"Problema de volumen"
El rey Federico I de Württemberg (1754-1816), por culpa de su desmesurado apetito, llegó a alcanzar tal gordura que su oronda y voluminosa barriga (tenía una estatura de 211 cms. y un peso de 200 kgs.) le impedía sentarse normalmente a una mesa para comer. Ante el engorroso problema del monarca, no hubo otro remedio que proporcionarle mesas especiales que, en el lado donde se sentaba, tenían un espacio en forma de semicírculo de 180º que casaba perfectamente con el barrigón regio y permitía, por fin, a Federico I llegar a su plato y sus cubiertos sin tener que estirar los brazos.
El rey Federico I de Württemberg (1754-1816), por culpa de su desmesurado apetito, llegó a alcanzar tal gordura que su oronda y voluminosa barriga (tenía una estatura de 211 cms. y un peso de 200 kgs.) le impedía sentarse normalmente a una mesa para comer. Ante el engorroso problema del monarca, no hubo otro remedio que proporcionarle mesas especiales que, en el lado donde se sentaba, tenían un espacio en forma de semicírculo de 180º que casaba perfectamente con el barrigón regio y permitía, por fin, a Federico I llegar a su plato y sus cubiertos sin tener que estirar los brazos.
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