edificios Reales, Luis XVI daba el visto bueno para el derrocamiento de La Bastilla, dejando tan solo una de sus torres en pie a modo de recuerdo, y poner en su lugar una plaza con su nombre, donde tronaría un monumento compuesto con elementos rescatados de la fortaleza (piedras, cadenas, cerraduras de sus celdas y mazmorras), sobre el que se elevaría una estátua del monarca tendiendo una mano hacia la torre conservada, en un gesto alegórico de liberación. Tal era el proyecto de 1784 que, por distintos motivos, no llegó a cuajar pero que, sin embargo, fue curiosamente ejecutado por los parisinos 5 años después, en julio de 1789.



(*)_El último gobernador de La Bastilla fue el Marqués de Launay quien, tras rendirse a los parisinos, fue salvajemente masacrado y decapitado por la turba descontrolada. 

sábado, 28 de enero de 2012

CURIOSIDADES -4-

Entre Pinto y Valdemoro

Retrato de Felipe IV de Austria (1605-1665), Rey de España de 1621 a 1665.

Una de las versiones que circulan para explicar la frase "estar entre Pinto y Valdemoro" está referida a ciertos "vicios reales". Los monarcas de la Casa de Austria visitaban muy frecuentemente la localidad de Valdemoro, ya que era su lugar de descanso en el camino hacia Aranjuez.

Había situada entre Pinto y Valdemoro una casa de mala reputación, la cual frecuentaba uno de estos reyes con bastante asiduidad (Felipe IV). Así, cuando alguien preguntaba dónde estaba el rey, por no decir el sitio verdadero, decía que estaba "entre Pinto y Valdemoro", palabras que todo el mundo entendía.



Sin embargo, la versión que se tiene como más fiable, se refiere a la calidad de los vinos. Valdemoro tenía uno de los vinos con más calidad de todo el reino, hecho que se demuestra al ser el vino que se consumía en la Casa Real, y que además obtuvo numerosos beneficios por parte de ésta. En Pinto también tenían vino, pero de una calidad bastante inferior al de Valdemoro.

De esta forma, cuando alguien tomaba un vino que no era ni bueno ni malo, decía: "está entre Pinto y Valdemoro". Por eso ahora la frase se emplea al referirse a algo que está entre dos cosas extremas.

Cita de la Semana



"No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente."

Frase de: René Descartes, científico, matemático y filósofo (1596-1650).

viernes, 27 de enero de 2012

martes, 24 de enero de 2012

ELEONORA AMALIA VON SCHWARZENBERG: La Princesa Vampira



ELEONORA AMALIA VON LOBKOWICZ
PRINCESA VON SCHWARZENBERG, DUQUESA VON KRUMLOV
1682 - 1741



La familia

La princesa Eleonora Elisabeth Amalia Magdalena von Lobkowicz nació en el castillo familiar de Melník (Bohemia, actual Chequia), el 20 de junio de 1682, siendo la cuarta hija del segundo matrimonio de su padre, el Príncipe Ferdinand August von Lobkowicz, Duque de Sagan (1655-1715), con la Margravina Maria-Anna Wilhelmina von Baden-Baden, tataranieta del rey Gustavo I Vasa. Tras ella vinieron al mundo dos príncipes más:

-Princesa Ludovika Anna Franziska von Lobkowicz (1683-1750), casada con el Príncipe Anselm Franz von Thurn und Taxis.

-Príncipe Georg Christian von Lobkowicz (1686-1753), que desposaría a la Condesa Caroline von Waldstein => 10 hijos / Rama Lobkowicz-Melník

Retrato del Príncipe Ferdinand August Leopold von Lobkowicz, Duque de Sagan (1655-1715).



Del primer matrimonio de su padre con la Condesa Claudia Franziska von Nassau-Hadamar (celebrado el 17 de julio de 1677), tan solo obtuvo un heredero varón que llegó a la edad adulta, el Príncipe Philipp-Hyacint von Lobkowicz (1680-1737). La Princesa Claudia Franziska moriría de sobreparto en 1680, tras alumbrar a su tercer y único vástago sobreviviente*.

El segundo matrimonio del Duque de Sagan fue más fructífero que el primero, ya que la Margravina Maria-Anna Wilhelmina de Baden-Baden le dio 8 hijos, de los que tan solo 4 llegaron a la edad adulta. La Duquesa de Sagan fallecería a su vez el 22 de agosto de 1701...

Un tercer matrimonio del Duque de Sagan celebrado en 1703, con la Condesa Marie-Philippine von Althann (1671-1706), no tan solo resultó ser estéril sino que, además, fue breve. La flamante duquesa murió antes de cumplir el tercer aniversario de casados.

