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lunes, 16 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -101-



Habiendo Madame de Maintenon ganado el corazón del Rey Luis XIV, y cayendo en desgracia la altiva favorita real, Madame de Montespan, esta última se vio obligada a abandonar sus lujosos aposentos de la planta noble para ocupar otros en la planta baja de palacio y dejar sitio a la nueva estrella ascendente. En el momento en que la Marquesa de Montespan bajaba a la planta inferior por la Escalera de la Reina, se cruzó casualmente con la Marquesa de Maintenon, que subía por ella. Ésta, en un raro a la par que inesperado arranque de ácido ingenio mezclado de sarcasmo, le espetó sonriendo:

-"¿Bajáis Madame? ¡Yo subo!"



Anécdota de: Françoise d'Aubigné, Marquesa de Maintenon (1635-1719), consorte morganática del rey Luis XIV de Francia.

Anécdotas Históricas -100-



Felipe II, rey de España, se encontraba un día solo y sin insignia alguna que indicase su identidad en una de las galerías de su palacio de El Escorial cuando un foráneo, que estaba visitando las maravillas artísticas allí atesoradas, se acercó a él y le pidió si era posible que le explicara qué cuadros se encontraban en la galería.

-"¡Como no!" respondió el monarca, quien se afanó en satisfacer la curiosidad del visitante. Éste, tras haberle largamente preguntado sobre aquel u otro cuadro, de pedirle que le guiase por otras estancias, y lejos de sospechar de la identidad de su guía ocasional, se despidió de él diciéndole:

-"Señor, os estoy infinitamente agradecido por vuestras excelentes explicaciones. Me llamo Pedro Pacheco; soy maestro cuchillero en Segovia: mi tienda se encuentra junto a la catedral. Si jamás pasáis por allí y queréis venir a verme, prometo haceros probar un buen vino."

-"Señor, replicó Felipe II, os estoy muy agradecido. Me llamo Felipe y soy el rey de España; si jamás pasáis por Madrid y venís a visitarme, os prometo que probaréis el mejor."

Anécdota de: Felipe II de Austria, Rey de España y de Portugal (1527-1598).

Anécdotas Históricas -99-



Famosa fue la respuesta que hizo en su día el Mariscal de Catinat a un oficial que, tras una cruenta batalla, habiéndole oído dar la orden de reunir las tropas y dirigirlas contra el enemigo, le había representado que aquello les conduciría a una muerte certera:

-"¡Es cierto, replicó Catinat, la muerte está ante nosotros, pero la vergüenza está detrás!"

Anécdota de: Nicolas de Catinat de La Fauconnerie, Señor de Saint-Gratien, Mariscal de Francia (1637-1712).

Anécdotas Históricas -98-



El mariscal francés Catinat, que fue uno de los más brillantes capitanes del reinado de Luis XIV, era tan modesto como bueno y desinteresado. Su carácter prudente y reflexivo le habían merecido el apodo, otorgado por sus tropas, de "Padre Pensamiento". La sencillez en su forma de vestir era equivalente a su indiferencia por los honores y las distinciones. Enemigo de cábalas y de la intriga, se había elevado hasta la primera dignidad militar sin jamás haber solicitado nada a nadie.
En 1705, su nombre fue incluído en una lista de nuevos caballeros de las órdenes del Rey, pero Catinat rehusó tal distinción atrayéndose los reproches de parientes y familiares. Cansado de oír siempre la misma queja al respecto, acabó por soltarles:

-"¡Pues muy bien! ¡Ya podéis borrarme de vuestra genealogía!"

Anécdota de: Nicolas de Catinat de La Fauconnerie, Señor de Saint-Gratien y Mariscal de Francia (1637-1712). 

domingo, 15 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -97-



El 22 de mayo de 1724, se pudo asistir en Francia a un eclipse solar y el joven monarca Luis XV, que tenía entonces 14 años, quiso observar el fenómeno en las mejores condiciones. El célebre astrónomo Cassini tuvo entonces que presentarse en el castillo de Trianon y disponer allí su telescopio. El Rey y la corte acudieron, escucharon las explicaciones de Cassini y el monarca miró por el telescopio, sorprendiéndose.

El sol acababa de reaparecer cuando una pequeña marquesa pidió admirar ella también el eclipse.

-"¡Es demasiado tarde!" -espetó el Rey.

Y la inocente marquesa replicó:

-"Con el permiso de Su Majestad, Monsieur Cassini querrá sin duda repetirlo."

Anécdota de: Luis XV, Rey de Francia y de Navarra (1710-1774).

sábado, 14 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -96-

LOS CALZONES DE NAPOLEÓN I



La imagen ha popularizado los retratos de Napoleón I en uniforme. Todo el mundo sabe que el poderoso dueño de Francia iba normalmente vestido con una casaca verde de los coroneles de los Cazadores de la Guardia, de un chaleco y unos calzones de casimiro blanco. Esas dos últimas partes de su uniforme eran de una extrema delicadeza. La menor mancha hacía imposible llevarlos y, para colmo, el emperador no era nada cuidadoso. Siempre que se sentaba en la mesa, se manchaba inevitablemente. No dedicaba más de 20 minutos a sus comidas y, como siempre estaba ocupado en proyectos de gran envergadura, guiaba sin mirar sus manos del plato a la boca. Obviamente, las salsas acababan por inundar sus calzones y su chaleco inmaculados y, como la pulcritud de esos dos componentes de su vestimenta eran capitales, siempre acababa por cambiarlos. Esa operación solía ocurrir varias veces al día.



