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domingo, 29 de diciembre de 2013

Cita de la Semana



"No hay libertad si el poder judicial no se encuentra separado del poder legislativo y del ejecutivo."

Frase de: Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu y de La Brède (1689-1755), escritor, magistrado, Presidente del Parlamento de Bordeaux y de la Academia Francesa.

sábado, 28 de diciembre de 2013

FEDERICO II & EL ENIGMA DE PRUSIA (V.O. subtitulada)

 
Federico II 'el Grande', Rey de Prusia (1712-1786)
Documental de la BBC versión inglesa subtitulada en castellano


CATALINA II, loca por el poder

DE PRINCESITA ALEMANA A EMPERATRIZ DE TODAS LAS RUSIAS
 


 

ENRIQUE VIII, un cadáver exquisito

AUTOPSIA VIRTUAL DE UN CADÁVER REAL:
 
ENRIQUE VIII DE INGLATERRA (1491-1547)
 
 
SALUD, PERCANCES, ENFERMEDADES Y MUERTE DE UN MONARCA RENACENTISTA
 
 

EL ASESINATO DEL ZAR NICOLÁS II DE RUSIA

EKATERINBURG, 1918.
 
 
 


RUSIA: La construcción de un imperio

AUGE Y CAÍDA DE LA RUSIA ZARISTA
 
 
 


MÚSICA: Antonio Vivaldi

 
Antonio Vivaldi  (1678-1741)
 
 
"Allegro Molto"
 
del
 
CONCERTO PER MANDOLINI RV558
 
 


sábado, 21 de diciembre de 2013

Cita de la Semana



"El mayor de los males que comete un ministro, no es el de arruinar a su pueblo; hay otro mil veces más peligroso: es el mal ejemplo que da."

Frase de: Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu y de La Brède (1689-1755), magistrado, escritor, Presidente del Parlamento de Bordeaux y Director de la Academia Francesa.

viernes, 20 de diciembre de 2013

ACTUALIDAD: El Real Capricho

EL CAPRICHO DEL REY CAZADOR
 
 

El Rey mandó construir un pabellón de caza a cargo del Patrimonio Nacional

Era uno de los secretos mejor guardados del Rey hasta hoy. El pabellón de caza del monarca fue construido en 2007 muy cerca del Palacio de La Zarzuela, tal y como ha desvelado el periodista Antonio Montero en exclusiva en un programa-magazine de TV. Construido con materiales nobles de primera calidad, el pabellón ha costado la friolera de dos millones de euros que han sido pagados por patrimonio nacional.

En 2007, Don Juan Carlos vio cumplido uno de sus sueños: tener su propio pabellón de caza. Hasta ahora no había trascendido ninguna información sobre esta construcción que costó dos millones de euros y que fue pagada por patrimonio nacional, tal y como ha desvelado en exclusiva Antonio Montero.

Según ha asegurado Antonio Montero, el pabellón de caza está situado muy cerca de Zarzuela y hasta allí fueron trasladados todos los trofeos de caza del monarca una vez terminada su construcción y que hasta ese momento estaban dispersos en fincas de patrimonio y casas de amigos.

1.700 metros cuadrados en dos plantas y materiales de primera

El pabellón de caza de Don Juan Carlos tiene 1.7000 metros cuadrados divididos en dos plantas. La planta baja tiene 1.000 metros cuadrados y la superior, en la que hay algún dormitorio, tiene 700 metros. La altura de los techos es muy elevada para que entren piezas de mayor tamaño, como elefantes o jirafas y dispone de una sala acorazada de 200 metros cuadrados para guardar las armas. Los materiales utilizados en la construcción son de primera calidad. Las maderas son importadas de Oregón (EE.UU) y de Suecia para que resistan la intemperie.




Y un rifle de oro y platino

Un rey no caza elefantes con un rifle cualquiera. Un rey caza elefantes con un rifle selecto, y con decoraciones selectos. Este es el razonamiento que debía utilizar Juan Carlos I de Borbón, rey de España, a la hora de encargar al fabricante Mike Dubbo, de reconocido prestigio dentro del sector, que le decorara uno con todo de incrustaciones de oro de 24 quilates y platino, la mirilla con cristales Swarovski y con el sello real grabado en el centro del arma.


 
 


El encargo, de 2007, no tenía "restricciones presupuestarias, por suerte", destaca el propio Dubbo en un foro del sector. Además, el rifle que tuvo que decorar fue un John Bolliger, el fundador de la prestigiosa marca Mountain Riflery, que desde 1966 crea "rifles de la más alta calidad".

 

CURIOSIDADES -121-

"Santos Padres nada ejemplares"



En el trono de San Pedro se han sentado papas que, por su procedencia ilegítima, su pasado, sus vicios y sus acciones en el ámbito de lo privado, han dejado mucho que desear como idóneos representantes de Cristo en la Tierra. La lista de los peores sujetos que ciñeron la triple tiara es, por lo menos, impresionante. Aquí, sin embargo, nos ahorraremos mencionarlos por su nombre (ya que la lista podría ser tediosa), pero sí podemos poner de relieve sus particularidades para hacernos una idea exacta de cuán corrupta llegó a ser la corte vaticana. Verán que hay para todos los gustos:

-22 papas homosexuales
-16 papas pederastas
-15 papas sadomasoquistas
-12 papas casados
-10 papas incestuosos
-10 papas proxenetas
-9 papas violadores
-7 papas fetichistas
-6 papas bastardos de curas
-4 papas bastardos de papas
-1 papa zoofílico
-2 papas encubridores de pederastas

Nótese que, de esta lista de viciosos, 23 fueron elevados a los altares y venerados como santos, y 2 fueron beatificados hasta la fecha.

Datos sacados del libro "Los Papas y el Sexo", de Eric Frattini.

Frase de Cine



Blanche Devereaux (Rue McClanahan):

-"¡Ah, si pudiera encontrar algún medio para resultar menos atractiva!"

Sofía Petrillo (Estelle Getty):

-"Prueba con agua y jabón."

Frases de: Rue McClanahan, actriz (1934-2010) y de Estelle Getty, actriz (1923-2008) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV Sitcom, Susan Harris, 1991.

lunes, 16 de diciembre de 2013

ACTUALIDAD: Merecida bronca en el Parlamento Europeo

Sesión del Parlamento Europeo, Estrasburgo 21 de Noviembre 2013:



Sonada intervención del eurodiputado independiente inglés Godfrey Bloom ante la Eurocámara, a propósito del programa de acción sobre la tasación en la U.E. 2014-2020. Su intervención, en inglés, es subtitulada en castellano y en francés; en ella acusa a sus colegas de ser unos privilegiados y unos sinvergüenzas que evaden fiscalmente mientras osan legislar contra el fraude fiscal en los países miembros.

