El entonces Duque de York -futuro rey Jorge VI- se enamoró de la hija de los Condes de Strathmore y de Kinghorne y, al cabo de un tiempo de cortejo, quiso pedirle la mano pero, debido a su tartamudez, no se atrevió a hacerlo en persona y envió a un amigo suyo en su lugar. Lady Elizabeth Bowes-Lyon contestó sin dudar al emisario del duque:
-"¡No, no hasta que venga él en persona y me lo pida!"
Ante la exigencia de Lady Elizabeth, el Duque de York se decidió a dar finalmente el paso en persona. Cuando llegó el momento, su tartamudez le impidió nuevamente pedirle la mano de viva voz. Harto, sacó de su bolsillo un trozo de papel y le hizo la propuesta por escrito. Lady Elizabeth aceptó inmediatamente.
Anécdota de: Lady Elizabeth Bowes-Lyon, Duquesa de York y Reina de Gran-Bretaña e Irlanda del Norte (1900-2002).
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