Eso llevó a Napoleón I a poseer un gran número de calzones y chalecos blancos, mucho mayor que el número de sus victorias. A base de limpiar sus trajes y de renovarlos con tanta frecuencia, la factura del Sr. Léger, el sastre de Su Majestad Imperial, se inflaba considerablemente. El proveedor se alegraba, ya que el Emperador era un cliente serio a quien se podía, con toda seguridad, abrir un crédito sin límite. Pero, en el Palacio de Las Tulerías, un alto funcionario veía con angustia aumentar la cuenta de gastos en calzones y chalecos: el Conde de Rémusat, Gran Maestre de la Guardarropía Imperial, encargado de velar por el correcto mantenimiento y renovación del armario del Emperador. Para ello, se le destinaba anualmente la suma de 20.000 Francos para sus uniformes pero, el gasto rebasaba desde hacía mucho el crédito concedido por el sastre.

Preocupado, Rémusat no osaba informar a Su Majestad que se estaba endeudando, ya que Napoleón no siempre se mostraba de buen humor. Una observación en un momento inoportuno, una palabra que le desagradara y el funcionario era fulminantemente despedido. Asi que, para evitar la cólera del Emperador, Rémusat no imaginó otro medio que el de hacer esperar al Sr. Léger y retrasar los pagos que se le adeudaban. El sastre tenía mucha paciencia; sin embargo, la cuenta llegó a los 30.000 Francos y el Emperador seguía manchando sus ropas!



Un día, Léger se encontró en la necesidad de disponer del dinero que se le adeudaba y solicitó al Conde de Rémusat que se le liquidara la cuenta. El Gran Maestre se salió por la tangente y consiguió retrasar el vencimiento a un mes. Expirados los treinta días, el sastre reiteró su demanda; Rémusat consiguió retrasar el pago quince días más. Al final, el pobre Sr. Léger tuvo que ir día si y día también a palacio para intentar que se le abonaran las cantidades adeudadas por el Emperador. Usando de estratagemas poco creíbles, Rémusat huía de él pretextando malestares, una urgencia o un recado de última hora para no recibirle.

Ese circo habría durado mucho de no ser que Napoleón juzgó oportuno encargar un uniforme nuevo. Las sesiones de prueba en palacio ofrecieron al sastre la ocasión de ver al Emperador en persona y hablarle directamente pero, ¿de qué modo? Tenía que exponerle el problema sin despertar su enfado. Léger estaba tan absorto en buscar cómo plantear al soberano el asunto de su factura pendiente de pago que, al cortar la casaca verde, se equivocó en las medidas.



El día fijado, se presentó en palacio sin haber constatado su error. Cuando el Emperador le recibió en su gabinete y se ponía a su disposición para probar el uniforme, pareció que éste estaba de humor agradable.

-"Buenos días Monsieur Léger. Parecéis preocupado, señor."

-"Sire, los asuntos van con dificultad. Se me adeuda mucho dinero. Los clientes no pagan siempre regularmente..."

El giro que estaba tomando la conversación habría podido dar lugar al sastre exponer sus quejas, sin embargo, el temor de despertar la cólera imperial le frenó. Finalmente, Napoleón endosó la casaca verde y reventaron las costuras.

-"¿Qué es esto, Monsieur Léger?¡No entro en este uniforme! Es demasiado estrecho."

El sastre empalideció. Era la primera vez que se equivocaba en las medidas, y eso para un proveedor de la corte era inaceptable. Antes que reconocer su error, el Sr. Léger se aventuró jugando la carta de la audacia.

-"Sire, Vuestra Majestad perdonará mi franqueza pero, me veo en la obligación de confesarle que, con ella, debo ensancharle el paño para vestirla."

-"¿Qué significan esas palabras Monsieur Léger? Si falta el paño en Francia, conquistaré Inglaterra donde se fabrican unos muy buenos!"

-"Sire, no es el paño lo que escasea sino el dinero. Monsieur de Rémusat me debe más de treinta mil Francos para liquidar la cuenta de Vuestra Majestad."

Sin mediar palabra, el Emperador tiró de la campanilla y mandó que acudiera en su presencia el Gran Maestre de la Guardarropía para relevarle de sus funciones.

-"En cuanto a vos, Monsieur Léger, tendréis cuidado, mañana, de traerme otro traje que no sea ni demasiado estrecho, ni demasiado ancho!"

El día siguiente, el Emperador tuvo su traje nuevo y el sastre cobró la totalidad de la suma que se le adeudaba. Napoleón dio el puesto de Rémusat a uno de sus chambelanes, el Conde de Montesquiou-Fezensac, aconsejándole:

-"Espero, señor, que nunca me expondréis a la vergüenza de verme reclamar el precio de mis calzones y de los trajes que llevo!"



Anécdota de: Napoleón I, Emperador de los Franceses (1769-1821).

Cita de la Semana



"La envidia es una declaración de inferioridad."

Frase de: Napoleón I, Emperador de los Franceses (1769-1821).

jueves, 12 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -95-



El Duque de Orléans y Príncipe Real Fernando-Felipe, hijo y heredero del rey Luis-Felipe I, era amigo del pintor Camille Roqueplan. Un día, se presentó sencillamente vestido y llamó a la puerta del conserje del inmueble donde residía el artista:

-"¿Está el Señor Roqueplan en casa?"

-"Si señor, -respondió el conserje sin reconocer al príncipe heredero- pero, disculpe: ya que el señor va a su casa, ¿puede el señor ser tan amable de subirle este pantalón que acaba de traer su sastre?"

-"Si, claro." -contestó sonriente el duque.

Y el Duque de Orléans subió con el pantalón hasta el apartamento del artista mientras el conserje se felicitaba de haber encontrado a alguien que le ahorrase una agotadora subida hasta el sexto piso.