 

domingo, 15 de diciembre de 2013

EL JOYERO DE UNA REINA DE FRANCIA

INVENTARIO DE LAS JOYAS DE
LA REINA MARIA DE MEDICIS
1610
 
 
En 1610, un exhaustivo inventario sobre las alhajas personales de María de Médicis, esposa del rey Enrique IV de Francia y de Navarra, nos revela que sus joyeros contenían lo siguiente:

-11.538 piedras preciosas de todas las formas y dimensiones imaginables.

-6 collares de diamantes.

-11 cadenas de oro de diseños y formas diversas.

-4 insignias de diamantes.

-varias cruces de oro con perlas, diamantes, rubíes, zafiros, amatistas y esmeraldas.

-varios rosarios de oro con cuentas de perlas y otras piedras preciosas.

-varios brazaletes de oro guarnecidos con gran variedad de gemas.

-varios broches, ramilletes, colgantes de cintura, cinturones, pendientes, anillos, ornamentos y agujas guarnecidas con diamantes, perlas y otras gemas de colores.

-5.878 perlas redondas y en forma de pera, de grandes dimensiones.

El famoso inventario se realizó tras el asesinato del rey Enrique IV (14 de mayo de 1610), e impresiona, ya en esa época, la cantidad de alhajas acumuladas por su segunda consorte María de Médicis, de 37 años. A medida que se fueron sucediendo las distintas reinas que le siguieron, el joyero de las regias consortes se amplió con regalos diplomáticos, presentes reales y encargos. Todo hay que decirlo, algunas alhajas antiguas, juzgadas pasadas de moda, fueron reconvertidas y sus piedras reutilizadas.

sábado, 14 de diciembre de 2013

ISABEL LUISA DE PORTUGAL, la 'Siempre-Novia'


DOÑA ISABEL LUISA DE BRAGANZA
INFANTA DE PORTUGAL
PRINCESA DE BEIRA
1669 - 1690
 
 
LA NOVIA ETERNA
 
Isabel Luisa Josefa de Braganza, Infanta de Portugal y Princesa de Beira, nació en el Palacio Real da Ribeira de Lisboa el 6 de enero de 1669, única hija nacida del matrimonio del entonces Infante Don Pedro, regente de Portugal -el que fuera rey Pedro II- con su primera consorte y cuñada Maria-Francisca de Saboya-Nemours.



Un año antes, don Pedro había llegado al poder dando un golpe de Estado el 27 de enero de 1668, deponiendo a su hermano el rey Alfonso VI y encarcelándolo en el palacio real de Sintra, aunque desde 1667 ya detentaba efectivamente la regencia portuguesa. Poco después, inició el proceso para la anulación matrimonial de su hermano mayor con la reina Maria-Francisca de Saboya, alegando la no-consumación de la unión por la manifiesta indiferencia de Alfonso VI hacia su consorte, obteniendo finalmente de Roma la anulación y el permiso para casarse con ella.


Alfonso VI y la pugna por el poder


 
En realidad, y desde los 3 o 4 años de edad, siendo entonces el rey Alfonso VI de Portugal (1643-1683), tan solo Infante de Portugal y el segundo en el orden sucesorio a la Corona Lusa, había sufrido una "fiebre maligna" que le afectó el lado derecho del cuerpo (1646-47); la dolencia repercutiría inevitablemente en casi todos los aspectos de su vida: desde los políticos hasta los familiares y sexuales. Se cree, hoy día, que se trató de una afectación del sistema nervioso central tal vez debida a una meningitis, como propone Montalvao Machado.

 
Retrato del Infante Teodosio de Braganza, Príncipe de Beira (1634-1653).


Tras la muerte de su hermano mayor Teodosio, entonces presunto heredero del trono, Alfonso se convirtió en el nuevo Príncipe de Beira -título de los herederos de la Corona de Portugal-, el 13 de mayo de 1653, contando con casi 10 años de edad. Poco después, entre 1654 y 1655, el rey Juan IV dotaba al Infante Pedro, su otro hijo menor, con un vasto patrimonio de señoríos que habían sido en gran parte confiscados a los nobles partidarios de la dominación española, y que andaban diseminados a lo largo de todo el territorio luso, desde el Norte hasta el Bajo Alentejo, conformando lo que más tarde se conocería como "La Casa del Infantado" o "Señorío del Infantado", para asi asegurar su manutención y posición como segundo presunto heredero de la Corona.

 
Retrato del Rey Juan IV de Portugal y de Los Algarves, VIIIº Duque de Braganza (1604-1656).


El 6 de noviembre de 1656, Juan IV, artífice de la Restauración Portuguesa (1640), fallecía y su hijo Alfonso VI asumía con 13 años la pesada carga que suponía dirigir la monarquía lusa instaurada por su padre dieciséis años atrás. El 15 de noviembre siguiente, se procedió a la ceremonia de entronización y proclamación oficial del nuevo rey, pese a las iniciales dudas que asaltaron a los miembros de la corte dado el estado en el que se encontraba el monarca adolescente. De hecho, el timón del gobierno fue a parar a manos de la reina-viuda Doña Luisa de Guzmán* -de la Casa Ducal de Medina Sidonia-, quien asumió el papel de regente desde la fecha hasta su derrocamiento el 22 de junio de 1662, tal y como rezaban las disposiciones testamentarias del difunto Juan IV.

 
Retrato de Luisa de Guzmán, Reina Vda. y Regente de Portugal (1613-1666).


En estos tiempos tan difíciles y delicados para Portugal, la regente procuró organizar el gobierno de modo que se impusiera a las facciones palatinas que luchaban por el poder. Tras nombrar al conde de Odemira como ayo de su hijo Alfonso VI, la reina Luisa mantuvo los oficios de la Casa Real en manos de los que habían ejercido bajo el reinado de su marido. En cuanto a los asuntos públicos, éstos siguieron siendo dirigidos por los mismos secretarios de Estado. Creó, no obstante, un consejo especial llamado Junta Nocturna -porque se reunía por las noches-, compuesto por consejeros de su confianza, ante la creciente rivalidad entre el conde de Odemira y el conde de Cantanhede, y que resultó ser extremadamente eficaz para la buena marcha de los asuntos de Estado.

