¿Has pensado alguna vez cuantas historias se esconden tras un retrato? Pues ésas son las que componen lo que llamamos "Historia".
viernes, 28 de febrero de 2014
Frase de Cine
Blanche Devereaux (Rue McClanahan):
-"Mira, hagamos una cosa: te diré mi verdadera edad si tú me dice cuánto pesas."
Rose Nylund (Betty White):
-"Cincuenta y seis."
Blanche Devereaux (Rue McClanahan):
-"Cuarenta y dos."
Rose Nylund (Betty White):
-"¿Café?"
Blanche Devereaux (Rue McClanahan):
-"¡Por favor!"
Frases de: Rue McClanahan, actriz (1934-2010) y de Betty White, actriz (n.1922) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV sitcom, Susan Harris, 1990.
jueves, 27 de febrero de 2014
CURIOSIDADES -135-
"Problema de volumen"
El rey Federico I de Württemberg (1754-1816), por culpa de su desmesurado apetito, llegó a alcanzar tal gordura que su oronda y voluminosa barriga (tenía una estatura de 211 cms. y un peso de 200 kgs.) le impedía sentarse normalmente a una mesa para comer. Ante el engorroso problema del monarca, no hubo otro remedio que proporcionarle mesas especiales que, en el lado donde se sentaba, tenían un espacio en forma de semicírculo de 180º que casaba perfectamente con el barrigón regio y permitía, por fin, a Federico I llegar a su plato y sus cubiertos sin tener que estirar los brazos.
El rey Federico I de Württemberg (1754-1816), por culpa de su desmesurado apetito, llegó a alcanzar tal gordura que su oronda y voluminosa barriga (tenía una estatura de 211 cms. y un peso de 200 kgs.) le impedía sentarse normalmente a una mesa para comer. Ante el engorroso problema del monarca, no hubo otro remedio que proporcionarle mesas especiales que, en el lado donde se sentaba, tenían un espacio en forma de semicírculo de 180º que casaba perfectamente con el barrigón regio y permitía, por fin, a Federico I llegar a su plato y sus cubiertos sin tener que estirar los brazos.
Cita de la Semana
"La tarea que debían entonces realizar los liberales era la de hacer de España una nación, que no lo es ni lo ha sido nunca."
Frase de: Antonio Alcalá Galiano y Fernández de Villavicencio, Conde de Casa Valencia (1789-1865), Ministro de Marina y de Fomento, político y escritor, Miembro de la Real Academia de Historia.
Frase de Cine
Rose Nylund (Betty White):
-"...pues en mi pueblo decían que más vale cojo que rojo!¡Y el cojo era el tonto del pueblo!"
Sophia Petrillo (Estelle Getty):
-"¿Es que te hacía la competencia?"
Frases de: Estelle Getty, actriz (1923-2008) y de Betty White, actriz (n.1922) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV sitcom, Susan Harris, 1990.
Frase de Cine
Dorothy Zbornak (Beatrice Arthur):
-"¿Ibas a contar la historia de alguien que se perdió?"
Rose Nylund (Betty White):
-"¡Aha!"
Dorothy Zbornak (Bea Arthur):
-"¡Pues no la cuentes y piérdete!"
Frases de: Beatrice Arthur, actriz (1922-2009) y de Betty White, actriz (n.1922) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV sitcom, Susan Harris, 1990.
Frase de Cine
Dorothy Zbornak (Beatrice Arthur):
-"¡Mataría a mi hermana Gloria si escribiera sobre mis aventuras amorosas!"
Sophia Petrillo (Estelle Getty):
-"¿Matarías a tu hermana por una octavilla?"
Frases de: Estelle Getty, actriz (1923-2008) y Beatrice Arthur, actriz (1922-2009) in "The Golden Girls / Las Chicas de Oro", NBC TV sitcom, Susan Harris, 1990.
miércoles, 26 de febrero de 2014
ACTUALIDAD: Reflexión de Antonio Turiel sobre Cataluña
COMPRENDO QUE LOS CATALANES QUIERAN LA INDEPENDENCIA
Mientras completo un largo periplo por España y Francia que me ha tenido casi una semana fuera de mi hogar, en la media penumbra de este tren regional francés que poco a poco me lleva de vuelta a casa, tengo por fin tiempo para reflexionar sobre todas las cosas que han pasado estos días y poner en orden algunas de las cuestiones sobre las que hemos discutido con los asistentes a las charlas sobre la crisis energética que he conseguido intercalar en medio de mis actividades más bautómaticas. Me detengo un rato para tomar aire y perspectiva; son muchos los pensamientos que se agolpan en esta cansada y dolorida cabeza mía. Vuelvo una vez más a las discusiones más sombrías que he mantenido, las cuales se centran en el futuro de Cataluña, de España, de Europa, del mundo…
Cataluña será independiente en un futuro no muy lejano.
Lo digo sin pena ni alegría, sin anhelarlo ni rechazarlo: yo no soy catalán y no deseo la independencia, pero entiendo perfectamente que muchos de los amigos que he hecho tras diez años de vivir en Cataluña hayan acabado deseando la independencia. El cambio en la postura de esta gente, que de estar más o menos cómodos en España han acabado por desear marcharse de este país sin moverse de su casa, se ha operado insensiblemente, alentado por un cúmulo enorme de frustraciones que han llegado a su máximo con la crisis económica que ha destrozado familias y empresas, y el hartazo con la corrupción política, la inoperancia del Estado y que se gobierne en favor de los más poderosos. Ninguno de esos problemas son exclusivos de Cataluña: pasa lo mismo en el resto de España y también en otros países. Sin embargo, mientras en mis viajes por España detecto una cierta resignación mezclada con desesperanza, un cierto derrotismo que niega que las cosas puedan mejorar puesto que no se divisa ningún partido que pueda cambiar tan nefasto rumbo, en Cataluña los promotores del independentismo han actuado con mucha astucia y han sabido canalizar el descontento popular en un proyecto ilusionante. “Que Cataluña sea independiente y las cosas comenzarán a ir bien”, vienen a decir, “Abandonemos ese nido de pobredumbre que es España, gestionemos nuestro futuro y nuestro dinero, y las cosas por fuerza nos irán mucho mejor”. Y así mucha gente que había perdido, al igual que en el resto de España, la esperanza de que las cosas pudieran mejorar, han encontrado en esta apuesta, en este proyecto político, una nueva ilusión. La gente habla de la independencia de Cataluña en las cafeterías, la gente se reúne en masa para manifestarse en la calle o hace una larga cadena humana con ese fin. Los ciudadanos toman la calle y se reconocen como partícipes de un proyecto colectivo, común, una promesa de mejora si Cataluña coge las riendas de su futuro y sale de una vez este barco que se hunde en su miseria y que se llama España.
Dicen las encuestas de la televisión catalana que de celebrarse hoy un referéndum un 54% de los catalanes votarían que sí a la independencia, frente un 26% que votarían que no y un 20% que a día de hoy aún no saben qué votarían. En suma, que los que quieren la independencia no sólo son mayoría sino que duplican a los que se oponen a ella. Yo no sé hasta qué punto estos datos están adulterados, pero mi experiencia del día a día me indica que no están muy desencaminados. Quizá la gente que votaría que sí no lleguen a la mitad de la población, pero la impresión que a mi me causa escuchando conversaciones, hablando con unos y con otros, es que ya son mayoría, y que su número sólo puede crecer a medida que las cosas inevitablemente empeoren. Y en este contexto el presidente del gobierno autonómico de Cataluña, Artur Mas, ha pactado con varios partidos celebrar un referéndum sobre la independencia el día 9 de Noviembre de 2014.
Desde el Gobierno central de España se percibe este desafío como una boutade de Artur Mas, sin comprender que si éste está al frente del proceso independentista es porque el movimiento por la independencia de Cataluña le arrastra, no porque él lo lidere. Mientras tanto, el movimiento independentista catalán va recabando discretamente apoyos por toda Europa. El Gobierno de España cree tener la situación controlada por el flanco europeo por las declaraciones muy medidas de algunos comisarios europeos que avisan de que una Cataluña independiente quedaría fuera de la Unión Europea y tendría en todo caso que solicitar el ingreso, sin darse cuenta de que las cancillerías del resto de Estados europeos (que son las que al final toman las decisiones) permanecen extrañamente calladas, y cuando se les pregunta directamente siempre responden que es un asunto interno de España. A partir de esa errónea sensación de seguridad que les da el falso apoyo europeo a las posiciones del Gobierno central, los diarios españoles descuentan el fracaso de la iniciativa catalana, basándose sobre todo en dos razones: porque el referéndum catalán es ilegal en el ordenamiento jurídico español y porque de consumarse finalmente la independiencia de Cataluña España quedaría dentro de la UE pero Cataluña estaría fuera, y para que fuera admitida todos los países tendrían que votar a favor pero, dan por hecho, naturalmente España se opondría. Asumiendo que fuera de la UE Cataluña se arruinaría, confían los medios españoles en que en última instancia el referéndum fracasaría porque el catalán, pueblo pragmático, no será tan suicida. Zanjado el asunto tras algunos comentarios despectivos dirigidos a los irresponsables que la prensa española cree que están al frente del desaguisado, los medios se centran en otros asuntos de más enjundia e importancia para el futuro de España.
Y sin embargo yo tengo la impresión exactamente contraria. No puedo saberlo con certeza, pobre de mi, un punto diminuto perdido en medio de una marea humana que me arrastra de un lado a otro; pero mis impresiones apuntan en la dirección completamente opuesta. De entrada el argumento de la ilegalidad de la consulta y en última instancia de la separación es completamente espurio. Por supuesto que separarse de España es ilegal con respecto a las leyes españolas, pero eso no quiere decir que sea ilegítimo: si la mayoría de un territorio quiere separarse resulta difícil de justificar desde un punto de vista moral, que no legal, que no se les tenga que escuchar. Además, no es nunca la legalidad del territorio abandonado la que impide o detiene la secesión: seguramente que cuando los países de Sudamérica se independizaron de España lo hicieron violando la ley española, lo cual llegados a ese punto es completamente irrelevante; lo que verdaderamente cuenta es la legitimidad, la voluntad mayoritaria de ser y actuar así. Tampoco importa si hay una justificación histórica o no para independencia, ni siquiera que el argumento “España nos roba” tiene grandes dosis de falsedad. Se puede intentar convencer a la gente, pero no oponerse a su determinación.
Por tanto, el único argumento que podría servir para parar a los catalanes es el de la ruina económica por quedar excluídos de la Unión Europea. Y sin embargo el sonoro silencio de los Gobiernos “amigos” indica que quizá pese a la grandilocuencia de la prensa ibérica (grandilocuencia semejante a la empleada cuando daban por hecho que Madrid sería sede olímpica) el desenlace no va a ser el previsto. De hecho, y si se mira la cuestión fríamente, la decadente Unión Europea podría tener buenas razones para desear una Cataluña independiente y en la UE.
España es un problema para la UE. Con altos niveles de endeudamiento, alto paro y actividad económica cayendo en picado, España es demasiado grande como para dejarla caer y liquidar después los restos al estilo de lo que se ha hecho en Grecia. El nivel de endeudamiento de España es tan elevado que se tiene que mantener a toda costa el diferencial de la deuda española respecto a la alemana tan bajo como se pueda, porque si no los intereses de la deuda harían peligrar la estabilidad finaciera de España y al final la de toda Europa. Reestructurar la deuda española, separando la parte asumible y condonando la considerada impagable, tampoco es viable porque la confianza en la solvencia financiera de España desaparecería por muchos lustros y elevaría las dudas sobre la de otros países, inclusive alguno tan grande como Francia, lo cual haría tambalearse toda la UE. Pero si no se hace nada igualmente la deuda española combinada con su actividad económica en caída libre llevará a la quiebra de las finanzas de este Estado. La situación de España es por tanto demasiado peligrosa para la UE.
La independencia de Cataluña brinda una interesante escapatoria a este problema, si la UE permite que Cataluña se independice y una vez constituido el nuevo Estado se presiona a España para que acepte su ingreso en la UE. No es una tarea difícil: España sigue y seguirá necesitando del dinero europeo para mantener su banca y sus finanzas, e incluso aunque renunciara a conseguir más financiación del Banco Central Europeo no puede devolver toda la deuda ya contraída en su plazo de vencimiento. Una simple amenaza de que el BCE podría cerrar el grifo del dinero y España al día siguiente votaría a favor del ingreso de Cataluña, “por un sentido de la responsabilidad del que carecen nuestros vecinos del Este”. La televisión pronto explicaría el necesario pragmatismo de la aceptación del ingreso de Cataluña en la UE: con una larga frontera común poner aduanas y aranceles, dado el intenso intercambio de mercancías, sería costosísimo e ineficiente; además, al usar Cataluña aún el euro y haber en ese territorio deudas y obligaciones nominadas en la divisa común europea las pérdidas por su conversión forzosa a una nueva divisa catalana, por supuesto muy devaluada, serían muy onerosas, sobre todo para las empresas españolas con intereses en Cataluña, “y no podemos permitir que encima de irse lo hagan sin pagar”, como diría algún profesional de las tertulias. Sin embargo en la negociación del reparto de la deuda justamente Cataluña podría liberarse de una parte que en puridad le correspondería, endosándosela a España con la bendición de los observadores nombrados por la Comisión Europea, el BCE y el FMI para tutelar el proceso. De ese modo se lograría la cuadradtura del círculo de reestructurar la deuda española sin que cundiese el pánico en los mercados, “ya que la situación de Cataluña es completamente excepcional”.