En 1707, el duque contrae nuevas nupcias con la Princesa Maria-Johanna von Schwarzenberg (1681-1739), de 26 años más joven que él. El 4º matrimonio tan solo producirá dos hijas que morirían a la edad de 2 y 4 años.

El 3 de octubre de 1715, a la edad de tan solo 60 años, el Duque de Sagan muere en su finca de Raudnitz (Chequia), dejando a su cuarta mujer viuda con tan solo 34 años.

Princesa de Schwarzenberg, Duquesa de Krumlov y Condesa von Sulz




Catorce años antes de su muerte, el Duque de Sagan casa a su hija Eleonora Amalia con el mejor partido de la corte austríaca, el Príncipe Adam Franz Karl Eusebius von Schwarzenberg (1680-1732), perteneciente a la alta nobleza del reino de Bohemia y futuro Gran Mariscal de la Corte del Emperador del Sacro Santo Imperio Romano Germánico**. El 6 de diciembre de 1701, se celebra la unión religiosa: él tiene 21 años y ella 19.

La flamante Princesa de Schwarzenberg baja del altar con fama de ser una joven que ha recibido una inmejorable educación y poseedora de una amplia cultura, amén de una cuantiosa dote.



La culta y rica princesa tardaría casi cinco años en dar a su marido descendencia: en 1706, nace finalmente una hija, la Princesa Maria-Anna zu Schwarzenberg (1706-1755)***. El primer alumbramiento es decepcionante, al engendrar ésta a una niña en vez del tan ansiado heredero varón. De hecho, los años siguientes a ese nacimiento, Eleonora Amalia y Adam Franz intentarán, infructuosamente, engendrar al niño deseado que asegure la continuidad de su linaje. Para ello, recurrirán a todos los medios imaginables para que se quede nuevamente en estado de buena esperanza: estancias en balnearios para tomar baños termales, peregrinaciones a lugares santos, regímenes alimenticios, pócimas y bebedizos ¡resultaron inútiles a lo largo de 15 años!

Llegados a este punto, y según se rumoreaba entonces, Eleonora Amalia no dudó en recurrir a la magia y a la alquimia para conseguir su objetivo. Entre tantos "remedios" médicos y mágicos, solía tomar diariamente leche de loba (reputada eficaz para quedarse preñada) y llegó a pagar a precio de oro un bebedizo extremadamente raro de conseguir, y del que se loaba, también, la supuesta eficacia para combatir su pertinaz esterilidad: semen de cachalote!!!

El milagro ocurrió finalmente cuando, en abril de 1722, Eleonora Amalia constata que está preñada y recibe la confirmación del primer médico del Emperador. La noticia no deja de asombrar a familiares, médicos y cortesanos, ya que la princesa tiene entonces nada menos que 40 años! La sorpresa no puede ser más general y pronto, un sordo rumor empieza a recorrer no solo Viena sino toda Chequia: algunos achacan esa tardía maternidad de la princesa por ser una bruja que, gracias a sus prácticas nigromantes, ha conseguido quedarse en estado. El rumor, que irá creciendo y extendiéndose por doquier, provocará no pocos escalofríos entre la gente cuando, finalmente, da a luz a un hijo varón el 15 de diciembre de 1722, el heredero tantas veces buscado y perseguido!


Retrato de la Princesa Eleonora Amalia von Lobkowicz, Princesa von und zu Schwarzenberg, Duquesa de Krumau (o Krumlov) y Condesa von Sulz (1682-1741), junto a su único hijo varón el Príncipe Josef I Adam von und zu Schwarzenberg (1722-1782); obra según Maximilian Hannel, 1727.


En una época en que aún reinaba a sus anchas la superstición en todas las clases sociales y, sobretodo, en Bohemia, el tardío e inesperado embarazo de la Princesa de Schwarzenberg fue acogido con una mezcla de asombro y horror, después de una persistente esterilidad a lo largo de quince años.

La princesa parirá en su palacio de Viena al milagroso hijo y le impondrán, sobre la pila bautismal, los nombres de Josef Adam Johann Nepomuk Franz de Paula Joachim Judas Thaddäu Abraham.

Cinco años después, para celebrar su victoria, la Princesa ordenará al pintor Maximilian Hannel que la pinte junto a su heredero, ataviados con trajes de caza, en un mismo lienzo que, desde 1727, aún se encuentra colgando en una de las paredes de los salones del castillo de Ceský-Krumlov.

El Castillo de Ceský-Krumlov



En 1719, el Príncipe Adam Franz von Schwarzenberg hereda de sus tíos, los Príncipes von Eggenberg, el imponente castillo y las vastas tierras de Ceský-Krumlov, en Chequia. En ese vetusto a la par que vasto palacio (el más grande de Chequia), el príncipe gastará una fortuna en remodelarlo y adecuarlo al gusto de entonces, contratando a los mejores artistas del momento: pintores, decoradores, escultores y arquitectos serán enviados a su nueva posesión para transformarla en una de las más bellas residencias de Bohemia.