Aunque durante su gobierno el ejército portugués consiguió una gran y decisiva victoria sobre el español en las Líneas de Elvas (14 de enero de 1659), evitando que Lisboa cayera en manos enemigas, la regente tuvo que afrontar al partido alfonsino dirigido por el 3er conde de Castelo Melhor, que pretendía liberar al rey del yugo materno y devolverle la autoridad. En 1661, tan mal estaban las cosas que la regente consideró renunciar al poder para evitar que Portugal se escindiera en dos bandos enemigos; pero temiendo una administración desastrosa por parte de su hijo, resolvió mantenerse al frente del gobierno y desbaratar la oposición.

Erigiéndose en garante de la libertad e independencia del reino portugués, Luisa de Guzmán fue la artífice de la alianza con Inglaterra en 1662, sellada por la boda de la Infanta Catalina con el rey Carlos II de Inglaterra.

 
Retrato del Rey Alfonso VI de Portugal y de Los Algarves (1643-1683).


En cuanto al joven rey Alfonso VI, los sobresaltos y escándalos se sucedieron gracias a sus excentricidades. Solía divertirse observando, desde una ventana del palacio real, a los chavales de baja condición en sus malabarismos, sus luchas y gamberradas, a los que aplaudía sin cohibirse e incitando a uno u otro para que se dieran tortazos, entre paradas de mercaderes y comerciantes que allí hacían sus negocios. Entre ellos se distinguía un genovés llamado Antonio Conti, que vendía cintas, medias y adornos femeninos. Se congració al rey y premiaba a los luchadores que ganaban, para agradarle aún más. En poco tiempo, consiguió ser recibido por Alfonso VI, e introdujo en su presencia a su hermano y a toda una serie de chicos de la calle, incluyendo a negros, lacayos, moros y otros chavales de peor calaña y fama. Puesto que el rey había tomado posesión de su Casa el 7 de abril de 1660, ni corto ni perezoso dispuso que se diera alojamiento a Antonio Conti junto a su propio dormitorio y se le nombrara mozo de su guardarropa, causando un gran revuelo en la corte. Solían entretenerse en combates de perros dentro del recinto palatino y luego en la plaza del Terreiro do Paço y a la vista de todos los transeúntes. Con el rey, Antonio Conti y sus "amiguetes" formaban una pandilla de gamberros nada recomendable, dedicándose a recorrer de noche las calles de Lisboa para sembrar el terror, apedreando ventanas y arremetiendo contra cualquiera que anduviera por calles y callejuelas. Dada la incapacidad física del rey, el espectáculo era aún más patético cuando los transeúntes, enfadados y molestos por las gamberradas, amenazaban con darle una paliza, y Alfonso VI se veía obligado a darse a conocer para evitar que le maltratasen. A estas excursiones nocturnas se sumaba el poco decoroso jolgorio que se solía montar en los apartamentos del rey, cuando Conti y los suyos arrastraban a palacio a toda una pandilla de prostitutas, para que el monarca yaciera con unas y otras, sin llegar jamás a consumar el acto sexual debido a sus impedimentos.


 
Lisboa, 1650: vista sobre el Terreiro do Paço; al fondo, el Palacio Real da Ribeira, residencia de los reyes y su corte.


Puesto que el hábil Antonio Conti sabía divertir al rey con sus ocurrentes gamberradas, Alfonso VI no tardó en nombrarle caballero, concediéndole una encomienda y el hábito de la Orden de Cristo para luego honrarle con el cargo de "gentilhombre de cámara" con las llaves de los aposentos reales y una pensión de 1.000 cruzados.

La reina-regente intentó poner freno a los desmanes de su hijo y a sus liberalidades con el rufián de Conti, más cuando estalló el escándalo de que Alfonso y el genovés solían visitar nocturnamente a las monjas del convento de Odivelas, y levantarles los hábitos para satisfacer sus vicios. Peor aún, en un intento por impresionar a unas novicias, Alfonso VI pretendió torear en el mismísimo patio del convento, acabando magullado y maltrecho. Las medidas de la regente no pudieron ser más drásticas: expulsó al rufián genovés de la corte condenándole al destierro en Brasil, asi como a toda la pandilla de gamberros que entraban y salían de palacio de manera incesante, por lo que el rey, privado de sus "amigos, entró en una ira difícil de aplacar.

 
Retrato de Don Luis de Vasconcelos e Souza, IIIer Conde de Castelo Melhor (1636-1720).


En cualquier caso, la reina cometió el craso error de nombrar a los condes de Castelo Melhor y de Atouguia como nuevos ayos y gentileshombres de cámara de su hijo. Éstos, partidarios de la emancipación del rey, se confabularon con otros cortesanos afines para dar un golpe en palacio y apartar del poder a la regente. El complot triunfó el 23 de junio de 1662, provocando el fin de la regencia materna y la partida del rey a Alcántara, con la excusa de buscar medios para afrontar la guerra contra España y aligerar a su madre de la pesada carga del gobierno. Aunque trató de resistir, Luisa de Guzmán no pudo salir airosa del enfrentamiento con el cabecilla de la conspiración: el conde de Castelo Melhor**, quien estaba decidido a asumir la dirección del gobierno en nombre de Alfonso VI.

La reina, tratada con el mayor de los respetos por los conspiradores alfonsinos, permaneció momentáneamente en el palacio real de Lisboa hasta marzo de 1663, fecha en la que es trasladada al convento de los Agustinos Descalzos, inaugurando asi su retiro de la vida pública.

En cuanto al entorno del rey, éste se vio prontamente en la necesidad de casarle con una princesa, preferentemente francesa ya que se buscaba la alianza gala para hacer frente común contra España. Ya en 1652, se barajaba desposar a Alfonso con una hija del príncipe de Parma, luego con la Duquesa de Montpensier prima-hermana del rey Luis XIV de Francia, y con una hija del Duque de Orléans, sin que se concretasen los proyectos matrimoniales. Finalmente, se encontró mejor disposición en los duques de Nemours, príncipes de la Casa de Saboya. Éstos consintieron entregar a su hija Maria-Francisca Isabel de Saboya, más conocida como "Mademoiselle d'Aumale", a Alfonso VI de Portugal, firmándose el contrato el 24 de febrero de 1666 en París. La flamante novia, que tenía una dote de 1.800.000 libras, llegaría a Lisboa el 2 de agosto siguiente, tras celebrarse la boca por poderes el 27 de junio en La Rochelle, quedando impresionado el rey al descubrir su gran belleza.

1668: Golpe en Palacio

 
Retrato de la Princesa Maria-Francisca de Saboya-Nemours, Reina de Portugal (1646-1683).

