Una noble dama francesa del siglo XVII cuyo nombre no nos ha llegado, dijo un día a su doncella:
-"Catherine, el reloj se ha parado. Id al jardín a ver la hora que marca en el cuadrante solar."
-"Voy ahora mismo, Madame."
Cinco minutos después, la criada entra de nuevo llevando en su delantal el reloj solar:
-"A fe mía, Madame, no entiendo nada de esas máquinas: ¡vea usted misma!"
Anécdota del Siglo XVII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario