jueves, 28 de julio de 2011

LA AMAZONA DE LORENA

ALBERTA-BARBARA D'ERNECOURT

DAMA DE SAINT-BASLEMONT

1606 - 1660



"LA AMAZONA DE LORENA"

Nacida en 1606, hija única de Simón II d'Ernecourt, gentilhombre del duque de Lorena, y de Marguerite Housse de Watronville, Alberta-Bárbara d'Ernecourt hereda varios feudos del ducado. Confiada a su tía la baronesa d'Etrepy, que le otorgará una educación refinada uniendo la economía doméstica a la cultura humanista, sin olvidar el arte de la caza y de la equitación. A sus dieciséis años, su padre la casa con un caballero lorenés de rancio abolengo pero sin pecunio, Jean-Jacques de Haraucourt, señor de Saint-Baslemont (cerca de Contrexéville), favorito del duque Carlos IV. La pareja residiría entonces sobre las tierras de la joven desposada, en el castillo de Neuville-en-Verdunois, dónde su marido le comunicaría sus dos únicas pasiones: los caballos y la guerra. En la carrera de las armas se entregará con ardor al lado del príncipe, mientras que la administración de su esposa permite saldar los exorbitantes rescates exigidos por los Franceses, que le capturan por dos veces: en 1632 y en 1633.


Retrato ecuestre del Duque Carlos IV de Lorena (1604-1675), según C. Deruet.


Haraucourt va siguiendo los pasos del duque de Lorena, que combate en Alemania junto con los Imperiales, mientras la duquesa conserva a sus vasallos en el marco de una paz dentro de una región devastada por el ocupante francés, Alberta-Bárbara d'Ernecourt, Dama de Saint-Baslemont, ordena fortificar su feudo, constituye una milicia instruída por un joven oficial reformado recomendado por su marido y, segura de su magnífica caballeriza, consigue hacer de su señorío un auténtico Estado en miniatura. Allí acoge a los campesinos de los pueblos cercanos y a los mejores artesanos del ducado de Bar, que trabajan en paz y sin impuestos en este oasis de prosperidad, con la única condición de servir en su ejército en caso de necesidad. Los franceses serán derrotados con rapidez, pero la defensa se revelerá mucho más ardua contra los mercenarios Lorenos e Imperiales, y de los Croatas quienes, abandonados por sus generales tras la derrota de los franceses en Magúncia (1635), penetran en el país de Bar, matando y saqueando.


Busto de Manassès de Pas, Marqués de Feuquières (1590-1639), gobernador de Verdún.


Con traje de hombre, la dama de Saint-Baslemont pone en práctica su ciencia de la guerra y su ejército, gracias a todo tipo de engaños, consigue contener victoriosamente al enemigo, al que aterroriza con sus fulgurantes cargas de caballería. Yendo más allá de sus límites, irá hasta socorrer las plazas de Bar y de Verdún, escoltando los convoyes de víveres y provocando la admiración del gobernador de Verdún, el marqués de Feuquières, quien suplicará al rey poner bajo su mando una unidad militar acuartelada en Neuville. Pero la dama de Saint-Baslemont rehusará la oferta del rey Luis XIII, invocando su libertad.

Retrato del rey Luis XIII de Francia y de Navarra en 1639, según Champaigne.


En 1644, Alberta-Bárbara pierde a su hijo, víctima de la peste, y su marido cae muerto en combate en Alemania. Un entorno envidioso y malévolo imputará esa doble desgracia a un castigo celestial provocado por sus ropajes masculinos y su actividad guerrera que ejerce, ciertamente, con mucha pasión. Impresionada, se limita entonces a proteger de los "Corbatas" (Croatas) el santuario vecino de Benoîte-Vaux, a veces al frente de su ejército alineado para la batalla, sin dejar de dar escolta a los convoyes que se dirigen a Verdún. Los capitanes franceses, para rendirle homenaje, la hacen retratar por el pintor Claude Deruet en el centro de un inmenso lienzo que representa sus hazañas.

Grabado representando a la Dama de Saint-Baslemont a caballo y vestida de hombre.


En su castillo, la dama de Saint-Baslemont se entrega a actividades literarias y artísticas para educar a sus vasallos. Propietaria de una rica biblioteca, conocedora de literatura antigua, patrológica y hasta gnóstica, lectora de los Jesuitas Bolandistas, escribe libros piadosos (de entre los cuales, un "Examen de Consciencia" de gran difusión en su época) y santas tragedias casi todas desaparecidas hoy en día. También compuso motetos para el coro de su capilla. Cuando Lorena es librada al temible gobierno del duque de La Ferté-Saint-Nectaire, que arruina los Tres-Obispados (Trois-Évêchés), la dama de Saint-Baslemont tampoco escapa a las confiscaciones: le requisa todos sus bienes, caballos, ganados, muebles, y le priva de sus mejores criados, obligándole a permanecer en su castillo a lo largo de cuatro interminables años cual una sombra en su propia casa ocupada. Afectada por la enfermedad y por la rabia causada por su impotencia, herida en su honor, se convierte en monja clarisa en Bar-le-Duc, pero su salud no pudiendo resistir semejante régimen, regresa a su casa para morir allí el año siguiente, el 22 de mayo de 1660. Deja tras de si a una única hija, Marie-Claude de Haraucourt, casada desde 1646 con Louis des Armoises de Jaulny, señor de Commercy.

Rapidamente caída en el olvido gracias a la influencia mundana y machista que desconsidera a las "mujeres de carácter", Madame de Saint-Baslemont tan solo sigue siendo honrada en la región del Mosa. Su tumba, en la iglesia de Neuville-en-Verdunois, siempre se encuentra provista de flores. Su castillo, comprado por el Consejo General, es optimamente mantenido pero no se permiten visitas. Sus tragedias, marcadas por la erudición humanista del siglo anterior, fueron olvidadas hasta ahora, redescubriéndolas hoy como un precioso testimonio del teatro pre-clásico.



domingo, 24 de julio de 2011

Cita de la Semana




"Hay que economizar su desprecio, pues grande es el número de los necesitados."


 frase de: François-René, Vizconde de Châteaubriand, escritor y político (1768-1848).

miércoles, 20 de julio de 2011

221 A.C.: LA FUNDACIÓN DEL IMPERIO CHINO


¿Sabías que China nunca se llamó "China" sino Zhongghuó -Centro del Mundo-? Ni siquiera el nombre de "China" existía para los europeos del medievo, aunque si se dio a conocer a través de los relatos del veneciano Marco Polo con el nombre de Catay.

