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martes, 17 de junio de 2014

ALFONSO XIII : el gran mecenas del cine porno español

"Vicios Reales"
 
 

La aparición de las películas pornográficas es casi tan antigua como lo es la misma industria del cine y el propio cinematógrafo de los Hermanos Lumière. La curiosidad y afición del ser humano por rodar y visionar escenas sexuales llevó a que, ya en sus inicios, muchos fueran los personajes interesados en financiar este tipo de películas.

De sobra es conocida en la Historia de España las innumerables correrías sexuales que han sido protagonizadas por los monarcas que han ido ocupando el trono, siendo los Borbones muy proclives a tener amantes y algún que otro escándalo muy sonado en su tiempo.

Y fue uno de ellos, concretamente Alfonso XIII, quién financió las primeras películas pornográficas que se rodaron en nuestro país.

Eran los inicios de la década de los años 20 del pasado siglo, una época en la que un halo de liberación hizo que éstos fueran conocidos como ‘los felices años 20’ y en los que, tras siglos de represión, parecía que casi todo estaba permitido, poniéndose de moda infinidad de locales en los que mujeres ligeras de ropa alegraban a los caballeros que acudían en busca de diversión.

La afición del, por aquel entonces, rey de España hizo que éste quisiera tener sus propias películas de alto contenido sexual rodadas exclusivamente para él y bajo su supervisión. Para ello utilizó a Álvaro de Figueroa y Torres (Conde de Romanones), hombre de su total confianza,  que había ocupado varios puestos de responsabilidad en el gobierno (entre ellos el de Presidente del Consejo de Ministros en tres ocasiones) y quien se encargó de contactar con los hermanos Ramón y Ricardo de Baños, pioneros del cine en nuestro país y propietarios de la productora ‘Royal Films’.

Alfonso XIII aportó el capital necesario para rodar una serie de films de escasa duración y cuyo contenido tenía una gran carga sexual. Pero no sólo se conformó con ser quien financiaba las películas, sino que colaboraba en los guiones, sugiriendo las tramas a rodar en los estudios que la productora poseía en Barcelona.

Algunos de esos filmes pornográficos mostraban situaciones en las que el protagonista solía ostentar un importante cargo dentro de la sociedad (sacerdote, ministro, médico…).

Poco se sabe del número exacto de películas que mandó rodar, debido a que éstas se realizaron para visionado privado del monarca y tras su marcha del país, al proclamarse la Segunda República en 1931, todo hace suponer que se las llevó consigo, aunque quedaron algunas copias escondidas, siendo destruidas la mayoría durante la Guerra Civil y la Dictadura Franquista, en la que se volvió a ejercer una feroz represión hacia las libertades, retrocediendo varias décadas a todo lo avanzado durante la década de los años 20.

Tan sólo tres de esas películas rodadas por los hermanos de Baños, por encargo real, se pudieron recuperar y fueron restauradas por la IVAC  (Filmoteca Valenciana) a principios de los años 90, siendo sus títulos: “Consultorio de señoras”, “El ministro” y “El confesor”. De esta última se puede encontrar por la red algunos minutos.

Artículo de Alfred López / Cuaderno de Historias, 2012.

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