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domingo, 29 de junio de 2014

Cita de la Semana



"La ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio, el odio lleva a la violencia. He aquí la ecuación."

Frase de: Abú I-Walid Muhammad Ibn Ahmad Ibn Muhammad Ibn Rushd aka Averroes (1126-1198), filósofo, médico, matemático y astrónomo.

jueves, 26 de junio de 2014

CRONOLOGÍA DE LOS GRANDES-DUQUES DE LUXEMBURGO

 
GRANDES-DUQUES DE LUXEMBURGO


Cronología de los reinados de

los grandes-duques luxemburgueses

 
 

Dinastía de Nassau / Casa de Nassau-Orange-Dietz-Dillenburg

-Guillermo I, 1772-1843, Rey de los Países-Bajos, Gran-Duque de Luxemburgo de 1815 a 1840



1815_Mediante el Tratado de Viena, se crea el 'Gran-Ducado de Luxemburgo' y se entrega como posesión personal al rey Guillermo I de los Países-Bajos. Simultáneamente, el nuevo Estado es integrado a la Confederación Germánica, del que forma parte como Estado-Miembro. Prusia obtiene el derecho a destinar un destacamento militar en su territorio.

1830_El gran descontento de Bélgica contra el régimen holandés, se extiende por el Luxemburgo que se une a los Belgas en su revolución contra la autoridad de Guillermo I.

1839_La parte Oeste del gran-ducado (francófono), se une al independizado Reino de Bélgica, y el territorio es reducido a más de la mitad de su antigua extensión fijada en 1815. Lo que queda de Luxemburgo permanece siendo gran-ducado, Estado-miembro de la Confederación Germánica y con un destacamento prusiano en su fortaleza federal.


-Guillermo II, 1792-1849, Rey de los Países-Bajos, Gran-Duque de Luxemburgo de 1840 a 1849



-Guillermo III, 1817-1890, Rey de los Países-Bajos, Gran-Duque de Luxemburgo de 1849 a 1890

1866_Tras la decisiva victoria de Prusia en la batalla de Sadowa, que pone fin a la Guerra Austro-Prusiana, se disuelve la Confederación Germánica. El Luxemburgo sale de la órbita expansionista de Prusia.

1867_Guillermo III pretende vender el gran-ducado al emperador Napoleón III de los Franceses, pero la transacción fracasa ante la firme oposición de Prusia y sirve para que el Luxemburgo sea universalmente reconocido como Estado Independiente y adquiera el estatus de país neutral.

1890_Al fallecer sin herederos varones el rey Guillermo III de los Países-Bajos, el trono luxemburgués, entonces vetado a las mujeres, recae en un pariente del finado: el Duque Adolfo de Nassau-Weilburg y se pone fin a la unión personal con el monarca holandés.
El Gran-Ducado de Luxemburgo, en virtud de la Ley Sálica, se independiza de los Países-Bajos en 1890 / La corona recae en el duque Adolfo de Nassau-Weilburg, convertido en Gran-Duque Adolfo I.

Dinastía de Nassau / Casa de Nassau-Weilburg




-Adolfo I, Duque de Nassau, 1817-1905, Gran-Duque de Luxemburgo de 1890 a 1905

-Guillermo IV, 1852-1912, Gran-Duque de Luxemburgo de 1905 a 1912

1905_Crisis Sucesoria y abolición de la Ley Sálica: padre de 6 hijas pero de ningún varón, el gran-duque Guillermo IV obtiene que la sucesión sea nuevamente regulada y abra el camino a las mujeres./ Su primogénita, la princesa María-Adelaida es designada Princesa Heredera de Luxemburgo el 10-07-1907, en detrimento de su primo el Conde Georg-Nikolaus von Merenberg, pretendiente al trono.




-María-Adelaida I, 1894-1924, Gran-Duquesa de Luxemburgo de 1912 a 1919 (abdica)

1912_Promulgación de la enseñanza primaria obligatoria pese a la oposición de la Derecha y de la Iglesia Católica (10-08-1912); la gran-duquesa María-Adelaida tarda 6 semanas en firmarla. 

1914-1918_Iª Guerra Mundial / Invasión y ocupación Alemana en 1915-1918 y violación de la neutralidad luxemburguesa.

1919_Por un cúmulo de errores políticos, la gran-duquesa Adelaida es cuestionada por el Parlamento y acusada de germanofilia; opta, tras consultar con su primer ministro, por abdicar en su hermana la princesa Carlota (15-01-1919) y retirarse a un convento de Módena (Italia).



-Carlota I, 1896-1985, Gran-Duquesa de Luxemburgo de 1919 a 1964 (abdica)

1919_El Parlamento luxemburgués convoca un doble referéndum sobre la orientación económica a adoptar y sobre el futuro político de su régimen; el 77,8% de los votantes votan a favor de mantener a la dinastía en el trono en la persona de la gran-duquesa Carlota I. / Tras 10 meses en el trono, la gran-duquesa Carlota I contrae matrimonio con su primo el Príncipe Félix de Borbón-Parma, 8º hijo del Duque Roberto I de Parma y hermano de la ex Emperatriz Zita de Austria (06-11-1919).




1939-1945_IIª Guerra Mundial / Ocupación Alemana en 1940-1945 y violación de la neutralidad luxemburguesa.

1940_La invasión nazi sorprende a la familia gran-ducal en su castillo de Colmar-Berg; Carlota I, su familia y gobierno huye de inmediato a Francia y solicita la protección del Estado Galo, obteniendo alojarse en el Castillo de Montastruc, en el Suroeste francés. / Ante la amenaza nazi sobre Francia, El Elíseo exhorta a la familia gran-ducal a abandonar el territorio al no poder asumir su seguridad; Carlota I obtiene cruzar los Pirineos y atravesar España para encontrar refugio en Portugal. / Adolf Hitler propone a Carlota I regresar a Luxemburgo bajo la ocupación y supervisión nazi, pero se niega a volver y se instala en Londres junto con sus ministros para, desde allí, dar su apoyo moral radiofónico a la resistencia luxemburguesa. / La Princesa Antonia de Luxemburgo, hermana de Carlota I y esposa del Príncipe Real Rupprecht de Baviera, es arrestada por la Gestapo, internada en el campo de concentración de Dachau y luego trasladada en el de Flossenbürg, donde sufre atroces torturas. / Carlota I se traslada con su familia a Montreal (Canadá) y recorre EE.UU. en busca del apoyo e implicación de los estadounidenses en la guerra contra los nazis. / El gran-ducado luxemburgués es anexionado por el IIIer Reich.

1942_El Príncipe Heredero Juan de Luxemburgo, hijo primogénito de Carlota I, se enrola en el Regimiento de élite Británico de los Guardias Irlandeses y combate a los alemanes bajo el nombre de "Teniente Luxemburg".

1943_La gran-duquesa Carlota I se instala definitivamente en Londres, para dirigir activamente un programa de apoyo a la resistencia luxemburguesa desde las ondas radiofónicas de la BBC.

1944_La capital del Luxemburgo es liberada en septiembre por el ejército británico-americano en el que combate el Príncipe Juan, pero es de nuevo amenazada por la ofensiva de las Ardenas (16-12-1944 / 23-01-1945).



1945_La Gran-Duquesa Carlota I, que se ha ganado una gran popularidad durante la guerra por su actividad de apoyo a la resistencia, regresa a Luxemburgo (14-04-1945) con su familia. Emprende una gira por el territorio devastado por la contienda. / Se convocan elecciones después de la capitulación alemana y sale elegido el Primer Ministro Pierre Dupong.

1949_Luxemburgo abandona su estatus de neutralidad para entrar en la OTAN.

1953_El Príncipe Heredero Juan casa con la Princesa Josefina-Carlota de Bélgica, hija del rey Leopoldo III de los Belgas y de la reina Astrid de Suecia.

1956_El papa Pío XII concede a la gran-duquesa Carlota I la 'Rosa de Oro'.

1964_Carlota I, última representante de la dinastía Nassau-Weilburg, abdica la corona en favor de su primogénito Juan de Borbón-Parma (12-11-1964).






Dinastía Capetiana / Casa de Borbón-Parma-Nassau




-Juan I, 1921-.... , Gran-Duque de Luxemburgo de 1964 a 2000 (abdica)

1964_Juan I sube al trono gran-ducal siendo un 'europeísta' convencido y adopta el papel del perfecto monarca neutral y por encima de los partidos políticos.

1981_El Príncipe Heredero Enrique casa con Maria-Teresa Mestre Batista, de origen cubano.

1985_Fallece la gran-duquesa Carlota.

1986_Juan I recibe el Premio Internacional Carlomagno por su contribución a la construcción de la Unión Europea.

2000_Juan I abdica la corona en su hijo Enrique (07-10-2000) y se retira con su esposa en el Castillo de Fischbach, tras un reinado de 36 años calificado de 'intachable'.



-Enrique I, 1955-.... , Gran-Duque de Luxemburgo de 2000 a actualmente

2002_Estalla un escándalo familiar del que se hace eco la prensa, sobre las peleas domésticas entre la gran-duquesa Josefina-Carlota y la consorte de Enrique I, la gran-duquesa Maria-Teresa.