El castillo de Ceský-Krumlov es, entonces, un imponente edificio que domina la villa a orillas del sinuoso río Moldava desde los tiempos en que la célebre y poderosa familia Rozmberk o Rosenberg (siglo XIII) era dueña del lugar e hizo de ella su capital. Al extinguirse el linaje Rosenberg (s.XVII), el último de ellos vendió sus bienes al Emperador Rodolfo II (1601) y algún que otro archiduque habitó entre sus muros hasta que los Habsburgo se deshicieron de Ceský-Krumlov dos décadas después, concediéndolo a los Príncipes de Eggenberg en 1622, junto con la dignidad ducal de Krumlov o Krumau, y cuyo último representante y tercer duque (muerto en 1710) -casado con una princesa de la Casa de Schwarzenberg-, dejó en herencia a su viuda.

Retrato del Príncipe Johann Christian von Eggenberg, 3er Duque de Krumlov (1641-1710).

Retrato de la Princesa Maria-Ernestine von Schwarzenberg, Princesa von Eggenberg y 3ª Duquesa von Krumlov (1649-1719).



La Duquesa Vda. de Krumlov y Princesa von Eggenberg, nacida Maria-Ernestina von Schwarzenberg (1649-1719), esposa del Príncipe Johann Christian von Eggenberg, 3er Duque de Krumlov (1641-1710), habiéndose quedado sola y sin hijos, testó en favor de su sobrino Adam Franz von Schwarzenberg para que, a su muerte, éste heredara de todos sus bienes, incluyendo el vasto castillo de Ceský-Krumlov.

Retrato de Carlos VI de Austria (1685-1740), Emperador Romano Germánico entre 1711 y 1740.

Retrato ecuestre del Príncipe Adam Franz von Schwarzenberg, 4º Duque von Krumlov (1680-1732), Caballerizo Mayor del Sacro Santo Imperio Romano Germánico.



Gran Mariscal de palacio desde 1711, el Príncipe de Schwarzenberg había sido honrado por el Emperador con la Orden del Toisón de Oro en 1712. Al convertirse en el nuevo señor de Ceský-Krumlov, obtuvo de Carlos VI la rehabilitación del ducado de Krumlov a su favor el 28 de septiembre de 1723, tras ser erigida su tierra checa en principado (1722), fecha en que abandonaba su viejo cargo para convertirse en el nuevo Caballerizo Mayor de la corte imperial.

Diez años después de su nuevo nombramiento, el príncipe muere en trágicas circunstancias...

La Princesa Viuda


El 11 de junio de 1732, el Príncipe Adam Franz von Schwarzenberg forma parte del séquito del Emperador Carlos VI de Austria, cuando éste acude a la finca de Brandeis-an-der-Elbe, coto de caza imperial. El césar, rodeado de sus acompañantes, se dispone entonces a correr el ciervo. En el momento en que Carlos VI consigue tener al alcance de su fusil a uno, se cruza inesperadamente en la línea de tiro su Caballerizo Mayor y cae muerto de un balazo.


Retrato del Emperador Carlos VI de Austria (1685-1740), con atuendo de cazador.


La trágica circunstancia en la que muere Adam Franz von Schwarzenberg, empujan al kaiser, devorado por el remordimiento y la culpabilidad, a conceder a la viuda una pensión anual de 5.000 florines a título de indemnización, y a acoger bajo su protección al único hijo de ambos, Josef I Adam, al que condecora excepcionalmente caballero de la Orden del Toisón de Oro con tan solo 10 años de edad!

Sola y al frente de una colosal fortuna, Eleonora Amalia asumirá la dirección de los negocios y la administración de los inmensos bienes heredados por su hijo, convertido en el 4º Príncipe von Schwarzenberg y 5º Duque de Krumlov. El patrimonio de los Schwarzenberg, por entonces, no tan solo se componía de extensas fincas y grandes parcelas de tierras cultivables con castillos, granjas, villas y pueblos; explotaban sus fábricas de cerveza, de vidrio, minas de cobre, plata y hierro, a los que se añadía la acuicultura, los bosques y los aserraderos, aportándoles pingües beneficios. Por lo visto, la Princesa Viuda fue una mujer de negocios muy hábil que supo dirigir con acierto todas las empresas familiares.



La Princesa Vampira, terror de Bohemia

Pero, en los años siguientes, un extraño mal empezará a aquejar a la Princesa Viuda: su salud sufre un paulatino decaímiento. Quejándose de pesadez en el estómago, de dolores intolerables en piernas y brazos, de dificultades respiratorias, su físico se va demacrando irremediablemente. Sus médicos, que no conseguían dar con un diagnóstico serio de su mal, le iban recetando todo tipo de remedios medicinales tan ineficaces como estrambóticos... Hubo quien le recomendó fumar tabaco en pipa para aliviar sus dolores, cosa que hizo enseguida; pero el consumo de tabaco no hizo sino empeorar su estado.