Anécdota de: Fernando-Felipe de Francia, Príncipe Real y Duque de Orléans (1810-1842).

miércoles, 11 de enero de 2012

LA LEYENDA DE LA CONDESA SANGRIENTA


La Condesa de Deux-Forts



En el siglo XII, en Francia, se cuenta la historia de una condesa, propietaria de un castillo llamado "Château de Deux-Forts" (Castillo de Dos-Fuertes), en el importante condado de Auvernia, y que nos recuerda extrañamente a la célebre condesa Erzsebet Báthory-Nadasdy, aunque todo hay que decirlo, mucho más anterior a ésta. Su historia es la siguiente:

Una noche, en el momento en que la condesa se disponía a acostarse, descubrió una extraña mancha marrón en su vientre. Dió orden a sus sirvientas que la frotasen con agua fría primero, y con agua caliente luego. Pese a las enérgicas friegas, la mancha no desaparecía. Al día siguiente, por la mañana, la condesa estaba apesadumbrada. Lejos de haber desaparecido, la mancha parecía haber aumentado de tamaño. Mandó que buscasen al médico. El galeno oscultó la condesa y la examinó detalladamente. Tras mirar una y otra vez, el médico declaró con voz clara que su señoría sufría de un principio de lepra. Al oír semejante noticia, la condesa agarró por los brazos al doctor y le susurró al oído que ordenaría a sus servidores que le desollaran vivo si no encontraba un remedio para curarla.

Quizás es esa amenaza lo que inspiró al galeno desesperado, de sugerir el siguiente remedio. Tan solo quedaba una cosa que hacer, dijo el médico, para que se curase completamente la condesa de tan horrenda enfermedad. Tenía que bañarse en sangre humana y fresca. Ni corta ni perezosa, la condesa siguió la prescripción del doctor...

A partir de ese infausto día, los niños de la región empezaron a desaparecer. En los pueblos y aldeas del Valle de Sioule, se murmuraba que la condesa de Deux-Forts era un ogro diabólico que devoraba chiquillos. Guillermo VIII, Conde de Auvernia, hizo caso de los rumores y transmitió las preocupaciones de sus súbditos al rey de Francia. Las autoridades religiosas de Clermont hicieron lo mismo. Una investigación aclaró los sangrientos crímenes de la condesa. Su juicio se instruyó poco después.



El médico y toda la servidumbre de la condesa fueron condenados a morir ahorcados. En cuanto a la condesa, ésta fue descuartizada por cuatro caballos.

Tras el horrible proceso y la ejecución, una cruz de piedra fue erigida en el emplazamiento mismo donde fue ejecutada. Se la conoce como "La Croix de Male Mort" (la Cruz de la Mala Muerte).

Desgraciadamente, se ignora el nombre de esta condesa y las fechas exactas en las cuales se desarrollaron los hechos.

EL HECHIZAMIENTO DE BLAISE PASCAL



Clermont, Francia, año 1624. En la mansión digna de un gran notable de provincias, viven los Pascal y acaban de tener un hijo varón, Blas, que ya ha cumplido su 1er año.

La Señora Pascal es una mujer joven, dotada de mucho ingenio, piadosa y muy caritativa. Con regularidad distribuye limosnas a mujeres pobres de la ciudad de Clermont, que recibe semanalmente en su domicilio para proporcionarles comida, ropa y un poco de dinero. Entre esas mujeres, hay una reputada ser bruja y, a pesar de los persistentes rumores, la Señora Pascal hace oídos sordos puesto que no cree en esas maledicencias. No es crédula y continúa acogiendo en su casa a la supuesta diabólica.

Sin embargo, el pequeño Blas Pascal no tiene una buena salud y va empeorando a medida que pasa el tiempo. Por lo visto ha caido en una especie de languidez que lo va consumiendo lentamente y amenaza seriamente su vida. Su decaimiento va acompañado de dos reacciones por lo menos extraordinarias: no soporta la visión del agua... Sea en un vaso o ver como se sirve, le provoca automáticamente terribles convulsiones. La 2ª peculiaridad: no tolera ver a sus padres juntos. Puede abrazar a su padre, recibir caricias de su madre pero, desde el momento en que ve a sus progenitores juntos cerca de él, empieza a sufrir violentos ataques de cólera, grita, se agita con una sorprendente violencia, se sofoca y se ahoga.

De camino a su 2º cumpleaños, su estado ha ido empeorando paulatinamente y los ataques se hacen cada vez más peligrosos para su salud, ya muy decaída, y amenazan con provocarle la muerte! Los médicos no encuentran explicaciones a sus males y han desistido en sus vanos intentos de curarle con fármacos, sangrías y purgas (lo cual, sea dicho de paso, empeora sensiblemente su ya fenecida salud física).

Redoblan entonces los persistentes rumores entre las gentes y los pobres de la ciudad que la "bruja" es la culpable de los males del pequeño hijo de los Pascal. Pronto se le acusa abiertamente de haber hechizado al niño... Para cortar por lo sano, el Señor Esteban Pascal convoca en su gabinete de trabajo a la supuesta "bruja" con el fin de esclarecer el asunto que va tomando proporciones bastante peligrosas. La mujer protesta con vehemencia ante el padre al comunicársele de lo que se le acusa, achacando a "mentiras" y "envidias" de las demás gentes todo lo que se viene rumoreando sobre ella. Asaltado por la duda, el Señor Pascal le previene que si esos rumores llegaran a comprobarse, él mismo se encargaría de hacerla colgar! Ante su sorpresa, la mujer se lanza a sus pies, abraza sus rodillas:

-Pues si, es cierto! He hechizado a su hijo. Pero la culpa es vuestra! No quisisteis ocuparos de mi juicio cuando os lo pedí! Pues me he vengado!... Ahora bien veo que amáis tiernamente a vuestro hijo. Y apenada me veis tener que deciroslo... Pero el mal que he echado, es el de la muerte!