La milenaria y más antigua nación del continente asiático nació tras la reunión de los siete reinos bajo un único monarca, el rey de Qin: Ying Zheng (260 a.C.-210 a.C.), más conocido como Qin Shi Huangdi -primer augusto soberano-, fundador del Imperio Chino y su primer emperador, asi como el instaurador de la dinastía Qin desde el año 221 a.C. Su poderoso ejército se cifraba en 1 millón de soldados y era dirigido por generales que no pertenecían a la aristocracia sino que eran escogidos entre los mejores guerreros que lo conformaban. Qin Shi Huang, deseoso de limitar el poder de la nobleza, había fomentado la creación de una meritocracia, gesto que contribuyó al éxito de sus campañas bélicas en su afán por reunir todos los reinos bajo su autoridad.

El reinado del primer emperador del "Centro del Mundo" se inauguró bajo el signo de la filosofía legista inspirada por Han Fei Zi. Soberano autoritario que no toleraba contradicción alguna, arremetió violentamente contra el confucionismo. De hecho, aquella sanguinaria represalia contra los confucionistas -viejos enemigos del legismo-, inspiraría mucho más tarde a Mao Zedong el eslogan "Quememos los libros y enterremos a los letrados" durante su revolución cultural. Conquistó los siete reinos que llevaban cinco siglos guerreando entre sí, hizo proteger su imperio construyendo la primera gran muralla, creó una gigantesca red de carreteras de tres vías (la vía central era reservada al emperador) que enlazaban la capital Xianyang a todas las provincias del imperio y mandó la realización del Gran Canal del Norte. Unificó, además, los pesos y medidas, las lenguas y la escritura.

Obsesionado por la inmortalidad, Qin Shi Huang exigió a médicos y científicos que encontrasen para él el elixir de la vida eterna y no cejó en su empeño por conseguirlo, aunque fue en vano. Finalmente, recurrió a un mago que le fabricó las famosas "perlas rojas" (cuyo ingrediente principal era sulfuro de mercurio) que, supuestamente, cada una de ellas le otorgaban seis años de vida y que, ciertamente, contribuyeron en gran medida a su paulatina demencia y muerte.

Dado que no concebía que le enterrasen solo, proyectó su vasto mausoleo de Xi'an en el que se hizo acompañar por un ejército de soldados con carros y caballos esculpidos hasta en el más nimio detalle, bajo un túmulo de 115 m. de altura y en una fosa de 1,5 km. que recubría unas ocho mil estátuas de terracota, en una extensión de unos 56 km2. Su tumba no sería descubierta hasta 1974 por unos campesinos que cavaban para hacer un pozo, y pasaría a ser la octava maravilla del mundo.

domingo, 17 de julio de 2011

Frase de Cine


-"Ciertamente he tenido épocas mejores pero, aún no estoy como para que me compren con un cocktail!"


frase de: Bette Davis, actriz (1908-1989) in "Eva al Desnudo"/"All about Eve".

Cita de la Semana



"De lo sublime a lo ridículo, no hay más que un paso."



frase de: Napoleón I, Emperador de Los Franceses (1769-1821).

miércoles, 13 de julio de 2011

HISTORIA DE LA ORDEN DEL BAÑO

LA MUY NOBLE ORDEN DEL BAÑO




Inspirada de una tradición medieval

La Muy Honorable Orden del Baño británica se inspira básicamente de la costumbre medieval en la que los hombres, en vísperas de ser armados caballeros por el rey para el día del Pentecostés, tenían que observar un riguroso ritual: bañarse (símbolo de purificación como lo es el Bautismo) y velar toda la noche, de rodillas o de pie, rezando en una iglesia ("Velada de Armas"). A la mañana siguiente, tras 8 horas en vela, los futuros caballeros oían una misa al alba antes de comer todos juntos. Luego tenía lugar la ceremonia de armamento del caballero en la cual el padre del postulante fijaba en sus pies las espuelas, tras ayudarle a vestirse. Ya listo, el rey le ceñía la espada al costado y le daba un golpe en la nuca conminándole a honrar a su señor, ser bueno con los pobres y amar a Dios. Después de la ceremonia, el caballero pasaba su prueba de fuego en el torneo, durante el cual demostraba sus dotes a lomos de un corcel. Al caer la noche, se pasaba a festejar a los nuevos caballeros con un banquete y un baile.



La primera mención que se hace de ese ritual en Inglaterra, en un documento oficial referente a la Orden de los Caballeros del Baño, data del año 1128, y habla de Geoffroy Plantagenet, Conde de Anjou, al ser armado caballero a la edad de 15 años.

En 1306, se registran 300 caballeros armados en una sola mañana. Se sabe que en el momento de su coronación en 1413, el rey Enrique V de Inglaterra nombró a 50 caballeros. Las distintas dinastías que se sucedieron en Inglaterra siguieron observando esa tradición, y manteniendo la Orden del Baño como la única congregación con sus viejos ideales caballerescos. Con la llegada del 1er monarca Estuardo (Stuart) al trono de Inglaterra, Jacobo I, se siguió observando la tradicional presencia de los caballeros de la Orden del Baño en la ceremonia de coronación, junto con la de los miembros de la Orden de la Jarretera, aunque esta última se había convertido en la congregación de 1er orden en importancia en el reino. Se sabe igualmente que Carlos I nombró varios caballeros de la Orden del Baño al subir al trono, como Sir Thomas Wharton, cuyo retrato fue pintado por Van Dyck, y en el cual ostenta la banda roja de dicha orden.

Retrato de Sir Thomas Wharton, Caballero de la Orden del Baño, según Van Dyck en 1639.


Retrato de Carlos II, Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda (1630-1685).


