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lunes, 20 de agosto de 2012

JEAN-BAPTISTE LE ROND D'ALEMBERT


JEAN-BAPTISTE LE ROND D'ALEMBERT
1717 - 1783

Matemático y filósofo

Hijo ilegítimo de una célebre novelista, Claudine-Aléxandrine de Guérin, Madame de Tencin, y del Caballero Louis-Camus Destouches-Canon, comisario y general de artillería, es abandonado por ésta al poco de nacer (17 de noviembre de 1717) en las escaleras de la iglesia de Saint-Jean-Le-Rond de París, de ahí su nombre. Es inmediatamente internado en el orfanato de los Niños-Encontrados, dónde sería rápidamente sacado por un vidriero y su mujer, los Señores Rousseau. Si sus padres adoptivos no nadan en la abundancia, D'Alembert se beneficiará secretamente y para su educación, de una pensión pagada por su padre natural, el Caballero Destouches (1.200 libras anuales). A los doce años, ingresa en el colegio jansenista de las Cuatro-Naciones, dónde estudia las artes, la filosofía y derecho. Abogado licenciado en 1738, D'Alembert se interesa a la medicina antes de consagrarse a las matemáticas. Su ascensión en esta ciencia es entonces fulgurante. Después de primeros trabajos muy brillantes sobre el cálculo integral y la refractación de cuerpos sólidos, el joven sabio entra en la Academia de Ciencias a la edad de 24 años. En 1743, publica una obra de gran importancia: "El Tratado de la Dinámica", en el cual expone el principio de la cantidad de movimiento que hoy lleva su nombre. Tres años más tarde, es el primero en enunciar el teorema fundamental de álgebra, demostrado en 1799 por Carl Friedrich Gauss.

Matemático ilustrado, D'Alembert se interesa también por la astronomía y, en 1749, publica sus "Investigaciones sobre la precisión de los equinoccios y la mutación de la Tierra en el sistema newtoniano". Del mismo modo se interesa a la física, estableciendo una teoría matemática de las cuerdas vibrantes, a la música y a la filosofía. Su sorprendente erudición le vale frecuentar todos los salones parisienses más de moda, dónde se desarrollan los debates sobre las ideas de la época. En 1751, D'Alembert se une a Denis Diderot para la redacción de la Enciclopedia, de la cual escribe, entre otros, su "Discurso Preliminar" que obtuvo gran fama. Elegido miembro de la Academia Francesa en 1754, luego secretario perpétuo de la misma en 1772, D'Alembert muere en el punto más álgido de su notoriedad, el 29 de octubre de 1783.

D'Alembert en su siglo


A su vez crítico e inventor, D'Alembert se integra totalmente en el movimiento del "Siglo de las Luces" por dos principales razones. Progresista, piensa que las evoluciones científicas y técnicas conllevan irremediablemente un progreso moral y social. Racionalista y newtoniano, D'Alembert combate incansablemente el dogmatismo religioso, el obscurantismo teológico y el poder ilegítimo de la Iglesia. Su discurso preliminar de la "Enciclopedia" (cuyo primer volumen será publicado en 1751), aparecerá como el fundamento ideológico de las Luces.


D'Alembert en la Academia Francesa


Tras entrar en la Academia de las Ciencias a la edad de 24 años, es nombrado en la Academia de Berlín cuando cuenta 28 años, rehusando más tarde la oferta del rey Federico II de Prusia de instalarse en su corte. De igual modo rechazaría la asombrosa oferta de la emperatriz Catalina II de Rusia, con una anualidad de 100.000 libras, de hacerse cargo de la educación del zarevich Pablo Petrovich. Miembro de todas las academias de Europa, amigo de todos los filósofos, habitual de todos los salones más copados de París, recibió una pensión vitalicia de Madame Geoffrin, quien le legó una renta anual de 1.275 Francos. Fue en el salón de la célebre Marquesa du Deffand dónde conoció a la hermosa e inteligente Julie de Lespinasse, con la que convivió durante 20 años. Derrotado una primera vez en la Academia Francesa por Vauréal, se retiró ante Piron, protegido de la Marquesa de Pompadour, cuando postulaba por el sillón de Languet de Gergy.



