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lunes, 6 de junio de 2011

RICHELIEU: el otro cardenal

ALPHONSE-LOUIS DU PLESSIS DE RICHELIEU

CARDENAL DE RICHELIEU, 1582 - 1653





El otro Cardenal de Richelieu

Alphonse-Louis du Plessis de Richelieu, nació en París en 1582 y falleció en su arzobispado de Lyon el 23 de marzo de 1653. Segundo hijo varón de los seis vástagos nacidos de François III Tristan, Señor de Richelieu (m.1590) y de Suzanne de La Porte, fue destinado desde niño a la carrera eclesiástica y a recibir el obispado de Luçon, tan vinculado a su familia que casi pasaba por ser un cargo hereditario. Tras él venía su hermano Armand-Jean, destinado a la carrera de armas (nacido en 1585) y su hermana Nicole, futura marquesa de Brézé (nacida en 1587). A estos tres les precedían en la cuna la primogénita Françoise (nacida en 1578), futura dama de Craon y marquesa du Pont de Courlay (o Pont-Courlay), y Henri, futuro cabeza de familia y señor de Richelieu (nacido en 1580). Gracias a recientes investigaciones, el historiador Roland Mousnier ha puesto sobre la mesa las evidencias de la existencia de otra hermana llamada Isabelle du Plessis de Richelieu, e incluso se nombra a otra hija llamada Marguerite, inscrita en el registro de nacimientos de la iglesia de Braye-sous-Faye, parroquia del castillo de Richelieu en la provincia de Poitou, aunque por falta de más elementos, se puede concluír que ésta falleció siendo niña.

Aunque Alphonse-Louis tenía vocación religiosa y percibía las rentas del obispado de Luçon que le estaba destinado, rehusó consagrarse como tal y dimitió a favor de su hermano Armand-Jean, pues su voluntad era entrar como un simple monje en la orden de los Cartujos. La madre, alarmada por su decisión -que amenazaba con provocar la pérdida del obispado de Luçon-, y ahogada por las deudas que pesaban sobre su casa, recurrió a Armand-Jean para rogarle que abandonase la vida de soldado y entrase en la clerical para salvarles de una ruina inminente. Ante tan acuciantes problemas pecuniarios, Armand-Jean no tuvo más remedio que recoger el guante y solicitar su ingreso en la Iglesia.

Armand-Jean du Plessis de Richelieu, huérfano de padre a la edad de 9 años, había sido enviado a París para ser educado en casa de su tío materno Amador de La Porte quien, en setiembre de 1594, le hizo ingresar en el Colegio de Navarra para estudiar filosofía. De ahí pasaría a formarse en la renombrada escuela de Monsieur de Pluvinel, que se encargaba de los jóvenes gentileshombres destinados a la carrera militar.


Retrato de François III Tristan du Plessis, Señor de Richelieu (ob.1590).

Quizá deberíamos puntualizar que la familia de Richelieu, de antigua nobleza del Poitou aunque pobre, era honorablemente conocida por entonces: su padre había sido un soldado y cortesano que ocupó el cargo de Gran Preboste de Francia; su madre, era la hija de un famoso jurista. Cuando fallece el padre el 10 de junio de 1590 en acto de servicio, en calidad de capitán de la guardia del rey Enrique IV y durante las Guerras de Religión, deja tras de si una familia endeudada aunque la generosidad del monarca le permite evitar las dificultades financieras y satisfacer a sus acreedores. Para recompensar los servicios del finado Señor de Richelieu, cuando aún reinaba Enrique III, la Corona le otorgó a la familia el obispado de Luçon. De este modo, los Richelieu percibían para su uso particular la mayoría de las rentas del obispado, lo que disgustaba al clero que habría preferido que esos fondos fueran usados por la Iglesia.

Es pues en 1605 cuando Armand-Jean ingresa como seminarista e inaugura sus estudios de teología, para ser poco después nombrado obispo de Luçon el 18 de diciembre de 1606, por el rey Enrique IV. Mientras tanto, su hermano Alphonse-Louis abandona su antiguo cargo al que ha renunciado, para ingresar como monje en el monasterio de la Gran Cartuja.

Todo hay que decirlo: aunque las circunstancias obligaban a Armand-Jean a dejar su carrera militar y a tomar el sendero clerical, que aseguraba sólidos beneficios, éste acogió con cierto alivio la idea de convertirse en obispo ya que tenía de por si una naturaleza delicada y enfermiza, que le predisponían a una vida más calmada y estudiosa.


Retrato de Armand-Jean du Plessis, Cardenal de Richelieu (1585-1642), Obispo de Luçon y futuro primer ministro del rey Luis XIII de Francia.

De cualquier modo, siendo tan joven (21 años), el flamante obispo tendrá que viajar hasta Roma para solicitar una dispensa papal que le permita ser obispo a los 22 en vez de los 23 años requeridos. Es cosa hecha el 14 de abril de 1607: Armand-Jean du Plessis de Richelieu recibe la investidura canónica de manos del Pontífice Paulo V.

De vuelta a su diocesis, será el primer obispo reformador de Francia que pondrá en pie las reformas institucionales que el Concilio de Trento había promulgado entre 1545 y 1563. El resto de su carrera es bien conocida, con sus altibajos iniciales en su camino hacia el poder supremo, haciéndose con el timón del gobierno de Francia.

En cuanto a Alphonse-Louis, convertido en un sencillo monje cartujo, parece ajeno a la ascensión de su hermano menor si no fuera porque éste se empeñará en sacarle de su estado monacal para elevarle por encima de sus sencillas pretensiones. Será él quien presionará para que el bueno de Alphonse-Louis sea nombrado arzobispo de Aix-en-Provence el 6 de diciembre de 1625, para luego otorgarle el arzobispado de Lyon en setiembre de 1628. Elevado al rango cardenalício el 19 de noviembre de 1629, el flamante Cardenal Alphonse-Louis du Plessis de Richelieu sería promovido Gran Limosnero de Francia en 1631, importantísimo cargo que requería de su presencia constante en la corte de Luis XIII. Un año después, en 1632, sería nombrado por el rey abad de Saint-Etienne de Caen.

El hermano del gran cardenal de Richelieu era, sobretodo, un hombre bueno sin ambiciones más que las de hacer el bien y llevar a cabo su misión religiosa. Artífice de grandes cambios operados en sus arzobispados de Aix-en-Provence y de Lyon, su comportamiento durante la gran peste de la ciudad de Lyon fue, por lo menos, heróica. Su único vicio conocido fue su amor incondicional al chocolate, que tomaba siempre como un remedio eficaz contra los "vapores" y el mal humor. Por otro lado, existía en él un rasgo de cierta locura pasajera e intermitente: en ciertos momentos, estaba convencido que sus nalgas eran de cristal, y rehusaba sentarse por miedo a que se rompieran.

Cuando su hermano falleció en 1642, Alphonse-Louis permaneció inconsolable. Como él, asumiría el cargo de gran rector de la universidad de La Sorbona entre 1642 y 1653, y en cuyo frente hizo muchos méritos.

Olvidado por la Historia, fue sin embargo un gran embajador de Francia en la corte Vaticana, aunque su bondad y modestia desdibujaron su persona frente al genio y figura de su hermano menor.

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