LUIS XIII "EL JUSTO"
REY DE FRANCIA & DE NAVARRA
1601 - 1643
FICHA TÉCNICA:
-Nacido el 27 de septiembre de 1601, en el Castillo Real de Fontainebleau.
-Hijo de: Enrique IV, Rey de Francia y de Navarra, y de María de Médicis, Princesa gran-ducal de Toscana.
-Proclamado rey de Francia y de Navarra el 14 de mayo de 1610, en París.
-Coronado el 20 de octubre de 1614, en la Catedral de Reims.
-Casado el 25 de octubre de 1615, en Burdeos, con la archiduquesa Ana de Austria, Infanta de España, hija del rey Felipe III de España y de Margarita de Austria.
-Hijos habidos: 2 varones =>
-Luis-Diosdado, Delfín de Francia (futuro Luis XIV), 1638-1715.
-Felipe, duque de Anjou y de Orléans, 1640-1701.
-Fallecido el 14 de mayo de 1643, en el Castillo Real de Saint-Germain-en-Laye.
Luis XIII: el Rey niño
La posteridad le otorgó el apodo de "el Justo", aunque el más apropiado sería el de "el Enigmático"; severo, austero en su modo de vestir (austeridad no exenta de majestad), aparentemente indolente, serio, cínico, su perfil psicológico se nos revela digno de interés. Luis tan solo tiene 9 años de edad cuando su padre Enrique IV muere apuñalado por François Ravaillac, el 14 de mayo de 1610. Éste había instituído, en previsión de su próxima campaña militar contra los Imperiales y Españoles, un Consejo de Regencia que su viuda, la intrigante y ambiciosa María de Médicis hace anular por el Parlamento de París. Declarada regente, gobierna rodeada de dos personajes florentinos inquietantes: su hermana de leche, Leonora Dori Galigaï, una escuálida enana epiléptica, y el marido de ésta, Concino Concini, dos aventureros devorados por sus ambiciones personales. Esos dos personajes subyugan a la soberana y detentan por ésta una enorme influencia en la corte francesa.
Grabado de 1610 reproduciendo la remembranza del asesinado rey Enrique IV en el Palacio del Louvre. / Abajo, coronación de la reina María de Médicis en la abadía de Saint-Denis.
Detalle de un retrato del rey Luis XIII de Francia y de Navarra con 9 años de edad.
Mal amado por una madre que no se preocupa por él, Luis es pegado por un si o por un no, crece en solitario con la única compañía de su servidumbre que se compadece sinceramente de su paupérrima condición de niño-rey tutelado. Sus únicas distracciones consisten en sus clases impartidas, sus ratos de juegos infantiles con sus soldados de plomo, bajo la vigilante mirada de su médico Héroard. Infancia triste en la que abundan desprecios y desaires públicos por parte de su progenitora y de los favoritos de ésta. Si ríe demasiado fuerte o salta en sus habitaciones, la Galigaï manda que se calle y que no arme jaleo, ya que sus aposentos se encuentran justo encima de los de aquella fea enana. Entre las mayores afrentas infligidas al niño-rey, ver como el valido Concino Concini se sentaba en su sillón durante las sesiones del Consejo de Ministros y que, sabedor de esto, Luis se presentase para protestar airadamente y verse automáticamente desautorizado por su madre de la forma más humillante que se pueda concebir, ante una atónita pléyade de ministros. Éste, sería uno de los principales motivos para que se colmase el vaso de la paciencia de Luis XIII.
LA REVOLUCIÓN DE PALACIO: caída del valido Concino Concini.
Retrato del valido Concino Concini, Marqués d'Ancre y Mariscal de Francia.
