LA DINASTÍA BORBÓN SE EXTINGUIÓ EN 1819
Según el autor de "Bastardos y Borbones", José María Zavala, la dinastía de los Borbones Españoles se extinguió el 20 de enero de 1819 en Roma. Ésa es la fecha de defunción de Carlos IV, Rey de las Españas y de las Indias, nieto de Felipe V, hijo de Carlos III. Fernando VII, el "Rey Felón" y supuesto hijo y sucesor de Carlos IV en el trono de las Españas, sabía de sobras que su padre no era tal, pero no era el único en saber ese peligroso secreto de Estado.
Retrato de Maria-Luisa de Parma, Reina de las Españas y de las Indias (1751-1819); según Francisco de Goya.
El confesor de la adúltera y exiliada ex Reina Maria-Luisa de Parma, madre de Fernando VII, Fray Juan de Almaraz, sabía de muy buena tinta cual era el origen espúrio del monarca y de sus hermanos, y así lo dejó constar en un documento que él mismo escribió y rubricó un 8 de enero de 1819, con la advertencia de "Debe quedar cerrado". En ese documento, afirmaba que seis días antes la reina le había confesado que ninguno de sus 14 hijos eran fruto del legítimo matrimonio con su primo el rey Carlos IV, sino de otros hombres, y que esa confesión la había hecho en el umbral de la muerte para obtener el descanso de su alma y que Dios la perdonase.
Retrato de la Familia de Carlos IV, en 1800, según Francisco de Goya.
En ese documento que Fray Juan de Almaraz había escrito, juró imberbum sacerdotis que la confesión de Maria-Luisa de Parma fue así de contundente en su lecho de muerte, y que "ninguno, ninguno" de los 14 infantes nacidos del vientre de la ex reina eran hijos legítimos de Carlos IV. Para colmo, el testamento de Maria-Luisa dejaba claro sus sentimientos: nada para su marido ni para sus hijos; lo dejaba todo a su amante Manuel de Godoy, Príncipe de Bassano, instituído heredero universal suyo, padre de al menos cuatro de sus hijos, y mandaba que Fernando VII pagase 4.000 duros a Fray Juan de Almaraz, su confesor y depositario del más escandaloso secreto dinástico conocido hasta ahora.
Retrato de Carlos IV de Borbón y Sajonia, Rey de las Españas y de las Indias (1748-1819), según José de Madrazo, 1825.
Maria-Luisa de Parma falleció el 2 de enero de 1819. Carlos IV, su viudo, hizo un último gesto: mandó anular el testamento de la finada y, días después, estiró la pata.
Fernando VII se negó a ejecutar el pago de los 4.000 duros a favor del confesor real y éste, tan falto de recursos como enojado, se vio en la obligación de reclamarle la cantidad prometida acompañando su requerimiento con la amenaza velada de ser depositario de un secreto que pondría en entredicho su legitimidad, y que podía ser publicado si no pagaba.
Retrato de Fernando VII, Rey de las Españas (1784-1833); según Vicente López Portaña.
En 1827, ocho años después de la muerte de sus padres, Fernando VII conocedor del peligroso escrito del confesor real que cuestionaba su legitimidad, movió ficha y dio orden para que el sacerdote fuera secuestrado en Roma, trasladado secretamente a España y encarcelado de por vida en el Castillo de Peñíscola.
Durante siete años, el anciano confesor se vio encerrado en una celda a cal y canto, con la expresa prohibición de que sus carceleros entablasen conversación alguna con él. Incomunicado y olvidado en su mazmorra de Peñíscola, como el Abate Faria de "El Conde de Montecristo", tan solo consiguió salir de la cárcel al morir Fernando VII en 1833, y gracias a un indulto real firmado durante la regencia de Maria-Cristina. Liberado, fallecería en 1837. En cuanto al documento que había escrito, éste fue confiscado al confesor que le atendió en su lecho de muerte y, poco después, fue a parar a los archivos del Ministerio de Justicia, y depositado en un sobre en el que se había escrito "Reservadísimo", y sobre el cual ya nunca más se supo hasta que historiadores como Juan Balansó y José María Zavala lo desempolvaron de casualidad . Nunca fue divulgado, pese a que ésa fue la última voluntad de la reina Maria-Luisa de Parma transmitida al fraile-confesor.
¿Esta confesión in articulo mortis de la ex Reina Maria-Luisa puede, en cierto modo, explicar el patético episodio de Bayona, en el que Fernando es obligado por Napoleón a renunciar en favor de su destronado padre y que éste cediera la corona española al emperador de los Franceses? De sobras era sabido el odio y desprecio que sentían los ex Reyes por su hijo y viceversa desde hacía tiempo.
Retrato de Manuel de Godoy y Álvarez de Faria, Príncipe de La Paz, Príncipe de Bassano (1767-1851), con el uniforme de Guardia-de-Corps.
Por otro lado, apuntemos que el noble extremeño Manuel de Godoy llegó a la corte de Madrid en 1784, siendo admitido por Carlos III en la Guardia-de-Corps, donde servía su hermano Luis, y que los entonces Príncipes de Asturias (Carlos y Maria-Luisa) se fijaron en él y le abrieron las puertas de sus aposentos. Que en octubre de ese mismo año, nació el Infante Fernando, que tantos disgustos ocasionaría a sus padres. Que antes de que apareciera el apuesto extremeño en escena, la entonces consorte del heredero de Carlos III ya tenía romances adúlteros con otros vigorosos machos y que, incluso durante la privanza de Godoy, ésta no desdeñó acoger en su cama a un tal Mallo, que cubrió de regalos y joyas para provocar los celos del extremeño encaprichado con Pepita Tudó. No olvidemos a otro apuesto Casanova, de apellido ilustre como Pignatelli, que "amaba" tanto a Maria-Luisa como a su prima Cayetana de Alba, eternas rivales hasta en asuntos de alcoba. Los amantes de la reina fueron muchos, tanto como los embarazos que tuvo: 14 retoños y 10 abortos. Si 4 de ellos son atribuibles a Godoy, ¿de quienes fueron los 20 restantes?
Como simple observadora de las facciones, Carlos IV guarda parecido con Juan Carlos I.
ResponderEliminarEsa nariz tan borbona.
La reina (que le da un aire a infanta Elena) debía tener un cabreo monumental y fue su gran momento de venganza.