miércoles, 30 de mayo de 2012

EL DUQUE DE LA ROCHEFOUCAULD

FRANÇOIS VI,
IIº DUQUE DE LA ROCHEFOUCAULD
1613 - 1680



François VI de La Rochefoucauld, sexto miembro de su familia en llevar ese nombre de pila y segundo duque de La Rochefoucauld y Par de Francia, nació y murió en París (1613-1680), siendo hijo del 1er duque François V de La Rochefoucauld (1588-1650) quien, tras militar en las filas protestantes francesas, abrazó el catolicismo, consiguió el título ducal con paridad en 1622 y obtuvo su nominación como Presidente del Consejo del Rey de 1622 a 1624 (rango que equivaldría hoy al cargo de Primer Ministro), sucedido luego en el cargo por el Cardenal de Richelieu. Su madre, Duquesa de La Rochefoucauld, fue Gabrielle du Plessis-Liancourt.

Desde su nacimiento, producido el 15 de septiembre de 1613, recibió de su padre el título de príncipe de Marcillac, que tradicionalmente se adjudicaba automáticamente al primogénito y presunto heredero de su casa. Su educación fue escasa y prontamente abandonada para alistarse en el ejército a sus 16 años de edad, hecho que le empujó a hacerse notar en sociedad, abriéndole las puertas de la élite parisina y de la corte.

Los La Rochefoucauld figuran entonces entre las primerísimas casas de la aristocracia gala, cuyo orígen se documenta desde el siglo XI, y tan emparentada a la casa de Rochechouart-Mortemart (aún más antigua ésta, al remontar hasta la época de Carlomagno) que es casi imposible citar a los duques de La Rochefoucauld sin aludir a los duques de Mortemart.

Retrato de Andrée de Vivonne de Pisani, Princesa de Marcillac y IIª Duquesa de La Rochefoucauld.


La dimisión obligada del 1er duque a favor de Richelieu en 1624, suscitó un rencor hacia el cardenal que empujaría al padre de nuestro protagonista a participar de lleno en un sinfín de conspiraciones políticas. Cuatro años después (el 20 de enero de 1628), casaba a su heredero de 14 años con una niña que aún no había tenido su menarquía: la linajuda y rica Andrée de Vivonne, prima de la distinguida Marquesa de Rambouillet, que fallecería en 1670. Tempranamente enrolado en las filas militares, participó a distintas campañas en las que demostró su temple y valerosidad sin obtener los esperados reconocimientos y promociones debidas a sus capacidades de soldado. En la Corte, entraría en la órbita de Marie de Rohan, duquesa de Luynes -y futura duquesa de Chevreuse en segundas nupcias-, una de las tres mujeres que influenciaron sucesivamente en su vida. Gracias al favor de ésta, recibió un empleo como gentilhombre de la Casa de la Reina Ana de Austria, y empezó a participar en futiles cábalas y conspiraciones cortesanas dirigidas contra el Cardenal de Richelieu y Luis XIII, sin ningún resultado serio aunque le valiera un encarcelamiento de 8 días en La Bastilla y un posterior destierro a las posesiones de su padre.

Retrato de Marie de Rohan-Montbazon, Duquesa de Luynes y de Chevreuse (1600-1679).


El turbulento y ambicioso príncipe de Marcillac entraría en esa época de rebeldía protagonizada por los Grandes, participando desde muy joven a las intrigas palatinas contra Richelieu y a la "Fronda de los Príncipes" durante la minoría de edad de Luis XIV, lo que le costaría el encarcelamiento en La Bastilla primero (1637), y el exilio en sus tierras de Verteuil después -a 30 kms. de la ciudad de Angulema- , como cité anteriormente.



A la muerte, en 1642, de Richelieu, creyó tener una ocasión favorable para dar cuerpo a sus ambiciones personales. Se convirtió en uno de los personajes importantes que tomó parte activa en la reconciliación entre la Reina-Regente y el Príncipe Luis II de Condé, en una liga contra el Duque Gastón de Orléans. Pero la estrella ascendente del Cardenal Mazarino acabó por obstaculizar sus proyectos y la relación que mantenía con la bella Duquesa de Longueville (1645), le convirtió en un rebelde y actor de la Fronda. Se distinguió particularmente en el asedio de París, y se batió desesperadamente en el de Mardyck, donde recibió graves heridas.

En la segunda Fronda, Marcillac siguió a los Condé en sus aventuras y desventuras. Al fallecer su padre en 1650, protagonizó un incidente. Habiéndose reunido la nobleza de provincia para los funerales del 1er duque, el nuevo duque de La Rochefoucauld intentó en vano persuadirles para que se unieran a él y hacerse con el destacamento de Saumur. Luego se sucedieron diversas acciones militares en el curso de la cuales fue valiente y generalmente desafortunado. Su mala suerte culminó en la mortífera batalla del Faubourg Saint-Antoine, bajo los muros de París (1652), donde perecería la flor y nata de la nobleza rebelada, y en la que recibió un grave percance. Herido en la cabeza, los médicos y cirujanos temieron por sus ojos. Necesitó todo un año de convalescencia para recuperarse, encontrándose, tras veinte años de combates, desterrado en su castillo de Verteuil, con una salud debilitada, una fortuna menguada y conflictos con todos aquellos que tenían poder en el seno del Estado. Con paciencia y resignación, tomó el partido de retirarse de la vida pública y esperar a que muriera el Cardenal Mazarino para reaparecer en la alegre Corte de Luis XIV.

Aquellos años en la penumbra le llevaron a escribir sus memorias y a redactar sus famosas "Máximas", fruto de sus enriquecedoras conversaciones en los salones parisinos de la Marquesa de Rambouillet antes de la época de las Frondas.