Apenas nueve meses después del fallecimiento de Enrique IV, el gran ministro Sully, protestante y hábil gerente de las finanzas y recursos del país, presenta su formal dimisión ante una regente que ha hecho de pies y manos para aislarle en el Consejo Real. El duque de Sully abandona sus cargos a principios de 1611, y se retira del escenario público con honores de hombre de Estado. Poco después, María de Médicis apuesta por un acercamiento político con Madrid y Viena, mediante el arreglo matrimonial de dos de sus hijos con infantes españoles: Luis XIII es prometido a la Infanta Ana de España, y su hermana Elisabeth al Príncipe de Asturias (futuro Felipe IV de España). Mientras, Concini, convertido en marqués d'Ancre y mariscal de Francia (sin haber jamás pisado un campo de batalla), practica una política de maquinaciones e intrigas mientras se entrega a un auténtico pillaje del Tesoro de manera tan descarada que los Grandes, los protestantes y el Pueblo Francés empiezan a soliviantarse y entran en guerra abierta contra la regencia. Pensando calmar las tensiones y la crispación generalizada, María de Médicis decide convocar los Estados Generales en 1614.
Luis XIII llega a su mayoría de edad al cumplir los 13 años y es coronado rey de Francia y de Navarra en la catedral de Reims en octubre de 1614. Una semana más tarde, se celebran los Estados Generales por última vez antes de 1789; éstos no llevan a ninguna medida importante y no hacen más que exacerbar los desacuerdos entre los tres Estados (Clero, Nobleza, Burguesía): experiencia que, por cierto, quedará olvidada en el siglo XVIII. Pero, en el momento de la clausura, un joven diputado del clero, obispo de Luçon, Armand-Jean du Plessis de Richelieu (el futuro Cardenal-Duque de Richelieu), sobresale y destaca a ojos de la regente María y de su valido Concini. Ya que éstos conservan el poder, pese a la mayoría de edad del adolescente Luis XIII, toman la acertada decisión de nombrarle secretario de Estado para la Guerra.
Corriendo el año 1615, en Burdeos, se celebra el doble matrimonio franco-español: Luis XIII desposa a la Infanta Ana de España y Elisabeth de Francia es desposada por Don Felipe, Príncipe de Asturias, sellando así una efímera paz entre Borbones y Habsburgos. El rey es mantenido alejado del poder, de las decisiones políticas por las intrigas, las maquinaciones de su madre y de los Concini aferrados a las riendas del poder. Dejado de lado, ignorado, excepto por su "mamá" adoptiva la reina Margot (primera esposa de su padre Enrique IV) y por su fiel médico Héroard, humillado por los complices de su madre, encuentra consuelo en su nueva amistad masculina teñida de afecto: Charles d'Albert, marqués de Luynes, su Halconero Mayor. Esta amistad, que algunos historiadores describirían como la primera experiencia homosexual de Luis XIII, le ayudará a tomar la decisión de salvar su reino de la corruptela, del caos y de la rapacidad de Concino Concini, mandando prenderle.
Fue el marqués d'Albert de Luynes, con el consentimiento regio, quien organizó junto con el Capitán de Guardias del Rey, marqués de Vitry y otras eminentes personas del entorno regio el asesinato del odiado florentino omnipotente y nepotista, sobre el puente principal del Palacio del Louvre. Cuando Concini se disponía a entrar en el recinto palatino, Vitry le interceptó con sus hombres y, adivinando o no una posible resistencia (Concini puso, en un acto reflejo, la mano en la empuñadura de su espada) tumbó al favorito con tres tiros -aunque la bala que le dió muerte, fue la que recibió entre ojo y ojo- hasta desfigurarlo y, ya muerto, los guardias le cosieron a cuchilladas vitoreando al Rey. El cadáver de Concini fue prestamente inhumado, casi en secreto, pero la noticia corrió de boca en boca por calles y callejuelas de la capital del Sena; los parisinos asaltaron la iglesia, levantaron la lápida y sacaron de su tumba el inerte cadáver del marqués d'Ancre para entregarse a una auténtica carnicería dantesca: lo desmembraron después de colgarle por los pies, lo destriparon y repartieron sus restos por todo París enseñándolos como trofeos. Hubo quien le arrancó el corazón y el hígado y los comió en medio de aquella orgía necrófila. París entera se había echado a la calle para acudir al Louvre para vitorear al Rey. Luis XIII tuvo que subirse a una mesa de billar para no ser atropellado por la turba y aparecer repetidas veces a la ventana para saludar a aquella multitud que rodeaba el palacio, provocando ovaciones en cascada.