Elegido el 28 de noviembre de 1754, para ocupar el sillón Nº 25 como sucesor de Jean-Baptiste Surian, con el apoyo de Madame du Deffand, de la Duquesa d'Aiguillon y del Barón de Montesquieu, ganó por 14 votos contra 9 venciendo al abad de Boismont, y por 3 a Trublet. Obtuvo 6 bolas negras en el segundo escrutinio y fue recibido el 19 de diciembre siguiente. Ayudado por su amiga Julie de Lespinasse, D'Alembert ejerció en la Academia una enorme influencia, despótica incluso, sobre todo el día 9 de abril de 1772, cuando se convirtió en secretario perpétuo al reemplazar a Duclos. Ya en su día, el Mariscal-Duque de Richelieu se había opuesto a que ese cargo fuera concedido a D'Alembert, habiendo incluso declarado que obtendría la anulación de su nominación por boca del Rey. Elegido por 17 votos contra los 10 dados al abad Batteux, y contrariamente a los precedentes, pidió confirmación del monarca. Sostuvo débilmente la candidatura de Denis Diderot, quien mostraba poco interés para formar parte de la Academia, pero fue un firme apoyo para que se eligiesen a Marmontel, La Harpe y al Marqués de Condorcet; quería que éste reemplazase a Voltaire, pero el Rey se opuso, influído por su hermano el Conde de Provenza. Para calmar la animosidad de éste contra la Academia, D'Alembert tuvo que proponer al secretario del príncipe, Ducis, que fue finalmente nombrado.

Desde el año 1745, D'Alembert fue el fiel amigo de Voltaire. Su amistad y su correspondencia duró a lo largo de 33 años. Asociado con Diderot para la publicación de la "Enciclopedia", escribió su "Discurso Preliminar" que permanece siendo su mejor obra. Dejó numerosas obras científicas, una importante correspondencia con el rey Federico II de Prusia y con otros filósofos de renombre; escribió una Historia de la Academia bajo el título de "Elogios de los académicos muertos de 1700 a 1770", leída durante las sesiones públicas. Propuso el elogio de Voltaire para el concurso de 1779 y, para protestar contra las actuaciones del clero a la muerte del gran filósofo, añadió una suma de 600 libras a la inicial de 500 libras, normalmente asignada a ese premio. Donó a la Academia, el busto de Molière realizado por el afamado escultor Houdon. Mantuvo una polémica con Jean-Jacques Rousseau, recibió en su casa al zarevich Pablo de Rusia, respondió al discurso del abad Millot, preparó con Marmontel la quinta edición del "Diccionario",... El Conde de Buffon intentó reaccionar contra su poderosa influencia, pero fracasó en su lucha, aunque bien es sabido que el carácter autoritario de D'Alembert alienó muchas simpatías. No se le echó mucho de menos cuando falleció y, según Villemain, era "un escritor frío y sin ideas nuevas".

Su sucesor en el sillón Nº 25 fue el Conde Marie-Gabriel-Florent-Auguste de Choiseul-Gouffier.

El nombre de D'Alembert


Jean-Baptiste Le Rond D'Alembert, que siempre fue vigilado de cerca por la familia de su padre natural, los Destouches, e incluso recibido por ellos como un miembro más de su misma sangre, intentaron imponerle el título de "Caballero D'Aremberg" y, de hecho, siempre le llamaron así cuando se referían a él. Su padre, fallecido en 1726, le había legado una renta anual de 1.200 libras para que nunca le faltase de nada, contrariamente a su madre, la Marquesa de Tencin, que siempre rehuyó de su hijo como quien pretende esquivar remordimientos de conciencia. La familia paterna del Caballero Louis-Camus Destouches-Canon, respetó a rajatabla las últimas voluntades y el legado referente a su hijo natural Jean Le Rond, llamado "Caballero D'Aremberg" en su testamento y en su inscripción en el colegio de las Cuatro-Naciones. Pero el nombre no pareció gustar al futuro matemático, físico y filósofo, quien lo convirtió en "D'Alembert", quizás anagrama de "Baptiste Lerond" (D'Alenbert). De todos modos, el nombre de nuevo cuño permanece siendo un misterio.

Menos misterioso es el nombre que se le impuso en la pila bautismal de "Jean Baptiste Le Rond" que, observando la costumbre para los huérfanos abandonados, recibían el nombre del lugar dónde habían sido hallados. En su caso, en las escaleras de la iglesia de Saint-Jean-Le-Rond, anexa a la catedral de Notre-Dame de París, y que fue posteriormente destruida en 1748.
Por otro lado, jamás D'Alembert rehusó reencontrarse con su madre auténtica; más bien era el contrario: Madame de Tencin se desentendía de su existencia, pareciéndole una bofetada a su falta más grave en la vida. De hecho, el Caballero Destouches obligó a la Marquesa de Tencin a rendir visita al niño, después de obtener de su boca su auténtico destino. En respuesta, D'Alembert siempre prefirió reconocer a su madre adoptiva como auténtica por el cariño y el amor que le proporcionó a lo largo de cincuenta años la buena de Madame Rousseau, esposa de un artesano vidriero, que había aceptado el encargo del Caballero Destouches de educarle y encargarse de él como si fuera de su propia sangre.


Cita de Jean Cocteau, académico:

"Cuando un académico muere, se convierte en un sillón."

Cita de D'Alembert :

"La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos."

Cita de la madre adoptiva de D'Alembert, Madame Rousseau:

"¿Qué es un filósofo? Es un loco que se atormenta toda su vida para que se hable de él cuando ya no esté."

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