Desengañado, renuncia finalmente a la política y a las intrigas futiles de su juventud, limitándose a frecuentar los célebres salones de Madame de Sablé y de la Condesa de La Fayette, en París, donde se reencuentran la flor y nata de la aristocracia francesa con las más importantes figuras de las Artes y Letras del país. En 1662, la publicación parcial de sus "Memorias" por los Elzeviers, levantaron una polvareda en el mundo de los salones. Muchos de sus amigos se mostraron profundamente dolidos al descubrir los juicios vertidos sobre ellos y La Rochefoucauld se dio prisa en negar su autenticidad para evitar más enemistades. Tres años después, publicaba sus "Máximas" sin firmarlas con su nombre, que le auparon de golpe y porrazo entre los más distinguidos nombres de las Letras. Por aquella época, tejió una gran amistad con Madame de La Fayette; una amistad que iba a durar hasta su muerte. Reconocido como un moralista y un escritor del más alto valor, y teniendo un círculo de amigos devotos tanto en los salones como en la Corte, habría podido ingresar en la Academia Francesa si lo hubiera solicitado. Sin embargo, la edición definitiva y completa de sus 700 máximas, no se produciría hasta 1817.

Culto y refinado, La Rochefoucauld veía la política como un juego de ajedrez... Denunciando de manera constante todas las apariencias de la virtud, las "Máximas" anuncian el fin del héroe corneliano que proseguirá con Nietzsche y Cioran.



El rey Luis XIV le distinguió con la Real Orden del Espíritu Santo, máxima condecoración francesa. El duque fallecería de gota a sus 67 años, completamente ciego.

Poco antes de su muerte e incapacitado por su ceguera, cedió sus títulos y honores a su hijo François VII, príncipe de Marcillac (1634-1714)*, convirtiéndole en el 3er duque de La Rochefoucauld y en beneficiario de una posición superior en el seno de la Corte de Versailles. Éste ya andaba casado con una prima desde 1659: Jeanne-Charlotte du Plessis-Liancourt (1644-1669), que le aportó el título de 3er duque de La Roche-Guyon y le dió tres hijos. Desde 1671, ostentaba el cargo de gobernador de Berry, a la que sumó el de gran maestre de la guardarropa del Rey (1672) y el de Montero Mayor de Francia (1679).



(*)_primogénito de sus 8 hijos.

martes, 29 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -150-



El científico británico Sir Isaac Newton fue, entre otras cosas, representante de la Universidad de Cambridge en la Cámara de los Comunes del Parlamento de Londres, entre 1687 y 1690. Su paso por tan importante institución no fue de lo más brillante. En sus tres años como parlamentario, tan solo abrió una vez la boca para proponer lo siguiente a sus colegas diputados:

-"¡Propongo cerrar esa ventana porque aqui hace un frío considerable!"

Anécdota de: Sir Isaac Newton, Kt. (1643-1727) físico, filósofo, teólogo, matemático, alquimista e inventor, catedrático del Trinity College de la Universidad de Cambridge.

domingo, 27 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -149-



Conocida fue la relación sentimental entre la condesa gallega Emilia de Pardo-Bazán y el novelista canario Benito Pérez Galdós, pero también fue de dominio público la enemistad que llegaron a profesarse.
En una ocasión, y ya ancianos ambos, se cruzaron accidentalmente en unas escaleras: Pérez Galdós las subía a duras penas y Pardo-Bazán las bajaba. Al cruzarse con él, la condesa escritora le soltó por saludo:

-"Adiós, viejo chocho."

Dándose cuenta que al decirle aquello le había puesto en bandeja una ingeniosa respuesta, se apresuró en bajar las escaleras pero, aún y así, oyó de refilón la respuesta de Pérez Galdós:

-"¡Adiós, chocho viejo!"



Anécdota de: Condesa Emilia de Pardo-Bazán, novelista, periodista, ensayista y crítica (1851-1821) y de Benito Pérez Galdós, novelista, cronista y dramaturgo (1843-1920).

Anécdotas Históricas -148-



Al rey Jorge II de Gran-Bretaña se le pasó un día por la cabeza la idea de cerrar el Parque de Saint-James y convertirlo en su jardín particular para su personal uso y disfrute, lo que habría provocado la ira de los londinenses, que gustaban pasearse en él. Consultando la idea al político y diplomático Lord Chesterfield, se aventuró a preguntarle cuánto costaría semejante proyecto. Éste, recurriendo a la típica concisión británica, le constestó:

-"Solo una corona, Señor."

Cogiendo al vuelo la indirecta, el monarca abandonó inmediatamente su proyecto.

Anécdota de: Jorge II, Rey de Gran-Bretaña e Irlanda, Elector de Hannover (1683-1760).

sábado, 26 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -147-



A la reina Victoria I le llegaron un día rumores de que cierto ministro suyo andaba hablando mal de ella por los salones londinenses. Ante la noticia, Su Graciosa Majestad no se alteró en absoluto. Por toda respuesta al delator, sentenció:

-"No pienso ocuparme de lo que el ministro opine de mi; lo que debe importarle es lo que opino yo de él!"

Anécdota de: Victoria I, Reina de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperatriz de la India (1819-1901).

Anécdotas Históricas -146-



Durante el proceso instruído contra la reina Ana Bolena, a la que se acusaba de "traición y adulterio", los jueces recriminaron a la segunda consorte las palabras usadas por ella al referirse despectivamente al miembro viril de Su Graciosa Majestad:

-"La espada del Rey no pasa de ser una simple navaja."

Anécdota de: Lady Anne Boleyn, Reina de Inglaterra e Irlanda (h.1501/1507-1536).

viernes, 25 de mayo de 2012

Cita de la Semana



"El hombre no está hecho para trabajar, la prueba es que eso le cansa."

Frase de: François-Marie Arouet de Voltaire, filósofo, escritor (1694-1778).

miércoles, 23 de mayo de 2012

LA SIMIOCRACIA de Aleix Saló

LA SIMIOCRACIA :
 
vídeo explicativo de las consecuencias de la ineptitud de nuestros gobernantes, para gente que aún no ha entendido el por qué de la crisis y por qué la paga el pueblo. Dibujo animado basado en el libro del mismo título de Aleix Saló.
 

martes, 22 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -145-



La reina Mary de Teck, esposa del rey Jorge V de Gran-Bretaña e Irlanda, detestaba a los perros porque los temía y la ponían nerviosa. A su nieta, la entonces princesa Elizabeth de York, le pasaba todo lo contrario con los canes: la entusiasmaban.

Fotografía de la entonces Princesa Elizabeth de York, con su pareja de perros Corgi Galeses.


