sábado, 10 de octubre de 2015

CURIOSIDADES -193-

"La fascinante Ninon"



La bella, fascinante y sensual Ninon de Lenclos (1620-1705), fue toda una celebridad en su época, tanto que, cuando la reina Cristina I de Suecia abandonó su trono para vagar por Europa, lo primero que quiso ver al llegar a París fue a Ninon de Lenclos y que se la presentaran. Ninon era la Number One de las cortesanas, lo más de lo más, la flor y nata de su profesión y la más cara, por cuyo salón y alcoba pasaban todos los jóvenes pubertos de lo más granado de la aristocracia, para ser desvirgados y enseñados en el arte del sexo. Mujer libre, culta, independiente, inteligente y rica (era toda una bróker a la hora de invertir su dinero en negocios muy rentables), fue la envidia de sus semejantes. Su poder de seducción era tal que, cuando la reina-regente Ana de Austria mandó encerrarla en un convento, la tuvieron que sacar de allí deprisa y corriendo porque había convertido a las monjas, con las que convivía, ¡en flamantes lesbianas!

No le hacía ascos a nada. De hecho, enamoraba a hombres y mujeres por igual, haciéndoles descubrir los placeres del sexo en todas sus facetas. Célebre fue su corpiño de satén negro y ¡qué decir de sus puestas en escena para excitar a sus amantes! Entre sus numerosos amantes masculinos, despuntan dos mujeres de gran relieve: la ex reina Cristina I de Suecia y la Viuda Scarron, Françoise d'Aubigné, más conocida como la Marquesa de Maintenon, esposa morganática de Luis XIV. También se cuentan entre ellos a ilustres homosexuales y bisexuales de la corte que, pese a estar convencidos de sus gustos, no renunciaron a pasar un buen rato con ella.

Preocupada por su salud y su aspecto, Ninon de Lenclos se embadurnaba a diario de pies a cabeza con una pomada hecha a base de aceite de almendras dulces, manteca de cerdo y agua de rosas. El aceite le otorgaba suavidad y la manteca la elasticidad a su blanquísima piel; y el agua de rosas servía obviamente para perfumarla, ya que la manteca de cerdo no huele precisamente a gloria. También se cuidaba de tener una sonrisa impecable cepillándose los dientes con sal de alumbre. Y, sin saber aún de la importancia de la vitamina C (cosa que se desconocía en la época), consumía a diario nada menos que 12 naranjas! Había descubierto el aspecto energético y benéfico de esa fruta consumiéndola en zumos o directamente.

En cuestiones de aseo íntimo, Ninon utilizaba siempre el bidet, cosa muy novedosa y práctica en la época y totalmente desconocida. Y, para evitar caer embarazada o contraer infecciones venéreas, solía utilizar lana de oveja empapada en vino a modo de espermicida y desinfectante.

En cuanto al sexo, su deporte favorito y el ejercicio más benéfico para la salud mental y física, lo practicó hasta sus 74 años de edad. A los 75, decidió que ya no le satisfacía y que, más que mantenerla espiritualmente joven, la deprimía recordando tiempos pasados y su propia vejez.

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