SALIÓ DEL PUERTO DE PALS Y NO DE PALOS
Una investigadora del Cercle Català d’Història, Eva Sans, ha conseguido la prueba que demuestra que la villa real de Pals, en el siglo XV ya disponía de un importante puerto comercial. Un avance que abona en la controversia con los defensores de las teorías sobre la catalanidad de Cristóbal Colón y que mantienen que en el primero de sus viajes, el descubridor partió de la villa ampurdanesa en lugar de Palos de la Frontera, en Andalucía, como así insiste en citar la historia oficial. Un documento obtenido en el archivo de la Corona de Aragón certifica que en 1406 en Pals se realizaban transacciones navieras.
El hallazgo de la documentación da mayor consistencia al trabajo de otros historiadores que, como Jordi Bilbeny, Català i Roca o Teresa Baquer, ya publicaron en su día textos reveladores sobre el que en realidad se llamó Joan-Cristófor Colom i Bertran, un noble catalán que llevó a cabo la aventura en nombre del rey Fernando el Católico y de la Corona de Aragón, con la nao y las dos carabelas que zarparon desde el puerto de Pals. En el caso de Bilbeny, lanzó su teoría sobre el puerto ampurdanés por primera vez en 1990.
El último descubrimiento de Eva Sans, un sello sigilográfico de la Corte del Castillo de Pals hallado en los archivos de la Corona de Aragón en Barcelona, muestra un escudo con tres barras y aporta valiosas informaciones. Se trata, según el Cercle Català d’Història de un escudo redondo de 40 mm impreso en papel y cera roja que acompaña un albarán en letra manuscrita donde se lee "otorgado a Joan Abril, alcalde de Pals, a N’Antoni Vinyals, patrón de llagut, de Palamós, por haber cargado en el puerto de Pals una saca de harina para descargar en Barcelona" un documento fechado en el castillo de Pals, a 29 de julio de 1406 sigillo curie nostre munitum.
Para Sans, "que hacía mucho tiempo que seguía la pista de esta prueba", al localizarla pensó que "si Pals disponía de una corte Real con toda la capacidad jurídica de la naturaleza de las villas reales" con notarios, procuradores, representantes a cortes, batlle de sach (el principal orden señorial de la época) ¿dónde estaba toda la documentación? En el pasado, explica la investigadora "todo se registraba y documentaba", como hoy en día, por lo que la desaparición masiva de la documentación relativa al puerto de Pals "como la aduana, la mesa de enrolamiento, la mesa de cambio, los contratos de seguros de barcos y mercancías" se convirtió en el principal interrogante de la investigación: ¿Por qué está desaparecida el 85% de la información relativa al ámbito marítimo catalán, comercio, puertos de la costa y todo lo que tiene relación con ello desde antes del siglo XVIII y XIX?".
Aunque ya se conocía la existencia del puerto de Pals durante los siglos XVII y XVIII y existían noticias de su existencia en el siglo XIII, no fue hasta el hallazgo de Eva Sans que se pudo garantizar que dicho puerto estaba activo y operativo el mismo siglo que el descubridor Cristóbal Colón zarpó hacia el Nuevo Mundo, lo que avalaría que la villa ampurdanesa habría sido puerto de partida de las tres carabelas.
Eva Sans ya documentó en su día que el segundo viaje de Colón, con todos los catalanes de los que habla la historia oficial (Bernat Boïl, primer vicario de las Indias, el capitán militar Pere Margarit del Castell d’Empordà, entre otros) se llevó a cabo desde el puerto de Barcelona. En realidad, mantiene que "existe un gran desconocimiento sobre la marina catalana" y demuestra que en el siglo XIV los catalanes llegaban regularmente al canal de la Mancha y al Mar del Norte por un lado y al Senegal por otro, un siglo antes que los portugueses.
"Colón no se escondía, lo han escondido" sostiene Sans en línea con la teoría sobre la manipulación de la historia que ha impuesto durante años un determinado sector de historiadores adeptos a otros regímenes políticos, como viene a demostrar el investigador de Arenys de Mar, Jordi Bilbeny, que aporta más datos como la presencia de los hermanos Pinzón en la villa marinera del Empordà. Sobre la insistente actividad censora y falsificadora que, según él "aún está vigente" le sorprende que, veinte años después de haber iniciado sus investigaciones aún "haya gente que confunda la ignorancia con todo aquello que se puede conocer".
Artículo de F.C. García in La Vanguardia.
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