Por supuesto que la situación de Cataluña no tiene nada de excepcional. La progresiva descomposición de los Estados tiene toda la lógica con la progresiva inviabilidad del sistema capitalista del que se nutren y al cual nutren, inviabilidad ocasionada por entre otras cosas la rápida disminución de las materias primas disponibles y particularmente la del petróleo. Pero una manera posible de alargar la agonía de este sistema consiste en disgregar los territorios más productivos, capaces de asumir una porción razonable de la deuda y seguir adelante con ellos, mientras que el resto de la deuda va quedando en territorios cada vez menos productivos, iterando el proceso de disgregación hasta que se han separado todos los territorios productivos y queda uno sólo, improductivo, cuyas finanzas quiebran. Es la misma lógica del llamado “banco malo”, que es un banco creado ad hoc para asumir todos los activos de rentabilidad o liquidez dudosa de otros bancos. Se trata, pues, de separar los países en su parte buena y su parte mala.
La segregación de Cataluña y el voto positivo de España a su ingreso en la UE tendrá un efecto desestabilizador sobre la sociedad española semejante al desastre del 98. Toda la grandilocuencia de la prensa española riéndose del referéndum catalán se tornará en rictus unos meses más tarde al contemplar estupefacta la entrada del nuevo Estado en Europa. Cataluña ya está, probablemente, perdida para España; pero España debería aprovechar este mazazo del destino para, en vez de encerrarse en rancios esencialismos, emprender un proceso de profunda regeneración política, económica y social. De no hacerlo así la alternativa podría ser que al final haya varias Españas buenas productivas y una España mala que sufra por las deudas de todos.
Esta noche es fría y oscura en Francia. Aún quedan unas horas para llegar a casa…
Antonio Turiel. Diciembre de 2013. Crashoil.blogspot / El Dr. Antonio Turiel Martínez es científico, licenciado en Ciencias Físicas, Matemáticas y Doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente trabaja como científico titular en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. -
lunes, 24 de febrero de 2014
Anécdotas Históricas -237-
La mañana del 24 de febrero de 2014, Don Felipe de Borbón y Grecia, XLº Príncipe de Asturias (n.1968), inauguraba oficialmente en Barcelona el Mobile World Congress, el mayor evento mundial de la telefonía móvil que reunía en el recinto ferial de Gran Via a 75.000 asistentes y 1.800 empresas expositoras.
La presencia del hijo del rey en la capital catalana (teniendo en cuenta la tensión existente entre una Cataluña que reclama poder decidir si quiere la independencia y una España enrocada en negarle ese ejercicio democrático), levantó ampollas entre los catalanes nada más saberse que éste había presidido una cena con los "unionistas" contrarios a la consulta (entre ellos el Conde Godó, propietario del diario "La Vanguardia"), en el Palacete Albéniz la noche anterior.
En un momento dado de la ceremoniosa visita, el heredero del trono fue dando protocolariamente la mano a los numerosos empresarios allí reunidos hasta que, uno en particular (el empresario catalán Sr. Àlex Fenoll), rehusó darle el saludo para mayor asombro del séquito real. Don Felipe, sorprendido y descolocado, pasó entonces a saludar a los siguientes pero, de repente, volvió sobre sus pasos e insistió para darle nuevamente la mano al Sr. Fenoll diciéndole:
-"Amigo, debes darme la mano por educación."
-"No somos amigos, y te daré la mano cuando nos dejéis votar!" le espetó secamente el empresario.
Pocos minutos después, ese momento inmortalizado por la cámara de un móvil, dio la vuelta por internet como reguero de pólvora. Horas después, sin duda por orden de la Casa Real y del Gobierno Rajoy, el vídeo fue inmediatamente censurado y ni siquiera se mencionó el incidente en los telediarios nacionales.
CURIOSIDADES -134-
"Gato por Liebre"
Dar gato por liebre es una expresión popular que define muy bien el acto de engañar o estafar a alguien, venderle algo que se supone es lo que es pero que en realidad no lo es. Y eso mismo es lo que le ha pasado a la Comunidad de Castilla y León cuando, en 2007, anunciaron con bombo y platillo la adquisición de La Tizona, famosa espada que perteneció a El Cid Campeador, tan celebrado en El Cantar del Mío Cid (que, por cierto, data del s. XIII). No se sabe bien cómo pero, la Comunidad castellano-leonesa no vaciló, pese a ciertas dudas elevadas por expertos sobre la autenticidad de la espada, a la hora de comprarla por la friolera de 1,6 millones de Euros y depositarla temporalmente en el Museo de Burgos antes de trasladarla a la catedral burgalesa donde se encuentran supuestamente sepultados los restos de Don Rodrigo Díaz de Vivar alias "El Cid". Finalmente enviada al Museo del Ejército en Madrid, cuatro estudios posteriores acabaron por coincidir en su dictamen: la espada no databa ni por asomo de la segunda mitad del siglo XI, sino que había sido fabricada en el siglo XV; nada menos que cuatro siglos de desfase. Resumiendo, una estafa como la Catedral de Burgos.
Dar gato por liebre es una expresión popular que define muy bien el acto de engañar o estafar a alguien, venderle algo que se supone es lo que es pero que en realidad no lo es. Y eso mismo es lo que le ha pasado a la Comunidad de Castilla y León cuando, en 2007, anunciaron con bombo y platillo la adquisición de La Tizona, famosa espada que perteneció a El Cid Campeador, tan celebrado en El Cantar del Mío Cid (que, por cierto, data del s. XIII). No se sabe bien cómo pero, la Comunidad castellano-leonesa no vaciló, pese a ciertas dudas elevadas por expertos sobre la autenticidad de la espada, a la hora de comprarla por la friolera de 1,6 millones de Euros y depositarla temporalmente en el Museo de Burgos antes de trasladarla a la catedral burgalesa donde se encuentran supuestamente sepultados los restos de Don Rodrigo Díaz de Vivar alias "El Cid". Finalmente enviada al Museo del Ejército en Madrid, cuatro estudios posteriores acabaron por coincidir en su dictamen: la espada no databa ni por asomo de la segunda mitad del siglo XI, sino que había sido fabricada en el siglo XV; nada menos que cuatro siglos de desfase. Resumiendo, una estafa como la Catedral de Burgos.
sábado, 22 de febrero de 2014
domingo, 16 de febrero de 2014
EL OTRO JUAN-CARLOS I
JUAN-CARLOS I
cuando el barniz real se resquebraja
Al menos a dos de sus interlocutores Sabino les desveló los tres grandes secretos del rey, bajo promesa de que no se supieran hasta que todos muriesen: que había sido Juan Carlos, jugando a "aprendiz de brujo", quien había "coqueteado" con los generales Armada, Milans del Bosch y el político socialista Enrique Múgica cuando preparaban el golpe de Estado del 23-F para derrocar a Adolfo Suárez; que la reina Sofía estaba al borde del divorcio, harta de los constantes devaneos de Juan Carlos con sus amantes, el principal de entonces con la decoradora mallorquina Marta Gayá. Y el secreto más desconocido: que había presenciado una terrible escena conyugal en Palacio: la agresión por parte de Juan Carlos a su esposa Sofía, un flagrante episodio de violencia doméstica que le había abochornado.
Solo los diputados del régimen más allegados a Zarzuela saben que, en el trato con sus subordinados, el rey tiene muy malas pulgas. Y hay que aguantarlo: Juan Carlos considera a toda la familia real, y particularmente a su esposa, como personal a sus órdenes. Y para salvaguardar su fidelidad y su silencio no se ha sonrojado al pedirle al presidente Mariano Rajoy, en pleno azote de la crisis, un sueldo millonario para las consortes. El presidente, que no le niega nada a nadie salvo a sus ciudadanos, ha dejado los salarios para 2014 así: Juan Carlos (292.000 euros), Felipe (146.000), Sofía (131.000) y Letizia (102.000). El resto son "extras".
El carácter campechano y abusón de Juan Carlos no es ninguna novedad a sus 78 años: detrás de ese aparente buen humor, está acostumbrado a pagar silencios, agredió a su chófer, solo le gusta el dinero, las mujeres y los deportes, no lee libros, a los gays los llama "mariquitas"… De formación militar, tuvo una infancia sórdida: mató a su hermano Alfonso en un accidente doméstico, estuvo solo e internado en Suiza desde muy niño, sufrió penurias económicas y continuas novatadas de sus colegas militares cadetes que, hijos de franquistas y falangistas, no admitían la monarquía en España.
Tal cúmulo de desgracias hubiera dejado trastornado a cualquier ser humano. Por eso su entorno siempre juzgó como una temeridad que siguiera empuñando rifles y escopetas debido a su gusto por la caza. Y esa permanente afición por las armas de fuego a veces degenera psicológicamente en violencia: hasta ahora sólo había transcendido el momento en que golpeó a su conductor porque supuestamente se había equivocado en una maniobra de aparcamiento, estacionando cerca de las habituales manifestaciones de protesta que le acompañan: el rey no quería además que se supiera públicamente su enorme dificultad de movimientos. Pero además, esa mano larga también la empleó con su esposa y delante de un testigo de confianza, Sabino Fernández Campo, que se lo confió a otro para que el secreto no muriese en su tumba. Nadie lo hubiese creído y lo hubieran interpretado como un despecho por su despido.
Sabino conocía bien porqué. En esa época en España era tanto el temor reverencial al rey, –similar al que en Marruecos se profesaba antes a Hassan II y ahora a Mohamed VI– que ni siquiera las organizaciones feministas e institutos de la mujer –en España se cuentan por miles y todos ellos subvencionados con fondos públicos– han levantado la voz cuando el rey ha hecho valer un moderno "derecho de pernada": fue denunciado por dos ciudadanos europeos que aseguran ser sus hijos, poseen testificales por parte de sus respectivas madres y piden una prueba de paternidad, algo que la ley española impide practicar al monarca.
Ellos sí se la han hecho y aún viviendo uno en Barcelona (Albert Solá) y otra en Bélgica (Ingrid Sartiau), sin conocerse previamente, han dado positivo: son hermanos. Pero los políticos españoles de la transición hicieron al rey "inviolable" y es inimputable por cualquier delito, tanto penal como civil. Es una interpretación muy restrictiva de su inmunidad que hace el Consejo General del Poder Judicial, sometido también a su influencia. Ningún juez en España se atrevería a decir lo contrario y de hecho las dos pruebas de paternidad fueron desestimadas por dos juezas (María Isabel Ferrer-Sama y Milagros Aparicio), para mayor escarnio del feminismo oficial y del principio europeo de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
El jefe de la Casa Real siempre fue un testigo incómodo en la Zarzuela y por eso Juan Carlos se lo quitó de encima. Son innumerables los testimonios que así lo acreditan, entre ellos los del propio Sabino. Todos figuran entre las fuentes de esta crónica, pero el episodio más relevante fue el que desencadenó su cese. Lo cuenta el banquero Mario Conde, urdidor de la trama:
"En el verano de 1992 lo que publicó "El Mundo" fue una vinculación del Rey con Marta Gayá, así, con nombres y apellidos. Era la primera vez que algo semejante sucedía en España. Yo hablé con Pedro Jota Ramírez y él me dio una información y yo dije: "No me la des a mí, se la das al Rey". Y ahí, Pedro Jota Ramírez desveló sus fuentes [Sabino Fernández Campo] y el Rey se quedó tranquilo. ¿Hubiera sido posible que, a la vista de semejante información, el Rey hubiera podido hablar con Agnelli, que controlaba la mayoría del capital de "El Mundo"? Hubiera sido posible. ¿Hubiera sido posible que, después de hablar con Pedro Jota, el Rey le dijera a Agnelli que no hacía falta vender porque la culpa era de otra persona? Muy, muy posible".
La decoradora mallorquina Marta Gayá ya era tan asidua en las estancias veraniegas del monarca en el Palacio de Marivent que los "paparazzis" podían provocar con sus fotos juntos la ruptura del matrimonio Juan Carlos-Sofía. De hecho, la reina ya había amenazado con el divorcio y su marcha a Londres, donde reside su familia exiliada de Grecia. La desavenencia conyugal hubiera supuesto un problema de Estado: no se sabía como reaccionaría la sociedad española ante su mitificado y protegido monarca. El posterior episodio de Bostwana parece que le dio la razón a Sabino quien, al corriente de la situación, decidió darle un "toque". Lo cuenta el periodista Carlos Dávila, que lo frecuentó antes de morir:
"Eran momentos especialmente difíciles para los principales colaboradores del Rey, singularmente para el propio Sabino y, desde luego, para el director del departamento de Medios de Comunicación, una persona extremadamente educada, gentil, inteligente y bondadosa: Fernando Gutiérrez. La revista italiana Oggi había publicado un reportaje en el que, sin disimulos, se refería a una cierta dama española relacionada, en información de la revista, con el Rey. "El Mundo" se hizo eco del reportaje y el Rey, visiblemente molesto, llamó a Mario Conde y al director Pedro J. Ramírez. Éste, sin ambages, le dijo: "Esto se ha publicado por indicación del general Sabino". Cuando, como hice yo, alguien preguntaba al general por este pasaje, él hacía gala de su sonrisa más templada, también la más sugestiva, y musitaba, casi en tono inaudible: "Bueno, es cierto que alguna vez he comentado de rondón con Alonso Manglano (el general Alonso Manglano, director general del CESID durante el felipismo) que, de vez en vez, no está mal darle un toquecito al Rey. Los dos estábamos de acuerdo".
