El 22 de mayo de 1724, se pudo asistir en Francia a un eclipse solar y el joven monarca Luis XV, que tenía entonces 14 años, quiso observar el fenómeno en las mejores condiciones. El célebre astrónomo Cassini tuvo entonces que presentarse en el castillo de Trianon y disponer allí su telescopio. El Rey y la corte acudieron, escucharon las explicaciones de Cassini y el monarca miró por el telescopio, sorprendiéndose.
El sol acababa de reaparecer cuando una pequeña marquesa pidió admirar ella también el eclipse.
-"¡Es demasiado tarde!" -espetó el Rey.
Y la inocente marquesa replicó:
-"Con el permiso de Su Majestad, Monsieur Cassini querrá sin duda repetirlo."
Anécdota de: Luis XV, Rey de Francia y de Navarra (1710-1774).
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