2006_Salta a la palestra el nacimiento del Príncipe Gabriel de Nassau, hijo habido entre el Príncipe Luis de Luxemburgo y su compañera sentimental Tessy Anthoni (12-03-2006); la pareja se casa posteriormente (29-09-2006).

2008_El 2 de diciembre, el gran-duque Enrique I anuncia su rechazo a firmar la Ley de la Eutanasia, por entrar ésta en conflicto con su fe católica; para evitar una crisis constitucional, el Primer Ministro Jean-Claude Juncker propone y consigue la reducción de los poderes del Jefe de Estado. Desde entonces, el Gran-Duque de Luxemburgo ya no puede sancionar ni promulgar leyes.

2011_El PIB de Luxemburgo llega a ser el 2º más alto del mundo después de Qatar.

2013_La fortuna personal de Enrique I es evaluada en 1,2 mil millones de Euros, siendo uno de los monarcas más ricos de Europa.




viernes, 20 de junio de 2014

Cita de la Semana



"El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros."

Frase de: Ambrose G. Bierce (1842-1913), escritor, periodista y editorialista.

jueves, 19 de junio de 2014

ACTUALIDAD: La proclamación del rey Felipe VI




La mañana del jueves 19 de junio 2014, aconteció en Madrid la más deslucida y tétrica de las celebraciones que se han presenciado jamás desde hace mucho, mucho tiempo: la coronación del nuevo Rey de España, Don Felipe VI.

Tras la formal ceremonia de abdicación del impopular rey Juan-Carlos I, que tuvo lugar en palacio el miércoles 18 de junio, Madrid se engalanaba para 'festejar' el ascenso del hasta entonces Príncipe de Asturias de 46 años, Don Felipe de Borbón y Grecia, hasta el solio real. Aparte del engalanamiento de la endeudadísima capital del reino, obra de la no electa alcaldesa Ana Botella, la Delegada del Gobierno plantaba estratégicamente por todo el recorrido de la comitiva real 7.000 policías y 120 francotiradores en los tejados que rodean la Carrera de San Jerónimo. Por otro lado, se prohibía tajantemente cualquier bandera que no fuera la 'rojigualda' y se exhortaba a aquellos súbditos que lucían en sus balcones la tricolor republicana a que las retirasen. También se prohibía cualquier manifestación disonante y, por supuesto, concentraciones que no fueran aquellas destinadas a vitorear a los flamantes monarcas a su paso desde El Pardo hasta el Palacio del Congreso de los Diputados. En consecuencia, habían más cuerpos policiales en las calles que público dispuesto a gritar 'Viva el Rey'.



La impresionante imagen de la comitiva real recorriendo su camino en medio de un gran despliegue policial, pasando por avenidas desiertas, no presupone un buen augurio para Felipe VI y su consorte. Escasos transeúntes, más escasos aún los vítores. Seis personas retenidas por gritar 'Viva la República', y tres detenidas por enarbolar la bandera tricolor. Hasta los que llevan un 'pin' con la tricolor son interpelados por las Fuerzas de Seguridad y obligados a quitárselo. La policía ha ido hasta entrar en la redacción de un periódico para obligarles a retirar la bandera republicana. A esa Madrid amordazada y en estado de sitio, solo le faltaba el toque de queda, un cubrefuego.




Solo bajo la bóveda del hemiciclo de las Cortes se han dejado oír los aplausos de aquella casta política, satisfecha de sus exacciones, atropellos y mangoneos, arquitecta de reales decretos y leyes 'express' para agilizar en 24 horas la sucesión real y ensordecer el clamor popular contra un gobierno y una monarquía desacreditadas por sus múltiples escándalos financieros. La ceremoniosa proclamación del rey Felipe VI, calcada sobre la de su padre y predecesor, terminaba con un discurso real ajado y anaftalinado.



Tétrica puesta en escena para una monarquía que ya no goza del favor del pueblo. Apenas un puñado de cien borregos reunidos en la Plaza de Oriente, para hacerle el juego a un rey salido al balcón del Palacio Real para saludar la vacuidad. Justo pago a una Corona que vive de espaldas al pueblo, ilícitamente enriquecida, rodeada de una 'corte' de privilegiados y ajena a su realidad, a su penuria.

Más que una coronación, en Madrid se ha celebrado un funeral. El funeral de un régimen odiado y periclitado.

 


martes, 17 de junio de 2014

MADRID 1816 : Matar al Rey Fernando VII

MADRID 1816:
LA CONSPIRACIÓN DEL TRIÁNGULO



La llamada "Conspiración del Triángulo" fue una tentativa de los liberales para derrocar y asesinar al rey Fernando VII de España, que había derogado la Constitución de 1812 para gobernar como monarca absoluto.

Ideada por una sociedad secreta, inspirada en los Iluminati, la ejecución fue confiada a un militar valenciano, el general Ramón Vicente Richart, en el mes de febrero de 1816. El plan de los conjurados era secuestrar al rey en un burdel de los que era asiduo cliente y, después, volver a instaurar la derogada "Pepa".

Para salvaguardar el secreto de su complot, los conspiradores siguieron el procedimiento triangular para evitar el desentramado, si se diera el caso de que uno de ellos delatase al resto si fuese capturado e interrogado bajo tortura. De este modo, cada implicado sólo conocía la identidad de 2 otros miembros, y los jefes o "cerebros" del complot eran los únicos conocedores de todo el tinglado. En la lista de los conjurados llegarían a participar hasta un puñado de empleados del Palacio Real (desde funcionarios hasta criados).

Por un motivo u otro, las contraprogramaciones se sucedieron hasta que decidieron asesinar a Fernando VII en las inmediaciones de la Puerta de Alcalá, aprovechando uno de sus correrías nocturnas en compañía del Duque de Alagón* y de Chamorro** hasta el burdel de Pepa "La Malagueña". En ese mismo lupanar madrileño de la calle Ave María, los liberales habían pensado llevar a cabo el regicidio.

Para desgracia de los liberales, dos sargentos de marina, incluídos en el secreto, delataron al general Richart y sus planes de acabar con la vida del rey. El general fue de inmediato detenido junto con una cincuentena de sospechosos.

El 6 de mayo de 1816, el general Richart y un tal Baltasar Gutiérrez, barbero o sastre de profesión, fueron ejecutados en la horca erigida en la madrileña Plaza de la Cebada, y posteriormente decapitados. El resto de los sospechosos, a falta de pruebas, fueron posteriormente liberados.

(*)_Fue el Capitán-General Francisco de Espés Fernández de Córdoba y Glimes de Brabant, 1er Duque de Alagón, Señor y Barón de Espés, Barón de Alfajarín (1758-1841), Jefe de la Guardia de Corps y consejero y amigo personal del rey Fernando VII.

(**)_Su verdadero nombre era Pedro Collado, de profesión aguador y natural de Colmenar Viejo, que por caer en gracia al entonces Príncipe de Asturias, entró a su servicio para espiar a los criados de éste y, también, para entretenerle con su gracejo propio de la clase popular.


500 AÑOS DE RETRATOS FEMENINOS

 
500 AÑOS DE RETRATOS FEMENINOS
EN 2 MINUTOS & 53 SEGUNDOS
 
Philip Scott Johnson es el autor de este magnífico y delicado montaje sobre 500 años de retratos femeninos en la cultura occidental, acompañado de una obra de Johann Sebastian Bach: "Sarabande" de la Suite para Solo de Cello Nº1, interpretado por Yo-Yo Ma.
 

ALFONSO XIII : el gran mecenas del cine porno español

"Vicios Reales"
 
 

La aparición de las películas pornográficas es casi tan antigua como lo es la misma industria del cine y el propio cinematógrafo de los Hermanos Lumière. La curiosidad y afición del ser humano por rodar y visionar escenas sexuales llevó a que, ya en sus inicios, muchos fueran los personajes interesados en financiar este tipo de películas.

De sobra es conocida en la Historia de España las innumerables correrías sexuales que han sido protagonizadas por los monarcas que han ido ocupando el trono, siendo los Borbones muy proclives a tener amantes y algún que otro escándalo muy sonado en su tiempo.

Y fue uno de ellos, concretamente Alfonso XIII, quién financió las primeras películas pornográficas que se rodaron en nuestro país.

Eran los inicios de la década de los años 20 del pasado siglo, una época en la que un halo de liberación hizo que éstos fueran conocidos como ‘los felices años 20’ y en los que, tras siglos de represión, parecía que casi todo estaba permitido, poniéndose de moda infinidad de locales en los que mujeres ligeras de ropa alegraban a los caballeros que acudían en busca de diversión.

La afición del, por aquel entonces, rey de España hizo que éste quisiera tener sus propias películas de alto contenido sexual rodadas exclusivamente para él y bajo su supervisión. Para ello utilizó a Álvaro de Figueroa y Torres (Conde de Romanones), hombre de su total confianza,  que había ocupado varios puestos de responsabilidad en el gobierno (entre ellos el de Presidente del Consejo de Ministros en tres ocasiones) y quien se encargó de contactar con los hermanos Ramón y Ricardo de Baños, pioneros del cine en nuestro país y propietarios de la productora ‘Royal Films’.

Alfonso XIII aportó el capital necesario para rodar una serie de films de escasa duración y cuyo contenido tenía una gran carga sexual. Pero no sólo se conformó con ser quien financiaba las películas, sino que colaboraba en los guiones, sugiriendo las tramas a rodar en los estudios que la productora poseía en Barcelona.

Algunos de esos filmes pornográficos mostraban situaciones en las que el protagonista solía ostentar un importante cargo dentro de la sociedad (sacerdote, ministro, médico…).

Poco se sabe del número exacto de películas que mandó rodar, debido a que éstas se realizaron para visionado privado del monarca y tras su marcha del país, al proclamarse la Segunda República en 1931, todo hace suponer que se las llevó consigo, aunque quedaron algunas copias escondidas, siendo destruidas la mayoría durante la Guerra Civil y la Dictadura Franquista, en la que se volvió a ejercer una feroz represión hacia las libertades, retrocediendo varias décadas a todo lo avanzado durante la década de los años 20.

Tan sólo tres de esas películas rodadas por los hermanos de Baños, por encargo real, se pudieron recuperar y fueron restauradas por la IVAC  (Filmoteca Valenciana) a principios de los años 90, siendo sus títulos: “Consultorio de señoras”, “El ministro” y “El confesor”. De esta última se puede encontrar por la red algunos minutos.

Artículo de Alfred López / Cuaderno de Historias, 2012.

lunes, 16 de junio de 2014

CURIOSIDADES -150-

"Corruptela a la Española"



En lo que lleva en el poder (desde finales del 2011), el Gobierno del Partido Popular (PP) ha publicado en el B.O.E. (Boletín Oficial del Estado Español) nada menos que 806 indultos de la mano del ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez. Entre los agraciados se encuentran banqueros y grandes empresarios acusados de fraude, evasión de capital y de impuestos, hijos y familiares de miembros del PP que han delinquido, personajes relevantes y políticos afines acusados de corrupción, malversación y apropiación indebida de caudales públicos.

Comparando la mala praxis judicial de España con otro país europeo del Norte, podemos anotar que en Gran-Bretaña solo se ha indultado al difunto científico Alan Turing* el 24 de diciembre de 2013; había sido condenado por delito probado de homosexualidad en 1952.

A día de hoy, el Estado Español (gobiernos del PSOE y PP) ha indultado a 10.000 corruptos.

(*)_Alan Mathison Turing (1912-1954), fue un célebre matemático, científico de la computación y criptógrafo británico que consiguió descifrar los códigos secretos nazis de su máquina llamada "Enigma" durante la IIª Guerra Mundial. 

sábado, 14 de junio de 2014

EL CASTILLO DE QUERMANÇÓ

EL CASTILLO DE QUERMANÇÓ

su historia

 
Cuadro del Castillo de Quermançó dominando la plana del Alto Ampurdán, obra de Mateu Pujolras, 2009.


Las ruinas del castillo-fortaleza de Quermançó se encuentran a 2 kms. al Norte de la localidad de Vilajuïga, limítrofe con la municipalidad de Llançà, y se elevan sobre un promontorio rocoso bordeado por la Nacional-II o Carretera Nacional 260 y rodeado de olivares, viñedos y campos de cultivo.

Quermançó está ligado a varias de las viejas leyendas populares, como aquella referente al fabuloso tesoro de la "cabra de oro", escondido en un laberinto de túneles subterráneos que irían desde el castillo de Quermançó hasta el Monasterio Benedictino de San Pedro de Rodas y el castillo vigía de San Salvador.



Sus orígenes se remontan más allá de la ocupación romana, ya que su privilegiada ubicación en lo alto de un promontorio rocoso de difícil acceso, hace del castillo-fortaleza un sitio clave desde el cual se domina toda la llanura del Alto Ampurdán, y vigila el estrecho pasaje que lleva al burgo de La Valleta y al pueblo de Llançà. La fortaleza medieval data, en todo caso, de antes del primer milenio de la Era Cristiana y figura como una de las posesiones clave de los Condes de Ampúrias. El Conde Ponce I había depositado entre sus muros sus archivos diplomáticos y, según su testamento, el castillo fue heredado por sus dos hijos, Hugo y Berengario en el año 1078. En 1085, un acuerdo entre el conde Hugo II de Ampúrias y el conde Giselberto II de Rosellón, da a este último algunos derechos sobre la fortaleza.



En 1099, Dalmau Berenguer de Quermançó es mencionado en un documento como señor del lugar, siendo probablemente hijo de Berenguer, Vizconde de Peralada y Señor de Rocabertí y de Quermançó entre otros lugares, y nieto del conde Ponce I de Ampúrias. Ese personaje es el fundador de la Casa de los Vizcondes de Peralada, más tarde conocida como de los Vizcondes de Rocabertí.

Hacia el año 1131, el señor del castillo de Quermançó, Berenguer Renard de Peralada, falleció sin herederos varones y la fortaleza revirtió nuevamente a los Condes de Ampúrias. En 1138, una revuelta del conde Ponce Hugo II de Ampúrias contra el Conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, rápidamente reprimida por este último, termina con el compromiso del primero en abandonar y arrasar su castillo. Es, sin embargo, en el siglo XIII cuando Quermançó se convierte en una fortaleza de gran importancia durante las guerras contra los franceses; consiguió repeler la invasión gala en 1285 pero fue, durante breve tiempo, ocupada en 1288 por los aliados del rey Jaime II de Mallorca, quien había invadido el Ampurdán y luego fue destronado.



Pese a esas sucesivas destrucciones, un informe del rey Jaime II de Aragón en 1292, señala la necesidad de destinar en Quermançó una docena de soldados para defender la fortaleza y vigilar la ruta de paso. Durante la Guerra Civil del siglo XV, en 1472, el castillo que dependía entonces del Duque de Cardona en calidad de Conde de Ampúrias, fue ocupado por los partidarios del rey Juan II de Aragón.

En el siglo XVI, el castillo se convirtió en un refugio de bandidos y peligrosos asaltadores de caminos que se enseñoreaban por los alrededores.



En los siglos siguientes, el castillo fue abandonado hasta que estalló la Guerra de la Independencia Española. En 1808, las tropas de Napoleón I reconstruyeron y rehabilitaron el conjunto defensivo del castillo-fortaleza. Es en el curso de la retirada del mariscal Suchet, en 1814, cuando por orden suya hacen saltar por los aires el castillo antes de abandonarlo al enemigo.

En 1880, monjes benedictinos expulsados de Francia se instalan entre sus muros y lo restauran para hacerlo más habitable.

Abandonado desde principios del siglo XX, el castillo cayó en ruinas y sus alrededores sirvieron de vertedero municipal para las basuras procedentes de Vilajuïga y Llançà.



Durante la década de 1970-1980, el famoso pintor surrealista Salvador Dalí se interesó por el castillo y planeó adquirirlo para convertirlo en su residencia, ya que Quermançó se encuentra a medio camino entre su ciudad natal, Figueres, y su residencia de verano en Port-Lligat, Cadaqués. Pero el proyecto no llega a buen puerto y, finalmente, Dalí compra el castillo de Púbol para pasar allí sus temporadas invernales.

No es hasta finales de los años 80 cuando La Generalitat de Cataluña, tomando conciencia de sus viejos monumentos, lanza un modesto programa de restauración y preservación del lugar, con trabajos arqueológicos incluídos. En 1988, el castillo es declarado monumento de interés histórico de Girona. Con el fin de evitar el vandalismo y los probables accidentes de los visitantes ocasionales, las autoridades tendrán que cerrar y prohibir el paso a las ruinas.

Actualmente, y solo durante los meses de verano, los turistas pueden visitarlo y tomar una copa de cava mientras admiran la puesta de sol sobre la llanura del Alto-Ampurdán.

ACTUALIDAD: Dos herederos para la Corona Española

FELIPE SEXTO TIENE UN HERMANO MAYOR

QUE DEBERÍA SER EL REY ‏

 
 
Vamos a especular. Felipe será el sexto Felipe, rey de España. Sus padres no tuvieron para Catalunya la menor consideración y le pusieron al hijo el nombre del rey más odiado por aquella comunidad.
Pero ¿y si ahora se demuestra que Juan Carlos tiene un hijo mayor que Felpe y varón?. ¡Menudo lío!.
 
 
 
En estos momentos el rey o ex rey de España, Juan Carlos I, tiene planteadas dos demandas de paternidad, demandas que han sido archivadas por su condición de "irresponsable legal" como jefe de estado, pero esta condición se termina cuando su hijo, Felipe VI, sea proclamado rey de España, Después puede que Juan Carlos sea o no aforado, pero en principio no va a ser "irresponsable legal", por lo que seguramente tendrá que responder a estas demandas. No sería la primera vez en la historia en la que reyes tienen hijos fuera del matrimonio, eso no es algo tan excepcional, sobre todo con los Borbones. Ahí está rodando por los platós Don Leandro, el hijo de Alfonso XIII y la cantante Moragas. El problema aquí surgiría por que la legislación española no hace diferencias entre hijos de fuera y dentro del matrimonio, sobre todo de cara a heredar. Y respecto a la sucesión del trono de España, la legislación española dice, que será el heredero de la corona el primer varón hijo del rey, lo que oficialmente convierte a Felipe de Borbón en Felipe VI, rey de España, Felipe nació en Madrid en el año 1.968.
 
 
Fotografías de izq. a derecha: Juan-Carlos I, Albert Solà Jiménez y Felipe VI.
 
 
El problema surge, porque una de las demandas de paternidad contra Juan Carlos de Borbón, está hecha también por un varón, Albert Solá Jiménez, nacido en Barcelona en 1.956 (casi 10 años antes que Felipe...), es decir si se confirma su paternidad real estaríamos ante Albert (Alberto) de Borbón, el hermano mayor de Felipe de Borbón y por lo tanto como dice la ley aspirante al trono de España como hijo mayor del rey (el que sea dentro o fuera del matrimonio es indiferente), nos encontraríamos ante Alberto I de España, que además es el que debiera de haber sido todos estos años el legítimo Príncipe de Asturias. Para ver si alguien es padre de otra persona, la ley exige que el presunto progenitor se someta a las pruebas de paternidad y en caso de no querer hacerlo, se le asigna automáticamente esa paternidad.  
   
   No me digan que esto no parece una película de Berlanga. Pues sí. Pero es que la monarquía española es el típico guión de Berlanga. 
 
 
 
Artículo de Iñaki Anasagasti / in ianasagasti.blog.com
      

viernes, 13 de junio de 2014

Cita de la Semana



"Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad."

Frase de: Miguel Delibes Setién (1920-2010), escritor y miembro de la Real Academia Española.

ACTUALIDAD: Carta al Príncipe de Asturias

Carta de llamamiento a la dignidad a un príncipe
 que quiere ser rey
 
 

Perdone usted que no le tutee (solo tuteo a las personas que me merecen confianza o simpatía) a pesar de que nos conocimos hace muchos años en Ibiza, siendo los dos niños, usted un crío de unos siete años yo un trabajador de catorce que llevaba ya dos años trabajando - en aquellos tiempos en que ya reinaba su padre, la explotación infantil era una triste realidad todavía entre los pobres). Yo no trabajaba en el mismo hotel en el que usted se alojaba, pero cuando tenía libre cogía mi vieja bicicleta y marchaba a ver a mi tía Eleutería, viuda de guerra a la cual le asesinó el marido los partidarios de quien puso su padre como rey. No voy a decir ni mencionar las palabras tan “cariñosas” que usted dedicaba a sus cuidadoras, al fin y al cabo era un niño que estaba preparándose para ser rey. No es esta la intención de esta carta. 

Cuentan que al hijo de un presidente iberoamericano le preguntaron qué quería ser de mayor, pensando que iba a decir, futbolista o actor de Hollywood, pero no, dijo que quería ser presidente como su padre, a lo que su padre le contestó:

- No hijo mío, no eso no puede ser, en nuestro país el presidente es elegido cada cuatro años y para ello debe ganarse la confianza de los ciudadanos y esmerarse en la tarea para seguir manteniéndola, sin mentiras ni abusos.

- Pero yo quiero ser presidente.- Insistió tozudo el niño.

- Eso lo decidirán los ciudadanos y es a ellos a quienes les corresponde decir quien es presidente y quién no.
 



Con esta anécdota quiero dejar claro que comprendo que usted quiera ser rey como su padre, aunque yo no quisiese ser campesino, pobre como mi padre, a pesar de sentirme orgulloso de ser hijo de un gran hombre que me enseño el sentido de la dignidad. Pero no debe ser usted quien decida si debe ser rey o no, deben ser los ciudadanos y por tanto debe ganarse la confianza de los mismos, solo a ellos les corresponde decidir si usted va a ser el jefe del Estado, si se merece el puesto, yo no lo voy a poner en duda, aunque…
Dicen que usted está muy preparado, ¿más que los miles de jóvenes exiliados en el extranjero o en paro en España? Estoy convencido que miles de esos exiliados o parados podrían desempeñar perfectamente el papel de jefe del Estado, siempre que se ganasen la confianza del pueblo.

Dicen que quiere ser el rey de todos los españoles… ¿PERDÓN? Yo no reconozco ningún rey, menos a uno que cuando el gobierno actual aprobó la criminal reforma laboral, usted la alabó en Estados Unidos, concretamente el 19 de junio de 2012. También cuando el 15 de enero del año pasado alabo ante empresarios internacionales la política económica del gobierno me avergonzó como representante de mi país, de sus palabras se desprendía que España, mi país, era un cortijo en venta, en el cual los trabajadores éramos parte del ganado al que se le puede sacrificar…

Tengo claro que los discursos se los escribe el gobierno de turno, pero nadie le obliga a leerlos, usted podría gracias a su “gran preparación” que no pongo en duda, improvisar un discurso diciendo que es una vergüenza la situación del mercado laboral, pero no dice nada, lee lo que le redacta alguien afín a la tiranía que sufrimos los ciudadanos, lo cual lo incapacita para ser el jefe de mi país.

Podía enumerar muchos otros casos que están en las hemerotecas, pero no vale la pena. Sin embargo no le he escuchado decir nada, al decir nada, no me refiero a hacer una breve reseña sobre la corrupción, como algo genérico, sino sobre casos concretos, esos casos que afectan a miembros de su familia, a miembros del partido del Gobierno, o del principal partido de la oposición, los dos puntales que le sostienen.

Tampoco se ha pronunciado ni condenado el expolio que sufren las familias por parte de delincuentes de traje y corbata que les roban sus casas. Ni del drama del 25% de niños en riesgo de pobreza severa, que pasan necesidades, ni sobre los tres millones de parados que no reciben ninguna prestación económica y busca la comida en comedores sociales o lo que es peor en cubos de basura, ni sobre los recortes en educación que evitarán que existan en el futuro jóvenes altamente preparados como los miles que están exiliados, ni sobre los miles de suicidios/asesinatos provocados por la gestión de la presunta crisis en la que se les roba a los pobres para dárselo a las entidades financieras, a las empresas gestoras de autopistas, a la Iglesia o a la misma Casa real.

Por todas estas cosas y muchas más no le debe de extrañar que seamos muchos los ciudadanos que estamos hasta los mismos de aguantar. Que deseemos un cambio real, que sea más joven y esté muy preparado que su padre, no lo dudo, pero no tiene derecho moral a ser rey de todos los españoles, a no ser que en un acto de dignidad sea lo suficientemente digno para decir que renuncia al trono o porque no se lo merece o porque los españoles estamos en contra, o una solución intermedia que dignificaría en parte su acceso al trono:

La convocatoria de un referéndum en el cual se nos dé a los ciudadanos la oportunidad de elegir, sin trampas ni cartón*, si deseamos continuar con la monarquía instaurada por un genocida** o recuperar la soberanía arrebatada por el mismo al pueblo español.

Me gustaría que usted fuese lo suficiente digno para optar por alguna de esas dos opciones, de lo contrario yo y millones de españoles no le aceptaremos como jefe del Estado, ni le consideraremos digno de ocupar el puesto porque una Democracia sin la libertad para elegir el pueblo a su máxima autoridad, ni es libertad ni es democracia. Es una Democracia violada y secuestrada por sus adversarios.

Atentamente y con todo mi respeto como persona: Paco Arenas
 
 

*Manipulación babeante de los medios de comunicación
**Francisco Franco Bahamonde

sábado, 7 de junio de 2014

martes, 3 de junio de 2014

ABDICACIONES REALES


UNA TRADICIÓN EN LA HISTORIA DE ESPAÑA
DESDE 1556
 
 

El 2 de junio de 2014, a las 10:30 de la mañana, se anunciaba oficialmente y mediante una alocución del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y desde La Moncloa, que el rey Juan-Carlos I hacía pública su decisión de abdicar la corona en su hijo y heredero el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón y Grecia, de 46 años de edad. El monarca, de 76 años, renunciaba "por motivos de salud" -entre otros- y para dar paso a un cambio generacional al frente de la más alta institución del Estado, en un momento en que, sea dicho de paso y que no escapa a nadie, la monarquía española registra su más baja cota de popularidad.

En cualquier caso y aparte del 'falso' efecto sorpresa, que ya se andaba planeando en La Zarzuela desde enero, pero que se retrasó (?) para no perjudicar al partido en el poder de cara a las elecciones europeas del 25 de mayo, la 'inesperada' abdicación del Rey no es una novedad en la cronología de sus predecesores en el trono. Sí lo es para una Constitución como la actual (1978), en la que ningún artículo contempla semejante decisión por parte del Jefe del Estado ni regula su situación posterior a la renuncia formal.



El primer monarca castellano que abdicó la corona de los reinos hispánicos en su hijo, fue el segundo representante de la dinastía de Austria: Carlos I (1500-1558), también Emperador Romano Germánico con el ordinal de Carlos V. Su primera renuncia en su hijo y heredero Felipe II, fue el 24 de julio de 1554, fecha en la que le cedió la corona de Nápoles. El 25 de octubre de 1555, también renunciaba al título de Duque de Borgoña. Finalmente, el 16 de enero de 1556, abdicaba en Felipe II la Corona de las Españas, de las Indias, de Sicilia y de Cerdeña. Dicen que, al poco de su abdicación, se arrepintió. Su último acto de renuncia fue el 24 de febrero de 1558, cuando abandonaba la corona imperial en favor de su hermano el Archiduque Fernando. Fallecía finalmente el 21 de septiembre del mismo año, en su retiro de Yuste.

Después de Carlos I, ningún monarca de la Casa de Austria abdica. En el caso del rey Felipe IV, biznieto del rey-emperador y quinto representante de la dinastía, se registra el año de 1640 como el "Annus Horribilis" de la monarquía castellana; Portugal se independiza al tiempo que otros reinos ligados a la persona de Felipe IV se alzan en armas contra el autoritarismo del valido Conde-Duque de Olivares y su política recaudatoria. Los Países-Bajos, Cataluña, Aragón y Andalucía se sublevan contra el centralismo castellano. A punto estuvo entonces de producirse la desintegración de la Monarquía Hispánica y su confederación de reinos. El mismo año, Cataluña rompía con Madrid y ofrecía la corona de Conde de Barcelona al rey Luis XIII de Francia.



Al alba del siglo XVIII, y con la implantación de la nueva dinastía en Madrid con el rey Felipe V (1683-1746), el reino de las Españas verá cómo el primer Borbón abdica en su primogénito Luis I, después de apenas 24 años de reinado (10 de enero de 1724). Pero el reinado del joven e inexperto rey Luis I no rebasa los 229 días, y dada la juventud del Infante Fernando, Felipe V vuelve a asumir la corona no sin varios intentos de volver a renunciar; intentos que fueron cortados de raíz por su segunda consorte Isabel de Parma.

Tras la muerte sin herederos del rey Fernando VI, se opera el polémico traspaso de la corona a su medio-hermano Carlos III -entonces rey de Nápoles y de Sicilia con el ordinal de Carlos VII-, en detrimento del Infante Felipe, Duque de Parma, en 1759.



Será con el rey Carlos IV (1748-1819), quinto representante de la dinastía Borbón, cuando se produce la tercera abdicación. Ésta sería fruto del motín de Aranjuez en 1808. La fuerte impopularidad del valido de los reyes, avivada por los partidarios del entonces Príncipe de Asturias (fernandistas), obligarán a Carlos IV a renunciar en favor de su hijo Fernando VII el 19 de marzo de 1808, tras la detención de su "querido" Manuel de Godoy.

En el curso de la famosa ''Entrevista de Bayona'', en la que Carlos IV, Maria-Luisa y Fernando VII se encuentran con Napoleón I, el emperador de los Franceses obligará a Fernando a abdicar la corona y devolverla a su padre el 6 de mayo, desconociendo que Carlos IV ya había pactado de antemano con el emperador la cesión de sus derechos dinásticos. Fruto de esa repulsiva tragicomedia de renuncias que dice poco a favor de padre e hijo, la corona cayó en manos de Napoleón y éste la otorgó a su hermano José Bonaparte.



Los ex reyes fueron retenidos en Francia hasta la caída de Napoleón. En diciembre de 1813, regresaba como rey de España Fernando VII (1784-1833) a Madrid, mientras que sus padres se retiraban a Roma. El conocido como "Rey Felón" fue, sin embargo, destituido por el Consejo de Regencia en 1823 y repuesto a la fuerza en el trono por las tropas francesas de Luis XVIII, que acudieron a socorrerle.



La quinta abdicación sería protagonizada por la hija de Fernando, Isabel II (1830-1904), aunque con retraso. Expulsada de España por la Revolución de 1868, y exiliada en París, Isabel II no renunció a la corona hasta el 25 de junio de 1870, en favor de su joven hijo el futuro Alfonso XII, preparándose entre bambalinas la restauración de los Borbones gracias a un golpe militar.



La sexta abdicación corresponde al rey electo Amadeo I de Saboya (1845-1890), que en 1870 aceptó ceñir la corona española, ofrecida por el general Prim. La caótica situación política del país, llevaría a Amadeo a renunciar el 11 de febrero de 1873, proclamándose automáticamente la Iª República.



El caso del rey Alfonso XIII (1886-1941), cuyo reinado se interrumpió abruptamente el 14 de abril de 1931, con la proclamación de la IIª República, es un caso de renuncia que no de abdicación. Considerándose heredero y transmisor de los derechos dinásticos de sus antecesores, y que no podía disponer de ellos a su antojo, Alfonso XIII no quiso abdicar jamás de sus prerrogativas reales; solo optó por exiliarse, muriendo 10 años después en Roma, tras perder todas las esperanzas de regresar a España de la mano del General Franco.



En pretendiente al trono de España se convirtió el tercer hijo varón de Alfonso XIII, el Infante Don Juan (1913-1993), en 1941 y usando el título real de Conde de Barcelona. Pero las circunstancias nunca fueron propicias para que él se convirtiera en el restaurador de la monarquía en España. Su hijo Juan-Carlos I, confiado desde niño al dictador Franco, se convirtió en el nuevo rey en noviembre de 1975, pasando por encima de sus derechos legítimos y, ante los hechos consumados, Don Juan no tuvo más remedio que renunciar en favor de éste el 14 de mayo de 1977.

lunes, 2 de junio de 2014

Cita de la Semana



"La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir."

Frase de: Jacques Bénigne Bossuet, Obispo de Meaux (1627-1704), escritor y clérigo.

domingo, 1 de junio de 2014

LAS 10 MENTIRAS SOBRE CATALUÑA

El presente artículo es el primero de una série de 10 artículos de cortos escritos por Jordi Mata y publicados en la revista Sàpiens (www.sapiens.cat), en los que se rebaten algunas de las mentiras sobre la história de Cataluña, divulgadas a veces por interés, otras fruto de la ignorancia.




Mentira nº 1: Cataluña nunca ha sido una nación

Todas las naciones y lo que las caracteriza: etnia, lengua, territorio, tradiciones comunas… se han construido poco a poco, y Cataluña no ha sido una excepción. A finales del siglo VIII la mayor parte de la península Ibérica la controlaba el Emirato de Córdoba. Fue entonces cuando se constituyó la Marca Hispánica, una unidad administrativa integrada en el imperio Franco de Carlomagno y en la cual quedaron aplegados buena parte de los territorios que han acabado configurando Cataluña. En consecuencia, su origen se vincula al estado cristiano mas poderoso de la época, que se extendía hasta el centro de Europa, el imperio Carolingio, y no a ningún otro.

Los territorios de la marca hispánica

Estos territorios de la Marca, divididos en las demarcaciones condales de Pallars-Ribagorça, Urgell-Cerdanya, Rosselló, Empúries, Girona y Barcelona, disfrutaban de suficiente poder autónomo como para que su relación de vasallaje con la monarquía franca se limitara a las formas, ya que, de hecho, los condes tenían la capacidad de desarrollar una política exterior propia y establecer contactos diplomáticos tanto con los califas de Córdoba cómo con la corte pontificia romana.

Así, durante el siglo IX, los condados vertebraron y compactaron el país en emprender una política de repoblación de aquellas zonas devastadas por las luchas contra los musulmanes, y fortalecieron su poder hasta adquirir un grado de soberanía respecto al rey franco, a menudo ausente y con escasos medios para mostrar su autoridad.

Finalmente, a lo largo del siglo X se rompieron los vínculos de vasallaje de los condes con el imperio Carolingio, extremo que se confirmó a partir del 988, cuando Borrell II, conde de Barcelona, Girona, Osona y Urgell, no renovó el juramento de fidelidad al rey Hugo Capeto, acto que se ha interpretado como la ratificación de la independencia de los condados catalanes, ya efectiva desde hacía tiempo.


Luchas intensas con los sarracenos

Ya independientes de los francos, los condes catalanes mantuvieron intensas luchas con los sarracenos en la península para ampliar sus fronteras y mirar hacia diferentes horizontes para prestigiar su autoridad. Así, Ramon Berenguer III firmó en 1127 con el conde de Sicilia, Rogelio II, lo que se considera el primer tratado internacional con la intervención de Cataluña como entidad soberana, sin vínculos con otras naciones.

La conquista de las taifas andalusinas de Tortosa y Lleida en los años 1148 y 1149, seguida de un movimiento repoblador que duraría mas de una generación, acabó de configurar geográficamente el país a grandes rasgos. Cataluña se convirtió en una sociedad feudal con una forma de gobierno, la soberanía condal, que construyó estructuras de estado.

En el transcurso del siglo XII también se constata la existencia de otros elementos que conforman la identidad nacional, como la lengua. El documento mas antiguo que se conserva escrito en catalán es un fragmento de una traducción hecha a mediado de siglo, del Forum iudicum, un código de leyes visigodo, casi contemporáneo a las homilías de Organyà, un sermonario destinado a la predicación del evangelio redactado entre el final del siglo XII y el principio del siglo XIII. Paralelamente al uso de la lengua hay la primera aparición de vocablos fáciles de relacionar filológicamente con Cataluña y catalanes, en los documentos escritos que se leen en el Liber Maiolicinus de gestis Pisanorum illustribus, una crónica pisana del 1114 que habla de la fugaz conquista de Mallorca por una bandada formada por hombres de Pisa y Barcelona, y que menciona los "catalanenses" y "Catalania".




