Las relaciones entre la reina Victoria y su heredero "Bertie", Príncipe de Gales -futuro rey Eduardo VII-, no fueron las mejores teniendo en cuenta el comportamiento y la actitud de éste, que chocaba frontalmente con la estricta e implacable moralidad materna. Victoria siempre tuvo motivos para disgustarse con él, lo que la llevó a excluirle de todos los asuntos públicos de la Corona.
Un día, Lady Beaconsfield sugirió a la soberana que, pese a todo, el tener a Bertie a su vera debía ser un gran consuelo para ella en su vejez.
-"¿Consuelo?¿Por qué?¡Le pillé fumando a los quince días de morir su padre!"
Anécdota de: Victoria I, Reina de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperatriz de la India (1819-1901).
No hay comentarios:
Publicar un comentario