Se creyó erróneamente que aquella boda proporcionaría la tan deseada estabilidad. Incapaz de consumar el acto la misma noche de bodas, el rey rehuyó enseguida a la reina y ésta, arrinconada, se dejó conquistar por su cuñado, el encantador Infante Don Pedro. A raíz de aquello, tuvo lugar la escena más lamentable de la Historia Lusa: la reina Maria-Francisca apareció ante el Cabildo de Lisboa con una petición de anulación matrimonial, dando público testimonio de la impotencia de su marido y de su incapacidad física para consumar la unión.

Ya antes de que la anulación viniera del Vaticano, las mismas Cortes de Portugal rogaron al Infante Don Pedro que tomase por esposa a la reina Doña Maria-Francisca para asegurar la estabilidad de la Corona y la sucesión real. Cuando el 24 de marzo de 1668 se recibió la anulación formal concedida por el Papa, Don Pedro acudió a palacio al día siguiente para obligar a su hermano a abdicar. Con la dispensa papal en mano, el infante pudo finalmente casar con la reina el 2 de abril siguiente.

Con Alfonso VI depuesto y confinado en la Isla Terceira, en las Azores, el Conde de Castelo Melhor fuera de combate y casado con la reina Maria-Francisca, Pedro tuvo las manos libres para asumir los plenos poderes en calidad de regente.


Pedro II & Maria-Francisca de Saboya

 
Retrato del Rey Pedro II de Portugal y de Los Algarves (1648-1706).

En enero de 1669, nacía la única hija del Infante Pedro con Maria-Francisca, la Infanta Isabel Luisa Josefa de Portugal. Fue una alegría a medias... Don Pedro esperaba que pariese a un varón. Los sucesivos intentos de la pareja no dieron fruto alguno y la decepción acabó por hacerse patente, resintiéndose la aparente felicidad matrimonial.

A finales del año 1673, se descubrió una conspiración para favorecer el regreso del rey Alfonso VI a Portugal. Don Pedro, poco proclive a ser bondadoso con sus enemigos, mandó a la horca a varios de los conspiradores y cursó la orden de que trajeran de nuevo a su hermano, que llevaba 5 años pudriéndose en las Azores. Traído a Lisboa el 14 de setiembre de 1674, Alfonso VI fue recluído en el Palacio de Sintra los nueve años siguientes, asistido por una servidumbre de entera confianza del duque de Cadaval, su carcelero. A inicios de 1683, el real rehén se encontró mal y fue sangrado, tomó purgas y, el 30 de mayo volvió a enfermar quejándose de grandes dolores. La mañana del 12 de setiembre fue fulminado por una apoplejía que le dejó sin habla, muriendo poco después.

Según el historiador Montalvao Machado, Alfonso VI habría muerto de tuberculosis pulmonar, como los demás hijos de Juan IV y Luisa de Guzmán. No faltó quien hiciera correr el rumor de que le habían envenenado.

Paralelamente, la salud de Maria-Francisca de Saboya se degradó al padecer hidropesía. Gracias a la oportuna defunción de Alfonso VI en setiembre, el regente y su consorte la "princesa" se convirtieron en los nuevos reyes de Portugal, pero la satisfacción de la nuevamente reina iba a durar más bien poco. Tan solo sobreviviría a Alfonso VI tres meses, falleciendo repentinamente el 27 de diciembre de 1683.

Dejaba tras de si una única hija sobre la que descansaban todas las esperanzas de los portugueses.

La segunda boda de Pedro II



Su viudo, el rey Pedro II apodado "el Pacífico", tardaría cuatro años en contraer un segundo matrimonio para intentar obtener descendencia masculina, casándose el 11 de agosto de 1687 con la condesa palatina Maria-Sofia Isabel de Baviera-Neoburgo (1666-1699), hermana de la reina de España y de la princesa hda. de Parma. Tuvieron los siguientes hijos:

-Juan de Braganza, Príncipe de Brasil (30-08-1688_16-09-1688)

-Juan V, Rey de Portugal y de los Algarves (1689-1750)

-Francisco Xavier, Infante, Duque de Beja & Condestable de Portugal (1691-1742)

-Antonio, Infante de Portugal (1695-1747)

-Teresa, Infanta de Portugal (1696-1704)

-Manuel, Infante de Portugal (1697-1766)

-Francisca Josefa, Infanta de Portugal (1699-1736)

Fuera del matrimonio, Pedro II tuvo también varios hijos naturales con tres damas distintas:

Con Maria da Cruz Mascarenhas:

-Luisa de Braganza (1679-1732), c.c. Luis de Melo, 2º Duque de Cadaval / c.c. Jaime de Melo, 3er Duque de Cadaval

Con Anne Armande Pastre de Verger:

-Miguel de Braganza (1699-1724) c.c. Luisa Casimira de Nassau e Ligne, heredera de la Casa de Arroches

Con Francisca Clara da Silva:

-José de Braganza (1703-1756), doctor en teología y Arzobispo de Braga.


La heredera del trono "siempre-novia"





Años antes de que falleciera su madre, la Infanta Isabel Luisa de Portugal asumió el título de los herederos de la Corona Lusa, el de Princesa de Beira el 15 de febrero de 1674, siendo reconocida y jurada como tal por las Cortes de Lisboa el 23 de noviembre, puesto que don Pedro II no tenía heredero varón y era menester asegurar la continuidad dinástica. Estando aún vivo el rey Alfonso VI, se imponía la necesidad de crear una nueva disposición jurídica que reemplazase aquella ley de sucesión votada por las Cortes de Lamego, que había que derogar y que excluía a todo príncipe extranjero a suceder en el trono Luso.

 
Retrato del joven Duque Víctor-Amadeo II de Saboya (1666-1732).


Aunque bastante hermosa y agradable, la flamante princesa nunca gozó de buena salud y eso, desgraciadamente, se supo en las cortes extranjeras. Su padre procuró, en cualquier caso, encontrarle un pretendiente a su altura entre las testas coronadas de Europa. Finalmente, en el curso de 1680, Isabel Luisa fue prometida al duque Víctor-Amedeo II de Saboya, futuro rey de Sicilia y luego de Cerdeña; un proyecto que agradaba sobremanera en Versailles y que tenía el respaldo de Luis XIV.

Isabel Luisa era agraciada y con la cabeza muy bien amueblada; hablaba con soltura el francés, el castellano y el italiano asi como el latín y le apasionaba la historia, por lo que siempre se la veía devorando libros. A eso se añadía una educación y maneras exquisitas, mucha elegancia aunque algo de recato.