El escudo y la bandera catalanas

En referencia al escudo y la bandera de Cataluña, se inspiran en el señal heráldico del linaje de los condes de Barcelona: palos de gules sobre campo de oro. Aparece por primera vez en un sello con que Ramon Berenguer IV validó un documento el 2 de setiembre del 1150, aunque se discute si la decoración con éste símbolo de las tumbas de Ermesenda de Carcasona y de Ramon Berenguer II es anterior a esta fecha o fruto de una restauración posterior. A partir del reinado de Jaime I, el número de palos se concretó en cuatro.



Mentira nº 2: Cataluña no ha sido nunca soberana porque pertenecía a la Corona de Aragón.

En 1137, el matrimonio del conde de Barcelona Ramon Berenguer IV con Petronila, hija del rey de Aragón, significó una unión dinástica de Cataluña y Aragón pero no una fusión política ni social. Se trató, entonces, de una federación de estados, en la que cada uno mantuvo sus leyes e instituciones, aunque ambos eran gobernados por una única cabeza coronada.


 
 


Fuera de la conquista del reino sarraceno de Valencia, que Jaime I efectuó a partir de 1232 con espíritu de cruzada, la política expansiva de la casa de Barcelona se dirigió hacia el norte y hacia el mediterráneo. Así, la penetración a Occitania, en el sur de Francia, fue una empresa que se concluyó en 1213 con la derrota y la muerte del conde rey Pedro el Católico en la batalla de Muret. Mas exitosa fue la aventura marítima, ya que en los siglos XIII y XIV la corona catalanoaragonesa, mediante tratados, convirtió en tributarios algunos estados norteafricanos. En diferentes y sucesivas etapas y hasta la era moderna, los reinos de Mallorca, Cerdeña, Sicilia y Nápoles, los ducados de Atenas y de Neopatria, y el condado de Malta estuvieron bajo el dominio de la corona, en una demostración de vocación europea, además de mediterránea.



El conde de Barcelona era soberano

Hay un segundo punto que también conviene explicar. A menudo se ha considerado que Cataluña, como era un principado y no un reino, tenia un poder de rango inferior o sometido a la Corona de Aragón. En época moderna, esta confusión se acentuó especialmente cuando se comenzaron a identificar los antiguos reinos con los estados modernos: el reino de Francia, el reino de España… Pero en realidad, en la época medieval los títulos de los territorios, fueron reinos, condados, o marquesados, no era relevante, ya que las relaciones eran sobretodo interpersonales: ser rey o conde era exactamente lo mismo en cuanto a uso y ostentación de poder.

Por lo tanto, el conde de Barcelona era soberano o real; es decir, que no tenía ninguna autoridad por encima de él. Esto se inició con Borrell II, que no renovó el juramento de fidelidad a los monarcas francos, y se puso por escrito en el tratado de Corbeil de 1258, entre Jaime I y el rey de Francia Luis IX. De hecho, incluso en el pacto entre Franco y Juan de Borbón, padre del actual rey, sobre el nombre que éste tenía que utilizar, tiene este significado: era conocido como conde de Barcelona, que, a todos los efectos, desde el punto de vista de la legitimidad dinástica, equivale a rey de Aragón, de Castilla, de León…



Mentira nº 3: Con los Reyes Católicos nace la nación española

Se trata de uno de los tópicos que mas fortuna ha tenido, pero también uno de los más fáciles de desmontar. Los entonces príncipes de Castilla y Aragón, Isabel y Fernando, se casaron en secreto en 1469 y accedieron a los respectivos tronos en 1474 y 1479. El matrimonio consumaba la unión dinástica entre ambos reinos, pero ambas coronas conservaban las leyes e instituciones que las hacían independientes una de otra, como había sucedido en el siglo XII con la unión dinástica entre Cataluña y Aragón.

Qué significaba exactamente "tanto monta"?

Los emblemas de los soberanos demuestran también que la unión territorial fruto de su enlace era sólo a título personal, ya que el de Isabel I (un haz de flechas) y el de Fernando II (un yugo con una cuerda suelta y con el lema "tanto monta") se mostraban juntos en los escudos, pero no unidos. Tiempo después, fue la Falange Española quien fusionó ambos emblemas para convertirlos en su símbolo.

La pretensión que los Reyes Católicos fundaron una nación, algo que no se puede fundar en una fecha concreta porque las naciones son consecuencia de una evolución cultural y no de un arreglo político, se mezcla con la idea, también errónea, que lo que crearon realmente es un estado que se superpone a un concepto geográfico. En el siglo XV España era el nombre moderno de la Hispania romana, que geográficamente había correspondido a aquello que hoy conocemos como península Ibérica. Este hecho permitía que los portugueses, ya entonces con estado propio, se consideraran también parte de España. De hecho, los mismos Reyes Católicos tenían clara esta cuestión, como lo demuestra el hecho que nunca tomaran el título de reyes de España. Otro factor que contribuye a confundirlo todo es que la pareja pertenecía a dos ramas de una misma familia, los Trastámara, detalle que refuerza una impresión de unidad sin fisuras.



La renuncia de Fernando II a Castilla

A parte, la corte castellana tenía claro también de donde era rey en verdad Fernando II. Al morir Isabel I en 1504, su viudo renunció a Castilla en favor de su hija Juana y el marido de ésta, Felipe el Bello, para evitar un enfrentamiento armado, y volvió a Aragón. Se volvió a casar al año siguiente con la princesa francesa Hermana de Foix con la esperanza que le diera un heredero para el trono Aragonés, maniobra que enfureció los nobles castellanos en entender que con esto Fernando quería impedir que Juana y Felipe heredaran su corona. Y así era. El nacimiento del hijo único de la pareja en 1509, Juan de Aragón y Foix, implicaba la separación explícita de los reinos de Castilla y Aragón, pero el bebé murió pocas horas después de haber nacido.

Una corriente historiográfica defiende que sólo se puede hablar de una unificación real de España a partir de la guerra de Sucesión, que suprime la personalidad política y jurídica de la Corona de Aragón y uniformiza los diferentes territorios de la monarquía de acuerdo con los usos del reino de Castilla. Asimismo, estas reformas de carácter estatal y estructural tampoco otorgarían consistencia a una hipotética nación española. Otras opiniones sitúan el origen del concepto en 1812, haciéndolo coincidir con la Constitución de Cádiz y la definición de nación que se extendió por todas partes a raíz de la Revolución Francesa.




Mentira nº 4: Cataluña no ha tenido nunca ejército própio


Los ejércitos ya existían en épocas en que su profesionalización era escasa o nula y, fuera de las tropas mercenarias, los integraban paisanos a menudo sin experiencia de combate. En Cataluña esto ya se recogía en el siglo XI en un Usatge (usanza) de Barcelona, el "Princeps namque", que establecía, en caso de amenaza de invasión, la potestad del soberano de llamar a las armas a todos los hombres útiles para la defensa del país. Sólo podía ser invocado cuando el soberano estaba presente en el territorio y no tenía validez fuera del Principado, circunstancias que reforzaron el compromiso entre los gobernantes y el pueblo, y favorecieron la noción de autodefensa, la formación de milicias, la posesión de armas y el rechazo a participar en ejércitos y en guerras exteriores.

Defensa ininterrumpida durante siete siglos

Del "Princeps namque", se derivó el sacramental, una organización paramilitar basada en un juramento que hermanaba varios pueblos para garantizar su propia seguridad, que a su turno fue el origen de otra organización de auto-protección civil, el Sometent (Somatén), institucionalizado en el siglo XIII durante el reinado de Jaime I, que tenía a la vez carácter policial en el ámbito local y militar en el ámbito general. Fuera de las limitaciones que estipulaba el Princeps namque, conviene recordar la infantería ligera que fueron los Almogávares y su expedición a Oriente a principios del siglo XIV.

Durante la guerra de los Segadores, se constituyó el Batallón del Principado, un ejército regular formado por cuatro tercios de mil doscientos cincuenta hombres en diez compañías de 125 hombres cada una y 500 soldados de caballería en ocho compañías, que permaneció activo hasta 1652.

En el conflicto siguiente, la guerra de Sucesión, destacó el Regimiento de las Reales Guardias Catalanas, una unidad militar de élite del lado aliado que participó en diferentes batallas (las dos ocupaciones de Madrid, las batallas de Almenar y Zaragoza), el Regimiento de la Generalitat, creado en 1705 y encuadrado sucesivamente en el Ejército Regular Austriacista y en el Ejército Regular de Cataluña, y la Coronela, fuerza armada del municipio de Barcelona con finalidades defensivas y nutrida por la gente de los gremios que estaba bajo el mando del consejero en cabeza del Consell de cent de la ciudad (Consejo de cien). Finalmente, el decreto de Nueva Planta derogó el "Princeps namque" vigente desde el siglo XI.

Un cuerpo de élite durante la guerra civil

La última presencia castrense catalana en la historia correspondió al Regimiento Pirenaico número 1, formado en noviembre de 1936 por decreto de la Generalitat, que quería construir un ejército propio con motivo de la guerra civil, afán que se concretó el 6 de diciembre con la creación del Ejército Popular de Cataluña. Se trataba de la primera unidad militar de obediencia estrictamente catalana desde 1714, y se podía considerar un cuerpo de élite que se distinguió por un nivel de disciplina que contrastaba con la desorganización que caracterizó el ejército republicano. El Regimiento defendió el Palau de la Generalitat de los ataques anarquistas durante los hechos de Mayo de 1937, y en perder la Generalidad las competencias de defensa fue incorporado al Ejército Popular de la República, donde sus miembros fueron objeto de medidas disciplinarias extremas o destinados a misiones suicidas por su talante abiertamente separatista.