Lo cierto es que Juan Carlos culpó a Sabino de haber autorizado la difusión de las fotos de "Oggi" en "El Mundo", nunca aceptó que sus irresponsables escapadas extraconyugales en pleno verano mallorquín y ante mil ojos fuesen la causa y no la consecuencia. Lejos de amilanarse, Juan Carlos prosiguió con sus aventuras amorosas, pues creía dominada a la prensa española, que era la que le importaba. "La decoradora balear", "la vedette", "la estrella del destape de impresionantes ojos verdes", "las dos Palomas" o "las aristócratas" son algunas de las mujeres con las que, tal y como relata Pilar Eyre, el Rey habría sido infiel a su esposa, según su libro "La soledad de la reina". La princesa Corina Sayn-Wittgenstein, María Gabriella de Saboya, exmujer de Robert de Balkany, la condesa Olginha Nicolis de Robilant, o incluso la propia Sara Montiel aparecen en el libro como apasionadas amantes de Su Majestad, quien, según Eyre, decidió dar rienda suelta al gen Borbón:
"Ella se entera de la primera infidelidad de su marido poco después de que el Caudillo falleciera. Cuando ésta se produjo, pusieron dormitorios separados y no volvieron a funcionar como matrimonio nunca más. Tras ese episodio, se fue a la India con su madre y sus hijos con la intención de separarse. Luego volvió y aceptó su destino, a pesar de que desde entonces cada uno hace su vida", prosigue la escritora y experta en Casa Real, a la que echaron de Tele 5 por desvelar estos episodios en antena.
¿Deben importar los devaneos extramatrimoniales del rey a la sociedad española? Si se producen con dinero público, sí. Y Juan Carlos no sólo ha usado a las fuerzas de seguridad del Estado que paga el erario público para cubrir sus infidelidades, sino que, en un gesto sin parangón entre las monarquías cristianas o islámicas, le construyó a la última de sus amantes una casa aneja en el Pardo.
Hablamos de la espléndida Corinna Sayn-Wittgenstein (50 años), que se instaló con su hijo Alexander en el coto privado de caza de Juan Carlos –también en terreno público– y desde allí le preparó las monterías con sus amigotes, la misma labor que había hecho en Bostwana. Y no fueron pocas: un contrato real ha desvelado que en la última temporada las partidas del rey que organizó Corinna en el Pardo mataron 1800 gamos, 800 ciervos y 900 jabalís. Ningún partido político del régimen, ningún diputado o senador, republicano, monárquico, de izquierda o de derecha, ha preguntado por esta cuestión para no importunar al monarca, pero las farras debieron ser de campeonato. Es la conocida "casta" española que está en trance de comenzar a ser sustituída el próximo 25-M.
Corinna provocó la última crisis conyugal tras descubrirse que el monarca le había habilitado ya esa casa propia en "La Angorrilla", al lado de la Zarzuela, y suscitando con ello el enfado de la paciente o cínica Sofía: "como cualquier querida real de otros tiempos, tiene su propio chalet en el Palacio del Pardo, una de las sedes reales en Madrid y viejo coto de caza de los Austria y los Borbón. Allí, Corinna organiza las cacerías del Rey y además oficia como anfitriona de los convites, usurpando el lugar de la Reina, quien detesta ese deporte. Fue tal el lugar conquistado por la princesa, que hace unos meses él invitó a cenar a sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe para notificarles, de una vez por todas, la verdadera naturaleza de su relación con ella", señaló un periodista que publicó algunos detalles. La situación de la pareja real ha seguido deteriorándose hasta tal punto que el periodista Raúl del Pozo llegó a escribir: "Acabo de saber de muy buena fuente que a principios de 2012, en el comienzo de la legislatura, el Rey planteó al presidente del Gobierno su intención de divorciarse".
Los secretos de alcoba del rey, que ya no son tan confidenciales gracias a la valentía de todos estos periodistas, no son meros asuntos privados. Carlos Dávila asegura que el testaferro del rey, Manuel Prado y Colón de Carvajal, intentó comprar el silencio de Sabino. Y había muchos políticos en el ajo: "un enviado especial del financiero luego procesado, le ofreció una magnífica casa de 500 metros cuadrados, una casa antigua, decorada con todo lujo de detalles, en la zona más noble de Madrid. Sabino la rechazó así: "Yo vivo muy a gusto en mi pisito del Centro Colón".
"Y es que a Sabino la época de la corrupción generalizada que estalló en España en tiempos socialistas le indignaba especialmente. Hasta la Casa llegó la deriva de aquella situación fétida insoportable. Sabino atribuía no sólo a Prado, sino incluso al rey Simeón (al que no tenía simpatía alguna) una influencia perniciosa sobre el Rey. Afirmaba que no había tenido empacho en "comunicar a quien procedía" que Simeón "se estaba forrando utilizando su nombre, creo, que en vano".
"Algún momento más, tremendamente delicado, vivió Sabino en La Zarzuela. El Rey guardaba con Felipe González una relación muy peculiar: de afecto y camaradería, se puede decir. Cuando se preparaba la Exposición Universal de Sevilla, Felipe González era —a ello se refería Sabino— acosado por asesores y cómplices que querían hacer negocio a costa de la Expo. González, franco él, se dirigió una vez al jefe de la Casa y, enfadado, se expresó así: "Dile a Manolo Prado que del 20% nada, que se conforme con el 2%". Igualmente enojado, replicó Sabino: "No se de qué me hablas y, en todo caso, ese recado no soy el más indicado para transmitirlo". Según su testimonio, el Rey Constantino de Grecia también usaba su nombre para hacer negocios con Zarzuela y facilitar el acceso privilegiado a Juan Carlos", concluye Dávila tras entrevistarse con Sabino.
El episodio de violencia doméstica de Juan Carlos contra Sofía se lo relató Sabino al abogado Antonio Garcia-Trevijano, que fue amigo del monarca durante su estancia como cadete militar en Zaragoza, donde él ejercía como notario. Sabino estaba dolido por su cese: "¿recuerda usted si hubo un complot detrás de su destitución como jefe de la Casa Real, en enero de 1993?, le pregunta Javier Fernández López, autor del libro "Sabino Fernández Campo. Un hombre de Estado". "Hay cosas que conviene perdonar pero no olvidar, porque sirven de experiencia. Yo perdono la calumnia, la faena, y estoy dispuesto a darle la mano a todo el mundo: no quisiera tener enemigos. Sí, en su día soporté la urdimbre que me destituyó de La Zarzuela, y me demostró que soy fuerte. Fue injusto, pero Dios es muy generoso y a veces pone las cosas en su sitio. Estoy muy satisfecho de haber sufrido. Hablando francamente, personas que me empujaron fuera de La Zarzuela, porque les estorbaba, están en peor situación que yo, que ni estoy en el banquillo de los acusados ni en la cárcel ni pendiente de condena (habla de Mario Conde)".
Sabino siempre se sintió traicionado simplemente por haber tenido la valentía de defender ante el rey criterios de sensatez y honradez. Con ese estado de ánimo fue a la entrega de unos premios de la Compañía de Seguros Pelayo y allí vio al que fuera amigo del rey cuando sólo era un príncipe campechano, algo torpe y atolondrado. Antonio García Trevijano se sorprendió al ver que alguien le tocaba la espalda y se presentaba para felicitarle por haber tenido el valor de acercarse a la verdad: Sabino se refería al artículo que había publicado en "El Mundo" señalando al Rey Juan Carlos como el instigador del golpe, a raíz de la frase de su mensaje a Milans del Bosch: "después de este mensaje ya no puedo volverme atrás".
Sabino y Trevijano quedaron para más tarde y posteriormente, en un almuerzo a solas en el Club 31, el ya ex jefe de la Casa Real le confirmó nuevamente que Juan Carlos era el responsable último del golpe. En ese sentido le proporcionó varias pruebas: Alfonso Armada se presentó el 11 de febrero en Zarzuela sin tener audiencia y le dio la orden de que le llevara ante Juan Carlos. Y cuando Sabino le dijo que no era posible, consultó con el monarca, "y éste le dijo que Armada tenía prioridad". Si no se ha destruido o manipulado, el registro de entrada de Palacio debe confirmar que, para dar paso a Armada, hubo que suprimir la visita de su primo, Alfonso de Borbón. Y el télex original de la Agencia Efe con esa primera declaración –"después de este mensaje ya no puedo volverme atrás"– fue destruido por un capitán enviado expresamente por Sabino desde Zarzuela a la calle Espronceda.
Los detalles del encuentro de Sabino con Trevijano se los proporcionó al periodista Enrique de Diego, al que le concedió una jugosa y larga entrevista disponible en internet: "Sabino Fernández Campo le confirmó que Juan Carlos había sido el organizador del golpe de Estado del 23-F que llevó a cabo Alfonso Armada". Trevijano le aseguró a los periodistas coruñeses Isabel Bugalla y Daniel Prieto que "se sigue ocultando que el promotor del 23-F fue el Rey Juan Carlos I. Esto lo dije entonces".
"Al poco de haber publicado esta opinión mía en un periódico ("El Mundo"), Sabino Fernández Campo –Secretario General de la Casa Real española– me dijo que yo había sido el único que había dicho la verdad sobre aquellos hechos. Además, me confirmó que mi interpretación había sido exacta y que el Rey había sido el responsable de todo. En vida, Sabino jamás lo desmintió". Y añade que el alto cargo de la Casa Real proporcionó varios indicios que deberían ser investigados: "el socialista Enrique Múgica, con el acuerdo tácito de Felipe González, dio luz verde a la operación en la cena con el general Armada en Jaca, la propia reina Sofía cometió la maliciosa indiscreción de contar que el rey "engañó" a los generales diciéndoles que estaba de acuerdo con ellos (una forma de justificar su inicial apoyo) y después cumplió su promesa de que hablaría con los jueces para que no hubiera condenas a la mayoría de los militares del 23-F, por eso Armada entra en la Zarzuela y en el Congreso ofreciendo un Gobierno de concentración con 19 ministros y un avión para Tejero. Y por eso el rey cumple: fueron indultados".
Es en el transcurso de esa conversación sobre el 23-F, Sabino le describe a Trevijano la situación, a veces intimidatoria, que supone trabajar codo con codo con el rey cuando se le contraría: "Me cuenta más cosas, las escenas tan horribles, yo no voy a contar ninguna intimidad, porque me contó cosas horribles de las relaciones entre el rey y la reina, no me prohibió que las contara, pero son tan duras, íntimas y violentas que yo mismo tengo el pudor de no decirlo. Después hubo una reconciliación, en años posteriores, pero en el momento en que le hizo esa faena, Sabino me contó todo".
La "faena" en cuestión fue la citada agresión: en presencia del Sabino Fernández Campo, conde de Latores, y en un almuerzo en Palacio donde estaban solos los tres junto al servicio, el rey Juan Carlos le arrojó un plato a la cabeza a Sofía en plena discusión conyugal. "Le hizo daño, aquello fue una situación muy desagradable de presenciar", le explicó el jefe de la Casa Real al abogado para ilustrar cómo el monarca tenía muy mal vino. Un secreto más que Juan Carlos no conseguirá llevarse a la tumba.
sábado, 15 de febrero de 2014
domingo, 9 de febrero de 2014
viernes, 7 de febrero de 2014
CURIOSIDADES -133-
"Un regalo Imperial"
En 1920, el millonario norteamericano Horace Elgin Dodge Sr. (1868-1920) co-fundador de la Dodge Brothers Company, compró para su esposa, Anna Thompson Dodge (1871-1970), en la célebre joyería parisina Cartier, un collar de perlas por valor de $825.000,00 (el equivalente a $8,000,000,00 de hoy día). El collar más caro jamás vendido hasta entonces, habría pertenecido nada menos que a la Emperatriz Catalina II de Rusia y estaba compuesto originalmente por 389 perlas naturales dispuestos en cinco vueltas, con cierres cuajados de diamantes y otro cierre con el retrato en miniatura y esmaltado de la soberana rusa.
Sólo se puso el famoso collar en dos ocasiones.
En 2008, el famoso collar de la desaparecida multimillonaria Anna Dodge -considerada la mujer más rica del mundo en su época-, sensiblemente modificado por su dueña, fue vendido en una subasta con un precio de partida de $500,000 a $700,000. De cinco vueltas con 389 perlas, había pasado a tener tres con 224 perlas.
En 1920, el millonario norteamericano Horace Elgin Dodge Sr. (1868-1920) co-fundador de la Dodge Brothers Company, compró para su esposa, Anna Thompson Dodge (1871-1970), en la célebre joyería parisina Cartier, un collar de perlas por valor de $825.000,00 (el equivalente a $8,000,000,00 de hoy día). El collar más caro jamás vendido hasta entonces, habría pertenecido nada menos que a la Emperatriz Catalina II de Rusia y estaba compuesto originalmente por 389 perlas naturales dispuestos en cinco vueltas, con cierres cuajados de diamantes y otro cierre con el retrato en miniatura y esmaltado de la soberana rusa.
Sólo se puso el famoso collar en dos ocasiones.
En 2008, el famoso collar de la desaparecida multimillonaria Anna Dodge -considerada la mujer más rica del mundo en su época-, sensiblemente modificado por su dueña, fue vendido en una subasta con un precio de partida de $500,000 a $700,000. De cinco vueltas con 389 perlas, había pasado a tener tres con 224 perlas.