Pese a la Revolución Inglesa de 1649 y al consecuente aniquilamiento de las ordenes de caballería, al subir nuevamente al trono Carlos II en 1660, mandó a su joyero que se ejecutaran 75 medallas de la Orden del Baño para los caballeros llamados a su coronación en Westminster. En 1685, Jacobo II los volvió a llamar a su lado en el momento crítico de su ascensión al trono británico, pero "La Gloriosa Revolución" de 1688 le destronó y la orden cayó en el olvido bajo los reinados sucesivos de Guillermo III, María II y Ana I, que dieron ostentosa prioridad a los caballeros de la Jarretera. Pese a estar en el exilio, Jacobo II y sus herederos, actuando como legitimos soberanos, siguieron concediendo la orden a los caballeros leales a su causa (Jacobitas), del mismo modo en que concedían las condecoraciones de la Jarretera.

Jorge I recrea la Real Orden del Baño


Retrato de Jorge I, Rey de Gran-Bretaña e Irlanda y Elector de Hannover (1660-1727).

Treinta y siete años después de que cayera en desuso, es un monarca extranjero oriundo de Alemania, Jorge I (1660-1727), Elector de Hannover desde 1698 y rey de Gran-Bretaña desde 1714 (sucediendo así a la última soberana Estuardo anglicana, Ana I), quien recupera del "baúl de los recuerdos" la polvorienta Orden del Baño, eso si, dándole un cuño muy personal y nuevo. Teniendo en cuenta el especial cariño que le concede un alemán a la nobilísima tradición caballeresca, era de esperar que Jorge I le diera un segundo soplo de vida recreándola a su gusto y antojo. Para tal fin redacta nuevos estatutos en 1725, y deja patente que la orden es puramente militar, concediéndose únicamente a aquellas personas cuyo valor se ha demostrado con creces en el calor del combate. Reduce el número de caballeros a 36 y determina con precisión tipicamente germana cómo han de vestir los nominados durante las ceremonias anuales. Escoge además el lugar idóneo: la hermosísima capilla en estilo gótico tardío de Enrique VII, anexa a la Real Abadía Londinense de Westminster. El pulcro y detallista pintor Canaletto nos dejó una preciosa imagen del ordenado desfile de los caballeros de la Orden del Baño saliendo de Westminster, en sus espléndidos ropajes blancos y rojos.

Procesión de los Caballeros de la Orden del Baño en la Abadía de Westminster, Londres 1749, según Canaletto.


El diseño de la placa (o estrella) y del collar son originales, aunque haya respetado la tradicional banda de color rojo que ha de cruzar el torso del caballero desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda, y que data de la época de los Estuardo. El lema de la orden sigue siendo la misma: "Tria Juncta in Uno".


Banda, gran cruz y medallón de la Orden del Baño civil.


Ceremonia Capitular de los Caballeros de la Orden del Baño en la Capilla de Enrique VII, en la Abadía de Westminster en 1813.


Retrato de Sir William Hamilton (1730-1803), Embajador de Gran-Bretaña en la corte de Nápoles, con el hábito de Caballero de la Orden del Baño.

Los sucesores de Jorge I, siguieron manteniendo en su aureola de prestigio la Orden del Baño, concediéndola a eminentes militares británicos de la talla de Charles Cornwallis, 1er Marqués de Cornwallis o Sir Jeffrey Amherst, 1er Barón Amherst. En 1815, el Príncipe de Gales (futuro Jorge IV en 1820), regente en nombre de su padre Jorge III, dispuso que la Orden del Baño también se concediera a civiles por leales servicios prestados al país.

La reina Elizabeth II de Gran-Bretaña con el hábito de la Orden del Baño, en Westminster.


En la actualidad, la reina Elizabeth II concedió la Gran Maestría a su heredero el Príncipe de Gales, y abriendo la orden al sexo femenino desde 1987. Desde entonces se contabilizan 120 caballeros y damas, 295 comendadores y 1.455 "compañeros" en el seno de dicha orden. Sus miembros tienen la obligación, como en el caso de los caballeros de la Orden de la Jarretera, de firmar su nombre y apellidos añadiendo las iniciales "K.B." (abreviación de Knight of the Bath = Caballero del Baño).

domingo, 10 de julio de 2011

Anécdotas Históricas -61-


Al producirse el alzamiento contra Isabel II, en 1868, un cortesano le habló a ésta de volver a Madrid, pues se hallaba en San Sebastián, donde según él le esperaban la gloria y el laurel, y la reina le respondió jacarandosa:

-Mira, hijo, la gloria para los recién nacidos y el laurel para la pepitoria.


Anécdota de: Isabel II, Reina de España (1830-1904).

Anécdotas Históricas -60-



Una mujer muy hermosa pero muy necia decía un día a la Condesa de Genlis:


-No podéis suponer, señora, lo que me molestan mis admiradores. No sé cómo quitármelos de encima.


-Podéis libraros de ellos con facilidad. Basta con que empecéis a hablar.


Anécdota de: Stéphanie Félicitée du Crest de Saint-Aubin, Condesa de Genlis y Marquesa de Sillery, pedagoga y escritora (1746-1830). 

Anécdotas Históricas -59-



En su lecho de muerte, Lord Holland, gran figura política del partido Whig, dijo a su esposa:

-"Si el Doctor Selwin llama de nuevo, la situación se presentará así: si estoy vivo, me encantará verle. Si estoy muerto, le encantará verme."



Anécdota de: Henry Fox, 1er Barón Holland de Foxley, político británico (1705-1774).

Cita de la Semana



"Nada tengo por más seguro que lo incierto."



frase de: François Villon, poeta (1431-1463).

jueves, 7 de julio de 2011

CRONOLOGÍA DE LOS PRÍNCIPES DE MÓNACO

Cronología de los reinados de los soberanos monegascos



Dinastía de Grimaldi
Señores de Mónaco, de Gagnes y de Antibes

-Francisco I "Malizia" Grimaldi, ob.1309, 1er Señor de Mónaco de 1297 a 1301

-Rainiero I Grimaldi, ob.1314, Señor de Gagnes de 1301 a 1314

-Gaspar I, ob.1331, Señor de Gagnes de 1314 a 1331

-Gabriel I, ob.1342, Señor de Gagnes de 1331 a 1342

-Antonio I, ob.1358, Señor de Gagnes de 1342 a 1358 -fundador de la Rama de Gagnes-

-Carlos I, ob.1363, 2º Señor de Mónaco de 1301 a 1357 (destronado)

