miércoles, 28 de marzo de 2012

Anécdotas Históricas -131-



La aristocrática moda de los carruajes tirados por seis u ocho caballos, surgió a raíz de un accidente que casi cuesta la vida al rey Enrique IV de Francia, a la reina María de Médicis y al Duque de Vendôme...

Medalla con las efigies de Enrique IV y María de Médicis, Reyes de Francia y de Navarra.


El 9 de junio de 1606, en la localidad de Neuilly, cerca de París, la real pareja y su comitiva se disponían a cruzar el Sena a bordo de una gran barcaza cuando, de repente, asustados o mal conducidos, los caballos cayeron al agua volcando y arrastrando con ellos el coche y la barcaza que los llevaba, a las profundidades del río. De poco fue que, tanto el rey como la reina y el joven duque, perecieran ahogados; fueron salvados in extremis.



Después de aquella horrible experiencia, Enrique IV dispuso que su carruaje siempre fuera tirado por seis caballos en vez de los cuatro que se acostumbraba, y que en uno de los equinos de cabeza montase siempre un postillón para dirigirlos con más eficacia y pericia. La medida real, mal interpretada por la nobleza como una demostración de ostentación y lujo, fue rápidamente imitada por los Grandes quienes, a partir de ese momento, siempre salían de sus residencias en carrozas tiradas por seis caballos; esa innovación dio paso a lo que pronto se llamó "grand attelage à la française" (gran yunta a la francesa), con un coche tirado por ocho caballos y que fue adoptado por los soberanos de otros países europeos.

Anécdota de: Enrique IV, Rey de Francia y de Navarra (1553-1610).

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