CATALINA II DE RUSIA
CATALINA II "la Grande"
EMPERATRIZ AUTÓCRATA DE RUSIA
1729 - 1796
En 1744, la entonces emperatriz Isabel I Petrovna la escoge como futura esposa de su sobrino y heredero, el zarevich Carlos Pedro Ulrico, duque de Holstein-Gottorp que, además, era primo de ésta. Convertida a la fe ortodoxa, fue rebautizada con el nombre de "Catalina Alexeievna". El matrimonio se tradujo en un completo fracaso: el zarevich presentaba abiertamente a su amante y Catalina atrajo a su alrededor a muchos partidarios y simpatizantes. A esto se unía la disparidad de intereses y caracteres: Catalina leía a Voltaire y a Montesquieu, se interesaba por la cultura y los asuntos de su país adoptivo, mientras que Pedro, personaje excéntrico y pueril, mostraba un total desprecio por todo lo ruso y su incondicional admiración hacia el rey Federico II "el Grande" de Prusia y todo lo alemán.
Para que la pareja pudiera engendrar un heredero, Catalina tuvo que emborrachar a Pedro para llevarle a una mesa de intervención quirúrgica, con el fin de zanjar su problema con una oportuna circuncisión.
Retrato del Zar Pedro III Feodorovich, Emperador de Rusia (1728-1762).
El 28 de junio de 1762, a favor de un golpe de Estado urdido por el conde Orlov que destronó a su marido el zar Pedro III, Catalina Alexeievna fue inmediatamente catapultada al trono ruso.
Personalidad
Sofía-Federica-Augusta von Anhalt-Zerbst no era una gran beldad, pero tenía tal encanto que conquistaba sin demasiada dificultad a sus interlocutores, fuesen hombres o mujeres; enormemente curiosa y ávida por aprender, gozaba del don del ingenio verbal, una de las más reverenciadas virtudes del siglo XVIII, algo de coquetería y ansias de agradar a los demás.
Si hay un rasgo característico en el físico de Catalina II, fue su perfil griego, noble y su majestuoso porte. Quizá su peor defecto consistió en ser emprendedora y llena de buenas e innovadoras ideas que, a la larga, se traducían en un pronto hastío y un cambio de parecer que la hacían voluble. Adherida a las ideas de la Ilustración más a título personal que a título de soberana, Catalina II supo ver que el pueblo ruso no estaba preparado para ser "liberado" y que tan solo podía ser gobernado con mano dura.
También habría que reseñar sus ansias de amor, puede que por las carencias sufridas en su infancia como en su adolescencia, al estar casada con un hombre que la menospreciaba; cada vez que tuvo una aventura sentimental, lo vivió como un primer flechazo: Saltykov, Orlov y Potemkin fueron sus grandes amores, pero no los únicos ya que la lista es más extensa. Catalina II no sabía vivir sin pasiones carnales.
Desde su llegada a Rusia y tras su conversión a la fe ortodoxa, Catalina II, tuvo empeño en rusificarse pese a su orígen alemán. Si bien aprendió a hablar el ruso, a leerlo y a escribirlo, nunca pudo deshacerse de su áspero acento germano.
Política Interior
Basado sobre los pensamientos de los enciclopedistas y filósofos franceses, Catalina II hizo establecer un programa de reformas para modernizar el Estado Ruso. Una comisión legislativa representando a todas las clases sociales, excepto a los siervos, fue instituida pero prontamente disuelta antes de que fuera efectiva, quizás porque Catalina II se había vuelto repentinamente conservadora tras la revuelta de Pugachev (1773-1774).
Reorganizó la administración provincial, otorgando al Gobierno mayor control sobre las zonas rurales para combatir cualquier foco de revuelta campesina. En 1785, Catalina II creó una Carta Magna que permitía a los nobles presentar sus peticiones al monarca, además de otorgarles mucho más poder y derechos. Impulsó la colonización de Alaska, de los Alemanes del Volga y de los territorios conquistados.
Bajo su reinado, Rusia se convirtió en el primer productor mundial de hierro y de cobre, contando más de 200 fábricas, talleres y manufacturas. La producción industrial había doblado en poco tiempo y el valor del comercio interior y exterior se había triplicado. Los Estados occidentales se vieron entonces forzados a acoger a Rusia en el "Concierto Europeo".
Asuntos Externos
Retrato del Conde Nikita Ivanovich Panin (1718-1783), Ministro de Asuntos Exteriores, según A. Roslin.
El ministro de Asuntos Extranjeros, Conde Nikita Panin, ejerció una influencia considerable. Gastó considerables sumas de dinero para crear el "Acuerdo del Norte" entre Rusia, Prusia, Polonia, Suecia y Gran-Bretaña, con el fin de hacer contrapie a la liga de los Borbón-Habsburgo. Cuando se percataron de que semejante plan no podía funcionar, Panin fue despedido en 1781.
En 1764, Catalina II impuso a su ex-amante el conde Estanislao Augusto Poniatowski, como nuevo soberano "títere" de Polonia. Tras aquella magistral jugada, Rusia se anexionó grandes regiones de Polonia en los años 1772, 1793 y 1795.
Catalina II hizo de Rusia una potencia dominante en el Oriente Medio, tras la primera guerra contra el Imperio Otomano (Turquía). Incluso intentó despedazar el territorio turco a imagen y semejanza de Polonia, pero no obtuvo un éxito determinante. Se anexionó Crimea en 1783, nueve años después de que obtuviera su independencia. El Imperio Otomano declaró la 2ª guerra ruso-turca en 1787, terminándose en 1792 con el Tratado de Jassy.
También intervino la soberana como mediadora en el conflicto sucesorio de Baviera (1778-1779), entre Prusia y Austria. En 1780 montó un grupo naval armado con la finalidad de defender los navíos independientes de las agresiones británicas durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
Entre 1788 y 1790, Rusia se vió envuelta en una guerra contra la Suecia de su primo el rey Gustavo III, quien intentaba recuperar los territorios perdidos en 1720. Tras la batalla de Svensksund, en Finlandia, entre el 9 y 10 de julio de 1790, un tratado de paz ruso-sueco fue firmado.
Al término de su reinado, Catalina II había agrandado el territorio ruso con 518.000 Km2 de tierra.
Arte y Cultura
Catalina II se presentó como una auténtica mecenas de las artes, la literatura y de la educación rusas, basándose en la Enciclopedia de Diderot y de D'Alembert. A ella se debe la fabulosa colección de cuadros y esculturas que conforman hoy lo mejor del Museo del Hermitage. Supo, incluso, convencer al matemático Leonhard Euler para que regresara a Berlín.
Sin embargo, cuando Radishchev publicó su "Viaje de San-Petersburgo a Moscú", en 1790, presentando las deplorables condiciones de vida de los siervos rusos, éste fue exiliado a Siberia.
