"Paco Natillas"
Francisco de Asís de Borbón y Borbón-Dos-Sicilias, 2º Duque de Cádiz (1822-1902), fue el rey consorte de España tras contraer matrimonio con su prima Isabel II, Reina de las Españas (1830-1904). Los madrileños, siempre al tanto de los trapitos sucios de la corte -difundidos por cortesanos y criados de palacio-, se hicieron eco de su homosexualidad y de su proverbial amaneramiento desde la famosa y catastrófica noche de bodas gracias a la bocazas de Isabel II. Pronto corrió por Madrid y alrededores una cancioncilla sobre Don Francisco de Asís, que rezaba así: "Paco Natillas es de pasta flora y se mea en cuclillas como una señora". La frase burlona hacía referencia al hecho de que el rey consorte se había hecho instalar un váter en sus aposentos y que siempre meaba sentado. De hecho, había una razón de peso: el real consorte padecía hipospadias peneana y, en consecuencia, estaba obligado a hacer pipí sentado si no quería hacerse encima. Ese defecto de nacimiento en su miembro viril consistía en una malformación del conducto urinario que, en vez de expulsar la orina normalmente, lo hacía a mitad de camino, entre el escroto y el glande, cosa que no facilitaba para nada que orinase de pie como el resto de los hombres.
Francisco de Asís de Borbón y Borbón-Dos-Sicilias, 2º Duque de Cádiz (1822-1902), fue el rey consorte de España tras contraer matrimonio con su prima Isabel II, Reina de las Españas (1830-1904). Los madrileños, siempre al tanto de los trapitos sucios de la corte -difundidos por cortesanos y criados de palacio-, se hicieron eco de su homosexualidad y de su proverbial amaneramiento desde la famosa y catastrófica noche de bodas gracias a la bocazas de Isabel II. Pronto corrió por Madrid y alrededores una cancioncilla sobre Don Francisco de Asís, que rezaba así: "Paco Natillas es de pasta flora y se mea en cuclillas como una señora". La frase burlona hacía referencia al hecho de que el rey consorte se había hecho instalar un váter en sus aposentos y que siempre meaba sentado. De hecho, había una razón de peso: el real consorte padecía hipospadias peneana y, en consecuencia, estaba obligado a hacer pipí sentado si no quería hacerse encima. Ese defecto de nacimiento en su miembro viril consistía en una malformación del conducto urinario que, en vez de expulsar la orina normalmente, lo hacía a mitad de camino, entre el escroto y el glande, cosa que no facilitaba para nada que orinase de pie como el resto de los hombres.
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