A medida que su falta de apetito crecía, que su languidez aumentaba, los médicos pronto dejaron paso a charlatanes y magos con remedios poco ortodoxos que, entre brebajes supuestamente curativos, rituales mágicos y sesiones de espiritismo, se apoderaron de la Princesa Viuda. Ésta, ya de por sí hipocondríaca, obedecía ciegamente todos los consejos que recibía al mismo tiempo que caía en el convencimiento de que había sido víctima de un vampiro, dados los síntomas que padecía: insomnio, adelgazamiento, palidez cadavérica, inapetencia por la comida, entumecimiento de los miembros, ataques de ansiedad, sensación de ahogo contínuo,...

Entre el hecho de que en el castillo se mantenían a varias lobas enjauladas que se pasaban las noches aullando, que se celebraban extrañas sesiones y que la apariencia demacrada de la princesa provocaba pavor entre la domesticidad, pronto se afirmó en las calles que ésta había sido vampirizada y que su muerte era próxima. El miedo, espoleado por las viejas supersticiones centroeuropeas, se apoderó rápidamente de los habitantes de Ceský-Krumlov, llevándoles a los peores excesos y a siniestras pesquisas en los cementerios para dar con el supuesto vampiro responsable de la enfermedad de la Princesa de Schwarzenberg. Se desenterraron cadáveres para empalarlos, decapitarlos e incinerarlos en medio de rituales de exorcizamiento con tal ahínco que las autoridades bohemias se vieron en la obligación de alertar a la corte de Viena.


El Palacio Schwarzenberg, en Viena, según un grabado del s. XVIII.


Enviado a Ceský-Krumlov, el Doctor Franz von Gerstorff, primer médico de Su Augusta Majestad Imperial Carlos VI (1), visita a la ilustre enferma. La descubre en tal estado que, sin perder más tiempo, ordena su traslado a Viena donde podrá hacerle un seguimiento y otorgarle un trato más médico. Instalada en su palacio vienés, la Princesa Viuda no mejorará pese a las atenciones del médico imperial y fallecerá el 5 de mayo de 1741. El mismo día, el primer médico del Emperador ordenará una autopsia a cargo de otros colegas que, según recientes investigaciones, resultó ser anómala en muchos sentidos: no era habitual en esa época y pareció más un ritual que una autopsia convencional para diagnosticar el auténtico mal (2) que mató a Eleonora Amalia de Schwarzenberg. Aunque el Doctor von Gerstorff y sus asistentes descubrieron un enorme quiste cancerígeno alojado entre las vísceras y adherido a la columna vertebral del cadáver (auténtico orígen de la enfermedad que mató a la paciente), vaciaron el cuerpo inerte de todos sus órganos y, de forma expeditiva, lo enviaron a Ceský-Krumlov, argumentando que así se respetaba la voluntad de la distinguida finada.

¿A qué se debió esa autopsia tan inusual como inmediata?¿Por qué mandaron el traslado urgente del cadáver de la princesa de Viena a Ceský-Krumlov? Y, ¿por qué el féretro viajó de noche hasta la ciudad meridional de Bohemia? Se cree que, tanto el primer médico del kaiser como sus colegas, temieron que el misterioso mal que había aniquilado a la Princesa de Schwarzenberg, se propagara por toda la capital. Y la medida de mandar el féretro con el cuerpo de la muerta a Krumau para que allí fuera sepultada, cuando el panteón de la familia se encontraba en Viena, resulta aún más inquietante. ¿Acaso debemos recordar la creencia de los muertos que mastican? ¿Esos mismos que, tras masticar su mortaja, acaban por atacar los cadáveres de al lado?



A todas luces, y pese al razonamiento científico que empezaba a imponerse entre los galenos, el miedo les dominó de tal manera que actuaron con más visceralidad que razocinio. A eso se suma una inexplicable factura presentada a la familia Schwarzenberg por los médicos que asistieron a la autopsia del cadáver: 3.000 florines (unos 90.000 € , una suma demencial!). Y, para coronar el pastel, el féretro fue nocturnamente sepultado en la capilla de San-Jorge, de Ceský-Krumlov, bajo una hermética bóveda de cemento y sellada por una lápida que tan solo indicaba el nombre de pila de la muerta "Eleonora" (oren por la pobre alma pecadora de Eleonora), la fecha del 5 de mayo de 1741, enmarcados por una corona principesca y una calavera sobre dos tibias entrecruzadas esculpidos en bajo relieve. Como si pretendieran asegurarse de que no pudiera jamás salir de ahí la difunta...