Un día en que se celebraba una recepción en los jardines de Buckingham Palace presidida por los monarcas, la princesa Elizabeth acudió acompañada de sus Corgi Galeses y, para que su abuela venciera momentáneamente su fobia por los canes, no se le ocurrió otra cosa que entregarle una galleta para perros con el fin de que lo diera a comer a sus Corgi. De mal humor, la reina rehusó dar la galleta a los perros de su nieta y, sin saber qué hacer con aquella, aprovechó que el arzobispo de Canterbury estaba a su vera y se la dio sin más explicación. El arzobispo, agradecido y pensando que se trataba de una pasta de té, sonrió a la soberana y se la comió sin saber lo que se había llevado a la boca.

Anécdota de: Mary de Teck, Reina de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperatriz de la India (1867-1953).

lunes, 21 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -144-



Por lo visto, al rey Felipe IV de España le agradaba sobremanera que le apodasen "el Grande". A propósito de la vanidad del monarca, y aprovechando la reciente pérdida del reino de Portugal en 1640, se dice que el ingenioso Duque de Medinaceli le soltó:

-"A Su Majestad le pasa como a los hoyos, que cuanta más tierra pierden, más grandes son!"

Anécdota de: Antonio Juan Luis de La Cerda y Toledo Dávila Colonna, VIIº Duque de Medinaceli, G. E. (1607-1671), Consejero del Consejo de Estado, Virrey de Valencia y Capitán General de la Mar Oceana y Costas de Andalucía.

domingo, 20 de mayo de 2012

CURIOSIDADES -35-



En 1885, el escritor y conde ruso León Nicolaievich Tolstói (1828-1910) se convirtió, a su manera, en el primer defensor de la causa de los animales. Promotor de un pacifismo vegetariano, preconizaba el respetar la vida de los animales y alimentarse exclusivamente de vegetales.

CURIOSIDADES -34-



Cuando el rey Francisco I de Francia empezó a sufrir serios problemas gástricos, su médico turco le recetó el consumo diario de yogur de leche de oveja. Es a partir de 1542, cuando el monarca introduce ese producto alimentício en el país galo.

CURIOSIDADES -33-



Cuando se era favorita del Rey, había que rivalizar en ingeniosidad para que una pudiera deshacerse de sus rivales potenciales. La Marquesa de Montespan, obsesionada por conservar su belleza, guardaba un secreto peculiar: cada mañana, siguiendo los consejos de un charlatán que le había asegurado que le conservaría la mirada brillante y el cutis fresco, se bebía un gran vaso de orina de mula. Y, para borrar las posibles arrugas de la cara, se hacía preparar una mascarilla a base de manteca, tuétano de buey y boñiga de vaca!

CURIOSIDADES -32-



Entre otras cualidades, hubo un rasgo que honraba al entonces Presidente de la República Francesa, el General Charles De Gaulle (1890-1970), Jefe de Estado entre 1959 y 1969: la economía doméstica. Cuando era cuestión de recortar gastos, tanto él como su esposa Madame De Gaulle, no se andaban con remilgos, incluso cuando ocupaban el Palacio del Elíseo.
Cuando las cortinas de palacio acusaban cierto desgaste, la Primera Dama optaba por una solución sencilla antes que gastar un solo franco en comprar nuevas: ordenaba que se les diera la vuelta y así se veían como nuevas.
En cuestión de electricidad, el Presidente era igualmente vigilante; una a una, apagaba las luces de todas las estancias que abandonaba o no utilizaba. Llegó incluso a hacer instalar un contador especial en sus apartamentos privados para evitar que la factura de la luz recayese en el contribuyente francés, abonándola de su bolsillo.

CURIOSIDADES -31-



Durante la Revolución Francesa, las balas para los fusiles del ejército escaseaban tanto que los revolucionarios arremetieron contra toda edificación u objeto que contuviera el metal con que se fabricaban: el plomo. Desde las cañerías hasta los tejados de iglesias y catedrales fueron arrancados y fundidos hasta que, agotadas las existencias que estaban a la vista, no se privaron de despojar todos los féretros reales de la abadía de Saint-Denis que contenían el precioso metal, desde el de Dagoberto hasta el de Luis XV, lanzando y apilando los cadáveres que los ocupaban en una fosa común.

jueves, 17 de mayo de 2012

Anécdotas Históricas -143-



Cuando Napoleón I intervino en los asuntos de España o, mejor dicho, en la disputa que había entre Carlos IV y su hijo Fernando VII por el poder, cometió el craso error de anexionarse finalmente el reino español mediante el engaño de Bayona. Aquella decisión que tanto pesó en la suerte del 1er Imperio Francés y cuyas consecuencias fueron desastrosas, llevaron a su ministro Talleyrand el hacerle la siguiente reflexión:

-"¡Os dije que interviniérais, no que perseverárais!"

Anécdotas de: Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, Príncipe de Benevento y 1er Duque de Talleyrand (1754-1838) estadista y diplomático francés.

Cita de la Semana



"La justicia, como la serpiente, siempre muerde a los descalzos."

Frase de: Eduardo Galeano, escritor y periodista (n.1940).

lunes, 14 de mayo de 2012

Frase de Cine



-"Un caballero, es simplemente un lobo paciente."

Frase de: Lana Turner, actriz (1921-1995).

Frase de Cine



El actor norteamericano Gary Cooper fue famoso en Hollywood  por tener fama de Don Juan entre las mujeres y no sólo porque fuera atractivo y estuviera muy bien dotado. Su don de conquistador de féminas residía principalmente en saber escuchar pacientemente a éstas, demostrarles gran interés y, a la que se descuidaban, ya estaban con las bragas en los tobillos. Una de sus grandes conquistas fue la famosa actriz fetiche de Alfred Hitchcock, Grace Kelly, cuya glacial belleza y puritana imagen se esfumó cuando Gary confió:

-"Cuando estás con Grace, da la sensación de ser un témpano, hasta que le bajas las bragas, entonces es un volcán en erupción."

Frase de: Gary Cooper, actor (1901-1961).

Frase de Cine



-"El pueblo no debería temer al gobierno, el gobierno debería temer al pueblo."

