sábado, 16 de noviembre de 2013

CURIOSIDADES -118-

"Tacones Rojos"



París, 1662. El veinteañero Príncipe Felipe de Francia, Duque de Orléans y hermano del rey Luis XIV, da el tono en la corte en cuanto a moda se refiere. Hasta tal punto, que la menor de sus locuras estilísticas es inmediatamente imitada por todos los cortesanos. Entre todas las fantasías de "Monsieur", una jugará un papel capital en los códigos de la corte del Rey-Sol.

Felipe de Francia es un alegre joven que adora encanallarse en los bailes públicos parisinos pero, harto del protocolo impuesto por su real presencia, decide simplemente acudir con sus comparsas al Mercado de los Inocentes, donde allí nadie le reconoce y en el que puede divertirse sin ser importunado. En ese mismo mercado se encuentran los mataderos y, por sus calles colindantes, corren habitualmente riachuelos de sangre de buey, cerdo y cordero entre otras viandas comestibles, por lo que es inevitable ensuciarse los zapatos con el precioso líquido de la vida.

 
Retrato del Príncipe Felipe de Francia, Duque de Orléans (1640-1701), según Pierre Mignard.


Al volver al alba de su juerga en el barrio popular, se topa con un ujier de la cámara que le transmite la orden de presentarse en el Consejo del Rey. Antes de sentarse en el Consejo, Monsieur se asea un poco por encima pero no se acuerda de cambiar de zapatos, teniendo las suelas y tacones totalmente bañados en sangre, y se presenta de esta guisa ante todos los ministros y su hermano el rey.

Nada más salir del Consejo del Rey, ministros y cortesanos que se han fijado maravillados en los tacones encarnados de Monsieur, se lanzan en una loca carrera a contrarreloj a por los zapateros de la capital. Llueven los encargos y los primeros tacones rojos aparecen la misma noche, durante el Juego del Rey, para mayor sorpresa del divertido Duque de Orléans.

A partir de aquella noche, el tacón rojo se convirtió en el símbolo de la nobleza cortesana y fue inmediatamente adoptado por el rey, por todos los miembros de la familia real obviamente, y por los altos dignatarios de la corte. Luis XIV acabaría por restringir el uso del tacón rojo, convirtiéndolo en una prerrogativa de su persona, de los príncipes reales y de los Pares del Reino.

La moda y el uso de los tacones rojos, lanzada casualmente por el Duque de Orléans, se mantendría invariablemente hasta 1789, cuando estalló la Revolución Francesa.

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