-Rainiero II, ob.1407, Señor de Menton y 3er Señor de Mónaco de 1363 a 1407

-Ambrosio I, ob.1433, 4º Señor de Mónaco de 1407 a 1433

-Antonio I, ob.1423, 5º Señor de Mónaco de 1407 a 1423 (en co-reinado con su hermano)

-Antonio II, ob.1427, 6º Señor de Mónaco de 1423 a 1427 (en co-reinado con su tío)

-Juan I, ob.1454, 7º Señor de Mónaco de 1433 a 1454

-Catalano I, ob.1457, 8º Señor de Mónaco de 1454 a 1457

-Claudina I, ob.1515, 9ª Señora Hda. de Mónaco de 1457 a 1515

-Lamberto I Grimaldi, Señor de Antibes, ob.1494, 9º Señor consorte de Mónaco (esposo de la anterior)

Dinastía Grimaldi / Rama de Gagnes-Antibes

-Juan II Grimaldi, ob.1505, 10º Señor de Mónaco de 1494 a 1505 (asesinado)

-Luciano I, ob.1523, 11º Señor de Mónaco de 1505 a 1523 (asesinado)

1525: El Emperador Carlos V reconoce la soberanía de los Grimaldi sobre Mónaco.


El Señorío de Mónaco se convierte en protectorado de España.

-Agustín I, Obispo de Grasse, ob.1532, 12º Señor de Mónaco de 1523 a 1532

-Honorato I, ob.1581, 13º Señor de Mónaco de 1532 a 1581

-Carlos II, ob.1589, 14º Señor de Mónaco de 1581 a 1589

-Hércules I, ob.1604, 15º Señor de Mónaco de 1589 a 1604

1612: Mónaco se erige en Principado

1642: Mónaco se desmarca de España y pasa a ser protectorado de Francia / Luis XIII de Francia concede el ducado de Valentinois con paridad francesa al Príncipe Honorato II de Mónaco, además del marquesado des Baux, el condado de Carladez y otros señoríos. 




Dinastía Grimaldi
Príncipes Soberanos de Mónaco


-Honorato II, ob.1662, 16º Señor en 1604 y 1er Príncipe de Mónaco de 1612 a 1662

-Luis I, 1642-1701, 2º Príncipe de Mónaco de 1662 a 1701

1688: el rey Luis XIV de Francia reconoce oficialmente Mónaco como principado soberano.

-Antonio I, 1661-1731, 3er Príncipe de Mónaco de 1701 a 1731



1731: extinción de la línea directa de los Grimaldi por los varones tras la muerte del Príncipe Antonio I / la sucesión monegasca es asegurada por el yerno del difunto, Jacques de Goyon-Matignon, Conde de Thorigny que, al casar con la princesa heredera Luisa-Hipólita de Mónaco, adopta el apellido dinástico y las armas de la Casa Grimaldi como suyos / Asume el poder efectivo la Princesa Luisa-Hipólita.



-Luisa-Hipólita I, 1697-1731, 4ª Princesa de Mónaco de 1731 a 1731

-Jaime I, Conde de Thorigny, 1689-1751, 5º Príncipe de Mónaco de 1731 a 1733 (esposo de la anterior)

1731-1733: a la muerte de la princesa Luisa-Hipólita, su viudo Jaime I de Mónaco asume el gobierno del principado en nombre de su heredero Honorato III, hasta que cumpla los 13 años de edad.


Casa de Grimaldi-Goyon-Matignon


-Honorato III, 1720-1795, 6º Príncipe de Mónaco de 1731 a 1793 (destronado / prisionero)

Revolución Francesa de 1789 a 1799 / Invasión y ocupación Francesa de Mónaco en 1793.


Abolición de la monarquía Monegasca / Mónaco es integrado en el departamento francés de los Alpes-Marítimos, 1793-1814 / Encarcelamiento del Príncipe Honorato III en París y confiscación de todas sus posesiones que son incluídos en la lista de los Bienes Nacionales / Saqueo del Palacio Principesco de Mónaco y venta de sus tesoros artísticos.

1795: fallece el Príncipe Honorato III / Le sucede como pretendiente su hijo y heredero el príncipe Honorato IV.




Iª Restauración en 1814 / Mónaco recupera su independencia y su monarquía.

1814-1819: regencia del Príncipe Hdo. Honorato V en nombre de su padre Honorato IV, demasiado enfermo para ocuparse de los asuntos del principado.

-Honorato IV, 1758-1819, 7º Príncipe de Mónaco de 1814 a 1819

-Honorato V, 1778-1841, Regente en 1814, 8º Príncipe de Mónaco de 1819 a 1841

-Florestán I, 1785-1856, 9º Príncipe de Mónaco de 1841 a 1856

-Carlos III, 1818-1889, 10º Príncipe de Mónaco de 1856 a 1889



1858: Carlos III de Mónaco funda la Orden de Caballería de San-Carlos.

1861: Cesión a Francia de los territorios monegascos de Menton y de Roquebrune.

1863: Carlos III otorga al empresario Louis Blanc la concesión de los "Baños de Mar" y el permiso para abrir un casino en Monte-Carlo / Creación de la Sociedad de los Baños de Mar.

1869: el Príncipe Heredero Alberto contrae matrimonio con la hija de los Duques de Hamilton y nieta de los Grandes Duques de Baden, Lady Mary Victoria Douglas-Hamilton; la princesa Hda. Mary Victoria de Mónaco abandona su marido 5 meses después de la boda y embarazada.

1870: la princesa Hda. de Mónaco da a luz en Baden-Baden al príncipe Luis -futuro Luis II-.

1880: el Príncipe Alberto concede el divorcio a su consorte Lady Mary Victoria Douglas-Hamilton, y consigue la custodia del único hijo habido del matrimonio: el príncipe Luis / la ex-esposa de Alberto se casa nuevamente con el conde y luego príncipe húngaro Tasziló Festetics.


-Alberto I, 1848-1922, 11º Príncipe de Mónaco de 1889 a 1922

1889: Alberto I contrae matrimonio con la Duquesa Vda. de Richelieu, la norteamericana Mary-Alice Heine / Fundación del Instituto Oceanográfico de Mónaco y construcción de su sede en el principado por iniciativa de Alberto I.

