Cuando la veterana actriz Bette Davis aceptó el papel de "Apple Annie" en la película de Frank Capra, Un gángster para un milagro (1961), ésta tuvo que lidiar con la falta de delicadeza y el menosprecio de sus dos compañeros de reparto, Glenn Ford y Hope Lange, y conociendo el temperamento de Bette, que no se achicaba ante nada ni nadie, pronto el plató se llenó de tensas discusiones. Ya desde el principio, la cosa empezó con mal pie: Glenn Ford pretendió que desalojaran a Bette Davis del camerino preferente y vecino al suyo para que se lo otorgaran a la actriz Hope Lange, su novia. Enterada, Bette exclamó enfadada:
-"¡Si queréis, podéis ponerme en el vestuario del fondo del pasillo!"
Los productores rehusaron ceder ante el deseo de Ford, lo que llevó después a Bette Davis a declarar a los periodistas:
-"Actuaron del modo correcto. Yo era la protagonista. Su requerimiento de echarme del segundo camerino, tan solo confirmó los pésimos modales y la falta de profesionalidad del Señor Ford."
La falta de caballerosidad y la insoportable vanidad de Glenn Ford enrarecieron aún más el ambiente cuando, en una entrevista, presumió de ser el artífice del "retorno" de Bette Davis a la gran pantalla. Indignada, la temperamental actriz estalló:
-"¿Quién creerá que es, el muy hijo de puta, para ir diciendo por ahí que me ha ayudado a volver?¡Ese pisamierdas no me ayudaría ni a salir de una cloaca!"
Anécdota de: Bette Davis, actriz (1908-1989).
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