Cuando Oscar Wilde se estaba muriendo aquejado de una meningitis, encamado en su habitación del parisiense Hotel d'Alsace, sito en el nº 13 de la Rue des Beaux-Arts, y a pesar de encontrarse en la más absoluta miseria, consiguió ofrecerse un último lujo antes de expirar bebiendo una copa de champagne. Mientras iba dando sorbos, exclamó:
-"¡Ay! ¡Estoy muriendo por encima de mis posibilidades!"
Anécdota de: Oscar Wilde, escritor, poeta y dramaturgo (1854-1900).