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sábado, 23 de noviembre de 2013

CURIOSIDADES -120-

"Las miserias de Jorge IV"


 
Caricatura del Príncipe de Gales según el dibujante James Gillray, en 1792.


El sedentario estilo de vida, la gula y la afición por las bebidas alcohólicas presentaron una dura factura a la salud del rey Jorge IV de Gran-Bretaña e Irlanda (1762-1830), al final de la década de 1820. Su excesivo gusto por los grandes banquetes y el consumo de alcohol sin moderación le convirtieron en un obeso, haciendo de él el blanco de las malvadas burlas de sus súbditos cuando aparecía públicamente, cosa que no ocurría con frecuencia.
En 1797, aún siendo Príncipe de Gales, su silueta se había deformado haciendo las delicias de los caricaturistas populares; su peso alcanzó entonces los 111 Kgs. En 1824, siendo ya rey de Gran-Bretaña, de Irlanda y de Hannover, su obesidad obligó a su modisto a ensanchar la talla de sus corsés al alcanzar una cintura de 130 cms.



Se cree que al acceder al trono, Jorge IV se había convertido en un adicto al láudano. Y con razón: padecía de gota, arterioesclerosis e hidropesía y, posiblemente, de porfiria como su padre Jorge III. Durante la década de su reinado (1820-1830), llegó a pasar con frecuencia largos días clavado en su cama, sufriendo espasmos y dificultades respiratorias que le asfixiaban cruelmente. Según los testimonios de la época, mostró incluso signos de inestabilidad mental hacia el final de su vida, aunque nunca llegó al grado de locura que aquejó a su progenitor.

Fallecería a las 03:30 de la madrugada del 26 de junio de 1830, en el Castillo de Windsor. Según el testimonio de uno de sus pajes, al que agarró de la mano mientras agonizaba, Jorge IV exclamó:

-"¡Buen Dios!¿Qué es esto?"

Para luego sentenciar resignado:

-"Chico, esto es la muerte."

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