EL SUNTUOSO CASTILLO DE RICHELIEU RESUCITADO
Se trata de una reconstrucción virtual en 3D del célebre Castillo de Richelieu, construído en la primera mitad del siglo XVII para Armand-Jean Du Plessis De Richelieu, Obispo de Luçon, Cardenal y 1er Duque de Richelieu y de Fronsac, primer ministro todopoderoso del rey Luis XIII de Francia. Es a partir de 1621 cuando el Cardenal de Richelieu consigue comprar el viejo castillo (y el señorío) de su familia, en el que ha nacido, mediante subasta por la suma de 79.000 libras. Su hermano mayor Henri, legítimo propietario de la finca solariega de los Du Plessis y Señor de Richelieu, cubierto de deudas, había sido asesinado por el Marqués de Thémines en el curso de un duelo en 1619, después de enterrar a su mujer e hijo fallecidos en el curso del parto.
Retrato del Cardenal Armand-Jean du Plessis de Richelieu (1585-1642), Obispo de Luçon, 1er Duque de Richelieu & Par de Francia (1631); según Philippe de Champaigne.
Retrato del arquitecto Jacques Lemercier (1585-1654), según P. de Champaigne.
Adquirida la propiedad, el Cardenal encargó al arquitecto Jacques Lemercier la nueva construcción del castillo con la condición de que respetase el ala dónde había visto la luz al nacer. Aprobado el proyecto, las obras se iniciaron en 1625 y siguieron bajo la supervisión de Jean Rogier, Señor de La Marbeliere, encargado del seguimiento y pago de los 2.000 obreros empleados para la construcción de un palacio grandioso y, por tanto, digno de acoger entre sus muros al mismísimo rey.
Retrato de Luis XIII (1601-1643), Rey de Francia y de Navarra entre 1610 y 1643.
Paralelamente, el Cardenal irá adquiriendo señoríos colindantes para extender sus posesiones, con el fin de que el ducado proporcione una renta adecuada al rango de duque y par del reino. Y, ante la falta de actividad agrícola y comercial en dichas tierras, el Cardenal obtendrá de Luis XIII, el permiso real para levantar una pequeña ciudad en las proximidades del castillo en 1631. En agosto del mismo año, Luis XIII firma la erección del señorío de Richelieu en ducado con paridad francesa. En 1632, el Cardenal en persona visita las obras, pero será la única vez que pisará la finca ancestral; su labor al frente del Gobierno le impedirán volver a Richelieu, posponiendo una y otra vez su deseo de ver por si mismo la evolución de las construcciones. En 1640, su viaje previsto a Richelieu es anulado. En 1642, cuando el Cardenal regresa de Perpiñán, se prevee una pernoctación en vano; enfermo, los médicos del primer ministro deciden que es más aconsejable renunciar. Poco después, el Cardenal-Duque de Richelieu muere. Unos meses después, es Luis XIII quien fallece.
Aunque ninguno de los dos llegó a alojarse en el espléndido Castillo de Richelieu, el edificio acogió a personajes de gran importancia: el Duque Gastón de Orléans, la Duquesa de Montpensier su hija, el Rey Luis XIV, la Duquesa d'Aiguillon (sobrina del Cardenal y amiga de San Vicente de Paul), Jean de La Fontaine y muchas otras figuras...
De gran amplitud, extensión y suntuosa decoración, fruto de una fortuna colosal adquirida durante su gobierno (20 millones de libras), el castillo de Richelieu sufrió del vandalismo revolucionario en 1791: saqueado, sus obras de arte y su suntuoso mobiliario fueron robados, confiscados arbitrariamente y, algunos, dispersados en subastas públicas por una república necesitada de fondos para sostener sus guerras contra las naciones enemigas. Las sepulturas del Cardenal y de sus sucesores, como el Mariscal de Richelieu, ubicadas en la iglesia universitaria de La Sorbona, serían violadas por la chusma pese a la intervención personal de Alexandre Lenoir, y sus restos profanados. Los duques de Richelieu habiendo optado por exiliarse en Alemania y luego en Rusia para huir de la Revolución que había puesto precio a sus cabezas, el Gobierno secuestró la extensa finca y el castillo y dependencias como "bienes de emigrados".
En 1805, un empresario mal inspirado que respondía al nombre de Alexandre Bontron, compró la propiedad ducal para demolerla y vender sus materiales con el fin de recuperar su inversión. De semejante masacre, tan solo sobrevivieron el pabellón de la cúpula, la Orangerie, sus bodegas y los pabellones de la monumental entrada del castillo.
Retrato de Armand-Emmanuel de Vignerot du Plessis, Vº Duque de Richelieu (1766-1822), Primer Ministro de Francia; según Sir Thomas Lawrence.
Cuando se trató de devolver la propiedad a su legítimo propietario, el duque Armand-Emmanuel de Richelieu, futuro primer ministro del rey Luis XVIII y amigo del zar Alejandro I de Rusia, después de 1815, se encontró con un castillo arrasado casi hasta sus cimientos. Dado que era demasiado oneroso reconstruir el castillo familiar con su antigua apariencia y reunir su antigua colección de arte (confiscada por el Estado y que se encontraba en el Museo del Louvre), el Duque de Richelieu renunció a cualquier proyecto por inviable. Sus herederos serían finalmente indemnizados por el Estado gracias a la ley promulgada por Carlos X, que contemplaba reembolsar con dinero contante y sonante a todas las familias nobles que habían sido expoliadas de sus bienes inmuebles durante la Revolución Francesa.
Retrato de Mary Alice Heine (1858-1925), VIIª Duquesa de Richelieu & Marquesa de Jumilhac, luego Princesa de Monaco.
En 1852, en los inicios del IIº Imperio, otro empresario llamado Laurence adquirió la finca Richelieu para construir una gran mansión bautizada como "Petit Château" (pequeño castillo) frente al Pabellón de la Cúpula. En 1877, la propiedad es comprada por Michael Heine, banquero de origen alemán y nacionalidad estadounidense afincado en París, quien se afana por reconstituirla para regalarla a su recién casada hija Mary Alice Heine y a su yerno, el Marqués Marie Odet Jean Armand de Jumilhac y 7º Duque de Richelieu.
En 1930, el 8º y último Duque de Richelieu y Marqués de Jumilhac, Armand, al carecer de herederos directos, donó la finca solariega de sus antepasados a la Universidad de La Sorbona de París, en recuerdo al Cardenal de Richelieu, que había sido su director y renovador.
Hoy, gracias a las posibilidades que ofrecen los programas de animación virtual en 3D, se ha podido reconstituir a grandes trazos lo que fue en su época una de las más magníficas residencias aristocráticas de la Francia del Antiguo Régimen. Y hasta aqui os cuento, para que podáis ver por vosotros mismos el resultado mediante estos vídeos.
Chateau de Richelieu por LavalVirtual
Nautilus - Richelieu phase 2 por Nautilus-crea
Trailer Richelieu complet por Nautilus-crea
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