Poco después de que la reina Victoria I prohibiera terminantemente fumar en todas las residencias reales, sus hijos varones, amantes empedernidos del tabaco, se apropiaron de un salón del Castillo de Windsor para convertirlo en su fumadero secreto donde poder fumar, tomarse una copa y hablar distendidamente lejos de la mirada de la soberana y de sus hermanas y esposas.
Un buen día, los príncipes se enteraron de que la reina tenía la intención de inspeccionar todas y cada una de las habitaciones y estancias del castillo. Ante la noticia de la inspección real, cundió el pánico entre los hijos, viendo que era inevitable que se descubriera su habitación secreta; hasta que al Príncipe de Gales se le ocurrió mandar que colgaran encima de la puerta del fumadero secreto, un letrero con las iniciales W.C. (del inglés Water Closet = cuarto de baño o retrete).
Y, efectivamente, el día en que la reina Victoria llevó a cabo su minuciosa inspección por todas las estancias del castillo, pasó de largo al ver aquellas iniciales encima de esa puerta.
Anécdota de: Victoria I, Reina de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperatriz de la India (1819-1901).
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