Frase de: Hugo Weaving, actor (n.1960) in "V for Vendetta / V de Venganza", 2006.

OCULTISMO: La Mano de Gloria

Un instrumento mágico:

LA MANO DE GLORIA



La Mano de Gloria es un amuleto más bien inquietante, que posee la reputación de volver a su propietario invisible y el de paralizar a aquellos que miran su luz. Muy buscada por ladrones y saqueadores, algunos raros ejemplares aún se dejan ver en algunos museos.

El nombre de "Mano de Gloria" deriva de la palabra "Mandaglore" que, a su vez, procede de la Mandrágora, mágica raíz muy cotizada entre ocultistas de siglos pasados. La Mano de Gloria tiene cinco velas por cada dedo de la mano. La tradición cuenta que, en el caso de que la vela del dedo pulgar no se encienda, una de las personas sometidas al sortilegio no se dejará someter y acabará capturando al ladrón. En este caso, el ladrón se guardará de robar en la casa y la evitará. Para contrarrestar el sortilegio de una Mano de Gloria, la leyenda quiere que se le tire leche para apagar sus llamas.

Para fabricar una Mano de Gloria, según la edición de 1826 del "Diccionario Infernal" de Collin de Plancy, hay que hacer lo siguiente:

"Esta mano de gloria es la mano de un ahorcado, que hemos de preparar de la siguiente manera: se envuelve en un trozo de sábana mortuoria, prensándola fuertemente para que pueda salir el resto de sangre aún contenida en sus venas; luego se deposita en un jarrón de terracota, con sal, pólvora, pimienta y zimat, todo bien pulverizado. Se deja reposar durante quince días; después, se expondrá al sol en época de canícula, hasta que quede bien disecada; si el sol no bastara, se puede poner en un horno encendido con esparraguera y verbena. Luego se compondrá una especie de vela, con la grasa del ahorcado, cera virgen y sésamo de Laponia; se sirve uno de la mano de gloria como de un candelabro para tener esa maravillosa vela encendida. En todos los sitios donde se irá con ese diabólico instrumento, aquellos que moran en ellos permanecerán inmóbiles, sin poder moverse como si estuvieran muertos."

El "Petit Albert", nombre de un célebre diccionario francés decimonónico, añade que las mechas han de trenzarse con los cabellos del propietario de la mano.

Collin de Plancy añade que el hecho de que ya no se ahorca tanto como antes, hace que la fabricación de esas manos sea cada vez más difícil. Añade la leyenda siguiente:

"Dos magos, que acudieron a una posada para robar, con la intención de sustraer las pertenencias de los allí presentes, pidieron al propietario pasar la noche al lado del fuego de la chimenea; éste, caritativo, les dejó permanecer allí. Cuando todo el mundo fue a acostarse, la sirvienta, que no se fiaba del sospechoso aspecto de aquellos dos viajeros foráneos, se escondió tras una puerta espiándoles a través de la cerradura, para ver qué hacían. Vio como los dos hombres sacaron de un saco una mano de muerto, untando con un ungüento los cinco dedos de aquella extremidad cadavérica y enciendiéndolos a excepción de uno que no conseguían encender, pese a los repetidos intentos; y esto porque, como la sirvienta comprendió, de todos los que dormían en la posada ella era la única que permanecía despierta, ya que los demás dedos estaban prendidos para sumir en un hipnótico y profundo sueño a aquellos que ya estaban durmiendo. Fue inmediatamente a despertar al patrón, pero no lo consiguió por mucho que lo sacudiera de la cama, como tampoco pudo conseguirlo con los demás clientes hasta que no se apagasen los dedos de la mano del muerto. Mientras tanto, los ladrones empezaban con su cometido en una habitación contigüa. Viendose descubiertos por la mujer, los dos magos se largaron con su triste botín y desaparecieron en la oscuridad de la noche.

Los ladrones no pueden servirse de la mano de gloria cuando se ha tenido la precaución de frotar el quicio de la puerta con un ungüento, compuesto de hiel de gato negro, grasa de gallina blanca y de sangre de lechuza; dicho ungüento debe hacerse durante la canícula."
sigue relatando el autor, pues vaya pestilencia en pleno verano, realmente hay que tener estómago para ser brujo!!!

 

Fuente: "Diccionario Infernal" de Mr. Collin de Plancy, 1826 / traducción: Arnau.

Frase de Cine



-"Nunca olvido una cara, pero con usted voy a hacer una excepción."

Frase de: Groucho Marx, actor (1890-1977), in "El Hotel de los Líos / Room Service", 1938.

domingo, 13 de mayo de 2012

PALACIO DEL ELÍSEO -2-


UNA SEDE DE PODER:
EL PALACIO DEL ELÍSEO
II



En 1848 y bajo la joven IIª República, tras ganar las elecciones presidenciales, el Príncipe Luis Napoleón Bonaparte es curiosamente instalado en el Palacio del Elíseo, entonces bautizado como "el Eliseo-Nacional", escogido como su residencia oficial y permanente en la capital. Según el artículo 62 de la Constitución de 1848, quedaba establecido que el Presidente debía ser alojado a cuenta del Estado y residir en el lugar donde tenía sede la Asamblea Nacional: en París. Cuando el flamante Jefe de Estado elegido por sufragio universal entra por las puertas del Palacio del Elíseo, se encuentra con una residencia necesitada de una urgente restauración. Es pues bajo su mandato cuando se inician el grueso de las obras de remodelación (al estilo londinense) y ampliación: se alquilan los vecinos palacetes de Castellane y de Sébastiani, propiedades de la Condesa de Hatzfeld y del Duque de Galliera respectivamente. En 1850, sendos palacetes serían destruitos en la década de 1850 para permitir la ampliación del palacio presidencial, conservando una uniformidad arquitectónica.



Al tercer año de su mandato, el Príncipe-Presidente urdirá su golpe de Estado (diciembre de 1852) proclamando el advenimiento del IIº Imperio y la caída del régimen republicano.

De Príncipe-Presidente, como se le conoce entonces por su pertenencia a la Casa Imperial, el sobrino del Emperador Napoleón I pasa a ser Su Majestad Imperial Napoleón III, Emperador de los Franceses.

