El escritor y crítico Charles Augustin Sainte-Beuve tuvo, la mañana de un día gris, que batirse en duelo. Cuando ya estaba en posición, empezó a llover. Ni corto ni perezoso, se dio media vuelta y volvió hasta su carruaje para coger el paraguas. Su adversario, desconcertado, se enfadó al verle reaparecer con qué guarecerse:
-"¡Esto es indigno! ¡No me batiré con un señor que lleva un paraguas en una mano!"
-"Mire usted ¡Yo no puedo evitar que me mate en un duelo pero, si puedo evitar mojarme, hago lo que puedo!"
Anécdota de: Charles Augustin Sainte-Beuve, escritor y crítico literario (1804-1869).
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