-¿Como? ¿Hace falta pues que muera mi hijo?

- Si no me denunciáis, no morirá. Puedo salvarle. Puedo desviar el maleficio sobre otro.

Entonces, el honesto Esteban Pascal respondió:

-Mejor quisiera que muriera mi hijo, antes que hacer morir a otra persona.

-Escuchad, puedo echar el mal sobre una bestia.

Y ante la propuesta, el magistrado propuso entonces a la bruja uno de sus caballos.

-¡No hace falta hacer tanto gasto! Un gato bastará.

Y le hizo dar un gato. Al salir, la bruja se cruza con dos monjes capuchinos que van a visitar a la señora Pascal para consolarla, y de sobras conocen la reputación de la mujer. Uno de ellos acaricia al gato diciendo:

-Buena mujer, ¿vais ha hacer otro de vuestros maleficios?

Acto seguido la bruja tira al gato por la ventana con tanta violencia que la pobre bestia revienta sobre el pavimento del patio de la casa, y vuelve a pedir otro gato al señor Pascal, quien le hace dar otro. Sin duda porque un animal tocado por un monje ya no es adecuado para una operación mágica...

Tengamos en cuenta que esta conversación, por lo menos sorprendente, fue mantenida por un eminente y cultivado hombre. Esteban Pascal era un notable magistrado, presidente de la Corte de Ayudas (Cour des Aides) en Clermont. Gozaba de la simpatía del Cardenal de Richelieu, primer ministro del rey Luis XIII. Era además un físico y un matemático de cierto prestigio, que se carteaba con toda la sociedad científica de su siglo.

Al caer la noche, la bruja vuelve al domicilio de los Pascal. Explica al magistrado que le es menester un niño de menos de 7 años de edad para ir a coger, antes del alba, nueve hojas de tres distintas clases de hierbas. El señor Pascal propone entonces la hija pequeña de su boticario, que será encargada de recoger las hierbas.

A las 7 de la mañana, la bruja vuelve a casa de los Pascal con un cataplasma elaborado con las hierbas recogidas, indicando que hay que aplicarlo sobre el vientre del pequeño Blas. Se procede pues a la aplicación del cataplasma y el padre marcha, confiado, al palacio de Justicia.

Cuando vuelve a su casa, a eso del mediodía, encuentra a su mujer y criados llorando desconsolados. Blas Pascal ha muerto en su cuna. Terriblemente entristecido y con lágrimas de rabia en sus ojos, sale de la habitación de su hijo fallecido y se topa con la bruja. Le propina tan violentamente la bofetada que la mujer cae al suelo, pero esta se levanta:

-No os enojéis. Olvidé deciroslo esta mañana. Vuestro hijo parecerá muerto hasta la medianoche. A las doce resucitará!

El niño no tenía aliento, su pulso era imperceptible, y se iba enfriando. Como la esperanza siempre es lo último que se pierde, el padre recomendó que no le amortajaran ni le pusieran en un ataúd... Había que esperar.

Todo el día y toda la noche, el matrimonio veló el cuerpo aparentemente sin vida de su pequeño Blas. Finalmente, entre las 12 y la 1 de la noche, se estremecieron al ver a su hijo bostezar. Inmediatamente le cogieron, le hicieron friegas y le calentaron para reanimarle, dándole vino azucarado. Sin embargo, el pequeño Blas no parece consciente y sigue sin abrir los ojos. Por fin, sobre las 6 de la mañana, abre los ojos y, al ver a sus padres juntos e inclinados sobre su cuna, vuelve inmediatamente a sufrir esas horrendas convulsiones. Constatan amargamente que no se ha curado.

A pesar del pesimismo, y tras varios días, observarán lentos progresos en la salud de su hijo. Acabará por jugar entre los brazos de su madre con un vaso de agua... Al cabo de 2 semanas, soporta muy bien y hasta con sonrisa incluída, la presencia de sus padres juntos delante de el. Al cabo de 3 semanas, su languidez remite y desaparece. Retoma paulatinamente fuerzas y su salud física evoluciona favorablemente. Blas Pascal vivirá.

¿Curado por completo? Hay dudas. Blas Pascal, el famoso matemático autor de "Pensamientos", fallecería a sus 39 años de una enfermedad inexplicable aún hoy día. A lo largo de su corta vida se quejó de constantes malestares extraños: sensación de vacío en el costado, alucinaciones y migrañas oftálmicas. En 1954, el Doctor Torlais, avanzó la hipótesis de que su muerte fue ocasionada por un cáncer gástrico con metastasis intestinales y de meninges.

Dicho relato, por lo menos increíble, fue escrito por una mujer de toda confianza, Margarita Périer, su sobrina, que profesó en el Convento de Las Solitarias de Port-Royal, siendo hija de Gilberte, hermana menor de nuestro protagonista. El relato lo tiene pues de 1ª mano y nunca fue rebatido.

A sus 11 años, Blas Pascal escribió un tratado sobre la vibración de los sonidos... A los 12, inventando sin duda la geometría, encuentra la 32ª propuesta de Euclides. A los 16, escribe su "Ensayo sobre los cónicos", que supuso una auténtica humillación para Descartes!


in "Historias Mágicas de la Historia" de Louis Pauwels y Guy Breton, 1977.

Anécdotas Históricas -94-



El entonces Conde de Mirabeau, muy afeado por una viruela juvenil pero lleno de ingenio, habiendo sido encausado por un presunto rapto de seducción, asumió su propia defensa haciendo oficio de abogado ante el tribunal que le acusaba.

