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lunes, 12 de marzo de 2012

CURIOSIDADES -18-



Cuando el célebre pintor y escultor Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel) recibió el encargo de pintar el techo de la Capilla Sixtina, tuvo que trabajar en unas condiciones en las que la comodidad brillaba por su ausencia: encaramado en lo alto de los andamios, tenía que pintar los frescos totalmente tumbado y a pulso, por lo que las salpicaduras y goteos de la pintura le cubrían habitualmente la cara. Para cambiar de posición y avanzar, tenía que reptar y hacer contorsionismo para no desdibujar o malograr la pintura aún fresca... Y eso, durante cuatro largos años (1508-1512). Para colmo, el papa Julio II solía visitarle con frecuencia para meterle prisa en la ejecución de la obra, quejándose de la lentitud; en represalia, Michelangelo solía dejar caer desde lo alto del andamiaje potes de pigmentos para que el Pontífice y sus cardenales, asustados, dejasen de importunarle con sus visitas y sus críticas so pena de recibir en plena cogorota alguno de sus proyectiles.

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