lunes, 23 de diciembre de 2019

ACTUALIDAD: El Bochornoso Show Español en el Parlamento Europeo


LA ARROGANCIA CASTELLANA ARRUINA A ESPAÑA



La noticia no trascendió al público español, gracias a las malas artes de los dueños de los medios de comunicación nacionales, -que adoptan el papel de auténtica guardia pretoriana del régimen del 78 difundiendo mentiras y fomentando la incultura política entre los españoles-, pero al otro lado de los Pirineos, ya todo el mundo ha leído el relato de la bochornosa actitud de los representantes españoles en Bruselas que precedió el levantamiento de veto contra Carles Puigdemont y Toni Comín en la sede europarlamentaria, tras saberse la sentencia del TJUE a favor de Oriol Junqueras y reconociendo su inmunidad con efecto retroactivo. De hecho, es la segunda noticia más leída.

El solo hecho de leer el artículo del diario “Libération” titulado “Crise de nerfs Espagnole à Strasbourg / Ataque de nervios español en Estrasburgo”, da vergüenza ajena. Pero, ¿qué tipo de gentuza se ha colado e infiltrado en las instituciones europeas? Se pregunta legítimamente uno al leer el relato. El diario parisino ha reconstruido minuciosamente la presión, llevada al límite, que aplicaron los representantes de Madrid para evitar, in extremis, que tanto Puigdemont como Comín fuesen acreditados como eurodiputados en el Europarlamento. Los hechos se desencadenan cuando salta la noticia de la sentencia del tribunal de Luxemburgo. El corresponsal francés del diario en Bruselas, explica que una parte de la administración del Parlamento Europeo, infiltrada en demasía* por funcionarios españoles a las órdenes de Madrid, igual que en la Comisión, exige que la cuestión sea, de entrada, retrasada lo más que se pueda con el pretexto de ser estudiada por el servicio jurídico (que ya había incurrido en irregularidades y fraude contra los diputados catalanes bajo las órdenes del corrupto Tajani), antes de adoptar una posición y aplicarse la sentencia. Hablando en plata, los españoles pretendían groseramente bloquear de facto y sine die la aplicación de la sentencia del TJUE. Ahora se explica por qué el Parlamento y la Comisión, trufados de “agentes” españolísimos, dieron su apoyo a España delante del TJUE. Pero la cosa se torció para los intereses españoles, ya que se toparon con un nuevo presidente de la Eurocámara, David Sassoli que, si bien es italiano como su infausto y avergonzador predecesor, es partidario de acabar con las intromisiones y arbitrariedades de los estados miembros. De hecho, la decisión del tribunal de Luxemburgo ha sido una buena noticia para el Europarlamento, que así se libera de las interferencias espurias y demás arbitrariedades como ese exigido juramento a la constitución española que choca frontalmente y es incompatible con el ordenamiento jurídico europeo. Y como la norma europea está por encima de la española, la deja como lo que es y siempre ha sido: una disposición ilegal e inaceptable, invalidada.

Es entonces cuando la presidenta del grupo Socialista, la española Iratxe García, exige reunirse con el presidente David Sassoli antes de que éste dé la noticia ante el Parlamento. Cuando ésta comprende que Sassoli no cambiará de parecer y no cederá ante las presiones y las estrafalarias exigencias españolas, Iratxe García pierde literalmente los papeles ante Sassoli, espetándole a voz en grito “¡Tú no puedes hacer esto a España!¿te das cuenta de lo que vas a hacer?”. Acto seguido, viendo que ya no tiene nada que hacer, por impotencia y despecho, una rabiosa Iratxe García echando espumarajos por la boca, lanza los dosieres a los pies del presidente. Éste, impávido ante las violentas invectivas y malas maneras de la española, no se doblega ante sus amenazas y comparece para dar la noticia, advirtiendo a España que aplique la sentencia. El tono de Sassoli transpira enfado con España. La sentencia del TJUE se respetará, se aplicará y reconocerá inmediatamente y de forma pública. Lo que no cuenta el periodista es que, justo antes de que apareciera el presidente Sassoli, Josep Borrell, cabreado como una mona, batió retirada por la puerta trasera: abandonó el hemiciclo visiblemente humillado, enfadado y despotricando (¡cómo no!) del presidente. Su "España Global" acababa de acusar una derrota en toda regla. La misma tarde, Sassoli otorgaba las acreditaciones a Carles Puigdemont y a Toni Comín como eurodiputados.

Pero el esperpéntico espectáculo de los representantes españoles no se para ahí. Acaban cubriéndose de gloria intentando, de manera harto patética como infructuosa, impedir que los eurodiputados catalanes sean fotografiados por la prensa dentro del hemiciclo del Parlamento Europeo y que luzcan sus distintivos. Fracasan estrepitosamente y se consume entonces el naufragio español en aguas europeas. No hay mejor muestra del odio visceral e irrefrenable de estos representantes españoles, que les lleva a perder las formas, sin caer en la cuenta que afean y hunden al país que representan. Otra cosa: la evidente falta de respeto de la representante española Iratxe García hacia el Presidente Sassoli, pone en relieve una concepción patrimonial de la UE que no se corresponde con la realidad.

¿De dónde diablos sacaron a esta impresentable socialista? ¿Fue en la Universidad de Valladolid dónde le enseñaron a comportarse así en los despachos? ¿Como una mujer zafia, malencarada? Parece un Borrell con faldas, porque no encuentro gran diferencia entre uno y otro personaje en su forma de mal llevar las contrariedades. No saben qué quiere decir y en qué consiste el fair play. Ni hablemos de diplomacia. 