El 25 de marzo de 1681, el marqués de Droné, embajador de Saboya en Lisboa, representó entonces al novio para la ceremonia de los esponsales en el Salón de Embajadores del Palacio Real da Ribeira, procediendo luego a la entrega de los regalos a la novia en nombre del duque. Al año siguiente, en 1682, Pedro II envió al Duque de Cadaval en calidad de embajador extraordinario a la corte de Turín, con la misión de acompañar a Víctor-Amadeo II de Saboya en su viaje por mar hasta Lisboa con 8 navíos de la Marina Real. Pero, cuando Cadaval llegó a Turín, se encontró con que el duque de Saboya no quiso recibirle con el pretexto de que estaba enfermo e indispuesto por una pertinaz fiebre. Hubo entonces que posponer la audiencia...

El contratiempo respondía en realidad a una lucha de partidos en el seno de la corte saboyana. Por un lado, Madama Reale*** -madre del duque de Saboya y regente- deseaba fervientemente que su hijo casase con la heredera portuguesa, para asi asegurarle una corona real mucho más lustrosa que la ducal. Por otro lado, al duque Víctor-Amadeo II le disgustaba la idea de partir hacia una tierra extraña y ver cómo su ducado arriesgaba con caer bajo dominio francés.

El embajador portugués, viendo que el duque no parecía restablecerse nunca, que el partido contrario a su marcha hacia Portugal aumentaba de forma alarmante y que el propio Víctor-Amadeo II lo respaldaba, resolvió volver a Lisboa antes que tener que pasar el invierno anclado en cualquier puerto piamontés.

Huelga decir que aquella mascarada turinesa sentó muy mal en la corte portuguesa.

Poco después, la enfermedad y posterior muerte de la reina Maria-Francisca de Saboya en diciembre de 1683, dieron lugar al definitivo abandono del compromiso entre la princesa de Beira y el duque de Saboya. Y, puesto que el rey Luis XIV de Francia acababa de enviudar, Pedro II pretendió ofrecérsela como segunda consorte, lo que demuestra lo poco al corriente que estaba de la relación de aquél con la marquesa de Maintenon. Pese a la amable negativa de Versailles, se la quiso comprometer con el Delfín,... y de Francia se pasó a España, intentando que Carlos II la aceptase como nueva esposa, pero tampoco hubo éxito. De los grandes monarcas se pasaron a soberanos menores como el gran-duque de Toscana, el duque de Parma o el príncipe-elector Palatino,... Todo fue en vano.

Como la heredera no parecía tener éxito en las cortes europeas, las Cortes de Lisboa presionaron a Pedro II para que contrajera nuevamente matrimonio con una princesa en edad de proporcionarle una amplia descendencia que perpetuase su casa. De este modo y 4 años después de haber enviudado de su primera mujer, el rey Pedro II contrajo nuevamente matrimonio con una hija del elector del Palatinado Felipe-Guillermo de Baviera-Neoburgo.

Se supo más tarde las verdaderas razones que dieron al traste con el compromiso luso-saboyano. Los saboyanos se mostraron recelosos ante la posibilidad de que su duque Víctor-Amadeo II casase con la presunta heredera portuguesa, dejando el camino libre a la influencia preponderante de Luis XIV, que deseaba hacerse con el Piamonte y compensar al novio de esa anexión con la Corona de Portugal.

Con el nacimiento del primer hijo de Pedro II y Maria-Sofía de Neoburgo, el Infante Juan, príncipe de Brasil en agosto de 1688, Isabel Luisa dejó de ser la presunta heredera del trono y reintegró su condición de simple infanta por un breve espacio de tiempo, ya que en septiembre del mismo año moría el príncipe de Brasil y ella volvía a asumir el título de princesa de Beira.

Fue finalmente en octubre de 1689, cuando nació el segundo varón de la pareja real y futuro rey Juan V, cuando la Infanta Isabel Luisa dejó definitivamente de ser la heredera portuguesa.

Un año exactamente después, adoleciendo de la vejiga, la Infanta Isabel Luisa enfermó y murió en el Palacio de Palhava (Lisboa) el 21 de octubre de 1690, a los 21 años. Sería sepultada junto a su madre, en la iglesia del convento del Santo Crucifijo, fundado por su progenitora.

En 1912, ambas serían exhumadas para ser sepultadas en el Panteón de los Braganza, en el Monasterio de Sao Vicente da Fora.

Por sus sucesivos intentos de noviazgo frustrados, se conoce popularmente a la Infanta Isabel Luisa como la "Siempre-Novia".


Notas:

(*)_Luisa de Guzmán y de Sandoval (1613-1666), era la hija del 8º duque de Medina Sidonia, Juan Manuel Pérez de Guzmán, y de Juana Lorenza Gómez de Sandoval y de La Cerda, los señores más poderosos de Andalucía. Casó con el entonces Duque Juan de Braganza el 12 de enero de 1633, que se convirtió en el nuevo rey de Portugal como Juan IV, tras sublevarse el país contra la ocupación española (1640). Fue, por este motivo, la primera reina de Portugal de la IVª Dinastía (Casa de Braganza).

(**)_Luis de Vasconcelos e Sousa, 3er Conde de Castelo Melhor (1636-1720). Fue primer ministro de Alfonso VI de Portugal entre 1662 y 1668. Artífice del enlace del rey con la princesa Maria-Francisca de Saboya, hija de los duques de Nemours y de Aumale, se enemistó con ésta al ponerle cortapisas a sus ambiciones políticas. El hecho de que estuviera al corriente de los amores de la reina con el infante Pedro, le atrajo el odio de éste quien, tras dar el golpe que depuso a Alfonso VI, le forzó a dimitir de sus cargos y a exiliarse en París.

(***)_La Princesa Maria Giovanna Battista de Saboya-Nemours (1644-1724), segunda consorte del Duque Carlos-Manuel II de Saboya y madre del Duque Víctor-Amadeo II, era conocida en la corte de Turín bajo el nombre de "Madama Reale" (Señora Real), título de uso en la corte francesa y reservado normalmente a las princesas primogénitas de la Casa Real Gala. Era, por tanto, hermana de Maria-Francisca de Saboya-Nemours, esposa sucesivamente de los reyes Alfonso VI y Pedro II de Portugal, y tía carnal de la Infanta Isabel Luisa Josefa de Portugal, princesa de Beira.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cita de la Semana



"Los castellanos atribuyen al fatalismo que se hunda la hacienda pública o se pierdan las colonias. Tienen un concepto muy equivocado de la administración. No cultivan la riqueza, no la fomentan como los catalanes, sino que la explotan, la dilapidan. Ellos ven cómo disminuye el tesoro público, pero no suprimen las carrozas".

Frase de: Antoni Gaudí i Cornet, arquitecto (1852-1926).
 