Aún soltero y viendo que las cortes europeas le dan calabazas o no parecen interesarse por proponerle alguna princesa en edad de merecer, Napoleón III acabará contrayendo un matrimonio por amor con una bella y linajuda aristócrata española: María Eugenia Palafox de Portocarrero y Kirckpatrick de Closeburn, Condesa de Teba (1826-1920), más conocida como Eugenia de Montijo por, entre otros, el título nobiliario de sus padres, Condes de Teba y de Montijo con grandeza de España.



Eugenia de Montijo, Emperatriz de los Franceses, pasaría su última noche de soltera en el Elíseo y residiría en él del 22 al 30 de enero de 1853. De allí, la pareja imperial pasará al Palacio de Las Tulerías, donde se instalará definitivamente, sin por ello dejar de lado el Palacio del Elíseo. Napoleón III decide que su antigua residencia presidencial necesita una renovación completa y encarga al arquitecto Joseph-Eugène Lacroix el proyecto. Las estructuras actuales del palacio proceden esencialmente de aquella época y, el conjunto de los trabajos que finalizan en 1867, constituyen las últimas obras magnas que se acometen en el edificio. Se añaden alas laterales, un nuevo comedor de gala en la prolongación del Salón Murat, y la gran entrada con su monumental pórtico de cuatro columnas jónicas es reemplazado por un porche en forma de arco de triunfo que aún existe. Se hacen terrazas sobre los edificios que rodean el Patio de Honor (Cour d'Honneur) y los salones de la planta baja son enteramente remodelados mientras se clausuran todas las tiendas adyacentes que antaño fueron abiertas por el matrimonio Hovyn. Por entonces, la mezcla de los estilos IIº Imperio, Luis XV y Luis XVI son juzgados como de mal gusto y sujetos a críticas. Pero, lo más extraño del reacondicionamiento del palacio sigue siendo el subterráneo secreto que se construye entre el Palacio del Elíseo (al cual se accede por la sacristía de la capilla) y el palacete de la calle Faubourg-St-Honoré nº10, residencia de la Condesa de Mercy-Argenteau, amante del emperador.




Finalmente renovado y dispuesto para ser habitado con todo el confort de la época, el Palacio del Elíseo será destinado a hospedar, como en épocas anteriores, a los soberanos foráneos en visita oficial en París. La reina Victoria I de Gran-Bretaña lo ocupará en 1855, luego sería el emperador Alejandro II de Rusia, el emperador Francisco-José I de Austria, el rey Carlos XV de Suecia y el rey Guillermo III de los Países-Bajos, el sultán otomano Abdul Aziz,... También sería escenario de las suntuosas y brillantes celebraciones imperiales: fiestas, banquetes, bailes y recepciones oficiales se sucederán entre sus paredes.

Durante la guerra franco-alemana de 1870, es del Palacio del Elíseo que partirá el primer batallón al mando del coronel Lafont. Con la caída del IIº Imperio, el palacio será nuevamente rebautizado como "El Eliseo Nacional" y devuelto al Estado el 22 de diciembre, tras servir de alojamiento al general comandante superior de las Guardias Nacionales. El edificio se salvará del pillaje y de la quema indiscriminada de los Comuneros gracias a los sellados falsos puestos por Louis Basset de Belavalle.

Con Napoleón III exiliado en 1871, se da por finalizada la época monárquica del palacio. El nuevo Presidente de la flamante IIIª República, Adolphe Thiers, solo se hospedará un par de meses entre sus muros (diciembre de 1872 y enero de 1873). El 15 de julio de 1873, es el sucesor del anterior en la jefatura del Estado, el Conde Patrice de Mac Mahon, quien acoge oficialmente al Sha de Persia entre sus muros. En septiembre de 1874, el Presidente Mac Mahon se instala con mujer e hijos de forma definitiva en el palacio y, con la ley del 22 de enero de 1879, el Elíseo se convierte oficialmente en la residencia de los presidentes de la República Francesa.

Es al Presidente Mac Mahon a quien se debe la ampliación de la antigua sala de baile imperial, convertido en Salón Napoleón III en la actualidad, para instalar un comedor de gala. Sería posteriormente adosado el invernadero por su sucesor, el Presidente Jules Grévy quien, además, mandaría instalar las primeras líneas telefónicas del palacio. Su yerno, Daniel Wilson, aprovechó su posición para instalar en unos tres o cuatro de los salones de la planta baja su "oficina" para aceptar sobornos, traficar con influencias y vender condecoraciones de la Legión de Honor y otras distinciones al mejor postor (desde 25.000 a 500.000 Francos), para financiar sus periódicos de provincia, provocando un sonado escándalo que salpicaría al Presidente de tal modo que le obligó a dimitir de su cargo en diciembre de 1887.

Otro presidente, Sadi Carnot, deseando otorgar cierta majestad a la función presidencial, mandó realizar la actual sala de fiestas ejecutada para las festividades de la Exposición Universal de 1889, por el arquitecto Chancel. Otra novedad: se procede a la instalación de alumbramiento eléctrico. La pareja Carnot, Sadi y Cécile, organizan cada año dos "garden-party" y dos grandes bailes a los que invitan a 10.000 personalidades francesas, e instauran la costumbre de poner cada navidad un abeto decorado, ofrecer un espectáculo y repartir regalos a favor de los niños pobres.



Sadi Carnot sería el primer Presidente en ser asesinado en 1894, durante una visita oficial en la ciudad de Lyon. Su cadáver sería traído de vuelta al Elíseo para el velatorio, convirtiendo en capilla ardiente el Salón del Hemiciclo para tal ocasión.

Las modificaciones posteriores tocarían principalmente la decoración interior y la modernización de las instalaciones de forma paulatina: bajo Armand Fallières, se instala el primer ascensor; con Raymond Poincaré, se completa la instalación eléctrica y se procede a la instalación de los primeros cuartos de baño; con Albert Lebrun, se instala la calefacción central.

El 10 de junio de 1940, el Palacio del Elíseo acoge el último Consejo de Ministros parisino de la historia de la IIIª República. Es entonces cuando el Gobierno decide abandonar la capital e instalarse en Vichy.

