Tras la victoriosa batalla de Ivry, en 1589, el rey Enrique IV de Francia conoce a la bella y piadosa Antoinette de Pons-Ribérac, Marquesa de Guercheville, viuda desde hacía tres años del Conde de La Roche-Guyon. El monarca con fama de conquistador y mujeriego, cae repentinamente prendado de ella y no tarda en hacérselo saber. Ante la propuesta de convertirse en su amante, la marquesa le responde con una ingeniosa negativa:
-"Sire, no soy de una casa lo suficientemente buena para ser vuestra esposa, pero sí soy de una casa demasiado buena para ser vuestra amante."
Anécdota de: Antoinette de Pons-Ribérac, Condesa Vda. de La Roche-Guyon, Marquesa de Guercheville (1570-1632).
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