Una mujer muy hermosa pero muy necia decía un día a la Condesa de Genlis:
-No podéis suponer, señora, lo que me molestan mis admiradores. No sé cómo quitármelos de encima.
-Podéis libraros de ellos con facilidad. Basta con que empecéis a hablar.
Anécdota de: Stéphanie Félicitée du Crest de Saint-Aubin, Condesa de Genlis y Marquesa de Sillery, pedagoga y escritora (1746-1830).
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