1902: Alberto I de Mónaco concede el divorcio a su 2ª esposa Mary-Alice Heine, de la que no ha tenido hijos.



Crisis dinástica y política con Francia en 1911-1919 / Conflicto de Sucesión Monegasca ante la posibilidad de que, a la muerte de Luis II, la corona recaiga en la Casa Ducal de Urach, perteneciente a la Casa Real de Württemberg y de nacionalidad alemana / Ola de germanofobia en Francia y Gran-Bretaña.

1914-1918: Iª Guerra Mundial / Francia, Gran-Bretaña y Rusia declaran la guerra al Emperador Guillermo II de Alemania y al Emperador Francisco-José I de Austria / Mónaco se declara neutral.

1917: Revolución Rusa / Caída del Emperador Nicolás II de Rusia / Rusia se retira del conflicto y firma la paz con Alemania por separado / Entrada de EE.UU. en el conflicto mundial en apoyo al bloque franco-británico-italiano.

1918: Mónaco firma con Francia un acuerdo sobre la cuestión dinástica monegasca; la sucesión al trono de Mónaco no podrá recaer en pretendientes de nacionalidad alemana so pena de que el principado sea anexionado por Francia / 11 de noviembre: firma del armisticio franco-alemán / Alemania derrotada por los Aliados / Abdicación del kaiser Guillermo II y hecatombe general entre las monarquías germanas y austro-húngara.



1919: el Príncipe Alberto I de Mónaco reconoce a la hija natural de su heredero como su nieta legítima, otorgándole el apellido Grimaldi y apta a la sucesión monegasca, concediéndole oficialmente el título de "Duquesa de Valentinois" / Se zanja el problema sucesorio de Mónaco en perjuicio de los otros herederos legítimos del principado (las Casas de Urach, de Caumont-La Force y de Chabrillan), cuyas protestas son elevadas hasta la Presidencia Francesa / Francia respalda oficialmente la decisión del Príncipe Alberto I de Mónaco en la cuestión sucesoria. 

1920: la princesa Carlota Grimaldi, Duquesa de Valentinois, contrae matrimonio con el Conde Pierre de Polignac, súbdito francés que, formalmente, renuncia a sus apellidos y adopta el de Grimaldi, convirtiéndose en "S.A.S. el Príncipe Pierre de Mónaco".

-Luis II, 1870-1949, 12º Príncipe de Mónaco de 1922 a 1949

1924: el Conde Guillermo de Württemberg, Duque de Urach (proclamado rey Mindaugas II de Lituania en 1918), renuncia formalmente para sí y sus hijos a sus derechos dinásticos sobre Mónaco a favor de otro pretendiente: Aynard Guigues de Moreton, Marqués de Chabrillan.

1925: el Marqués de Chabrillan reivindica oficialmente derechos al trono monegasco.

1933: Luis II sanciona el divorcio de su heredera Carlota y de su yerno Pierre de Polignac.

1939-1945: IIª Guerra Mundial / Francia es derrotada y en parte ocupada por los alemanes de Hitler / Mónaco se proclama neutral pero, en realidad, acuerda una colaboración financiera con el régimen nazi de la que el principado y el IIIer Reich sacan grandes beneficios económicos / Luis II, inquietado por el avance del ejército italiano, opera un acercamiento con el Gobierno de Vichy para evitar la ocupación italiana y acuerda un censo de judíos afincados en el principado para las deportaciones a campos de concentración alemanes.

-Carlota Grimaldi, 1898-1977, Princesa Hda. de Mónaco en 1919, Duquesa de Valentinois (hija natural de Luis II, legitimada en 1919 / renuncia en 1944)

1944: Renuncia de Carlota Grimaldi al trono monegasco en favor de su hijo Rainiero, Marqués des Baux / el Príncipe Heredero Rainiero se enrola voluntariamente en el ejército francés para luchar contra los alemanes.

1946: Luis II de Mónaco contrae matrimonio con la actriz francesa Ghislaine Dommanget.

Casa de Grimaldi-Polignac

-Rainiero III, 1923-2005, 13º Príncipe de Mónaco de 1949 a 2005



1956: Rainiero III de Mónaco casa con la famosa actriz norteamericana Grace Kelly.

1982: Fallece, tras un accidente de automóvil, la Princesa Grace de Mónaco.



-Alberto II, 1958-...., 14º Príncipe de Mónaco de 2005 a actualmente

2011: Alberto II de Mónaco casa con la ex-nadadora sudafricana Charlene Wittstock.

miércoles, 6 de julio de 2011

EL PALACIO DE LOS GRIMALDI : Historia del Palacio Monegasco

HISTORIA DEL PALACIO DE MÓNACO
de fortaleza a palacio renacentista




En 1162, bajo reserva de pleitesía, el emperador Federico I "Barbarroja" reconoce a la República de Génova la dominación de las costas Ligurias, desde Porto Venere hasta Mónaco.

El 30 de mayo de 1191, el emperador Enrique IV, concede el derecho a fortificar la roca de Mónaco, su puerto y tierras adyacentes para defender la cristiandad de los Sarracenos. Quedaba por adquirir la propiedad privada del terreno a los cónsules de Peille y a los monjes de la abadía de Saint-Pons, cosa hecha en 1197.

Sin embargo, pasarían 18 años más hasta que se iniciase la edificación de lo que se convertiría, después de muchas transformaciones y ampliaciones, en la residencia majestuosa de los Príncipes de Mónaco.

El 10 de junio de 1215, bajo la batuta del cónsul Fulco del Castello, los genoveses proceden a poner la primera piedra de la fortaleza primitiva dotada de 4 torres cuadradas y macizas, unidas entre sí por murallas de ocho metros de altura, y que delimitan aún hoy día el perímetro casi triangular del Palacio Principesco.

Rápidamente, ese dispositivo sería reforzado por murallas y torres que abarcarían la totalidad del promontorio rocoso de Mónaco, y añadiéndose una segunda fortaleza -hoy desaparecida- que defendía la entrada al puerto.



La historia de los Grimaldi se une a la del palacio-fortaleza a partir de 1297, época en que Génova se debate en luchas intestinas que oponen a Güelfos y Gibelinos, partidarios del Papa y del Emperador respectivamente. Es a principios de ese año, en la noche del 8 de enero, cuando Francesco Grimaldi, apodado "Malizia" -el Malicioso-, del Partido Güelfo y entonces expulsado de Génova, se apodera con nocturnidad y alevosía de la plaza fuerte de Mónaco.