Mentira nº5: Cataluña es bilingüe desde el siglo XV


El acceso al trono de Aragón de la dinastía de los Trastámara debido al compromiso de Caspe, favoreció un progresivo monolingüismo castellano en la corte, hecho que provocó que las élites sociales y culturales adoptaran el castellano desde el inicio del siglo XVI coincidiendo con su fortalecimiento como lengua comuna de todos los territorios de la monarquía hispánica. Muchos escritores catalanes escribieron su obra en castellano en un período en que la imprenta propició la edición de éste idioma, mas rentable que hacerla en catalán. Pero aun con todo no implicó que el uso del catalán menguara o fuera sustituido en ninguna parte, ni tampoco que se produjera una castellanización masiva de la población.

El catalán, única lengua de las instituciones hasta 1714

Al contrario. El catalán fue la única lengua de las instituciones hasta 1714, como lo demuestran los Dietarios de la Generalitat de Cataluña, y el Dietario del antiguo consejo de Barcelona, y se mantuvieron como única lengua coloquial durante los siglos XVI y XVII. La iglesia hizo un uso mayoritario del catalán en la predicación porque entendió que era el habla del pueblo, circunstancia que hizo constar el religioso jesuita Pere Gil en el prólogo a su traducción del latín al catalán de la obra La imitación de Cristo (1621), de Tomás de kempis: "Exceptuadas algunas pocas ciudades como son Barcelona, Tarragona, Girona, Tortosa y Lleida, y algunas pocas vilas como Perpiñán, Vilafranca del Penedès, Cervera, Tárrega, Fraga, Montsó y parecidos, [...] no es bien entendida la lengua castellana de la gente comuna". El esfuerzo por implantar un bilingüismo real no se desarrollaría hasta el siglo XVIII, en dictarse desde Madrid las medidas administrativas contrarias al uso oficial del catalán y de su enseñanza.

Una decadencia relativa

Uno puede creer que el tema del bilingüismo vinculado a esta etapa se relaciona con un fenómeno paralelo en el tiempo, la Decadencia, nombre con el que los historiadores de la literatura catalana han designado el periodo comprendido entre el fin de la edad media y el inicio de la Renaixença (el Renacer), caracterizado por la disminución del uso literario del catalán y la poca cualidad de los textos que se produjeron en esa lengua. El de la Decadencia es un concepto que conviene matizar y revisar, construido por intelectuales del siglo XIX y críticos posteriores. Aunque existió el abandono de la creación literaria en catalán, dado que la mayoría de autores del país conrearon sus obras en castellano, latín o italiano, esto no comportó una caída cultural general porque sí proliferaron los libros de divulgación científica o técnica escritos en catalán que trataban disciplinas como la medicina, la agricultura, la enseñanza, la historiografía y los concernientes a la milicia. Además, la base para hablar de Decadencia fue la comparación más desfavorable posible, la de las letras catalanas con las castellanas, que en ésa época vivían su Siglo de Oro.

En conclusión, se generó un cliché que aún permanece, que disuadió muchos investigadores de estudiar con rigor mas de trescientos años de historia de cultura nacional, y que no se corresponde a la realidad del uso cotidiano de la lengua catalana en la era moderna, que era bien vigente.





Mentira n°6: Los catalanes no perdieron nada con la derrota de 1714


La derrota de 1714 tuvo consecuencias que políticamente y socialmente afectaron a todo el mundo, y no tan solo a los círculos oligárquicos que pudieran retener el poder del país en aquel momento, como a veces se ha dicho. Conviene recordar que en aquel momento, en Cataluña había derechos individuales y colectivos garantizados por leyes que se aprobaban en las Cortes. Los decretos de Nueva Planta, el conjunto de reglas promulgadas por Felipe V después de la guerra de Sucesión, implementaron el absolutismo y el monarca devino fuente de toda soberanía.

De acuerdo con eso y aludiendo al "derecho de conquista", Felipe V abolió los fueros y las constituciones de la Corona de Aragón, y derogó también las instituciones propias que velaban por su cumplimiento. Estas medidas no se dirigieron a estamentos en concreto, sino al conjunto de la población, que pasó a ser gobernada por un organismo extranjero, el Consejo de Castilla.

Pérdida colectiva e individual

Los catalanes, como a individuos e independientemente de su lugar en la escalera social, perdieron derechos como las garantías procesales, mediante las cuales nadie podía ser hecho prisionero sin la orden expresa de un juez competente, y se aseguraba que todo el mundo tuviera acceso a la justicia por encima de las respectivas posibilidades económicas. También fue suprimido el derecho de reparación, que permitía que el daño que provocara un empleado público a un ciudadano fuera inmediatamente reparado, y la legislación a propósito de la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia. En conclusión, los decretos de Nueva Planta representaron para los catalans la pérdida del control económico, fiscal, judicial, aduanero, y monetario propio y de una capacidad legislativa tradicionalmente avanzada a su época.

Económicamente, el decreto de Nueva Planta significó la imposición de un tributo nacido con pretensiones de modernidad y equidad entre los diferentes territorios peninsulares, el cadastro. La aplicación de éste nuevo impuesto provocó que en cincuenta años la fiscalidad aumentara globalmente en Cataluña un 150%.





Mentira n°7: El castellano no ha sido nunca lengua de imposición


La derrota en la guerra de Sucesión también provocó la imposición del castellano. En la época del establecimiento de los decretos de Nueva Planta, la administración borbónica aleccionaba los correctores desplazados a Cataluña con instrucciones como la siguiente: "Pondrá el mayor cuidado en introducir la lengua castellana, a cuyo fin dará las providencias más templadas y disimuladas para que se consiga el efecto sin que se note el cuidado". Más directos fueron los ministros del hijo de Felipe V, Carlos III, en promover cédulas reales por las cuales se prohibía la enseñanza del catalán en las escuelas de primeras letras (1768) y se ordenaba que todos los comerciantes llevaran los libros de contabilidad en castellano (1772). El privado de Carlos IV, Manuel Godoy, prosiguió el asedio al catalán en dictaminar en 1801 que no se representara en ningún teatro ninguna obra que no fuera en castellano.

Castigos a los niños que hablaran catalán en la escuela

El estado liberal no se diferenció del absolutista en cuanto a la represión lingüística. Un edicto real de 1837 impuso castigos infamantes a los niños que hablaran catalán en la escuela, y en algunos lugares, como las Islas Baleares, se fomentó la delación entre alumnos para sancionar los catalanohablantes. Ciertas medidas resultaron ridículas a la vez que tristes, como la que en 1838 prohibía que los epitafios de los cementerios fueran escritos en catalán, o la emitida por la Dirección General de Correos y Telégrafos en 1896 en prohibir hablar en catalán por teléfono en todo el Estado español.

En 1924, en plena dictadura de Primo de Rivera, se publicó una real orden que sancionaba aquellos maestros que enseñaran en catalán, y Antoni Gaudí, que tenía entonces setenta y dos años, fue detenido por negarse a hablar en castellano delante de la policía.

La constitución española relega a un papel secundario el catalán

En 1939, consumada la victoria fascista en la guerra civil, una orden del Ministerio de Educación Nacional suprimió cualquier enseñanza relacionada con la cultura catalana. Incluso los presos tenían que hablar en castellano, según el reglamento de prisiones de 1956, y en castellano tenían que ser los nombres que se inscribieran en el Registro Civil, como se estipuló en 1957. Conviene recordar también la movida que hubo alrededor de Juan Manuel Serrat cuando, en 1968, se le prohibió cantar en catalán en Eurovisión el famoso La, la, la con que ganó el certamen Massiel.

En los tiempos actuales, la Constitución española de 1978 relega a un papel secundario el catalán en los territorios donde es lengua propia, ya que el castellano es afianzado como única lengua que los ciudadanos tienen que conocer obligatoriamente. La situación ha degenerado suficiente como para que la sentencia del Tribunal Constitucional respecto al Estatuto de Cataluña, hecha pública el 9 de Julio de 2010, establezca que el catalán no es lengua preferente de la administración en Cataluña ni tampoco lengua vehicular del sistema educativo.





Mentira n°8: El catalanismo es un invento de la burguesía


El arquetipo de catalán como personaje eminentemente burgués, generado en los tiempos de la industrialización, ha hecho fortuna suficiente como para que muchos miren a la mayoría de habitantes del Principado como a miembros de clases bienestantes, olvidando que fue en Cataluña, precisamente porque es donde había las fábricas, dónde también nació el proletariado como a clase social en la península Ibérica. La potencia del arquetipo, que incluye la fuerza de su poder económico para hacerlo a la vez poderoso políticamente, ha permitido atribuirle gratuitamente la paternidad única del catalanismo.