-"Señores, dijo al tribunal, me acusan de seducción; por toda respuesta y por toda defensa, pido que mi retrato sea remitido al escribano."

El comisario no entendió la petición de Mirabeau. A lo que el juez le espetó:

-"¡No seas tonto!¡Mira bien el rostro de este señor!"

Anécdota de: Honoré Gabriel de Riquetti, Conde y luego 4º Marqués de Mirabeau (1749-1791), político, periodista, escritor y revolucionario.

martes, 10 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -93-



El abate Terray, controlador-general de Finanzas (hoy sería ministro de Hacienda), era dueño de un gran loro que siempre estaba apostado sobre la barandilla de la escalera que llevaba a su despacho. El animal, siempre que veía a alguien, gritaba indistintamente: "¡Al ladrón!"
Un visitante, al sorprenderse por el grito del loro, exclamó:

-"¡Ah, este animal, como podemos ver, está acostumbrado a anunciar a su dueño!"

Anécdota de: Joseph Marie Terray, Señor de La Motte-Tilly, Abad de Molesmes y de Troarn (1715-1778), Controlador General de Finanzas.

Anécdotas Históricas -92-




El político británico Lord Halifax era muy bromista. Un día iba en el tren y con él viajaban dos señoras muy estiradas que lo miraron mal cuando sacó un cigarrillo.

Peor lo miraron cuando dio un trago a su petaca y harto de tanto puritanismo, esperó a pasar un túnel para ultimar su "venganza".

Se propinó dos sonoros besos en la mano y cuando el vagón volvió a iluminarse, exclamó muy serio:

-"¿A quien de ustedes, señoras, debo agradecer el incidente del túnel?"

Anécdota de: Edward Frederick Lindley Wood, Lord Irwin luego 1er Conde de Halifax (1881-1959), político conservador Británico y Virrey de la India.

lunes, 9 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -91-



Maximilien de Robespierre había mandado a la guillotina al marido e hijos de Madame de A... . El 10 Thermidor del Año II (28 de julio de 1794), la pobre viuda acudió la primera hasta la Plaza de la Revolución para presenciar, en primera fila, la ejecución de ese sanguinario dictador y ver, con sus propios ojos, cómo rodaba su cabeza. Cuando cayó la cuchilla separando la testa del tronco de Robespierre, le costó creer que aquel que había asesinado a su familia recibía, por fin, su merecido castigo. No pudo entonces evitar gritar con todas sus fuerzas:

-"¡Bis!¡Bis!"

Anécdotas del Siglo XVIII.

domingo, 8 de enero de 2012

CURIOSIDADES -2-



Hace ya 1.200 años que el célebre queso de Roquefort posee sus cartas de nobleza. A su regreso de la Marca Hispánica, el emperador franco de Occidente, Carlomagno, lo probó in situ y le gustó tanto que exigió que se le enviara anualmente varias cajas de este queso a su corte de Aquisgrán. De este modo, el roquefort se convirtió en el queso imperial por excelencia.

Anécdotas Históricas -90-



A un periodista bastante ingénuo, por no decir tonto, no se le ocurrió otra cosa que preguntarle un día al dramaturgo Don Jacinto Benavente:

-"Y, ¿cómo se hizo usted homosexual Don Jacinto?"

-"Como usted, preguntando." -respondió escuetamente.

Anécdota de: Jacinto Benavente Martínez, dramaturgo, guionista, director y productor de cine (1866-1954).

Anécdotas Históricas -89-



El Doctor Pierre Chirac, Primer Médico del Rey Luis XV desde 1731 tras haberlo sido del difunto regente Felipe II de Orléans entre 1715 y 1723, se encontraba en el Real Sitio de Marly el 1 de marzo de 1732 cuando le sobrevino una apoplejía a sus 82 años. Sus colegas de profesión acudieron para socorrerle y ordenaron que se le sangrase varias veces.
Recobrando el conocimiento, Chirac se puso a delirar, creyendo que él mismo estaba atendiendo a un paciente. Su mano derecha cogió maquinalmente su brazo izquierdo y se tomó el pulso, exclamando:

-"¡Me han llamado demasiado tarde! Han sangrado a este enfermo. Había que darle una lavativa; ¡este hombre está muerto!"

Y, efectivamente, murió a las pocas horas.

Anécdota de: Pierre Chirac, Primer Médico del Rey de Francia (1650-1732).

Anécdotas Históricas -88-



En 1540, de camino a Flandes para reprimir una revuelta, el rey-emperador Carlos V visitó oficialmente París de la mano del rey Francisco I de Francia, su cicerone, después de pasar por Poitiers y Orléans. El rey francés le preguntó al césar qué le habían parecido aquellas ciudades que había visitado:

-"Poitiers es el pueblo más bello del mundo y Orléans la más bella ciudad."
-"Y, ¿qué decís de París?" -inquirió Francisco I.
-"París no es una ciudad, ¡es un mundo!"

Anécdota de: Carlos I y V de Austria, Rey de las Españas y Emperador del S.S.I.R.G. (1500-1558).

Anécdotas Históricas -87-



La Condesa Du Barry y el Duque de Choiseul, amante y ministro respectivamente del rey Luis XV, se detestaban mutuamente. Un día en que la condesa se cruzó con uno de sus cocineros, se le antojó que éste se parecía demasiado a su aborrecido enemigo:

-"¿Estáis a mi servicio?" -preguntó al cocinero.
-"Si, señora."
-"Vaya. Tenéis un rostro demasiado siniestro. Id a ver a mi intendente y decidle que no os quiero ver nunca más y que os despida." -sentenció ella.

