Fernando VII de España (1784-1833), que casó 4 veces, tenía los atributos tan enormes (macrosomía genital) que sus médicos le recomendaron que copulase utilizando un cojín especialmente agujereado en su centro para amortiguar el impacto de sus embestidas; al casarse con Maria-Josefa-Amalia de Sajonia, su beatísima tercera consorte, ésta se meó y cagó del susto la noche de bodas, al ver la sorpresa que tenía su real esposo entre las piernas. Tuvo mejor fortuna con su cuarta esposa, Maria-Cristina de las Dos-Sicilias que, aparte de saber apreciar semejante prodigio de la naturaleza, supo darle dos hijas.
El historiador, arqueólogo y escritor francés Prosper Mérimée (1803-1870) dijo, al respecto de la macrosomía genital del monarca español, que éste tenía un pene enorme y desproporcionado, con una base fina como una barra de lacre y que terminaba con un grosor del tamaño de un puño cerrado...
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