El efecto sorpresa fue tal que la regente María de Médicis temió por su propia vida, convencida que estaba perdida y que su hijo mandaría matarla. La Guardia Real irrumpió en sus aposentos conminándole a que no saliera de ellos bajo ningún pretexto, por expresa orden del Rey: estaba bajo arresto hasta nueva orden. Leonora Galigaï intentó, por medio de sus criados, obtener la promesa de que la reina la protegería; María de Médicis, presa del pánico, se desentendió y solo repetía nerviosamente: -"¡Ya les advertí que debían marcharse de Francia! ¿Qué será de mi? Estoy perdida! Pobre de mi! pobre de mi!"
Pese a montar una auténtica barricada en sus habitaciones, para evitar que entrasen los guardias en ellas, Leonora Galigaï vió como éstos abatieron a hachazos sus puertas y la arrancaron de su cama con mucha violencia y gritos, donde se había echado escondiendo bajo su colchón todas sus sacos de oro y joyas acumuladas de sus muchos años de rapiña descontrolada. Arrestada, fue arrastrada hasta una carroza y llevada a una celda de la cárcel de La Conciergerie, en espera de su juicio por... brujería!
Toda la fortuna amasada por los Concini revertirá al marqués Charles d'Albert de Luynes, quien mandará fabricar o maquillar las pruebas que se aportarán en el juicio de la Galigaï, para acusarla formalmente de herejía y práctica de ciencias ocultas. Será condenada a la decapitación y su cadáver quemado en una pira hasta reducirlo a cenizas. Su ejecución atraerá nutrido público entorno al cadalso construido en la Plaza de Grève, en París. Ante tan gran asistencia, Leonora Galigaï pronunciará sus últimas palabras: "¡Cuanta gente para ver a una pobre afligida!"
De la privanza del Duque de Luynes a la del Cardenal de Richelieu
Retrato del Marqués Charles d'Albert, 1er Duque de Luynes (1578-1621).
Luis XIII, finalmente revelado a su dignidad de rey, exilia su madre en el castillo de Blois, cerca de Orléans. Su decisión es inapelable: por tres veces ha rehusado conceder una audiencia a María de Médicis. Ésta abandona el Palacio del Louvre acompañada por el obispo de Luçon, que también recibe la orden de dimitir de su puesto ministerial y exiliarse en Blois, pese a ser Primer Limosnero de la Reina Ana de Austria, esposa de Luis.
El Rey volverá a llamar a su lado a los antiguos ministros de su padre, con una excepción notable: la ausencia del Duque de Sully. También hay que subrayar que se libra a la influencia de su estimado Luynes, igual de perniciosa por los futuros abusos que cometerá, sin omitir la falta de visión política de la que hace gala y que provocará el descontento de los Grandes. Le promete nombrarle Primer Ministro de Francia, le concede el tan ansiado rango de duque y par, y las riendas del poder; sin embargo, de sus tres promesas, la de convertirle en primer ministro no la cumplirá jamás. En su defecto, le concede el rango de Condestable de Francia. Pese a la confianza depositada, Luis XIII comprenderá que el duque de Luynes no tiene madera de estadista y que si sigue en el poder, habrá otra revolución de palacio como la que hizo caer a Concini. La oportuna muerte de Luynes, en 1621, durante la campaña contra los protestantes del Mediodía francés, deja la vía libre a Richelieu, recientemente promovido cardenal tras haber servido de intermediario entre la reina María y Luis XIII para obtener una reconciliación tras un serio enfrentamiento armado. Richelieu ganará poco a poco la estima del desconfiado monarca, quien entreve en él auténtica madera de ministro. Le hace entrar en el Consejo Real en 1624 y gobierna con él en el marco de una sólida y creciente amistad, hasta 1642. Complementándose de manera admirable, Luis XIII y Richelieu luchan codo con codo contra todos aquellos que buscan debilitar el poder de la Corona, seriamente dañado durante la regencia materna. Contra la nobleza, Richelieu da certeros golpes interviniendo a la menor señal de "crimen de Estado" o de "conspiración" contra él mismo. Son necesarios castigos ejemplares: el Conde de Chalais, el Duque de Montmorency, el Marqués de Cinq-Mars, el Señor de Thou son sin duda las más célebres víctimas de su implacable política. Muchas intrigas son alimentadas por el propio hermano menor del rey, Gastón, duque de Orléans y por la incorregible reina-madre María de Médicis. Ésta intentará una última acción contra Richelieu en la llamada "Jornada de los Engaños"; su fracaso será estrepitoso y María deberá abandonar precipitadamente Francia para tomar el camino del exilio, refugiándose en Bruselas y luego en Colonia, donde fallecería en la más absoluta miseria en 1642.
Contra el poderío militar, económico y político de los protestantes, que conforman un Estado dentro del Estado, Luis XIII y Richelieu luchan con la misma tenacidad: inauguran un largo y difícil asedio alrededor de La Rochelle, capital fortificada de los hugonotes aliados con Inglaterra.
El reinado de Luis XIII consolida la autoridad real, poniendo en pie también una administración y un ejército moderno, prosiguiendo la dinámica política económica y cultural de Enrique IV y Sully. Ciertamente la peste golpea en casi todas las provincias de manera endémica, el frío glaciar rige todos los inviernos y las cosechas son desastrosas, aumentando los precios y provocando revueltas populares; el descontento va en aumento bajo la férrea autoridad del Cardenal de Richelieu, anunciando la Fronda y, a partir de 1635, la entrada de Francia en el conflicto de la Guerra de los Treinta Años hace que se aplique un régimen de guerra que suscita revueltas en todas partes. Pero los esfuerzos de una continuidad política cimentan, a largo término, las bases de la extraordinaria prosperidad de Francia a partir de la segunda mitad del siglo XVII. Figuras como las de Vicente de Paul y Louise de Marillac, toman relieve al intentar paliar las necesidades de enfermos, pobres y vagabundos.
El reinado de Luis XIII es también marcado por la constitución de un imperio colonial en el Canadá, en África y en las Antillas.
Luis XIII, enfermo y usado por la tuberculosis, muere a sus 42 años en Saint-Germain-en-Laye, el 14 de mayo de 1643. El 4 de diciembre de 1642, Richelieu había fallecido designando a Julio Mazarino como su sucesor en el Consejo Real.
Ana de Austria
Tempranamente casada, se puede decir que Ana de Austria, Infanta de España, no forma junto a Luis XIII una pareja unida. En el otoño de 1615, Luis XIII acude a Burdeos con su madre y la corte para celebrar su boda con la joven infanta. Llegado el día 7 de octubre, y en vez de esperar el encuentro oficial para conocer a su novia, Luis XIII se persona en Castres donde pasa el cortejo de la Infanta de España. Allí, Luis adelantará su carroza para descubrirla, sonriendole antes de ir a galope hacia Burdeos. La unión se celebra el 25 de octubre, pero su timidez y retraimiento, adquiridos durante su triste infancia de huérfano, no parecen atraer el amor de la devota Ana de Austria. Su unión permanecerá estéril a lo largo de 23 años, hasta el inesperado nacimiento del Delfín Luis-Diosdado de Francia, en 1638, y del príncipe Felipe en 1640.
Pero, en espera de esos dos felices acontecimientos, la reina Ana se ve totalmente apartada del poder por el Cardenal de Richelieu quien vierte sobre ella todo tipo de calumnias. Se deja arrastrar, por despecho, en la conspiración de "la Jornada de los Engaños", que enfrentó a los partidarios de la reina-madre María de Médicis a Richelieu. En plena guerra, el cardenal ordena confiscar toda su correspondencia privada mantenida con su familia de España, acusándola de revelar secretos de Estado a su hermano el rey Felipe IV. Afortunadamente, el rey volverá hacia ella deseoso de conciliar la paz matrimonial y la esperanza de un nacimiento que dé un heredero al trono. En esa época, Luis XIII ha declarado previamente Francia bajo protectorado de la Santísima Virgen.