Pero el castillo sería repetidas veces perdido y recuperado hasta que, 30 años más tarde, los Grimaldi se apoderan definitivamente de Mónaco y se instalan en el castillo-palacio del promontorio rocoso. El jefe de los Grimaldi, Carlos I, sería considerado como el primer señor de Mónaco a partir de 1341, así como de Menton (1346), y de Roquebrune (1355).

Siempre bajo la amenaza de ver arrebatada su "conquista", Carlos I y sus sucesores inmediatos tuvieron que concentrar sus esfuerzos en reforzar las fortificaciones y defensas de su castillo.

En el siglo XV, Lamberto I continúa activamente al frente de las mejoras defensivas pero añadiendo ciertas mejoras estéticas al castillo. Con la época y la primera oleada renacentista, el gusto por adecentar las residencias señoriales va cogiendo un auge gradual entre príncipes y nobles europeos. Si sigue siendo una fortaleza, el castillo se va complementando con estancias más espaciosas y luminosas, decoradas y amuebladas para hacer más agradable la vida entre sus austeros y fríos muros. Es Lamberto I quien inicia las primeras obras de importancia en el castillo, transformándolo paulatinamente en un palacio sin renunciar a las torres defensivas y las murallas almenadas.

Tras el devastador pero victorioso asedio sostenido contra Génova (1506-1507), el siglo XVI ve el solemne reconocimiento de la soberanía de Mónaco por sus poderosos vecinos y conoce una era de paz relativa. Los Grimaldi, preocupados por la importancia de su posición estratégica, proceden a la restauración de sus murallas y del viejo castillo gravemente afectados por la artillería enemiga.



En 1529, todos los trabajos de restauración son visitados por el emperador Carlos V de Austria, aprovechando su visita oficial en el principado monegasco. Y llega el tiempo en el que los Señores de Mónaco pueden dedicarse a la ampliación y embellecimiento de su antigua fortaleza que, poco a poco, perderá su carácter medieval para aparecer, al final del siglo, como el palacio renacentista de un gran señor italiano.

Honorato I (1522-1581) contrata los servicios del arquitecto Domenico Gallo, autor de la Galería de Hércules, pero también del pintor genovés Luca Cambiaso al cual es confiada la decoración de la fachada septentrional del Patio de Honor del Palacio de los Grimaldi.

La defensa de la plaza no deja de ser primordial. De este modo, la cisterna excavada en la roca viva, en medio del palacio, es ampliada para contener 15.000 m3 de agua potable, cantidad suficiente para permitir a un contingente de mil hombres aguantar un asedio de 648 días. Monumental, como la nave de una iglesia, con una bóveda apoyada sobre nueve pilares macizos, tiene una profundidad de 5 metros, una largada de 20 y una anchura de 18.

El proyecto del palacio renacentista existía desde el siglo XVI, y su metamorfosis se inicia principalmente bajo Honorato II, primer Príncipe de Mónaco (1597/r.1604-1662). Éste, educado en Milán, ha desarrollado desde su infancia el gusto por la fastuosidad y la magnificencia italianas. En verdadero mecenas, mantiene a toda una tropa de creadores talentosos: arquitectos como Jacopo Cantone, escultores como Martino Solaro,...


Vista del Palacio de Mónaco a inicios del s. XVIII, según J. Bressan.


Panorámica del Palacio Principesco de Mónaco en la 1ª mitad del siglo XVIII.

El Palacio Grimaldi conoce espectaculares transformaciones: se levanta, por un lado, el magnífico Pabellón de los Baños, junto con el Cuartel Real nuevamente levantado en la prolongación del ala Sur, y por otro lado, el ala Occidental con la Capilla Principesca dedicada a San Juan Bautista (1654). Con la apertura de la Puerta de Honor y la construcción de la escalera monumental ejecutadas bajo el reinado del Príncipe Luis I de Mónaco (1642/1662-1701), el Patio de Honor toma su aspecto definitivo.


La escalinata en forma de herradura, en el Patio de Honor del Palacio Grimaldi.

Todas las ampliaciones y decoraciones sucesivas, con sus grandes riquezas artísticas, sus tapizados delicadamente bordados, sus decorados pintados y sus frescos debidos a grandes artistas de renombre internacional, hicieron del Palacio de Mónaco, desde mediados del siglo XVII, una de las residencias más destacadas del Mediterráneo, donde se podían admirar ricas colecciones de muebles y objetos de arte diversos.


Fotografía de la Sala del Trono del Palacio Grimaldi, de cuyas paredes cuelgan los retratos de los sucesivos príncipes monegascos.

Cuando la Revolución Francesa llega al Principado de Mónaco, el palacio de los Grimaldi padece de los excesos revolucionarios; todas sus colecciones, sus obras de arte, sus archivos sufren del pillaje, de la destrucción indiscriminada y son dispersados y vendidos como Bienes Nacionales. El Palacio se transforma luego en hospital para el Ejército de Italia y, de 1808 a 1814, pasa a ser una casa de acogida para los mendigos del Departamento de los Alpes-Marítimos.


Fachada principal del Palacio Grimaldi desde la Plaza de Armas.

Al producirse la Restauración de 1814, con el retorno de los Príncipes a Mónaco, el estado del Palacio parece tan lamentable que se ven forzados a abatir una parte del ala que da sobre la fachada de la Plaza del Palacio, así como el suntuoso Pabellón de los Baños. Durante gran parte del siglo XIX, los Príncipes concentran sus fuerzas en devolver a su residencia el antiguo esplendor y los matrimonios con ricas herederas, como el de Alberto I con Mary-Alice Heine, gran heredera norteamericana, asi como la creación del Casino de Monte-Carlo contribuyen a la recuperación de sus lujosas estancias y de sus antiguas colecciones dispersadas durante la Revolución Francesa.


Vista del Palacio tal y como era en 1732, según Joseph Bressan.

