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domingo, 1 de julio de 2012

Anécdotas Históricas -173-



En el curso de una visita oficial del kaiser Guillermo II de Alemania a Londres, haciendo de cicerone su tío carnal el rey Eduardo VII, ambos tuvieron que desfilar por las calles de la capital en carruaje. Ni tío ni sobrino se llevaban bien pero, de cara a la galería y ante tan nutrido público, ambos fingieron mantener una conversación tan amistosa como animada. En un momento dado, uno de los caballos que tiraban del carruaje de Estado en el que viajaban los dos soberanos, se relajó liberando un nauseabundo pedo que envolvió todo el coche y los alrededores. Ni el rey ni el emperador se inmutaron, fingiendo que no se habían percatado del desagradable olor. Al segundo y sonoro pedo caballuno, Eduardo VII se vio en la obligación de presentar disculpas a su sobrino prusiano. Guillermo II interrumpió a su tío:

-"Querido tío Bertie, por favor, no hace falta hablar de ello; estoy convencido que ha sido uno de los caballos."

Anécdota de: Eduardo VII, Rey de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperador de la India (1841-1910) & Guillermo II, Rey de Prusia y Emperador de Alemania (1859-1941).

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