La orden se ejecutó de manera inmediata.
La misma noche, la condesa dijo al rey, quien estaba al corriente de aquella anécdota:

-"He despedido a mi Choiseul. ¿Cuando despediréis al vuestro?"

Anécdota de: Jeanne Bécu, Condesa Du Barry (1743-1793). 

sábado, 7 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -86-



Un día, Madame de Simier preguntó al Cardenal Du Perron si hacer el amor era realmente un pecado mortal; a lo que el cardenal contestó:

-"No, ya que si asi fuera, ¡usted estaría muerta desde hace mucho!"

Anécdota de: Cardenal Jacques Davy Du Perron, prelado, poeta y diplomático (1556-1618).

Cita de la Semana




"Inteligencia militar son dos términos contradictorios."

Frase de: Groucho Marx, actor y humorista (1890-1977).

Anécdotas Históricas -85-



El Duque de Épernon era extremadamente orgulloso y puntilloso; no se le faltaba al respeto sin sufrir las consecuencias. Un buen día en que su carruaje atravesaba las tierras del Marqués de Bagé, el juez de la villa se adelantó con nutrida comitiva para darle la bienvenida con la habitual pomposidad de entonces:

-"Señor, Monseñor el Marqués de Bagé me envía..."

El duque interrumpe bruscamente al orador:

-"El Marqués de Bagé es señor, yo soy Monseñor y vos, ¡sois un idiota!"

Le dio la espalda y prosiguió su camino.

Anécdota de: Jean-Louis de Nogaret de La Valette, 1er Duque de Épernon (1554-1642).

viernes, 6 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -84-



El Mariscal de Biron tuvo, en vida, fama de ser muy humano y comprensivo con sus criados y subalternos. Su intendente, el Sr. Sarrau, siempre andaba presionándole para que redujera su tren de vida y recortase gastos, asi que un buen día le presentó una lista detallada de todos los criados que él juzgaba prescindibles y que era menester despedir. El mariscal leyó la lista con atención y, una vez terminada la lectura, dijo a su intendente:

-"He aqui todos los criados que vos decís puedo prescindir. Habría que preguntarse si todos ellos podrán prescindir de mi!"

Y el bondadoso mariscal no despidió a nadie.

Anécdota de: Louis Antoine de Gontaut, 6º Duque de Biron, Mariscal de Francia (1700-1788).

Anécdotas Históricas -83-



La tarde del 16 de febrero de 1899, el Presidente de la IIIª República Francesa, Félix Faure, sufrió una fatal embolia cerebral en el Palacio del Elíseo mientras su amante, Marguerite "Meg" Steinheil, le practicaba su "juego sexual favorito": la felación. Presa de pánico y reajustando su vestido, la esposa del pintor Adolphe Steinheil alertó a los ayudas de cámara para que llamasen urgentemente a un médico, mientras ella se disponía a desaparecer de la escena y el presidente moribundo se quejaba tumbado en un sofá del Salón Azul. Pero, ante la gravedad del estado del presidente, su familia mandó a un abate para que le auxiliara en su último momento. Al llegar el clérigo a palacio, éste preguntó al ujier:

-"¿El Presidente sigue con su conocimiento?"

-"No. Ha salido por la escalera de servicio." -respondió el ujier pensando que hacía alusión a la amante del presidente.



Anécdota de: Félix Faure, VIIº Presidente de la República Francesa (1841-1899).

Anécdotas Históricas -82-



Numerosos son los ejemplos ilustrativos del servilismo de algunas gentes ante el poder pero, donde más abundan es en la nutrida corte del rey Luis XIV de Francia. Un buen día el monarca preguntó a uno de sus cortesanos, cuya mujer estaba a punto de dar a luz, para cuando sería el feliz evento, y éste respondió:

-"A la hora que guste a Su Majestad."

Anécdota de: Luis XIV, rey de Francia y de Navarra (1638-1715).

jueves, 5 de enero de 2012

Anécdotas Históricas -81-



Es al rey Carlos X de Francia -entonces Conde de Artois- a quien debemos la tan manida máxima política de "la mano de hierro en un guante de terciopelo". Fue durante un encuentro con el entonces Mariscal Bernadotte, príncipe heredero de Suecia (y futuro rey Carlos XIV Juan), cuando le dijo:

-"Hace falta, para gobernar a los franceses, una mano de hierro en un guante de terciopelo."

Anécdota de: Carlos X, rey de Francia y de Navarra (1757-1836).

Anécdotas Históricas -80-



A la reina Maria-Antonieta de Austria le encantaban los corderos y, en particular, los merinos. Asi que, en vez de andar acompañada por un perro, se hacía seguir por un macho de la raza merina en sus paseos por los jardines de Versailles. Como los perros, los merinos parecen tener la costumbre de marcar su territorio y, un buen día, a éste le vino el antojo de soltar su abundante meado sobre las piernas del rey Luis XVI para mayor espanto de los allí presentes. Creyendo que el monarca iba a enfadarse con la reina, los criados se precipitaron sobre el merino para apartarlo, a lo que Luis XVI, sin perder su buen humor les dijo:
-"¡Dejad, dejad mear al merino!"

La frase tuvo tanto éxito que, en cuestión de días, se hizo popular tanto en la corte como en la ciudad la expresión "dejar mear al merino".

Anécdota de: Luis XVI, rey de Francia y de Navarra (1754-1793).

Anécdotas Históricas -79-

El Queso de La Vaca Que Ríe




¿Por qué se ríe la vaca? Pues según lo que he podido descubrir, durante la Iª Guerra Mundial las divisiones francesas , con el fin de reconocerse entre ellas y por decisión del Estado Mayor, llevaban distintas insignias. Una de esas divisiones había adoptado el diseño de una cabeza de vaca que reía para burlarse de la Walkiria alemana (insignia de los transportes de las tropas germanas) y daba pie a un juego de palabras divertido (Wachkyrie / La Vache qui rit). El innovador logotipo se pintó enseguida en los camiones de proveedores de carne vacuna del ejército galo. Años después, uno de esos ex combatientes de la Gran Guerra, Léon Bel, que poseía una fábrica de quesos procesados, buscaba un logotipo que le sirviera de marca y fuera popular. No tuvo que devanarse mucho los sesos al recordar la insignia de aquella división francesa diseñada por Benjamin Rabier, y así nació en 1921 la marca de "La Vaca Que Ríe".


miércoles, 4 de enero de 2012

CURIOSIDADES -1-




¿Por qué eran pequeñas las camas de los siglos XVIII y XIX? Es una pregunta que se suele hacer el turista-visitante de turno cuando descubre el reducido tamaño de los catres en castillos y palacios abiertos al público, y suelen recibir una respuesta errónea: "porque en aquella época eran más bajitos que nosotros." ¡Falso! La realidad es bien distinta. Por aquel entonces, la gente de alcurnia y miembros de las familias reales dormían casi sentados en sus lujosas camas con dosel y cortinajes, porque existía la convicción generalizada de que aquellos que dormían totalmente tumbados se arriesgaban a tragarse su propia lengua y morir ahogados.

Las camas tenían dosel y cortinas sencillamente para que el usuario se pudiera resguardar del frío, de la humedad y de las corrientes de aire, y eran dispuestas sobre tarimas por el mismo motivo, además de la preservación de su intimidad.

Alcoba del rey en el Palacio de Versailles, según una pintura de 1861.


Las alcobas, por otro lado, eran las habitaciones más relevantes de cualquier mansión o palacio ya que, desde siglos atrás, se había convertido en el "salón" por excelencia del señor o de la señora para recibir a las visitas (de parientes y amigos, se entiende), y allí se socializaba entorno a la cama. El rey de Francia, cuya alcoba de gala se encontraba en el corazón mismo de Versailles, recibía incluso a los embajadores extranjeros, firmaba tratados o armaba caballeros de sus órdenes a personalidades relevantes a pie de cama. Muchos cuadros de entonces atestiguan de esa tradición.

Cama del rey Carlos X de Francia para el Palacio de Las Tulerías, 1824 (Museo del Louvre).

lunes, 2 de enero de 2012

LADY MARY BOLEYN


Lady Mary Boleyn,
la amante de dos reyes



De las siete amantes y favoritas conocidas del rey Francisco I de Francia (1494-1547), despunta la tercera por haber sido no solo su amante sino, poco después, la de su rival el rey Enrique VIII de Inglaterra: Lady Mary Boleyn (h.1499-1543), hermana mayor de la no menos famosa Ana Bolena, segunda consorte del monarca inglés.

Nacida probablemente en la finca familiar de Hever Castle, entre los años 1499 y 1508 (no existen documentos que acrediten la fecha exacta de su nacimiento), se educó en Inglaterra hasta que, en 1514, fue escogida para formar parte del séquito de la Princesa María, que embarcaba para casarse con el rey Luis XII de Francia. Tras varias semanas, el grueso de las damas del séquito de la nueva reina de Francia fue despedido a excepción de Mary Boleyn (o María Bolena), probablemente gracias a la intervención de su padre Sir Thomas Boleyn, entonces nuevo embajador de Inglaterra en funciones en la corte francesa.

Cuando fallece el rey Luis XII el 1 de enero de 1515 y su viuda inglesa decide volver a su país, Lady Mary Boleyn se queda en la corte del flamante rey Francisco I. Es en París donde su padre y su hermana Anne, que había estudiado en los Países-Bajos un año antes, se reencuentran con ella. Se cree que, en su corta época en la que fue dama de honor de la reina María, Mary Boleyn se convirtió en la amante de Francisco I, quien la describiría más tarde como "la mayor puta, la más infame de todas..." Tras su relación con el rey francés, tuvo probablemente sucesivas aventuras sexuales que acabaron por provocar su expulsión de la corte y su regreso forzoso a Inglaterra en 1519.

En la corte inglesa, sus padres consiguen colocarla como dama de compañía de la reina Catalina de Aragón, durante los diez últimos años de vida conyugal de ésta con Enrique VIII.

Retrato de Sir William Carey o Cary (1500-1528).


Un año después de su regreso, Mary casa con Sir William Carey el 4 de febrero de 1520, un rico cortesano que goza del favor real. Poco tiempo después empieza su secreta relación con el monarca, que permaneció en el más absoluto anonimato y cuya duración exacta sigue siendo una incógnita.

Según el vicario de Isleworth, John Hales, que había conocido al hijo de diez años de Lady Mary Boleyn y de Sir William, Henry Carey (nacido en 1526), éste tenía un cierto parecido con el rey Enrique VIII, por lo que la creencia -reforzada por las convicciones de algunos monjes- de que era el bastardo del monarca no tardó en circular por la corte. Sin embargo, no existe prueba alguna de que Henry Carey, 1er Lord Hunsdon, fuera realmente el hijo biológico de Enrique VIII ya que nació en marzo de 1526 y parece ser que, por entonces, la relación de Lady Mary con el rey había cesado.