Hoy día, el Palacio Grimaldi abre sus puertas al público en fechas concretas ( excepto entre el 1 de enero y el 1 de abril, y del 1 de noviembre al 31 de diciembre) y concede a los turistas y curiosos el privilegio de visitar los Grandes Apartamentos palatinos, las estancias más ricas y lujosas con sus ricos muebles, sus grandes retratos firmados por Largillière, Rigaud, Veroust, Laszlo de Lombos, sus paredes tapizadas y bordadas en oro y plata, sus asombrosos y coloridos frescos, sus bóvedas pintadas con grutescos italianos y sus resplandecientes suelos en marquetería de mármol.

domingo, 3 de julio de 2011

HISTORIA DE LOS PRÍNCIPES DE MÓNACO

HISTORIA DEL PRINCIPADO DE MÓNACO A TRAVÉS DE SUS SOBERANOS



MÓNACO & LOS GRIMALDI


El Principado de Mónaco, cuya superficie no rebasa el 1,5 Km cuadrado, es actualmente una estrecha franja de tierra en la Costa Azul Francesa que se llamaba antiguamente Fraxinetum, y era un famoso nido de piratas sarracenos hasta finales del siglo X D.C. Desde entonces, los numerosos promontorios escarpados que recorren la costa, incitaron a una turbulenta nobleza a edificar castillos fortificados. En el siglo XII, el emperador Federico I "Barbarroja" concedió a la República de Génova algunos derechos sobre el litoral próximo a Niza. Entre las primeras familias de Génova se encontraba la de los Grimaldi, cuyos miembros se interesaron por el excelente puerto que constituía Mónaco, y por el cabo rocoso que lo dominaba.

Retrato de Raniero I Grimaldi, Señor de Gagnes (1297-1301)


En 1297, Francesco Grimaldi puso los ojos sobre Mónaco y decidió establecerse allí permanentemente. Según la tradicional leyenda, Francesco y sus hombres habían conseguido introducirse en el castillo de Mónaco, disfrazados de monjes franciscanos y, mediante ese engaño, se hicieron con la plaza fuerte. De ahí que dos monjes franciscanos sean representados sosteniendo el escudo de armas de Mónaco, escudo que no es otro que el de la familia Grimaldi...


Retrato de Luciano I Grimaldi, Señor de Mónaco entre 1505 y 1523.

Carlos I de Mónaco (fallecido en 1363), fue un almirante al servicio de Francia y lanzó un ataque sobre Southampton en 1339. Presente en la batalla de Crécy, se hizo expulsar de Mónaco por el jefe genovés Simón Boccanegra. Su hijo, Rainiero II de Mónaco, señor de Menton, recuperó la plaza y estipuló mediante testamento que toda futura heredera de Mónaco debería casarse con otro Grimaldi para mantener la posesión monegasca en el seno de la familia. De hecho, su nieta y heredera, Claudina (fallecida en 1515), cedió ante las instancias de su primo Lamberto Grimaldi, señor de Antibes, al término de una terrible competición entre pretendientes a su mano (y a su herencia monegasca). De los 3 hijos habidos del matrimonio de Claudina y Lamberto, Juan II y Luciano murieron asesinados en 1505 y 1523 respectivamente, siendo el tercer hermano Agustín, entonces obispo de Grasse, el que recibiera las riendas del gobierno monegasco hasta su muerte en 1532.

Ya desde el siglo XV, Mónaco asentaba lentamente su independencia: en 1489, los duques de Saboya declararon la señoría monegasca libre de cualquier obligación y deber hacia otro señor feudal. En 1512, el mismísimo rey de Francia reconocía la independencia de Mónaco, con Luciano -asesinado en 1523-, quien se apresuró en acuñar moneda propia. En 1525, Carlos V de Austria, emperador Romano Germánico y rey de España, reconocía jurídicamente la soberanía de los Grimaldi sobre Mónaco a favor de Agustín, obispo de Grasse, y a quien rindió años más tarde una visita oficial.

Retrato de Honorato II Grimaldi, 1er Príncipe de Mónaco entre 1612 y 1662, 1er Duque de Valentinois y Par de Francia en 1642.


Honorato I de Mónaco, hijo de Luciano, combatió en el asedio de Malta y participó en la batalla de Lepanto contra los Turcos. El nieto de éste, Honorato II, rechazó la protección española prefiriéndole a ésta la francesa. Fue el primer Grimaldi en olvidar su apellido en los documentos oficiales, y a darse el título de "príncipe" en 1612. En 1642, Luis XIII de Francia le concedió el título de duque de Valentinois y Par de Francia.

Retrato de Luis I, Príncipe de Mónaco entre 1662 y 1701, según De Troy.


Luis I de Mónaco (1642-1701), nieto y sucesor de Honorato II en 1662, fue finalmente reconocido príncipe soberano por Luis XIV de Francia -su padrino-, en 1688, habiendo contraído matrimonio -en 1660- con Carlota Catalina de Gramont (1639-1678), segunda hija del mariscal-duque Antonio III de Gramont y de Margarita du Plessis-Chivré (sobrina del Cardenal de Richelieu).

Retrato del Príncipe Antonio I de Mónaco, último representante varón de la Dinastía Grimaldi, según H. Rigaud.


Antonio I de Mónaco (1661-1731), hijo de los anteriores, encontró esposa en la fecunda Casa de Lorena en 1688, casándose con la princesa María de Lorena-Harcourt-Armagnac (1674-1724), y de la cual tan solo obtuvo hijas. En 1715, Jaime de Goyon-Matignon, Conde de Thorigny (1689-1751) y jefe de una antigua familia de Bretaña (la alianza entre los Goyon y los Matignon se había realizado en el año 1200), se declaró dispuesto a renunciar a su nombre y a sus armas para tomar las de los Grimaldi y desposar a la princesa heredera Luisa-Hipólita de Mónaco (1697-1731). La princesa heredera fallecería poco tiempo después de su padre, y Jaime I de Mónaco, su viudo, gobernó el principado durante dos años antes de abandonarlo para llevar una mundana y lujosa vida en París.

La Familia de los Duques de Valentinois. El pintor francés Gobert representa a la heredera monegasca, la Princesa Luisa-Hipólita de Mónaco, Duquesa de Valentinois, junto a su marido Jacques de Goyon-Matignon, Conde de Thorigny, -Duque de Valentinois por matrimonio- y sus cuatro hijos.