Retrato del General Charles De Gaulle.


Abandonado entre 1942 y 1946, no fue requisado por el ocupante alemán y, tras la IIª Guerra Mundial, tampoco es ocupado por los Jefes de Estado del Gobierno Provisional de la República Francesa. El General Charles De Gaulle elige el Hôtel de Brienne para instalarse, entonces sede del Ministerio de la Guerra. Es el Presidente Vincent Auriol y la Primera Dama Michelle Auriol quienes se emplearán en renovar, modernizar y restituir el antiguo aspecto que tenía el palacio antes de los dudosos añadidos de Sadi Carnot que, con su enorme marquesina y su reloj cubriendo la fachada principal, habían convertido el edificio a imagen y semejanza de una estación de ferrocarriles. Las cocinas y vestuarios serían trasladados en el sótano; las farolas de la época de Napoleón III serían arrancadas y sustituídas por lámparas de aplique colocadas en los muros de las alas que rodean el Patio de Honor; los balcones en hierro forjado de los ventanales de la planta baja recuperados y reinstalados,... ¡todo esto en tan solo 3 meses!

Cuando Charles De Gaulle llega a la presidencia, se ve forzado a instalarse en el Elíseo, lugar que detesta por culpa de sus antecedentes históricos, por sus limitaciones,... pero acaricia la idea de instalarse en otro palacio más acorde a sus gustos y con vistas más amplias: la Escuela Militar, El Louvre, Los Inválidos y, sobretodo, el Castillo de Vincennes son seriamente barajados. Pero los presupuestos para acondicionar Vincennes y convertirlo en residencia del Jefe de Estado, son demasiado elevados y los costes parecen demenciales a sus consejeros. La idea de tranferir la residencia del Jefe de Estado a Los Inválidos, a Vincennes o a la Escuela Militar se debe, sobretodo, a una cuestión de seguridad, espacio y accesos. El General De Gaulle deseaba poder tener un helipuerto, tener más espacio para los despachos de sus consejeros y mejorar el sistema de seguridad. La obsesión será recogida y perseguida por sus sucesores: Valéry Giscard d'Estaing, François Mitterrand, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy...



A partir de 1959, el Presidente definirá la organización general del interior de palacio; una organización que, desde entonces, sigue aún vigente: para el edificio central y el Ala Oeste se reservan todas las funciones oficiales; para el Ala Este se instalan los apartamentos privados del Jefe de Estado y de la Primera Dama; en las alas laterales que rodean el Patio de Honor, se instalan los despachos y oficinas de los consejeros técnicos. De Gaulle transformaría los antiguos apartamentos privados del 1er piso central en despachos; Georges Pompidou, su sucesor, mandaría instalar la sala de proyección (sala de cine) en los sótanos; Valéry Giscard d'Estaing instalaría la computadora "Júpiter" que dirige el armamento nuclear. Desde entonces, las instalaciones militares y de seguridad serían capaces de "proteger" al Presidente y a sus consejeros durante varias semanas en caso de conflicto.

Es con Giscard d'Estaing que el Palacio del Elíseo se abre por vez primera al público: el 14 de julio de 1977. En tan solo 3 horas, desfilaron nada menos que 10.000 curiosos en fila india por los salones de la planta baja. Sin embargo, dada la enorme afluencia de visitantes, la experiencia no pudo repetirse en los años siguientes al provocar un colapso de los servicios de seguridad. Un año más tarde, el mismo presidente recuperaba el "garden-party" para la festividad nacional del 14 de julio (1978), suprimida indefinidamente en 2010 por otro presidente, Nicolas Sarkozy de Nagy-Bocsa; la crisis global financiera empuja al Gobierno a recortar gastos suntuarios.

Sin embargo, y desde 1990, aprovechando las llamadas "Jornadas del Patrimonio" -en las que los museos, castillos y palacios de toda la nación hacen puertas abiertas-, el Palacio del Elíseo es abierto nuevamente al público.

El tema de que la Presidencia abandone el Elíseo para instalarse en una residencia estratégicamente más segura y mejor protegida, sigue siendo un proyecto vigente que casi se lleva a cabo en 2008 pero, al estallar la crisis, la decisión se pospuso al tener en cuenta que semejante gasto sería mal acogido por la opinión pública.

Dibujo esquemático del Castillo Real de Vincennes: los edificos numerados 5 y 6 son los palacios construídos para Luis XIV en la década de 1660, y denominados Pabellón del Rey y de la Reina respectivamente.

En julio de 2010, el Plan "Escala" preveía la evacuación del Palacio del Elíseo en caso de crecida del Sena (recordando la catástrofe de 1910). La Presidencia habría entonces preparado, en esa eventualidad, un repliegue sobre el Castillo Real de Vincennes, reputado seguro y habitable.

En el Elíseo han vivido, hasta hoy día, 23 Presidentes de las cuatro repúblicas (de la IIª a la Vª): desde Luis-Napoleón Bonaparte en 1848 hasta Nicolas Sarkozy en mayo 2012. El recién elegido François Hollande será, a partir del 15 de mayo de este año, el 24º Presidente de la República Francesa en vivir entre los muros de un palacio cargado de historia.

sábado, 12 de mayo de 2012

PALACIO DEL ELÍSEO -1-


UNA SEDE DE PODER:
EL PALACIO DEL ELÍSEO



Situado en el número 55 de la parisiense calle Faubourg-Saint-Honoré, del distrito VIIIº, el actual palacio fue el palacete del entonces Conde d'Évreux, quien encargó su diseño y construcción al arquitecto Armand-Claude Mollet, y cuyas obras se llevaron a cabo entre 1718 y 1722.

El Palacete u Hôtel d'Évreux nació a raíz de una burla del Regente Felipe II de Orléans cuando el Conde d'Évreux le solicitó la capitanería de las cazas de Monceaux:

-"Os la daré cuando yo mismo pueda entregárosla en vuestro palacete."

Retrato de Henri-Louis de La Tour D'Auvergne, Conde d'Évreux (1679-1753); obra de H. Rigaud.