En 1528, Sir William Carey fallece de "sudores" dejando a Mary en una situación económica muy precaria. Su falta de medios la llevarán a confiar el cuidado de su hijo a su hermana Ana, cuya situación en la corte es de gran relevancia y ésta, además, no tardará en convertirse en la segunda consorte de Enrique VIII, ya que éste ha solicitado la disolución de su matrimonio con Catalina de Aragón. Su hermana intercederá ante el rey para que le conceda a Mary una renta anual de 100.000 libras.

En 1529, cuando el padre de las hermanas Bolena, Sir Thomas Boleyn, se convierte en el 1er Conde de Wiltshire y de Ormonde, Mary adopta de inmediato el título de Lady Mary Rochford relegando al olvido el de Lady Carey.

El 1 de junio de 1533, Ana Bolena es finalmente coronada reina de Inglaterra y, en otoño, da a luz a su hija la princesa Elizabeth.

En 1534, Mary Boleyn casa en secreto y por amor -y estando preñada-, con un joven caballero sin rango ni fortuna: Sir William Stafford (h.1512-1556). Cuando aquello se descubre, su familia reniega automáticamente de ella por haberse casado con alguien de condición inferior a su rango. La flamante pareja sería expulsada de la corte por la misma reina Ana.

La situación financiera de la pareja se deteriorará hasta tal punto que Mary, desesperada, acudirá a Thomas Cromwell para que éste intervenga en su favor. Pero fue en vano: el rey permaneció insensible a los ruegos de su antigua amante y cuñada. De hecho, toda la familia Boleyn dará la espalda a la desgraciada Mary. Solo en una ocasión, y para sorpresa de todos, la reina enviará a su hermana una copa de oro y algún dinero para aliviar momentáneamente su paupérrima situación, pero seguirá negándole el regreso a la corte. Las dos hermanas dejarían de tener contacto la una con la otra.

En 1536, cuando cae en desgracia la reina Ana y toda su familia, Lady Mary Boleyn se abstiene de dar señales de vida, sin duda aconsejada por su tío el Duque de Norfolk, para evitar ser asociada con los miembros de su familia encarcelada en la Torre de Londres. Mary y su marido permanecieron aislados en sus tierras de Rochford, en el condado de Essex. Tras la ejecución de la reina Ana y de su hermano George, la madre se retira de la corte y muere recluída un año más tarde. El padre, Sir Thomas, privado de todos sus títulos y prebendas, sería liberado y fallecería al año siguiente. Con la muerte de sus padres, Mary hereda lo que queda de las propiedades de la familia. Parece ser que siguió viviendo junto a su amado marido en el condado de Essex, en la mayor discreción, hasta que murió el 19 de julio de 1543.

De sus dos matrimonios, Mary Boleyn tuvo cuatro hijos:

-Catherine Carey (1524-1568), Lady Knollys.

-Sir Henry Carey (1526-1596), 1er Barón Hunsdon, K.G.

-Anne Stafford (1534- ? )

-Edward Stafford (1535-1545)

Es la antepasada común de Sir Winston Spencer-Churchill, de la reina-madre Elizabeth Bowes-Lyon, viuda de Jorge VI, de la reina Elizabeth II de Gran-Bretaña, de Lady Diana Spencer, Princesa de Gales, y de Sarah Ferguson, ex Duquesa de York, entre otros.

LAS AMANTES DE NAPOLEÓN I

LAS AMANTES DE SU MAJESTAD IMPERIAL



Según Jean Savant, Napoleón I (1769-1821), Emperador de los Franceses entre 1804 y 1815, habría coleccionado nada menos que cincuenta y una amantes, lo que deja las infidelidades de su primera esposa Josefina de Beauharnais, a un nivel de lo que llamaríamos una "minucia". De su relación con Éléonore Denuelle de La Plaigne nacería un hijo bastardo conocido como el Conde Léon, nombre escogido por Napoleón, en 1806. Dicho nacimiento sorprendió entonces al emperador que andaba convencido de su esterilidad al no poder tener hijos de Josefina de Beauharnais, madre de dos hijos de su anterior matrimonio con el guillotinado Vizconde Alexandre de Beauharnais. Ese acontecimiento sirvió de excusa al monarca para divorciarse, posteriormente, de Josefina y contraer matrimonio con la archiduquesa Maria-Luisa de Austria-Lorena para asegurar la continuidad de su dinastía. Cuatro años después, en 1810, nacería el segundo y último hijo natural de Napoleón I habido con la bella aristócrata polaca Maria Walewska.

De ese medio centenar de mujeres que cayeron de buen grado entre los brazos del emperador, solo nos han llegado once nombres que aqui desgranamos:



01-Pauline Bellisle alias Bellilote, Madame Fourès (1778-1869)



02-Louise Catherine Éléonore Denuelle de La Plaigne (1787-1868), Madame Revel, luego Madame de La Sauzaye, finalmente Condesa de Luxbourg; madre de:



-Charles Léon (1806-1881), Conde Léon => con descendencia



03-Maria Laczynska, Condesa Walewska (1786-1817), luego Condesa d'Ornano; madre de:



-Alexandre Florian Joseph Colonna Walewski, Conde Colonna Walewski (1810-1868) => con descendencia



04-Marguerite Joséphine Weimer alias Mademoiselle George (1787-1867), actriz estrella de la Comedia-Francesa



05-Giuseppina Grassini (1773-1850), contralto, cantante de ópera

06-Émilie Levert (1788-1843)

07-Carlotta Gazzini (1789-1827)

08-Condesa von Kielmansegge

09-Condesa Duchâtel

10-Charlotte Rigaud de Vaudreuil

11-Albine de Vassal, Condesa de Montholon (1779-1848)

domingo, 1 de enero de 2012

Proverbio para el año 2012



"Cuando el poder del Amor reemplace al amor del poder, entonces el Hombre llevará otro nombre."

Proverbio Oriental.