Cuando fallece el rey, que ella cuida con devoción durante su agonía, deja una viuda de 42 años de edad. Ana no ha conocido ternura ni cariño al lado de un esposo severo y celoso; pero sin duda vivió un amor platónico con George Villiers, duque de Buckingham, entonces primer ministro de Inglaterra. Es quizás por eso que en ella creció la estima por Mazarino quien, según Richelieu, se parecía muchísimo al galán inglés. Siendo regente de Francia, confía a Mazarino el gobierno poniéndole al timón del Consejo de Regencia. Luego, tras transmitir a su hijo Luis XIV una realeza reforzada al final de la tormenta de la Fronda y de la Guerra de los Treinta Años, Ana se retira en la Abadía del Val-de-Grâce que hizo levantar en el emplazamiento del Hôtel del Petit-Bourbon. Pero será en el Palacio del Louvre donde fallecería de un cáncer de mama en 1666.
Cronología de un reinado
1610-Asesinato de Enrique IV; proclamación de Luis XIII como rey de Francia y de Navarra. Regencia de la reina viuda María de Médicis.
1614-Declaración de mayoría de edad de Luis XIII. Prosigue en el gobierno María de Médicis y su valido Concino Concini.
Coronación de Luis XIII en la catedral de Reims.
Reunión de los Estados Generales. Ascenso de Armand-Jean du Plessis de Richelieu, obispo de Luçon, al puesto de Secretario de Estado para la Guerra.
1615-Boda de Luis XIII de Francia con Ana de Austria, Infanta de España.
1617-Golpe de Estado de Luis XIII: asesinato del valido Concino Concini y exilio de la reina-madre María de Médicis.
Privanza del Duque de Luynes (1617-1621).
1619-Guerra entre Luis XIII y los partidarios de María de Médicis. Se firma la paz en 1620 gracias a la mediación de Richelieu.
1621-Muerte del Duque de Luynes durante la campaña militar en el Mediodía contra los hugonotes alzados en armas.
1622-Paz de Montpellier, en la que se reduce el potencial militar de los protestantes franceses.
1624-El Cardenal-Duque de Richelieu entra en el Consejo Real, convirtiéndose en el principal ministro de Luis XIII.
1625-Segunda guerra contra los protestantes.
1626-Conspiración del Marqués de Chalais.
1627-Asedio de la plaza protestante de La Rochelle por Luis XIII y Richelieu.
1628-Rendición de La Rochelle.
1629-Paz de Alès, en la que Luis XIII confirma la libertad de culto protestante pero suprime las plazas fuertes.
Guerra de Sucesión del Ducado de Mantúa: enfrentamiento entre Francia y España; intervención militar francesa en el Norte de Italia. Ocupación de Saboya.
1630-Jornada de los Engaños: conspiración de María de Médicis para apartar a Richelieu del poder.
Exilio de María de Médicis en Bruselas.
1632-Revuelta del Duque de Montmorency.
1635-Creación de la Academia Francesa, bajo patronato del Cardenal de Richelieu.
Francia entra en la Guerra de los Treinta Años, al lado de los Príncipes protestantes alemanes contra los Imperiales.
Ocupación de los condados de Artois y del Rosellón, posesiones de la Corona Española.
1638-Nacimiento del 1er hijo y heredero de Luis XIII: Luis Diosdado, Delfín de Francia.
1640-Nacimiento del 2º hijo de Luis XIII: Felipe de Francia, duque de Anjou.
1642-Conspiración del Marqués de Cinq-Mars.
Fallecimiento del Cardenal de Richelieu.
Muerte de María de Médicis en la ciudad alemana de Colonia.
El Cardenal Mazarino asume la jefatura del Consejo Real, sucediendo a Richelieu al frente del Gobierno.
1643-Muerte de Luis XIII.
Proclamación de Luis XIV; regencia de la reina Ana de Austria.
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