Directamente afectado y a sabiendas de que no posee ninguna residencia que se adecúe a ese nombre en la capital del Sena, el Conde d'Évreux venderá al financiero John Law su condado de Tancarville por la suma de 732.000 libras. Con parte de esa fortuna (77.000 libras), compra una decena de hectáreas de terreno situado entre la actual calle del Faubourg-Saint-Honoré (entonces un simple camino que llevaba al pueblo del Roule) y el Grand Cours (actuales Campos Elíseos), un lugar de paseo creado por Colbert en las inmediaciones del Palacio de Las Tulerías. Por entonces, no hay otra cosa que huertos, bosques, jardines y explotaciones diversas en los alrededores pero, con el proyecto urbano de la futura avenida de los Campos Elíseos que se está fraguando, los solares serán rápidamente adquiridos por los aristócratas que desean abandonar el centro de la capital y sus angostas calles, y encargar a los arquitectos majestuosas residencias al gusto de aquellos años.

Para poder pagar la construcción de su lujoso palacete y asegurar su tren de vida de acuerdo con su rango, el Conde d'Évreux casará con la hija del financiero Antoine Crozat, cuya dote se eleva a la fabulosa cifra de 2 millones de libras. Él tiene entonces 32 años y ella 12. Se separará de la rica heredera el mismo día del baile ofrecido para la inauguración de su nueva residencia, el 14 de diciembre de 1720. El conde, que había especulado con el sistema de Law y la Compañía de las Indias, retiró el suficiente dinero para indemnizar a su suegro.

El Hôtel de Évreux, representado a vista de pájaro en los llamados Planes Turgot de 1734-1739.

Plano alzado y corte del Hôtel de Évreux en el siglo XVIII.



Como lo prometido es deuda, el Regente acudirá en persona al Hôtel d'Évreux para entregar al conde su nombramiento al frente de la Capitanía de Cazas de Monceaux, regalándole además 530 m2 de terreno para felicitarle por haber ganado el desafío.

El Conde d'Évreux morirá en su admirada residencia parisina en 1753, considerada como la mejor y más elegante casa de su tiempo. El mismo año, será el rey Luis XV quien comprará el palacete para convertirlo en la residencia de la Marquesa de Pompadour, su gran amiga y favorita, por la suma de 730.000 libras. Aunque los lugares encantan a la amante del rey y le llevan a acometer reformas, ampliaciones y redecoraciones, acaba por espaciar sus estancias tras la súbita muerte de su hija en 1754.

Detalle de un retrato de la Marquesa de Pompadour, Jeanne Antoinette Poisson-Le Normant d'Étioles (1724-1764); obra de F. Boucher.


Tras el deceso de la Marquesa de Pompadour, el edificio sirvió de escaparate a lo largo de un año para subastar todo el mobiliario y las obras de arte que había amasado y repartido en sus numerosas residencias la difunta. El Hôtel d'Évreux volvía a ser propiedad de la Corona y destinado a hospedar a los monarcas extranjeros de visita en Francia.

En 1773, nueve años después de la desaparición de la Marquesa de Pompadour, el palacete es adquirido por el banquero Nicolas Beaujon, quien desembolsa 600.000 libras y se instala entre sus muros a partir del 30 de noviembre de 1774. La residencia, degradada en el curso de esa lacuna de 9 años, llevan al banquero a rehabilitarla y redecorarla, encargando el grueso de las obras al arquitecto Étienne-Louis Boullée. Se hacen retoques interiores y se ensancha y alarga el edificio.

Busto del banquero Nicolas Beaujon (1718-1786); obra de Houdon.


El financiero, convertido en un inválido, conservará su palacete hasta agosto de 1786, momento en que lo vende al rey Luis XVI por la suma de 1.100.000 libras pese a la estimación inicial de 3 millones. El monarca le otorga una utilidad concreta: convertir el palacete en residencia para los embajadores extraordinarios y los soberanos extranjeros de visita oficial o privada en la capital.

El 21 de diciembre, Nicolas Beaujon fallece entre sus muros. El 25 de abril de 1787, todo el mobiliario y los elementos decorativos son vendidos en subasta pública.

Retrato al pastel de la Princesa Louise-Marie-Thérèse-Bathilde de Orléans, Duquesa de Borbón (1750-1822).


El mismo año de 1787, es la Duquesa de Borbón, hermana del Duque de Orléans, quien ya anda separada de su marido desde 1781 y cuya presencia en la corte de Versailles ha sido vedada por sus aventuras amorosas, la que compra al rey el palacete por la suma de 600.000 libras. Desde ese momento, la residencia es rebautizada como Hôtel de l'Élysée (Palacete del Elíseo), dada su vecindad con la avenida.

La dueña del lugar, apasionada de quiromancia, astrología y ciencias ocultas, da rienda suelta a sus aficiones en compañía de personalidades tan famosas como el Doctor Mesmer, por citar solo a una.

Durante la Revolución Francesa, la Duquesa de Borbón será apodada popularmente "la Ciudadana Verdad" por su adhesión al republicanismo y sus donaciones al directorio del distrito de los Capuchinos para asegurar la paz pública. Sin embargo, y por culpa de la huída a Austria de su sobrino el Duque de Chartres en 1793, será arrestada y encarcelada por orden de la Convención, y por espacio de año y medio en el Fuerte de Saint-Jean de Marsella. Milagrosamente salvada de la guillotina durante el Terror, sería liberada en 1795 obteniendo el permiso para volver a su residencia parisina. Durante su encarcelamiento, la Convención había requisado todos sus bienes. Tendría que esperar hasta enero de 1797 para que el Directorio le devolviera oficialmente su Palacete del Elíseo.

Dada su mala situación financiera, la Duquesa de Borbón se verá en la necesidad de alquilar los bajos a una pareja de empresarios flamencos, los Hovyn, que abrirán un establecimiento en el que se ofrecen bailes populares, juegos de salón, conferencias y conciertos públicos. Se organizan incluso exposiciones de pintura y escultura, y salones literarios. Aparte de esto, las "habitaciones privadas" son alquiladas para encuentros amorosos de una noche.

En este negocio tan diverso, la Duquesa de Borbón se embolsa 18.000 libras por año; los muebles son alquilados por la suma de 3.200 y, por 8.000 libras de más, la pareja puede organizar fiestas campestres en los jardines.

