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lunes, 5 de diciembre de 2011

1790: ASESINATO DEL MARQUÉS D' ALBERTAS


ANICET MARTEL
el último asesino descuartizado de Francia



El Marqués Jean-Baptiste d'Albertas (1716-1790), ex-Primer Presidente en la Corte de Cuentas de Provenza, creador de los jardines que llevan su nombre en Bouc-Bel-Air, fue asesinado el 14 de julio de 1790 en el curso de un banquete oficial ofrecido a la Guardia Nacional en honor a la fiesta de la Federación.

En el parque del castillo de Gémenos, la fiesta está en su punto más algido. En el momento en que los convidados se disponen a hacer un brindis en honor a la Marquesa d'Albertas, un joven jorobado aparece junto al antiguo señor de Gémenos... Éste, sorprendido por el extraño aspecto del individuo, exclama:

-"¿Qué hace usted aqui?..."

Y el jorobado responde:

-"¡He venido a darte muerte!"

Apenas acabada su frase, hunde la hoja de un cuchillo en el corazón del marqués con golpe certero.

El marqués de 74 años cae al suelo muriendo en el acto. Un grito de horror, la música se interrumpe y los allí presentes se quedan petrificados. La Guardia Nacional apresa al vil asesino casi de inmediato. ¿Por qué ha matado al venerable, popular y amable septuagenario?

El asesino, un joven de veinte años, lleva el nombre de Anicet Martel. Ejerce el oficio de carnicero en la localidad de Auriol. Inmediatamente detenido e interrogado, declarará haber sido el único autor del crimen que llevaba planeando desde hacía 7 años. Para justificarse, afirmó que su padre, maestro de escuela en Gémenos, se había visto obligado a retirarse en Auriol por culpa de los problemas que le andaba causando el Marqués d´Albertas.

De talla pequeña, jorobado, con un enorme cabezón y el rostro afilado, Anicet Martel fue condenado a padecer tormento sobre la rueda y a ser descuartizado en la Plaza del Palacio de Gémenos.

El suplicio de la rueda precedía al descuartizamiento del reo, y consistía en propinarle al condenado una serie de violentos golpes para quebrar sus huesos...




La ejecución tuvo lugar el 2 de agosto siguiente. Apenas llegados ante el cadalso, Anicet Martel y su verdugo fueron recibidos a pedradas por individuos malintencionados que se habían mezclado con el gentío de espectadores que llenaban la plaza y los tejados de las casas vecinas. El reo Martel aprovechó ese intento de abortar la ejecución para escabullirse entre la multitud. Gritos y pánico entre la gente. Algunos tiros de fusiles al aire por los soldados de la escolta consiguieron apaciguar el nerviosismo. Pero un capitán del regimiento del Lyonnais, Payan de La Tour, que estaba al mando de la escolta, consiguió retener al condenado pegado al suelo, apuntándole con su espada en el pecho. El verdugo fue encontrado en un confesionario de la iglesia de los Capuchinos, donde se había refugiado, y fue traído de vuelta para que hiciera su cometido.

Anicet Martel fue el último hombre condenado al descuartizamiento en suelo francés. Su esqueleto fue descubierto, posteriormente, expuesto en el gabinete de reflexión de una logia masónica.

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