ACTUALIDAD: Esto es lo que hay.

 
Sobran los comentarios.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

LUISA ISABEL DE ORLÉANS, la desvergonzada reina


LA REINA EXHIBICIONISTA
 
 

De Alejandra Vallejo-Nagera in "Locos de la Historia"

Luisa Isabel de Orleáns y Borbón se despide de Francia cuando la obligan a casarse con su sobrino Luis, por entonces Príncipe de Asturias y aspirante al trono de España. Al poco de llegar la princesa, que todavía es una niña, se dedica a eructar y ventosear en público, se niega a hablar, presenta una peculiar tendencia a comer a escondidas dulces y también rábanos que flotan en gran cantidad de vinagre. Al principio los españoles piensan que sus extravagancias acaso estén à la mode en Versalles o en el Palais Royal, donde ella se ha educado y donde se estilan conductas harto antojadizas; por eso, en los primeros meses, la recién llegada es observada igual que si fuese un mono de feria. Pero a medida que pasa el tiempo Luisa Isabel pinta maneras cada vez más estrafalarias, con persistente inestabilidad psíquica, abandono personal y descontrol de los impulsos. (....)


Sin embargo, al apreciar el escenario desde una perspectiva más amplia no cabe más remedio que entregar a Luisa Isabel la condescendencia que merece y que jamás obtuvo. De entrada, por su organismo corre el mejor pasaporte al país de la locura: endogamia galopante, carencia afectiva, ambiente educativo incoherente, entorno excéntrico y, lo peor, una grave psicosis con la que algunos parientes contaminan a otros. A esto se añade que, siendo todavía una niña, se ve empujada a asumir el papel de reina. Desde tiempo inmemorial llevan casándose entre sí los ancestros de Luisa Isabel, sus abuelos (varones) son hermanos, sus padres son primos hermanos, cada célula de su cuerpo podría ser considerada prima carnal de la contigua.


PERTURBACIONES FAMILIARES


Todo ello da lugar a los desarreglos característicos de la endogamia perseverante, pero en el caso de la reina Luisa Isabel, además, tales desórdenes genéticos se acompañan del entorno menos propicio para una princesa destinada a reinar. En su abuelo materno, Luis XIV, se mezclan gigantescas virtudes con un perfeccionismo obsesivo e indudables síntomas de trastorno narcisista. La rama paterna (padre, abuela y abuelo) también exhibe un abigarrado escaparate de perturbaciones; el muestrario no tiene desperdicio: desconexión social, impulsividad, hipercompensación narcisista, intolerancia, crueldad, alcoholismo, depravación sexual, violación de normas, excentricidad, histrionismo y falta de empatía. (...)

Cuando Luisa Isabel visita a Felipe V en su retiro de La Granja, se dedica a corretear por los jardines en fino camisón, buscando que el viento lo levante y muestre la carne interior a los ojos de cualquiera que esté mirando. Felipe V tiene la mala suerte de ser uno de estos espectadores, ni que decir tiene el soponcio que se lleva y cómo le azota la conciencia de pecado mientras, en la cámara contigua, la reina Isabel se da golpes en el pecho y exclama: «Hemos hecho una terrible adquisición».

Una de las características del síndrome psíquico que padece Luisa Isabel [trastorno límite de personalidad] es la intolerancia a estar sola o a sentirse abandonada por las personas de las que depende afectivamente; en el caso de la joven soberana ocurre al fallecer su padre en Francia. En situaciones de orfandad emocional estos enfermos se precipitan a vengarse, a cometer actos destructivos y a sentirse en permanente confusión consigo mismos; exhiben verdaderas dificultades para controlarse.

En líneas generales, estos pacientes desconocen los límites; por ejemplo, Luisa Isabel es sorprendida en repetidas ocasiones con tres de sus camaristas, todas desnudas, embebidas en un juego conocido con el grosero nombre de broche-au-cul, lo cual significa, en una traducción libre, «palo en el culo». La distracción en discordia consiste en agredirse con un bastón, teniendo las manos y los pies atados, hasta hacer rodar al contrincante y reírse luego con lo complicado que le resulta recuperar de nuevo la verticalidad. Los testigos han de taparse el rostro para no ver las partes pudendas de la reina revolcándose por el pavimento junto a las de otras tres individuas de hechura parecida. (...)

 
Retrato del rey Luis I de España (1707-1724).


Sin embargo, en sus vaivenes emocionales drásticos, Luisa Isabel pasa de la afrenta a un pavoroso arrepentimiento, con terribles sentimientos de culpa y lesión a su autoimagen; se ve malvada o profundamente desgraciada, en especial cuando vislumbra la amenaza del abandono; en momentos así se aferra a quien la regaña, estableciendo una relación de sumisión y compulsiva dependencia. Por ejemplo, el día en que el rey Luis la reprende severamente «haciéndole leer una lista escrita de todas sus excentricidades y anunciando que su paciencia se había agotado», ella inmediatamente se hinca de rodillas y suplica perdón y ayuda. Jura un propósito de enmienda, asegura que a partir de ese momento será una buena reina. (...) Pero como todos los que padecen su mismo trastorno, la reina no es consciente de lo que hace ni por qué lo hace, no controla las consecuencias de sus actos, lo único que sabe es que no puede evitar transgredir permanentemente las reglas. En el aseo personal, en la higiene alimenticia o en el decoro al vestirse encuentra campos disponibles para sus misiles personales. Igual que le sucediese a su padre, aunque por razones distintas, Luisa Isabel se echa en los brazos del escándalo. De este modo los españoles ven a su soberana salir al pasillo en camisón y atravesar a galope corredores y jardines llevando solamente una camisa de fina tela que deja entrever sus formas.




UNA FINA ENAGUA


Se presenta ante toda la corte sucia y maloliente, se niega a utilizar ropa interior e intenta provocar al personal exponiendo sus partes vergonzantes de un modo sibilino. Una de las anécdotas que más ceban su maltrecha fama ocurre en el jardín de palacio. La Reina lleva puesta nada más que una fina enagua cuando, de pronto, se le ocurre encaramarse en lo alto de una escalera de mano que apoya sobre el tronco de un manzano. Desde allí arriba pide socorro a grandes voces. Uno de los mayordomos acude en su auxilio, encontrándose de bruces con las posaderas de su majestad. El mariscal de Tessé manda un informe detallado a Francia: «Estaba subida en lo alto de una escalera y nos mostraba su trasero, por no decir otra cosa. Creyó caerse y pidió ayuda; Magny [el mayordomo] la ayudó a bajar delante de todas las damas, pero, a menos de estar ciego, es evidente que vio lo que no buscaba ver y que ella tiene por costumbre mostrar libremente».