Vida Personal
Como muestra de su valentía, y con tal de introducir en Rusia la vacunación contra la viruela, fue la primera en ofrecerse para dar ejemplo a los demás.
Catalina II era de sobras conocida por su apetito sexual y por sus numerosos amantes masculinos. Ella misma hizo construir y decorar una estancia secreta llena de pinturas y esculturas pornográficas, con escenas incluyendo la violación, la pedofilia y la zoofilia. También se encontraban consoladores gigantes, especialmente realizados por un artesano que decoraba las iglesias. Sin embargo, la leyenda según la cual habría fallecido tras hacerse penetrar por un caballo, parece no tener fundamento. En realidad, Catalina II murió tras sufrir un ataque al corazón en su trasalcoba. Se apagaría el 6 de noviembre de 1796 sin haber recuperado el conocimiento.
miércoles, 5 de febrero de 2014
CURIOSIDADES -132-
"Favorito con motes"
El padre del célebre memorialista francés Saint-Simon*, Claude de Rouvroy, 1er duque de Saint-Simon (1607-1693), debe no solo el haber pasado a la historia por ser el tardío progenitor de ese engreído cortesano chismoso, que sigue haciendo las delicias de lectores hambrientos de jugosas anécdotas sobre la corte de Luis XIV y la Regencia, sino también a su pasado como penúltimo favorito del rey Luis XIII, cuyo único mérito fue no babear en el cuerno de caza de Su Majestad y 'entretenerla' en la intimidad.
El aguerrido e ingenioso Mariscal de Bassompierre, con quien no se llevó nada bien, le llamaba despectiva y públicamente "la Punaise" (la chinche) y el mote parece haber tenido éxito entre los cortesanos, como atestiguan las correspondencias de aquella época. Por su lado, Luis XIII acabaría apodándole "el Estercolero" por su lenguaje harto grosero con él (entre otras fechorías), y echándole de la corte y de su vera por su traición al secreto del Consejo del Rey, después de una década de favores.
Obviamente, el memorialista se guardó muy mucho de recordar esos pequeños detalles sobre su padre.
(*)_Louis de Rouvroy, 2º Duque de Saint-Simon y Par de Francia, Grande de España (1675-1755) fue un oficial militar, escritor y diplomático que dejó unas interesantes Memorias sobre su época y la corte francesa.
El padre del célebre memorialista francés Saint-Simon*, Claude de Rouvroy, 1er duque de Saint-Simon (1607-1693), debe no solo el haber pasado a la historia por ser el tardío progenitor de ese engreído cortesano chismoso, que sigue haciendo las delicias de lectores hambrientos de jugosas anécdotas sobre la corte de Luis XIV y la Regencia, sino también a su pasado como penúltimo favorito del rey Luis XIII, cuyo único mérito fue no babear en el cuerno de caza de Su Majestad y 'entretenerla' en la intimidad.
El aguerrido e ingenioso Mariscal de Bassompierre, con quien no se llevó nada bien, le llamaba despectiva y públicamente "la Punaise" (la chinche) y el mote parece haber tenido éxito entre los cortesanos, como atestiguan las correspondencias de aquella época. Por su lado, Luis XIII acabaría apodándole "el Estercolero" por su lenguaje harto grosero con él (entre otras fechorías), y echándole de la corte y de su vera por su traición al secreto del Consejo del Rey, después de una década de favores.
Obviamente, el memorialista se guardó muy mucho de recordar esos pequeños detalles sobre su padre.
(*)_Louis de Rouvroy, 2º Duque de Saint-Simon y Par de Francia, Grande de España (1675-1755) fue un oficial militar, escritor y diplomático que dejó unas interesantes Memorias sobre su época y la corte francesa.
domingo, 2 de febrero de 2014
CURIOSIDADES -131-
"El Rey Invisible"
El Rey Christian VI de Dinamarca y Noruega (1699-1746), cuyo reinado abarcó dieciséis años (de 1730 a 1746), ha pasado a la historia de su país como un monarca muy impopular, sin relieve, apagado, enfermizo, extraño y excesivamente autoritario. Para colmo, aunque lo comprendiera, jamás articuló una sola palabra de danés: siempre se expresó en alemán o en francés.
Aunque protestante luterano y extremadamente piadoso hasta el fanatismo (era pietista), él y su insignificante esposa alemana Sofía-Magdalena de Brandenburg-Bayreuth-Kulmbach, vivieron rodeados de un exuberante esplendor en sus palacios. Por su carácter tímido e introvertido, Christian VI y su consorte evitaban todo contacto con su pueblo y, si salían de palacio, que era en contadísimas ocasiones, lo hacían en una carroza con todas las cortinas echadas, convirtiéndose de este modo en totales desconocidos.
Su corte era de la más tediosa monotonía: solo se permitía música religiosa y los bailes estaban prohibidos. En cuanto a las cacerías, aunque no estuvieran vetadas, eran extremadamente raras y puntuales. La deficiente salud del soberano no permitían largas cabalgatas al aire libre ni esfuerzos físicos.
Pese a ser el primer monarca danés en mantener su país alejado de todos los conflictos, sus leyes contra la libertad de movimiento del campesinado y su obsesión por someter a sus súbditos al pietismo le brindaron muy mala fama. De hecho, su reinado es aún considerado como la época más tiránica, represiva y puritana que han conocido los daneses.
El Rey Christian VI de Dinamarca y Noruega (1699-1746), cuyo reinado abarcó dieciséis años (de 1730 a 1746), ha pasado a la historia de su país como un monarca muy impopular, sin relieve, apagado, enfermizo, extraño y excesivamente autoritario. Para colmo, aunque lo comprendiera, jamás articuló una sola palabra de danés: siempre se expresó en alemán o en francés.
Aunque protestante luterano y extremadamente piadoso hasta el fanatismo (era pietista), él y su insignificante esposa alemana Sofía-Magdalena de Brandenburg-Bayreuth-Kulmbach, vivieron rodeados de un exuberante esplendor en sus palacios. Por su carácter tímido e introvertido, Christian VI y su consorte evitaban todo contacto con su pueblo y, si salían de palacio, que era en contadísimas ocasiones, lo hacían en una carroza con todas las cortinas echadas, convirtiéndose de este modo en totales desconocidos.
Su corte era de la más tediosa monotonía: solo se permitía música religiosa y los bailes estaban prohibidos. En cuanto a las cacerías, aunque no estuvieran vetadas, eran extremadamente raras y puntuales. La deficiente salud del soberano no permitían largas cabalgatas al aire libre ni esfuerzos físicos.
Pese a ser el primer monarca danés en mantener su país alejado de todos los conflictos, sus leyes contra la libertad de movimiento del campesinado y su obsesión por someter a sus súbditos al pietismo le brindaron muy mala fama. De hecho, su reinado es aún considerado como la época más tiránica, represiva y puritana que han conocido los daneses.