domingo, 8 de julio de 2012

CURIOSIDADES -49-



Paul Deschanel (1855-1922), 10º Presidente de la IIIª República Francesa entre el 18 de febrero y el 21 de septiembre de 1920 -tan solo 7 meses-, soportó mal los inconvenientes de su cargo. Era a menudo preso de ataques de angustia por culpa de sus obligaciones oficiales como Jefe de Estado, y sufría de manera crónica depresión y ansiedad, puede que acentuados por su palpable "inutilidad" y falta de poder de decisión en las cuestiones de Estado ya que, en realidad, el poder ejecutivo se concentraba en manos del presidente del Consejo de Ministros. A esto se sumó el descrédito resultante de los rumores malintencionados que la prensa de entonces se complació en difundir entre la opinión pública, como sus supuestos baños con los patos en el lago artificial del Palacio del Elíseo, con las carpas del lago del Castillo de Rambouillet o que se le encontrara un día encaramado a un árbol de los jardines Elíseos.

El episodio más célebre de su mala prensa fue su accidental caída del tren presidencial la noche del 23 de mayo de 1920, a las 23h15, en el curso de un viaje hasta la localidad de Montbrison; por ahogo o por culpa de un estado de semi-inconsciencia causado por la ingesta de un calmante, el presidente cae por la ventanilla y es encontrado casualmente por un obrero de los ferrocarriles, ensangrentado y en pijama sin ningún documento que pueda acreditar su identidad. En el tren presidencial, el séquito capitaneado por el ministro del Interior Théodore Steeg, no se percata de la desaparición del Presidente hasta las 7 de la mañana, poco antes de llegar a la estación de Roanne.
Aquel incidente dio pie a la prensa de la época para publicar caricaturas a menudo crueles e inspiró a no pocos cancioneros populares.

Hastiado y enfermo, acabó presentando su dimisión formal e inapelable al presidente del Consejo, pese a las presiones de su entorno que frenaron, en meses anteriores, sus reiterados intentos de dimitir del cargo. Al día siguiente de su marcha del Palacio del Elíseo, se internó en una casa de reposo de Rueil-Malmaison y recobró milagrosamente la salud. Pese a su evidente capacidad intelectual y su coherencia, el rumor de su supuesta demencia persistió hasta el final, lo que no impidió que fuera elegido senador en 1921 y presidente de la comisión de los Asuntos Exteriores para el Senado en 1922. Al poco, falleció de pleuresía.

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