Como es habitual en estos enfermos, ella también oscila de un extremo a otro en sus relaciones interpersonales, incluso varias veces al día, pasando de la euforia a la depresión, de la credulidad a la desconfianza paranoide, del amor al odio, del apego al desdén. Los espías franceses cuentan que el matrimonio se las apaña bien a veces: «Nuestro amor aumenta de día en día y yo procuro satisfacerla», escribe el candoroso príncipe, pero simultáneamente y sin aviso previo se matan entre sí. (...)

Es habitual en los enfermos como Luisa Isabel la adicción a sustancias que alteran la conciencia. La reina de España se niega a tocar la comida en la mesa, pero luego se esconde y engulle de modo compulsivo todo lo que encuentra a mano, sea o no comestible. Riega su bulimia con vino, cerveza y aguardiente, modificadores del estado anímico a los que se vincula casi a diario. El personal de palacio se ha acostumbrado a verla borracha y tiene orden de vigilar de cerca lo que ingiere; se registra que, en una única sentada, engulle un potaje con guarnición y su caldo, dos clases de carne de cuatro libras cada una, dos huevos frescos, dos platos de asado con su correspondiente ensalada y, como colofón, se zampa cuatro clases de dulces. Por todos lados llueven los comentarios: «Se ha llenado de rábanos y de ensalada con vinagre, que no sé cómo no revienta, pero por comer se pierde tanto que hasta come el lacre de los sobres», declara el marqués de Santa Cruz a Felipe V.

La vorágine psicológica en la que Luisa Isabel se halla inmersa se agrava en semanas. Nadie a su alrededor sabe ayudarla; todo el mundo la observa, cuchichea o se ríe de ella. Las murmuraciones circulan con anécdotas picantes, cada día se presenta con una fechoría más grave aún que la anterior. A la desnudez en público se suma, de la noche a la mañana, una nueva y extraña obsesión por la limpieza; la Corte ve a su soberana afanarse en el lavado de pañuelos, cristales, baldosas, azulejos y tejidos de toda índole. La comezón limpiadora la empuja a pedir una bañera en la que pasa dos horas frotando ropa con manchas inexistentes.(...)

El punto álgido de su desequilibrio mental tiene lugar en una recepción pública. Los súbditos allí presentes ven atónitos cómo la soberana se desnuda, agarra su vestido y se afana en limpiar con él los cristales del salón. El bochorno es general y la chismografía vuela por los pasillos y atraviesa los jardines; ya nadie tiene duda de que la soberana de España ha perdido el juicio. El rey Luis, destrozado, escribe a su padre: «De suerte que no veo otro remedio que encerrarla lo más pronto posible, pues su desarreglo va en aumento».

lunes, 9 de diciembre de 2013

Cita de la Semana



"Cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene."

Frase de: Tácito, cónsul, senador e historiador (c.55 d.C. - c.120 d.C.).
 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Frase de Cine



Blanche Devereaux ( Rue McClanahan):

-"¡Dios Santo!¡Si tenemos visita!¡Me causa rubor que me vean con este pingajo!"

Sofía Petrillo (Estelle Getty):

-"¡No te preocupes, lo tapa el vestido!"

Frases de: Rue McClanahan, actriz (1934-2010) y de Estelle Getty, actriz (1923-2008) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV Sitcom, Susan Harris, 1991.

6 DE DICIEMBRE: Nada que celebrar

La Constitución de 1978:
vaciada, manipulada y prostituida.



El 6 de diciembre de 2013, fecha consagrada al Día de -la ahora desvirtuada- Constitución Española de 1978, se ha visto duramente empañada su tradicional celebración por primera vez en 35 años. Ante la enorme e insostenible impopularidad del gobierno del PP, liderado por Mariano Rajoy y Brey, junto con el desprestigio de la Corona y la escandalosa corrupción que campa por todas las altas Instituciones del Estado, la recepción que anualmente suele organizarse en Madrid se ha visto deslucida al no acudir doce de los diecisiete presidentes autonómicos. La deserción y el ostentoso vacío de los representantes de las 12 autonomías ha sido tan vistoso, que la prensa no ha podido evitar remarcarlo, como una señal inequívoca de protesta política contra el escandaloso retroceso democrático que está sufriendo -gravemente- el país desde hace un par de años. La prensa extranjera también aprovechó la ocasión para alertar al mundo y poner de relieve que los herederos y partidarios del franquismo más rancio volvían a medrar impúnemente al amparo del Estado de España y que su democracia sufría serias amputaciones en cuanto a derechos sociales.

 

EL MARQUÉS DE VIVOT

UN MALLORQUÍN EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA



Joan-Miquel Sureda i de Verí, 4º Marqués de Vivot (Palacio Vivot, Palma de Mallorca, 24-12-1777 / 22-08-1835). Fue un eminente oficial mallorquín al servicio de la Corona Española que luchó contra las fuerzas de ocupación francesas durante la Guerra de Independencia Española. Entre otros rangos, fue capitán, coronel de Granaderos, brigadier, 2º Jefe de la División Mallorquina y Mariscal-de-Campo; también figuró como miembro de la Junta de Guerra Mallorquina.


 
Escalinata "a la Imperial" del patio interior del Palacio de Vivot, en Palma de Mallorca./ Abajo, fotografia de la Sala de Armas del Palacio de Vivot.
 
 

Nació en Palma de Mallorca, en el actual Palacio Vivot ubicado en la calle de Savellà, el 24 de diciembre de 1777, siendo sus padres Don Joan Sureda y Verí, IIIer Marqués de Vivot y Doña Leonor de Verí y Togores. Ya muerto su padre heredó el título y fue recibido caballero de la Orden de Alcántara.

Siendo apenas adolescente comenzó ya la carrera militar, pues Carlos III le concedió la gracia de cadete.

Ya mayor, fue nombrado subteniente el 8 de marzo de 1789, ascendiendo a teniente y luego a teniente de Granaderos pocos años después.

Intervino luego en campañas militares durante la guerra entre Francia y España, concretamente en las acciones de Sant Llorenç de la Muga. Actuó de comandante en el avanzado del collado de Barracas y se distinguió en la defensa del puesto de Estela. El día 19 de marzo de 1800 fue designado capitán de la compañía de Granaderos del Regimiento Provincial.



Su carrera militar se vio favorecida a partir de los acontecimientos del 2 de mayo de 1808. Iniciada la contienda, solicita a la Junta Suprema Gubernativa del Reino de Mallorca, autorización para levantar a sus expensas una unidad militar a principios de junio de 1808.