Cuando se hizo pública la sentencia del TJUE reconociendo la inmunidad de Junqueras desde su elección, y de rebote la de Puigdemont y Comín, estallaron las castizas cabezas de políticos, magistrados, policías, militares,  tertulianos y periodistas españolísimos. Las explosiones fueron en cascada. El efecto dominó hundió bajo el Tsunami catalán la certeza de que España aún tenía la sartén por el mango en Bruselas. Pero el trío corrupto formado por Tajani, Tusk y Juncker, debidamente comprados y cebados por Madrid, fue barrido y sustituido por otro que ya está harto de la arrogancia de los pedigüeños/corruptores mesetarios. La tortilla ha dado la vuelta y la época de los paños calientes con Madrid ha pasado. La justicia española se ha retratado solita al convertirse en un tribunal inquisidor, igual que sus cuerpos de seguridad salpicados por el perjurio, la violencia gratuita y la sangre de sus víctimas torturadas, igual que su clase política, su ejército, su prensa y su monarquía que dan protección y alas al renacimiento fascista en España, gran enemigo de la Unión Europea y apóstol de la autarquía franquista.


La ahora llamada “doctrina Junqueras” ha sentado un precedente que ha torpedeado y hecho añicos la línea de flotación del nacionalismo español. También ha supuesto una cascada de hostias como panes para los endiosados y muy politizados jueces de su Tribunal Supremo, de su fiscalía general y de su coro de enardecidos hooligans desneuronados. Más que España, es Castilla, que pretende pertenecer al club europeo pero sin doblegarse a sus reglas. Imponer las suyas si acaso. Solo quiere sus ventajas y ninguna restricción a sus pretensiones**. Quiere ser europea más que nada para “cortar el bacalao” y para figurar en el ajedrez de la unión como si fuera una pieza importante (espejismos ambos), pero no está dispuesta a renunciar a su esencia francocasposa que pretende perpetuar los tiempos del NO-DO y al establishment franquista. Segundas partes nunca fueron buenas, y más en el caso de la prolongación de un régimen instaurado por un tirano y prolongado por sus hechuras de sangre real, ya impopulares representantes de una dinastía de dudosa ascendencia. Atada y bien atada estuvo España, pero las ataduras, como todo, se desgastan y acaban por romperse por ese afán de tensarlas década tras década.

El TJUE les ha abollado el orgullo de un mazazo. Ha reventado algunos eslabones de las pesadas cadenas que amarran España al pasado. Son arrogantes, no pueden evitarlo. Se comportan como niños consentidos y hasta ahora nadie les había parado los pies. Por eso ahora se han vuelto unos furibundos anti-europeos de la noche a la mañana. La “Doctrina Junqueras” ha humillado a toda la élite filofranquista en su guerra sin cuartel ni honor contra los independentistas catalanes. “Puta Europa” gritan ahora ultrajados políticos y periodistas rebosantes de bilis. A buenas horas. Claman por un brexit a la española, un “Spexit” (que uno se pregunta por qué no se dice Spainexit, en vez de utilizar el nombre de un medicamento), porque no admiten haber perdido la batalla del Europarlamento, ni admiten que el tribunal de Luxemburgo les diga a su Tribunal Supremo que ha prevaricado, falseado, trampeado, que ha cometido atropello deliberado contra los presos políticos catalanes, que han vulnerado los derechos políticos de sus víctimas, que han violado la inmunidad europarlamentaria y encarcelado arbitrariamente retorciendo leyes por motivos puramente políticos. Hay que comprender cómo se deben de sentir cuando alguien les dice que su “consolidada democracia” es más bien, en todo su conjunto, una guarrada que es necesario coger con pinzas, que ya toca higienizarla, sanearla, limpiarla, reformarla, mejorarla, europeizarla, porque pronto se lo sugerirán los hombres de negro agitando su larga lista de deudas contraídas e impagables.

En cualquier caso, el Spexit nunca tendrá lugar y España no podrá independizarse de Europa por su cara bonita. España ya no pertenece a los españoles sencillamente porque sus gobernantes la han hipotecado repetidas veces, aparte de haberla saqueado hasta lo indecible. Debe el doble o el triple de lo que vale y no tiene con qué pagar si los catalanes la plantan. España es una empresa en quiebra que pronto entrará en suspensión de pagos. Tampoco es cierto que Madrid esté por delante de Catalunya en cuanto a producción de riqueza, eso es hacer trampas al solitario y se ha convertido en una malsana y fea costumbre en España: mentir y creerse sus propias mentiras. Y las mentiras tienen las patas muy cortas. No le auguro nada bueno en el futuro, eso si le queda algo de futuro como país.

Notas:
(*)_España sólo representa el 8% en la U.E., sin embargo el funcionariado español, que es abiertamente catalanófobo en Bruselas o en Estrasburgo, ha invadido las instituciones europeas doblando incomprensiblemente ese porcentaje (16%), lo que seguramente es criticado y mal visto por los demás estados miembros dada la inaudita e incomprensible sobrerrepresentación de España. 

(**)_Hasta la fecha de diciembre de 2018, España es el estado miembro con más expedientes abiertos por infracciones en la UE: 97 en total. Pero la cifra ya se ha superado en 2019. Eso se debe a que España no aplica o aplica demasiado tarde y de mala gana las directivas europeas, cuando no las infringe. Esas infracciones conllevan multas millonarias que el gobierno español se guarda muy mucho de publicitar a ojos de sus conciudadanos.


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