Retrato de Josef I Adam, 4º Príncipe von und zu Schwarzenberg, 5º Duque de Krumlov (1722-1782), con el atuendo de Caballero de la Orden del Toisón de Oro.


En el servicio fúnebre, ni siquiera se presentó el hijo de la difunta, como tampoco asistieron parientes o nobles vecinos. El terror fue tal que nadie se atrevió a presenciar la ceremonia a excepción del cura oficiante, los monaguillos, los soldados y los curiosos locales. Eso si, se ordenaron decir más de cien misas para asegurar el descanso del alma de Eleonora y, acto seguido, cayó su recuerdo en el más absoluto olvido.

Retrato del Doctor Gerhard Van Swieten (1700-1772), Primer Médico de la Emperatriz Maria-Teresa I de Austria.


Tras su muerte, los habitantes de Ceský-Krumlov sucumbieron al pánico, temerosos de que la muerta vampirizada no fuera más que la primera víctima de un escurridizo a la par que poderoso vampiro que empezaba a enseñorearse por la ciudad. Las exhumaciones de cadáveres de supuestos vampiros se multiplicaron por todos los cementerios de la región, para ser estacados, decapitados y quemados en piras por toda Bohemia. La psicosis popular llegó a tal extremo que aquellas prácticas tuvieron eco hasta en París y Londres. En Viena, la Emperatriz Maria-Teresa, asombrada por las noticias que le llegaban, ordenó a su médico personal, Gerhard Van Swieten, que viajara hasta Bohemia para investigar si el vampirismo era un hecho real e innegable. Basándose en su razonamiento científico e ilustrado, Van Swieten acabó por rebatir la existencia de tales seres calificándolos como fruto de la imaginación supersticiosa del pueblo checo. Al dar semejante carpetazo al asunto, la soberana ordenó, mediante un edicto imperial, que cesaran las profanaciones de tumbas y todas aquellas macabras prácticas ligadas al vampirismo (1755).

Retrato de Maria-Teresa I de Austria (1717-1780), Reina de Hungría y de Bohemia, Emperatriz consorte del Sacro Santo Imperio Romano Germánico entre 1745 y 1780; obra de M. Van Meytens, 1744.


En 2007, se realizó un interesante documental sobre el caso de Eleonora Amalia de Schwarzenberg, bajo la dirección del austríaco Klaus Steindl y titulado La Princesa Vampira, en un intento de esclarecer la leyenda y la tesis del vampirismo que envuelve, desde 1741, la figura de la aristócrata checa, y exponer la posibilidad de que su historia inspirara a Bram Stoker para escribir su famosa novela.

En 1848, la familia Schwarzenberg abandonó su palacio de Ceský-Krumlov para trasladar su residencia en Hluboká, donde habían reconstruído un castillo más confortable, moderno y más al gusto de su época. El vetusto palacio fue entonces relegado a la categoría de museo familiar que, en raras ocasiones, era visitado por la familia.



NOTA:

El Doctor Gerhard Van Swieten (1700-1772), médico holandés natural de Leyden, era un investigador nato que se interesaba por la anatomía, la patología, la neurología y las enfermedades venéreas, e incluso investigó los informes de los monjes benedictinos sobre el vampirismo, de entre los cuales sobresalía el famoso Dom Augustin Calmet, llevándole inicialmente a sostener la realidad de los vampiros en la convención de Belgrado. Para ello, se basó en algunos casos de cadáveres incorruptos y de muertes sospechosas en los alrededores de los cementerios en Austria. Sin embargo, acabó por abandonar sus investigaciones sobre casos de vampirismo por dos motivos: por repugnancia y porque el tema le superaba. El escritor Bram Stoker se habría inspirado en él para crear el personaje del Profesor Van Helsing, para su Drácula.



(*)_Los príncipes Eleonora y Leopold Christian, que precedían al tercer retoño Philipp-Hyacint von Lobkowicz, murieron en la cuna en 1678 y 1680 respectivamente.

(**)_Entre 1711 y 1722.

(***)_Futura consorte del Margrave Ludwig Georg Simpert de Baden-Baden.

(1)_Carlos VI de Austria fallecería repentinamente el 20 de octubre de 1740. Al parecer, se dio tal atracón de setas que murió de indigestión.

(2)_Se trataría de un cáncer cervical (cérvix uterino) o carcinoma del cuello uterino, un cáncer invasivo muy común entre las mujeres que aparece alrededor de los 45 años de la paciente y del que se diagnostica, actualmente, 400.000 casos al año. Se caracteriza generalmente por ser asintomático, aunque existen casos en los que se aprecia hemorragia anormal, aumento del flujo vaginal, dolor en el pubis y dispareunia (coitalgia).

lunes, 23 de enero de 2012

EL FANTASMA DE SCHÖNBRUNN



No es solamente una leyenda la historia que vamos a citar aqui, sino un hecho atestiguado por un relevante personaje de inicios del siglo XX: la emperatriz Zita de Borbón-Parma, esposa del último kaiser del Imperio Austro-húngaro, Carlos I.