Un fenómeno transversal e interclasista

El catalanismo fue un fenómeno transversal e interclasista, las raíces del cual son culturales, pero provenientes también de los anhelos democratizadores de los estratos populares. En 1869 se creó la primera sociedad catalanista, la "Joven Cataluña", fundada entre otros por Àngel Guimerà, estrechamente ligada a la Renaixença y a los Juegos Florales, y que se propuso ir más allá del debate literario a fin de dar un primer enfoque político. El abanico ideológico de sus integrantes era diverso, incluía tanto carlistas como republicanos de diferentes tendencias. Pero antes de todo esto, en 1840, se había constituido la Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera de Barcelona, que comenzaba un obrerismo catalán vinculado al republicanismo y que, a parte de defender mejoras en las condiciones de trabajo y de vida de los obreros, se comprometía con los movimientos de carácter anticentralista. Éste discurso aumentó en 1855 a raíz de la creación de la Junta Central de Directores de la Clase Obrera, que fuera del derecho de asociación y de la limitación de la jornada laboral, reivindicó también la libertad de Cataluña. La prensa obrera usaba el catalán sin manías, y publicaciones como La Tramontana, de inspiración anarquista, se presentaba de la siguiente manera: "És lo periòdich que’s publica en idioma català, més avensat en idees polítiques, religioses i d’economia social". (Es el periódico que se publica en idioma catalán, mas avanzado en ideas políticas, religiosas y de economía social).

El "regionalismo burgués" de Lerroux

La celebración en 1880 del Primer Congreso Catalanista para aglutinar todos los sectores sociales favorables al autogobierno de Cataluña ya evidenció que la burguesía no era la protagonista exclusiva de este sentimiento. Aún así, las convulsiones y represiones que vivió el obrerismo a final del siglo XIX y a principio del siglo XX ayudaron a que un político demagogo y populista como Alejandro Lerroux tuviera audiencia entre los trabajadores, que escuchaban sus denuncias de aquello que nombraba regionalismo burgués, y que podía identificarse con el catalanismo como conjunto. Contra esta visión, el catalanismo mas popular fundó en 1903 el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y la Industria (CADCI) para defender el reformismo social y la divulgación del catalanismo, la pluralidad del cual se completó en 1906 con la creación del Centre Nacionalista Republicà, el primer partido catalanista de izquierdas.

Ciertamente, no se puede negar la participación en un proyecto nacional catalán, ya antes de la aparición de un catalanismo conservador, de una clase obrera aplegada en un tejido asociativo variado que disponía de centros culturales, escuelas y orfeones que contribuyeron a extender la cultura entre los sectores populares. Su peso, además de completar una imagen de Cataluña en la cual sólo era visible la burguesía mercantil e industrial, fue caudal para consolidar el catalanismo en un sentido democrático.


Mentira n°9: La guerra civil fue solo una guerra entre derechas e izquierdas


Es simplista reducir al odio entre derechas e izquierdas el motivo del estallido de la Guerra Civil Española, ya que sobretodo conlleva ignorar el debate que había a propósito de la organización territorial del estado republicano, en que el papel de Cataluña ya como comunidad autónoma de pleno derecho amenazaba la idea de la unidad de España. Diferentes regiones se reflejaban en el ejemplo catalán para emprender la vía autonómica. La redacción del Estatuto de Aragón se desarrollaba en marzo de 1936; se presentaba el cuarto proyecto de Estatuto para el País Vasco el 15 de abril; el proyecto de Estatuto de Astúries se redactaba en mayo, coincidiendo con las conversaciones de los ayuntamientos castellanos para la autonomía de Castilla y León; un segundo plebiscito favorable al Estatuto gallego se votaba el 28 de junio, y en Andalucía se producía una reunión preparatoria para la redacción de un proyecto autonómico el 6 de julio, una semana antes del inicio de la guerra. Este ambiente acrecentó el nerviosismo de los sectores conservadores que impulsaron la rebelión militar.

"Antes que el Estatuto la guerra civil"

La aversión hacia Cataluña en los círculos de poder estatal ya venía de antaño, desde la vertebración política del catalanismo. Después de la proclamación de la República en 1931, las negociaciones para el Estatuto de Cataluña levantaron un gran alboroto perceptible en lo que se leía en 1932 en algunos periódicos, como "El Imparcial", que reflejaban posicionamientos que a la vez predecían la tragedia: "Antes que el Estatuto la guerra civil". Un enemigo de la autonomía Catalana, Ramiro Ledesma, teórico del nacionalsindicalismo, el considerado fascismo español, buscó el enfrentamiento incitando al ejército a emprender una acción armada. "Falta esta prueba a los catalanes separatistas: la del heroísmo. Carecen de ejecutorias guerreras, y por eso el resto de España debe obligarles a batirse", declaraba.

La estrofa catalanofoba del "Cara al sol"

Con la guerra ya iniciada, la prensa del Principado se hacía eco de la catalanofobia del bando sublevado. Un titular de "La Publicitat" en agosto de 1936 era suficientemente explícito: "Los insurgentes ya explotan la fobia anticatalana. Los traidores del régimen nos tratan de extranjeros". No se trataba de ninguna exageración. En sus emisiones radiofónicas desde Sevilla, el general Queipo de Llano soltaba perlas como esta: "Transformaremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar". Y en 1938 la Falange Española cambió una estrofa de su himno, el "Cara el sol", por la siguiente: "Catalán, judío y renegado, pagarás los daños que has causado. Arriba escuadras, a vencer, que en España empieza a amanecer". Tal realidad la reconocían incluso diarios editados en la franquista, como era el caso del ABC ("Hay –inútil sería ocultarlo- en muchos lugares de la España en definitiva, un sentimiento muy acusado de rencor contra los catalanes") o El Adelanto, de Salamanca ("Actitudes "catalanófobas" las hemos hallado recientemente en artículos insertos en periódicos de la España liberada").

Desafortunadamente, la catalanofobia no estaba ausente en el bando republicano. La libertad con que el gobierno de la Generalitat actuó, a causa de los trastornos a qué lo abocó la guerra, al margen de lo dictaminado en Madrid, generó un fuerte resentimiento del Gobierno central hacia las autoridades catalanas. En consecuencia, el decreto de Franco por medio del cual se abolía el Estatuto de Autonomía de Cataluña en abril de 1938 parece que encontró buena acogida por parte de algunos políticos republicanos.





Mentira n°10: Franco fue clave en la industrialización de Cataluña


La industrialización de Cataluña no es un fenómeno reciente ni debe nada a la acción de un dictador. Sería mas justo decir que la indústria catalana sobrevivió a pesar de un dictador que hizo todo lo posible para debilitar el país, pero que tuvo que tragarse sus fóbias cuando se hizo evidente que si Cataluña se empobrecía, el empobrecimiento de toda España sería imparable.

La emprendeduría no se hace en 40 años

El proceso de industrialización catalán se inició en el siglo XVIII con el sector del algodón y las fábricas de indianas, favorecidos por la existencia de un espíritu empresarial y emprendedor, la proximidad geográfica a Europa que proporcionaba la tecnología y la inversión de una parte de los beneficios generados para la modernización de la agricultura del Principado. Este núcleo inicial se ensanchó a lo largo del siglo XIX, a pesar de las guerras, revueltas, y crisis, y con retraso respeto a la Europa occidental. La revolución de los transportes, con el establecimiento de una red de ferrocarriles, y la sustitución del vapor por energía hidráulica, factores que esparcieron la mecanización por todo el país, inauguraron una etapa de prosperidad, aunque el pensamiento librecambista y anti-industrialista de los gobiernos centrales entorpeció mas que ayudó a unas actividades que requerían leyes proteccionistas. Buena parte de esto se dañó con la guerra civil.

La autarquía franquista

El franquismo instauró la autarquía, una economía rígida de racionamiento, sin intercambios con el exterior, en que el Estado tenía que producir todos los bienes necesarios. Hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial se hizo evidente la voluntad de las autoridades de dificultar la recuperación económica de Cataluña. Se trasladaron a Madrid las sedes sociales de empresas catalanas; se depuró el personal de los organismos encargados de la economía del país; se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), orientado a construir industrias allí donde la iniciativa privada no pudiera llegar, y que representó una discriminación con respecto al Principado; y los bancos españoles absorbieron las entidades de Cataluña con suficiente agresividad como para que a mediados de la década de los cincuenta la banca catalana solo representara el 3% del sistema bancario español.

Sin embargo, el aislamiento que sufrió la dictadura española después de la derrota del nazismo llevó su economía al estancamiento. Faltaban energía y materias primas, y las restricciones eléctricas eran constantes. La burguesía industrial y comercial catalana, que había renunciado a ejercer un papel político y que apoyaba el régimen porque era garante de una paz social que permitía obtener ganancias, se limitaba a hacer funcionar sus negocios a pesar del intervencionismo estatal, intervencionismo que no siempre se salía con la suya.

Franco accede a los deseos de FIAT

La dictadura, que habría querido que Cataluña se especializara en la industria textil, tuvo que transigir con el deseo de la empresa automovilística italiana FIAT de instalar la factoría SEAT en Barcelona por su puerto y su mano de obra cualificada, deseo que contrarió el general Franco, que había ofrecido otras ubicaciones, e incrementó el peso del sector del metal en el Principado.

El modelo autárquico, incapaz de mejorar el nivel de vida de la población, entró en crisis y tuvo que evolucionar hacia la liberalización del sistema económico con el Plan de Estabilización de 1959, aprobado a desgrado del dictador, que tenía en la autarquía un símbolo de su victoria en la guerra. Empezaba el enderezamiento económico.