Un día, un monje exaltado se hizo llevar ante el papa Benedicto XIV para anunciarle las increíbles desgracias que desencadenará sobre la Iglesia de Roma el ya nacido, según él, Anti-Cristo. El papa le interrumpió:
-"¿Qué edad tiene?"
-"Tres años, Santo Padre..."
-"Entonces...", respiró aliviado el pontífice, "...esto concierne a mi sucesor."
Anécdota de: Benedicto XIV, Sumo Pontífice y Obispo de Roma (1675-1758).
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