Napoleón I siempre brilló por su falta de tacto, de delicadeza, de galantería y sus comentarios eran harto hirientes e insultantes para las damas de su corte, juzgados nada apropiados por sus contemporáneos. Nunca faltaba en fustigar a cualquiera, incluso durante las grandes veladas organizadas en Las Tulerías. Reflexiones tales como "(...) Este vestido está sucio. ¿Es que nunca os cambiáis?" o esta otra, "(...)¡Menuda decepción! Y pensar que me habían asegurado que era usted hermosa..." solían brotar de su boca sin que sus víctimas osasen darle la réplica merecida.
Solo una de sus víctimas osó replicarle y dejarle sin habla: Aimée de Coigny, ex duquesa de Fleury y ex condesa de Montrond, dos veces divorciada, muy atractiva, cultísima y admirada, irresistible para el sexo masculino, cosa que aprovechó sin por ello perder su independencia.
Una noche y ante toda la corte, viendo a Madame de Coigny, el emperador le espetó brutalmente, haciendo alusión a su reputación:
-"Madame de Coigny, ¿Aún seguís amando tanto a los hombres?"
-"Si, Sire. Cuando son educados."
Anécdota de: Anne-Françoise-Aimée de Franquetot de Coigny, Duquesa de Fleury, Condesa de Montrond y luego "Madame de Coigny" (1769-1820), memorialista.
Interesante y divertida anécdota!!!!
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