No vamos a hablar de la famosa a la par que misteriosa "Dama Blanca" del palacio de invierno de Viena, aunque si de otra dama que tan solo comparte con la anterior el mismo estado fantasmagórico.

Dícese que el fantasma de una hermosa dama de la época de la emperatriz Maria-Teresa de Austria, lleva desde finales del siglo XVIII vagando y apareciéndose en varias habitaciones de la planta noble de una de las alas del castillo de Schönbrunn, residencia veraniega de la corte de los Austria-Lorena. La historia era de sobras conocida por la servidumbre, la guardia y la corte. En las veladas de invierno, aprovechando las reuniones familiares, los miembros de la familia imperial recordaban que tal o cual persona había tenido un encontronazo con la famosa "Dama de Schönbrunn". De esas conversaciones, Zita de Borbón-Parma, entonces recién casada con el archiduque Carlos de Austria, sobrino y presunto heredero del emperador Francisco-José I, tuvo algún que otro dato anecdótico aportado tanto por la familia de su marido como por el personal de palacio.



Por aquel entonces, la archiduquesa Hda. Zita de Borbón-Parma (1892-1989) -en la imagen superior- residía en el castillo de Hetzendorf hasta que, por cuestiones de seguridad, el emperador decidió que ésta debía imperativamente mudarse de residencia. La policía imperial temía que, al ser demasiado fácil penetrar en el perímetro del castillo y burlar el cordón de seguridad, algún intruso con malas ideas atentase contra la vida de la archiduquesa. Ya en el Schloss Hetzendorf, tanto Zita como otros parientes suyos y el personal del castillo sufrieron en sus propias carnes sobrenaturales y desagradables experiencias. Le pareció entonces una excelente idea la de mudarse a una residencia mucho más segura y mejor vigilada. El caso es que, cuando se le anunció que debía partir para Schönbrunn, sólo pensó en la belleza de sus jardines y en las frías estancias palaciegas del castillo imperial.

Fotografía del Schloss Hetzendorf (Viena). Antiguo pabellón de caza de la Familia Imperial construído a finales del siglo XVII, se remodeló para ampliarlo al gusto de la emperatriz Maria-Teresa en el siglo XVIII, convirtiéndolo en un palacio barroco de espléndidos interiores. Actualmente, es sede de la Escuela Nacional de Moda de Viena.


Es pues junto con su dama de compañía, la Condesa Nora von Nostitz-Rieneck, que la archiduquesa Zita se traslada con sus baúles, sus hijos y séquito a Schönbrunn en plena época estival. A la condesa le asignan entonces una serie de habitaciones del segundo piso del palacio, que conforman el llamado "Apartamento Braunschweiger"; se trataba del antiguo apartamento de la emperatriz viuda Elisabeth-Christine von Braunschweig-Wolfenbüttel (1691-1751), consorte del emperador Carlos VI y madre de Maria-Teresa I, cuyas ventanas están orientadas a los parterres de los jardines de palacio, con vistas al lejano pabellón o glorieta de José II que domina los jardines desde un promontorio. Huelga por tanto decir que aquellas habitaciones conservaban su antigua decoración rococó, con sus paneles tallados y dorados con pan de oro, amén de sus arañas de cristal de Bohemia y sus sedas damasquinadas.

El Castillo Imperial de Schönbrunn -a vista de pájaro-; residencia de verano de la Familia Imperial Austríaca desde el reinado de Maria-Teresa hasta la caída de la monarquía austro-húngara en 1918. / Abajo, otra fotografía de un ala lateral del Castillo de Schönbrunn, dónde se ubica el famoso Apartamento "Braunschweiger" o de Brünswick.



Durante varias noches, la Condesa von Nostitz-Rieneck tuvo el mismo y repetitivo curioso sueño: soñaba que una dama joven de hermosísimas manos, con lujoso atuendo dieciochesco, recorría el cuarto y se dirigía por salones contiguos, pasillos y galerías una y otra vez.

Extrañada, la condesa confió su misterioso sueño a la archiduquesa Zita.

Una semana después, Zita de Borbón-Parma, usó el pretexto de la llegada del frío otoñal para solicitar al emperador que su dama pudiese trasladarse a unas habitaciones más cálidas, a sabiendas que en el apartamento "Braunschweig" estaba terminantemente prohibido encender las vetustas estufas rococó por temor a que provocasen un incendio. Cuando el personal doméstico de palacio estaba trasladando las pertenencias de la condesa a su nuevo apartamento, los guardias abordaron a la dama expresándole su admiración por haber dormido tanto tiempo en unas habitaciones que se sabían "encantadas" por el fantasma de una gran dama del siglo XVIII. Sorprendida, Nora von Nostitz-Rieneck se enteró por boca de éstos que nadie, hasta entonces, había podido ocupar aquel apartamento regio más de dos noches seguidas.



Fachada principal del Schloss Prugg, en la localidad de Bruck an der Leitha (Baja-Austria), castillo de los Condes von Harrach./ Abajo, fotografía de la Condesa von Nostitz-Rieneck en 1917.


Tiempo después, y durante la época primaveral del año siguiente, la archiduquesa Zita y la condesa von Nostitz-Rieneck viajaron para visitar a los condes de Harrach en su castillo de Bruck-an-der-Leitha, Schloss Prugg, en Baja-Austria. El conde y la condesa de Harrach ofrecieron a sus insignes visitantes un almuerzo seguido de una visita guiada por su castillo. De repente, al entrar en un salón de cuyas paredes colgaban retratos de las damas de compañía de la emperatriz Maria-Teresa, la condesa Nora von Nostitz-Rieneck se estremeció cuando reconoció en uno de ellos a la joven mujer con quién había soñado durante tantas noches en Schönbrunn. Los condes de Harrach y la archiduquesa Zita le preguntaron qué había visto, y la condesa señaló el retrato de la Princesa Wilhelmina von Auersperg, identificándola como la "Dama de Schönbrunn" sin dudarlo un solo instante.

Retrato de la Condesa Wilhelmina von Neipperg, Princesa von Auersperg (1738-1775), la supuesta "Dama de Schönbrunn"...


Desde entonces, gracias a la identificación de Nora von Nostitz-Rieneck, se supo quién era esa fantasmal dama que se paseaba, noche tras noche, por el apartamento "Braunschweig" del castillo de Schönbrunn, aunque nunca se ha descubierto por qué desde su muerte, acaecida en octubre de 1775, sigue vagando por las habitaciones haciendo siempre el mismo recorrido.

Doscientos ochenta y cinco años después, hay quien asegura haber visto aún hoy a la famosa dama vagar por las estancias de la segunda planta, sirviendo de atracción turística suplementaria para los millones de visitantes que suelen acudir al castillo de Schönbrunn y sus jardines.

LA ORDEN DE LA CRUZ ESTRELLADA

VIENA, 1668



La Orden de las Damas de la Cruz Estrellada remonta a un incidente que se produjo en Viena en pleno siglo XVII. Su fundadora, la Emperatriz del Sacro Santo Imperio Romano Germánico, Eleonora Magdalena de Gonzaga-Nevers (1630-1686)*, viuda del káiser Fernando III de Austria, es recordada sobretodo por su gran cultura y su patronato en las artes y letras austríacas, fundando una academia literaria. Por aquella época, se había promovido la ampliación del Palacio de Invierno (La Hofburg de Viena) con la construcción del Ala Leopoldina.

Retrato de Eleonora Magdalena de Gonzaga-Nevers, Princesa de Mantúa (1630-1686), Emperatriz consorte del Sacro Santo Imperio Romano Germánico, representada como 'Diana Cazadora' por Frans Luycx, c.1651.


El 2 de febrero de 1668, se declaró un terrible incendio que casi arrasa con la nueva ampliación del palacio. De entre las humeantes ruinas de la capilla de la Emperatriz viuda, se rescató intacta la reliquia de la Santa Cruz (Lignum Crucis) y, considerando este hecho milagroso, Eleonora decidió conmemorarlo fundando una cofradía exclusivamente femenina: la Orden de la Cruz Estrellada (Sternkreuzorden).

Por Bula papal del 27 de julio de 1668, el pontífice Clemente IX daba el visto bueno y su bendición para la orden; el 9 de septiembre siguiente, el emperador Leopoldo I reconocía oficialmente la cofradía de las damas de la Sternkreuzorden, y el 13 de septiembre (13-IX-1668) se confirmaban el acta fundacional y sus estatutos, celebrándose sus capítulos anuales en tres grandes festividades de la Iglesia Católica:

1- El 3 de mayo, festividad de la instauración de la Santa Cruz.

2-El 14 de septiembre, festividad y exaltación de la Santa Cruz.

3-El Jueves Santo.

Extremadamente exigente por no decir elitista, la orden exigía a sus receptoras tener no menos de dieciséis cuarteles de nobleza y, en el caso de estar casadas, aportar las pruebas nobiliarias del marido con un mínimo de 8 cuarteles. Tras ser recibidas las damas en el seno de la cofradía, éstas debían llevar sobre el busto, en el lado izquierdo, la condecoración de la Orden anudada a un lazo negro. La medalla en sí, consistía en un águila bicéfala esmaltada de negro rodeada por una orla de esmalte blanco y negro bordeado de oro, llevando inscrita la leyenda latina SALUS ET GLORIA, formando un escudo ovalado; y en su centro, una cruz esmaltada en rojo y bordeada de esmalte azul. Se observaba, además, dos grados entre las honradas:

-Dama Gran Cruz

-Dama

La gran maestría de la Orden de la Cruz Estrellada recaía siempre en la emperatriz consorte y, en su defecto, en una archiduquesa de Austria que fuera madre o esposa del Jefe de la Casa Imperial. Pese a las vicisitudes de la monarquía austríaca, que acabó siendo abolida en 1918 y arrastrando con ella un buen número de órdenes de caballería, al tratarse de una Orden dinástica (familiar), la Sternkreuzorden sobrevivió y hoy día tiene por Gran Maestre a la Archiduquesa Francesca de Austria (nacida Baronesa Thyssen-Bornemisza), madre del Archiduque Carlos, actual Jefe de la Casa Imperial y Real de Austria-Hungría.




Retrato de Maria-Luisa de Parma, Princesa de Asturias (1751-1819), según A.R. Mengs en 1765, luciendo el joyel de la Orden de la Cruz Estrellada, concedida por la Emperatriz Maria-Teresa I de Austria.

Retrato de Seraphina Franziska von Porcia, Princesa von Leiningen, ostentando la Orden de la Cruz Estrellada en un lienzo realizado en 1810.

Retrato de la Condesa Zichy, Dama de la Orden de la Cruz Estrellada, en una fotografía de estudio de 1916.


Entre sus miembros, se cuentan figuras históricas como la Reina Maria-Luisa de Parma (consorte de Carlos IV de España), la Reina Maria Leszczynska de Polonia (consorte de Luis XV de Francia), la Princesa Maria-Josefa de Sajonia (consorte del Delfín Luis Fernando de Francia), la Reina Maria-Amalia de Sajonia (consorte de Carlos III de España), la Reina Maria-Antonieta de Austria (consorte de Luis XVI de Francia), la Gran-Duquesa de Toscana y luego Emperatriz Maria-Luisa de España (consorte de Leopoldo II de Austria), la Emperatriz Carlota de Bélgica (consorte del Emperador Maximiliano I de México) y otras muchas consortes regias y damas de la alta nobleza europea del Antiguo Régimen y del siglo XIX.


(*)_Eleonora Magdalena de Gonzaga-Nevers o de Mantúa-Nevers, era la hija del Duque Carlo II de Mantúa (1609-1631), de la Rama franco-italiana Gonzaga-Nevers-Rethel, y de la princesa María de Mantúa (1609-1660). Su hermano fue el Duque Carlo III de Mantúa y de Montferrato.

domingo, 22 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -102-



Cuando la veterana actriz Bette Davis aceptó el papel de "Apple Annie" en la película de Frank Capra, Un gángster para un milagro (1961), ésta tuvo que lidiar con la falta de delicadeza y el menosprecio de sus dos compañeros de reparto, Glenn Ford y Hope Lange, y conociendo el temperamento de Bette, que no se achicaba ante nada ni nadie, pronto el plató se llenó de tensas discusiones. Ya desde el principio, la cosa empezó con mal pie: Glenn Ford pretendió que desalojaran a Bette Davis del camerino preferente y vecino al suyo para que se lo otorgaran a la actriz Hope Lange, su novia. Enterada, Bette exclamó enfadada:

-"¡Si queréis, podéis ponerme en el vestuario del fondo del pasillo!"

Los productores rehusaron ceder ante el deseo de Ford, lo que llevó después a Bette Davis a declarar a los periodistas:

-"Actuaron del modo correcto. Yo era la protagonista. Su requerimiento de echarme del segundo camerino, tan solo confirmó los pésimos modales y la falta de profesionalidad del Señor Ford."

La falta de caballerosidad y la insoportable vanidad de Glenn Ford enrarecieron aún más el ambiente cuando, en una entrevista, presumió de ser el artífice del "retorno" de Bette Davis a la gran pantalla. Indignada, la temperamental actriz estalló:

-"¿Quién creerá que es, el muy hijo de puta, para ir diciendo por ahí que me ha ayudado a volver?¡Ese pisamierdas no me ayudaría ni a salir de una cloaca!"

Anécdota de: Bette Davis, actriz (1908-1989).

Frase de Cine



Frases de: Mae West, actriz (1893-1980).

Frase de Cine



-"Perder un ministro es una desgracia pero, perder dos es una dejadez."

Frase de: Sir Nigel B. Hawthorne, Kt., CBE, actor (1929-2001) in "Si, Primer Ministro" / "Yes, Prime Minister" BBC TV serie.