Cuando Napoleón I entró triunfalmente en Berlín al frente de su ejército en 1806, no faltó en dar un salto hasta Potsdam para rendir homenaje a otro gran estratega militar que estaba allí enterrado: el rey Federico II "el Grande" de Prusia, cuyos restos descansaban en su tan amado castillo de Sans-Souci. Era un 26 de octubre. Ante la tumba de tan augusto y admirado monarca dieciochesco, Napoleón dijo a sus generales:
-"Señores, si este hombre estuviera aún con vida, nosotros no estaríamos aquí."
Anécdota de: Napoleón I, Emperador de los Franceses (1769-1821).
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