Retrato del Príncipe Honorato III de Mónaco (1720-1795), soberano monegasco entre 1733 y 1793, según el pintor francés Louis Tocqué.


Honorato III de Mónaco (1720-1795), hijo y sucesor de los precedentes, asumió el gobierno del principado en 1733, y también encontró una rica heredera con la que casarse, María-Catalina de Brignole-Sale (1737-1813), hija del marqués Gian Brignole-Sale, Dogo de Génova. Pero ésta, acabó por abandonarle (se divorció en 1770) para pasar la mitad de su existencia con el príncipe Luis V de Condé -primo del rey de Francia-, y con el cual acabaría casándose tras una relación sentimental larga de 48 años.

Retrato del Príncipe Honorato IV de Mónaco (1758-1819).


En 1793, el principado monegasco desapareció por un tiempo, incorporado por los revolucionarios franceses al departamente de los Alpes-Marítimos. Con la Restauración de los Borbones en 1814, Honorato IV de Mónaco (1758-1819) recuperó su principado aunque se encontraba demasiado enfermo como para asumir el gobierno. Su esposa, Luisa-Felicidad de Aumont-Mazarin (1759-1826), le había aportado como dote el ducado de Mazarin y una gran fortuna, pero se había divorciado posteriormente en 1798, para contraer otro matrimonio.

Retrato del Príncipe Honorato V de Mónaco (1778-1841)


El hijo de ambos, Honorato V (1778-1841), había entrado al servicio del emperador Napoleón I, siendo Gran Caballerizo de la emperatriz Josefina de Beauharnais, y creado "barón del Imperio". En 1816, fue obligado a rendir homenaje al Rey de Cerdeña y Piamonte por los territorios limítrofes de Menton y de Roquebrune. Sin embargo, y ya antes de los inicios del siglo XIX, el principado monegasco se había empobrecido, cayendo en la incapacidad de encontrar fuentes de ingresos suficientes para su supervivencia.


Retrato del Príncipe Carlos III de Mónaco, soberano entre 1856 y 1889.

Gracias a Carlos III de Mónaco (1818-1889), sobrino de Honorato V y sucesor de su padre Florestan I desde 1856, tuvo una idea brillante cuando en 1863 ofreció la concesión de los "baños de mar" y la autorización de fundar un casino a Louis Blanc, muy a pesar de la oposición del gobierno francés. Si bien cedió sus territorios de Menton y Roquebrune a Francia en 1861, Carlos III inauguró para su pequeño Estado, una prosperidad siempre palpable, además de poner Mónaco de moda entre la alta sociedad europea de la época. En 1858, había fundado la Orden de San Carlos cuyo collar es reproducido rodeando el escudo de armas del principado.

Carta Geográfica con las delimitaciones del Principado de Mónaco antes de 1861.



Su hijo y sucesor, Alberto I (1848-1922), especialista en biología marina, hizo construir el Museo Oceanográfico de Mónaco. Su matrimonio con la hija del duque de Hamilton fue un fracaso que se tradujo en divorcio en 1880, y del cual tan solo obtuvo un hijo: Luis. Nueve años más tarde contraería nuevamente matrimonio con la viuda del duque de Richelieu, Mary-Alice Heine, hija de un banquero norteamericano de origen alemán afincado en Nueva Orléans y en París. Para colmo de males, la principesca pareja tampoco se llevó bien; ésta obtuvo el divorcio en 1902, y el príncipe heredero Luis manifestó su deseo de no contraer matrimonio, lo que provocó una crisis de Estado ya que la sucesión de Mónaco recaía sobre el súbdito alemán duque de Urach -miembro de la Casa Real de Württemberg-, un hecho que desagradaba al Gobierno Francés. La crisis dinástica fue finalmente solucionada en 1911 con la llegada de una hija natural del príncipe heredero, Carlota, concebida en el Norte de África con la señorita Julieta Louvet.

Retrato de la Princesa Carlota de Mónaco, Duquesa de Valentinois (1898-1977), según Philip Alexius Lászlo de Lombos en la década de 1920 (Colección Palacio de Mónaco).

Legitimada en 1919, y reconocida como heredera de Mónaco, Carlota Grimaldi (1898-1977) recibió el título de duquesa de Valentinois, y casaría en 1920 con el conde Pierre de Polignac, súbdito francés. Aunque la unión de Carlota no resultó afortunada, tuvo dos hijos: Antonieta, baronesa de Massy (1920) y el futuro Rainiero III (1923), lo cual aseguraba la sucesión dinástica.



En 1922, Luis II de Mónaco subía al trono monegasco -reinado 1922-1949-, habiendo servido previamente en las filas del Ejército Francés durante la Primera Guerra Mundial de 1914-1918, mientras que su nieto y sucesor, Rainiero III, participaría en la Segunda Guerra Mundial bajo las órdenes del general francés De Lattre De Tassigny. Desde el fallecimiento de su abuelo en 1949, Rainiero III asumió el gobierno de Mónaco y, de su matrimonio con la malograda actriz americana Grace Kelly (1929-1982), nacieron dos hijas y un hijo: Carolina (1957), Alberto (1958) y Estefanía (1965).


Retrato de la Princesa Grace de Mónaco (1929-1982), realizado en 1977 por el pintor español Macarrón; nacida Grace Patricia Kelly y más conocida en la década de los 50 como Grace Kelly, actriz y estrella de Hollywood que, en 1956, renunció a su brillante carrera cinematográfica para casarse con el Príncipe Rainiero III de Mónaco.



Sin embargo, y pese al silencio oficial impuesto por Rainiero III de Mónaco durante su reinado (1949-2005), sus derechos dinásticos se vieron seriamente discutidos por los representantes de la Casa Ducal de La Force, que esgrimieron con no poca legitimidad sus derechos al trono monegasco habiendo ya formalmente protestado ante el Gobierno Francés por la solución dinástica adoptada en 1919, al legitimar a la hija natural de Luis II de Mónaco, para asegurar la continuidad de los Grimaldi y evitar que la herencia recayera sobre los alemanes duques de Urach (miembros morganáticos de la Casa Real de Württemberg), los cuales acabaron por renunciar a sus derechos sobre el principado a favor de los marqueses de Chabrillan y de los duques de La Force, que venían a ser los pretendientes legítimos en segundo lugar...