El golpe de Estado del 18 fructidor del Año V, dirigido sobretodo contra los monárquicos, lleva al exilio a la Duquesa de Borbón fuera de Francia; ella, junto con su cuñada y su primo el Príncipe de Conti, son llevados hasta la frontera española para que se instalen en Barcelona. La Duquesa no volverá a París hasta pasados diecisiete años y tras la caída del Ier Imperio.

El Directorio vende entonces el palacete de la duquesa como bien nacional y anula el contrato de alquiler de los Hovyn. Estos últimos conseguirán comprar la residencia gracias a la ayuda de un avalador que les adelanta la suma de 10.300.000 libras, pero por la cual tan solo pagan un tercio.

El matrimonio Hovyn se desharía de su negocio el 19 de junio de 1798, vendiendolo a un tal Ribié, antiguo director de teatro que, a su vez, lo vende en 1801 al heladero italiano Velloni. El mobiliario fue embargado el 13 de marzo del mismo año. Pero la hija de los Hovyn, Julie Marie Liévine Hovyn, recompra diferentes partes de la propiedad y abre diversos locales que dan a la calle y que se convertirán en tiendas de vinos, restaurantes y mercerías; divide también el 1er piso del palacete en quince apartamentos que alquila por 300 y 900 Francos, dándole una renta anual de 14.660 Francos. Un apartamento de ocho estancias sería incluso alquilado por 1.200 Francos a Madame de Lavaulx, con derecho a los jardines.

En 1799, el Consulado pone un término a esos dislates. El cuñado de Napoleón Bonaparte, Joachim Murat, compra la propiedad a la hija de los Hovyn el 6 de agosto de 1805, por 570.000 Francos. Dada la degradación del palacio, Murat tendrá que encargar importantes y costosas obras de reacondicionamiento, restauración y redecoración. Entre sus paredes se instalará con su esposa Carolina Bonaparte. El palacete pasa al estatus de palacio al recuperar su esplendor de antaño.

Retrato del Príncipe Joachim Napoleón Murat, Gran Duque de Berg (1767-1815), Rey de Nápoles.


Cuando Murat se convierte en el nuevo rey de Nápoles, deberá abandonar su Palacio del Elíseo al Estado el 15 de julio de 1808, asi como todo su mobiliario. Napoleón I y Josefina de Beauharnais ocuparán el Elíseo hasta la Campaña de Francia. Más tarde, tras el divorcio de la imperial pareja, el palacio sería ofrecido a la ex emperatriz como residencia oficial, junto con los castillos de Malmaison y de Navarre. Napoleón I se lo intercambiará por el Palacio de Laeken, en Bruselas, el 13 de febrero de 1812. La nueva consorte del Emperador, Maria-Luisa de Austria, sería instalada en la primera planta junto con su hijo el rey de Roma.

En 1814, tras el desastre imperial, es el zar Alejandro I Pavlovich quien se hospeda entre sus muros para, luego, cedérselos al vencedor de Waterloo, el Duque de Wellington... Con el retorno de los Borbones, la Duquesa de Borbón reclamará la devolución de su antigua propiedad, pero Luis XVIII se la denegará ofreciéndole en compensación el Hôtel de Matignon o el de Valentinois.

Retrato del Príncipe Charles Ferdinand de Francia, Duque de Berry (1778-1820).


El Palacio del Elíseo se convertirá en la residencia oficial de los Duques de Berry en diciembre de 1815. El sobrino carnal del rey Luis XVIII y su esposa Maria-Carolina de las Dos-Sicilias, se instalarían definitivamente en 1816. El 13 de febrero de 1820, el Duque de Berry sería asesinado a la salida de la Ópera, por un obrero llamado Louvel. La Duquesa, desmayada y con el vestido salpicado de la sangre de su esposo, es llevada a toda prisa de vuelta al palacio. Tras unos meses deprimentes, la viuda abandona el lugar para instalarse en Las Tulerías, donde daría a luz al hijo que esperaba de su marido. El 15 de abril, se cubrían con sábanas todo el mobiliario del Elíseo y quedaba desafectado por espacio de 28 años.

En las casi tres décadas que van desde 1820 a 1848, el Palacio del Elíseo no tiene un destino concreto; en ocasiones, serviría ocasionalmente de residencia a los monarcas extranjeros de visita oficial en Francia.

En 1848 y bajo la joven IIª República, tras ganar las elecciones presidenciales, Luis Napoleón Bonaparte es curiosamente instalado en el Palacio del Elíseo, escogido como su residencia oficial y permanente en la capital. Al tercer año de su mandato, el Príncipe-Presidente urdirá su golpe de Estado (diciembre de 1852) proclamando el IIº Imperio y la caída del régimen republicano.

viernes, 11 de mayo de 2012

Cita de la Semana



"Una estafa, es un buen negocio que se ha topado con una mala ley."

Frase de: Alfred Capus, periodista y dramaturgo francés (1858-1922).

jueves, 10 de mayo de 2012

CURIOSIDADES -30-


En la historia británica no se conoce una coronación tan catastrófica como la de los reyes Jorge III y Carlota Sofía. La pomposa ceremonia se celebró el 22 de septiembre de 1761 en la Abadía de Westminster y empezó con mal pie; gracias a la desorganización de sus responsables, se extraviaron la Espada de Estado y los asientos en los que Sus Graciosas Majestades debían sentarse. Aquel incidente, que retrasó la ceremonia durante varias horas, no fue el último. En el momento de ponerse en marcha la solemne procesión de los dignatarios de la Corona que precedían y seguían a los monarcas, se creó tal confusión entre ellos en la asignación de puestos protocolarios que se alteró el orden de la misma y, para cuando ya se aclararon los rangos de cada uno de ellos según la rigurosa etiqueta, ya había anochecido. Peor aún; una de las valiosas gemas que adornaban la corona de San Eduardo, y que Jorge III ceñía tras ser ungido y consagrado, cayó inesperadamente al suelo. Aquella siniestra señal fue, posteriormente, relacionada con la pérdida de las colonias norteamericanas...