"Parto Natural"
Estando al término de su estado de buena esperanza, Luisa de Saboya, Condesa de Angulema (1476-1531), y recién celebrado su cumpleaños el día anterior, se encontraba paseando en los jardines de su Castillo de Cognac en nutrida y animada compañía cuando, repentina e inoportunamente, sintió los dolores de parto y rompió aguas. No hubo tiempo siquiera de trasladarla al castillo que se puso de parto debajo de un frondoso roble. Era el 12 de septiembre de 1494, y dio a luz a un hermoso niño de 3 kgs. 900 y 54 cms. en el marco más natural que se pueda imaginar: era el futuro rey Francisco I de Francia (1494-1547) que, andando el tiempo, se convertiría en un atlético príncipe de 1,98 cms. de estatura.
A diferencia de Francisco I de Francia, el que fuera su gran rival y enemigo el bajito Carlos V de Austria, vio la luz en un pestilente retrete del Castillo de Gante.
Estando al término de su estado de buena esperanza, Luisa de Saboya, Condesa de Angulema (1476-1531), y recién celebrado su cumpleaños el día anterior, se encontraba paseando en los jardines de su Castillo de Cognac en nutrida y animada compañía cuando, repentina e inoportunamente, sintió los dolores de parto y rompió aguas. No hubo tiempo siquiera de trasladarla al castillo que se puso de parto debajo de un frondoso roble. Era el 12 de septiembre de 1494, y dio a luz a un hermoso niño de 3 kgs. 900 y 54 cms. en el marco más natural que se pueda imaginar: era el futuro rey Francisco I de Francia (1494-1547) que, andando el tiempo, se convertiría en un atlético príncipe de 1,98 cms. de estatura.
A diferencia de Francisco I de Francia, el que fuera su gran rival y enemigo el bajito Carlos V de Austria, vio la luz en un pestilente retrete del Castillo de Gante.
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