Se le concedió el permiso fijando el número de plazas en 585 que luego se ampliaron.

Fue designado coronel de la misma y sus dos hermanos, Ramon y Francesc, capitán y teniente respectivamente. Casi en los mismos días fue nombrado miembro de la Junta de Guerra del Reino de Mallorca a petición propia.

Actuaciones militares



Vivot solicitó que su regimiento fuera enviado al teatro de operaciones, el 28 de septiembre fue autorizada la salida de la unidad. La marcha tuvo lugar el 12 de noviembre de 1808.

El Regimiento de Voluntarios de Palma estaba entonces formado por dos batallones al mando del coronel Marqués de Vivot y del teniente coronel Tomàs de Verí. Las primeras intervenciones de la unidad fueron valiosas, siendo alabadas por el general Teodoro von Reding von Biberegg en cuya división estaba integrada. Tras otro éxito en la montaña de Montjuïc su actuación fue desgraciada en Llinás, y la intervención resultó deshonrosa, pues Vivot y otros oficiales, entre ellos sus hermanos, desertaron llegando al puerto de Sòller ( Mallorca) donde fueron arrestados. Vivot fue castigado junto con otros al servicio de guerrillas donde adquirió una eficaz experiencia. Así redimió su falta siendo rehabilitado en sus empleos el 23 de marzo de 1809 al igual que sus compañeros. Vivot siguió con el mando del regimiento de Voluntarios de Palma actuando en Tarragona y otros puntos de Cataluña en combinación con las fuerzas del general Joaquín Blake, de origen irlandés al servicio de España, y de acuerdo con las instrucciones del Marqués de Coupigny, capitán general de las Baleares. En estas acciones fue herido y hecho prisionero por los franceses y conducido a Barcelona donde fue vejado con otros diez oficiales y 120 soldados, siendo paseado por las calles de la ciudad entre tropas y música.

 
Retrato del General Antoine Malet de Coupigny, Marqués de Coupigny (ob.1825), Mariscal-de-Campo y Teniente-General al servicio de España, luego Comandante y Capitán General de las Islas Baleares en 1812.


Pudo llegar a Mallorca el 27 de julio y restablecido de sus heridas vuelve a la Península; en septiembre se hallaba en Tarragona. Sus hermanos corrieron peor suerte, pues permanecieron más tiempo cautivos teniendo que ser socorridos por su familia de Mallorca.

En esas fechas se formaba la División Mallorquina de Don Santiago Whittingham. Constituida ésta, Vivot, ya Brigadier desde 1810, se integra en ella y al salir la División hacia la Península, Vivot lo hace poco después, el 23 de julio de 1812, acompañando a Whittingham y su Estado Mayor.El 12 de agosto es designado 2º Jefe de la División y desde entonces sirve al General con disciplina y seriedad admirables; para el General fue un buen ayudante y compañero, como lo demuestra la correspondencia cruzada entre ambos.

Su gestión en la unidad tuvo carácter bélico a partir de octubre de 1813 y más al año siguiente. Desempeñó misiones diplomáticas y de avituallamiento muy importantes.

La necesidad constante de reponer tropas y elementos militares le obliga a viajar con frecuencia a Mallorca, donde chocó con el carácter fuerte y autoritario del Marqués de Coupigny, originándose continuas tensiones.

La designación de Whittingham para dirigir la Caballería obligó a este último a residir en Zaragoza y ello supuso la consiguiente separación de la Infantería de la División que se desplazó a Cataluña al mando del Marqués de Vivot, poco después que éste regresase de Cádiz.

Actuó la Infantería bajo su mando honorablemente en el campo de Reus y después al situarse entre Tortosa y Lleida para establecer el bloqueo a Barcelona en las postrimerías de la guerra. Las intervenciones de estas fuerzas bajo su mando fueron acertadas y es bien patente que su experiencia en las guerrillas le fue de gran ayuda, infligiendo pérdidas importantes a los franceses al intentar romper éstos el cerco de Barcelona. Estas actuaciones le valieron a Vivot el ascenso a Mariscal de Campo que seguramente Whittingham recomendó.



En 1815 regresó a Mallorca donde se dedicó a la política. El 22 de agosto de 1835 le sobrevino la muerte oficialmente a causa de una hidropesía cuando en realidad fue motivada por una mala caída de caballo en una finca suya.

Tenía 58 años, estuvo casado con Anna de Boixadors i Cotoner , hija del Marqués de Ariany , de cuyo matrimonio tuvo cuatro hijos. Por su esposa, era el cuñado de la Xª Condesa de Peralada y del Marqués de Bellpuig, consorte de aquélla.

Le concedieron la Gran Cruz de la Religiosa y Militar Orden de San Hermenegildo, placas de las ordenes de Alcántara y San Fernando, Cruz de Distinción de la División Mallorquina, de la batalla de Valls y del Primer Ejército y de las campañas de 1813 y 1814.


 

MÚSICA: Johann Sebastian Bach

 
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
 
 
"ARIA"
von 
SUITE FÜR ORCHESTER Nº 3
 
 

martes, 3 de diciembre de 2013

1779: EL GABINETE DE LOS SECRETOS

EL GABINETE-SECRETAIRE "BERLÍN"
DE DAVID ROENTGEN, 1778-1779



David Roentgen (1743-1807) fue un célebre y virtuoso ebanista alemán creador de auténticas joyas de maderas nobles y bronces dorados que, siguiendo los pasos de su padre y predecesor Abraham en el negocio familiar, ingenió junto con el relojero Peter Kinzing los más increíbles "gabinetes" y "secrétaires" para el uso y disfrute de la realeza y aristocracia europea de la segunda mitad del siglo XVIII. Aunque su taller radicaba en la ciudad germana de Neuwied (cerca de Coblenza), tenía su boutique en París y vendía sus muebles a las cortes de San-Petersburgo, de La Haya, de Viena y de Versailles. Su fama y renombre le auparon a la altura de Jean-Henri Riesener y Jean-François Oeben -proveedores de la Corte de Francia-, convirtiéndole en uno de los ebanistas más buscados y apreciados del Viejo Continente.

Entre sus principales clientes encontramos al rey Luis XVI, a su esposa la reina Maria-Antonieta y al cuñado de ésta, el Conde de Artois.

Para ilustrar su trabajo, no hay mejor muestra que el gabinete-secretaire "Berlín", un imponente mueble destinado al rey Federico-Guillermo II de Prusia y cuyo retrato figura en él pintado. En el siguiente vídeo lo podéis ver en plena acción doscientos treinta y cinco años después de su creación.