"Reescribiendo la Historia de Egipto"
Si en materia de historia hay que tener presente que nada es seguro e indiscutible, aquí encontramos una prueba más de que, de cuando en cuando, hay que reescribirla al toparse con nuevos e inesperados descubrimientos. Ha sido el caso para los egiptólogos que, este mes de enero 2014, han descubierto una nueva tumba faraónica a poco más de 550 kms. al Sur de El Cairo, en la zona arqueológica de Abidos, en la provincia de Sohag.
Ha sido gracias a un equipo norteamericano de la Universidad de Pennsilvania que colabora con el Ministerio de Antigüedades Egipcias, que han desenterrado una tumba real de la dinastía de Abidos y cuyo ocupante fue un enigmático faraón llamado Senab Kay, según reza la inscripción jeroglífica esculpida en uno de los muros de su última morada. Fechada alrededor del año 1650 a. C., la tumba hallada tan solo contenía el ataúd del monarca y su momia en muy mal estado de conservación. Se supone que, al no hallarse de momento ningún objeto funerario, la tumba real fue saqueada y vaciada de sus tesoros. En cualquier caso, se ha podido deducir que el faraón hasta ahora desconocido para los egiptólogos, Senab Kay, tenía una estatura de 1, 85 metros.
El descubrimiento de esta nueva tumba ayudará a echar más luz sobre la difícil época en que Egipto estaba dividido en varios reinos locales, y a obtener más información sobre la dinastía local de Abidos y sus reyes.
Si en materia de historia hay que tener presente que nada es seguro e indiscutible, aquí encontramos una prueba más de que, de cuando en cuando, hay que reescribirla al toparse con nuevos e inesperados descubrimientos. Ha sido el caso para los egiptólogos que, este mes de enero 2014, han descubierto una nueva tumba faraónica a poco más de 550 kms. al Sur de El Cairo, en la zona arqueológica de Abidos, en la provincia de Sohag.
Ha sido gracias a un equipo norteamericano de la Universidad de Pennsilvania que colabora con el Ministerio de Antigüedades Egipcias, que han desenterrado una tumba real de la dinastía de Abidos y cuyo ocupante fue un enigmático faraón llamado Senab Kay, según reza la inscripción jeroglífica esculpida en uno de los muros de su última morada. Fechada alrededor del año 1650 a. C., la tumba hallada tan solo contenía el ataúd del monarca y su momia en muy mal estado de conservación. Se supone que, al no hallarse de momento ningún objeto funerario, la tumba real fue saqueada y vaciada de sus tesoros. En cualquier caso, se ha podido deducir que el faraón hasta ahora desconocido para los egiptólogos, Senab Kay, tenía una estatura de 1, 85 metros.
El descubrimiento de esta nueva tumba ayudará a echar más luz sobre la difícil época en que Egipto estaba dividido en varios reinos locales, y a obtener más información sobre la dinastía local de Abidos y sus reyes.
Más datos sobre nuestro pasado¡¡¡¡Bienvenidos sean¡¡¡¡¡
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